



BOGOTÁ D. C., 06 de septiembre de 2018 — Agencia de Noticias UN-
“Inicialmente se sembrarán hasta 30 matas de lechuga, ya que es una planta que germina y crece relativamente fácil y rápido, además de que los resultados se podrán comparar con otras lechugas que crezcan fuera del domo”.
Así lo explica Óscar Iván Ojeda, quien próximamente recibirá su título como ingeniero mecánico de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) y es uno de los fundadores del Grupo de Investigación y Desarrollo Aeroespacial de la Institución.
Como los futuros asentamientos en el planeta rojo estarán sometidos a distintas condiciones de presión dentro y fuera de los distintos habitáculos, la nueva estructura ofrecerá condiciones muy similares a las que se tendrían en ambientales reales.
Considerando que la presión atmosférica de Marte equivale al 1 % de la que se presenta en la Tierra, sumado al hecho de que está conformada por dióxido de carbono, si una persona tuviera que someterse a este ambiente moriría. Por tales razones, este tipo de hábitat requiere condiciones controladas de presión y mezcla de gases, que el domo diseñado estaría en capacidad de soportar.
“Cuando se hagan misiones de larga duración a Marte o a la Luna se va a requerir una producción de alimentos que garantice la supervivencia de los viajeros; nuestro propósito es desarrollar investigaciones para saber cómo lo haríamos”, explica el estudiante Ojeda.
La estructura principal, ubicada en uno de los invernaderos de la Facultad de Ciencias Agrarias de la U.N., está conformada por un domo de siete metros de diámetro conectado al exterior por medio de una exclusa que busca garantizar condiciones de higiene y limpieza propias de un entorno que requiere mantenerse aislado, con el fin de evitar que su contaminación pueda alterar los resultados de las investigaciones.
Por lo pronto se espera que la primera fase del proyecto cuente con expertos en agronomía e ingeniería, encargados tanto de establecer lo que ocurre con las plantas como de llevar un monitoreo constante del domo y de los distintos sistemas de sensores y apoyo eléctrico que permitan irrigar las plantas.
El proyecto también contempla la incorporación de un sistema de energía con paneles solares y la instalación del sistema hidráulico para irrigar los futuros cultivos.
Semillero de proyectos
Ya que en América Latina no hay muchas estructuras como esta para realizar investigaciones científicas, se espera que el nuevo espacio sea un escenario abierto a la comunidad académica nacional e internacional, con el fin de que puedan llevar a cabo distintos proyectos.
Uno de los propósitos principales está relacionado con establecer las condiciones más apropiadas para cultivar en el espacio, por lo que se tiene previsto crear un ambiente controlado para que las personas interesadas desarrollen proyectos de investigación sobre condiciones y técnicas de cultivo, y de diversos tipos de sustratos y de plantas.
Con la premisa de que cultivar en Marte permitiría hacerlo en ambientes con condiciones extremas de similares características, el proyecto se podría convertir en una spin-off a partir de la cual se pueda contribuir a mejorar la seguridad alimentaria de comunidades vulnerables.
El espacio también está diseñado para albergar una pequeña aula con el fin de divulgar los logros alcanzados entre todo tipo de público.
La propuesta es tan llamativa que la compañía Smart Cultiva ha decidido donar unos sensores similares a los que se emplean en la NASA para realizar diversos tipos de mediciones relacionadas con factores como temperatura y humedad.
Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co