Vacunas como la del papiloma deben acercar a ciencia y comunidad

 
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BOGOTÁ D. C., 04 de julio de 2018 — Agencia de Noticias UN-

Esta es la conclusión a la que llegó Marlín Téllez Pedroza, doctora en Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien dedicó su trabajo de tesis a investigar los discursos que surgieron alrededor del caso de más de 600 menores entre 9 y 17 años que presentaron síntomas extraños al recibir la vacuna VPH para prevenir el cáncer de cérvix en este municipio de Bolívar. 

“Yo no obtengo un resultado conclusivo sobre lo que realmente ocurrió, de manera que mi postura, al ser relativista, me lleva a analizar diferentes versiones y a mostrar cómo cada uno de los participantes hace un trabajo bastante complejo de construir su propia argumentación como válida y creíble”, sostiene la investigadora.

Al respecto, concluye que ambas versiones pueden ser consideradas ciertas y deben ser evaluadas por quienes tomen la decisión de aplicarse o no la vacuna. “Desde nuestra cotidianidad y nuestra postura realista intentamos ver la ciencia como algo duro que está aparte de lo social y cultural, y nos esforzamos mucho en separarla; no obstante, al estudiar la vacuna encuentro que es construida por la sociedad en un contexto y según eso adquiere un significado negativo o positivo”, dice.

Según su estudio, en el mundo se pueden encontrar referencias de unos 78 casos de fenómenos similares relacionados con vacunas como la del virus H1N1, la de la influenza y Toxoide tetánico en países como Japón, China, Vietnam, Jordania e Irán.

Dos bandos 

La situación presentada en El Carmen de Bolívar después de que la vacuna fue aplicada a menores de edad desató un enfrentamiento entre dos teorías: mientras la comunidad asegura que se trató de reacciones adversas a la vacuna por manejo inadecuado, la comunidad científica y el Estado concluyeron que se trató de una reacción psicógena masiva. Este término clínico y especializado, a diferencia del de “histeria colectiva”, no tiene implicaciones de género.

La investigadora destaca en su trabajo los cambios que se produjeron en los argumentos de ambos bandos, quienes cambiaron y reconstruyeron sus teorías en varias ocasiones, conservando, eso sí, suficientes argumentos científicos y evidencia empírica para soportar sus respectivas teorías.

Por ejemplo, por parte de los representantes del Gobierno, en cabeza del Ministerio de Salud, el primer término que se usó para explicar la situación en El Carmen de Bolívar fue el de “histeria colectiva”.

“Incluso otros miembros académicos, como la doctora Nubia Muñoz –pionera en la investigación sobre el virus que combate la vacuna–, utilizó en una entrevista ese término, y dentro de la misma comunidad se esparció ese rumor”, explica la investigadora.

Más adelante, gracias a una investigación epidemiológica del Instituto Nacional de Salud sobre el brote presentado en las niñas de El Carmen de Bolívar, la conclusión fue que se trató de una reacción psicógena masiva.

Por parte de la población cercana a las niñas del municipio, las teorías y los argumentos también han variado. “Uno de los que esgrime la comunidad y sus representantes es que esto responde al Síndrome Autoinmune/autoinflamatorio Inducido por Adyuvantes (Asia, por sus siglas en inglés), que significa que algunas sustancias –el aluminio en el caso de las vacunas– pueden producir una reacción autoinmune en el cuerpo, que se expresaría mediante los síntomas que presentaron las niñas”, asegura la investigadora.

En este lado del debate también se consideran teorías como que la vacuna no fue transportada adecuadamente y se rompió la cadena de frío, lo que –según los expertos– solo habría afectado la efectividad de la vacuna, sin ocasionar efectos adversos.

Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co

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