



PALMIRA, 25 de julio de 2018 — Agencia de Noticias UN-
Las bacterias pertenecen a los géneros Stenotrophomona, Bacillus y Achoromobacter, según la estudiante Viviana Sánchez Soto, quien adelanta la investigación desde la Maestría en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira.
En los registros encontrados por la investigadora, el hongo Alternaria alternata ha llevado a los agricultores a incrementar los costos de producción de tomate hasta en un 30 %, debido a la inversión que realizan en agroquímicos para intentar controlarlo. Por tal razón, advierte, es importante contar con estrategias de manejo ante las afectaciones que este género ocasiona en Colombia y en países como Italia, Argentina y Estados Unidos.
Según la investigadora, los problemas empiezan cuando se generan desequilibrios en la flora microbiana que se encuentra alrededor de las plantas, con el uso indiscriminado de plaguicidas y fertilizantes, entre otros productos. Al reducirse poblaciones como las de las bacterias identificadas se abre paso a la proliferación de hongos fitopatógenos (que causan enfermedades).
“Estos hongos dañan los tejidos de hojas, tallos, flores y frutos del tomate. Se pueden encontrar y transportar a través del aire, suelo, agua, semillas y productos agrícolas”, asegura. Las condiciones de los lugares en los que prolifera son de altas precipitaciones, a temperaturas entre los 20 y 29 oC.
Los microorganismos biocontroladores del hongo actúan a través de cinco mecanismos principales: la excreción y secreción de metabolitos que resultan perjudiciales para el hongo (antibiosis); la producción de enzimas líticas como las quitinasas y proteasas, que afectan las paredes celulares de este; la competencia, reduciendo la disponibilidad de alimento; y la producción de sideróforos, moléculas que secuestran el hierro existente en el medio, necesario para el crecimiento del hongo. De las 37 bacterias identificadas, 11 tienen la capacidad de producir sideróforos, afirma la investigadora y bacterióloga Sánchez.
“A futuro se podría pensar en ensayar las bacterias en invernadero y campo, con el fin de ver sus resultados ante condiciones ambientales. El objetivo es proveer una alternativa de control biológico contra los hongos que además nos permita liberar los alimentos de compuestos químicos”, agrega.
Aislando cientos de bacterias
Para obtener las bacterias y los hongos de la investigación se tomaron muestras en cinco municipios del Valle del Cauca: Candelaria, Restrepo, Palmira, Vijes y La Cumbre.
En 15 fincas se recolectaron raíces y suelo adherido a estas, y las muestras se llevaron para estudio al Laboratorio de Diagnóstico Vegetal de la U.N. Sede Palmira.
La siguiente fase del proceso consistió en aislar los hongos y las bacterias encontradas en el material recolectado. Se aislaron 244 bacterias según su morfología en cuanto a color, superficie, bordes y otras características, a la hora de seleccionar los posibles candidatos antagónicos.
Del grupo de hongos se eligieron los que resultaban más patógenos, es decir los que generaban mayores afectaciones en los tomates. En seguida se dispusieron en cajas Petri los aislamientos del hongo junto con las bacterias y se observaron los procesos de inhibición. En 37 de los microorganismos estudiados se advirtieron importantes resultados, que alcanzaron porcentajes de inhibición del crecimiento de los hongos de Alternaria alternata entre un 70 y un 97 %.
En 2014 cerca de la mitad de la producción mundial de tomate se realizó en Asia, el 18,7 % en América, el 16,9 % en Europa, el 12 % en África y el 0,4 % en Oceanía, según publicó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Entre los 174 países productores, Colombia ocupó el lugar número 35 por cantidad de tomate cosechado ese año, reporta la FAO.
El estudio forma parte del trabajo de grado de la investigadora Sánchez, codirigido por los profesores Eyder Daniel Gómez y Carlos Alberto Huertas. Fue adelantado desde el grupo de investigación Protección Vegetal para el Mejoramiento de la Productividad de la U.N. Sede Palmira.
Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co