Diagnosticar a tiempo el cáncer en niños salvaría más vidas

 
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BOGOTÁ D. C., 30 de abril de 2018 — Agencia de Noticias UN-

Aunque en Colombia el cáncer en niños no es una enfermedad tan frecuente (2.000 nuevos casos reportados cada año), si se pasa por alto el menor podría perder la oportunidad de contar con un tratamiento oportuno.

Así lo señala la profesora Adriana Linares, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), curadora del libro Fundamentos de oncología pediátrica, junto con su colega Eduardo Beltrán.

Aunque los tumores sólidos se pueden diagnosticar en fases tempranas (correspondientes a masas pequeñas y localizadas), en Colombia el dictamen suele hacerse en fases intermedias y avanzadas.

Por eso cuando se detecta una masa abdominal extraña se sugiere confirmar mediante imágenes diagnósticas y radiológicas. “La recomendación general es que cada vez que un médico general, pediatra o familiar estime que un niño tiene una masa irregular, lo remita de manera inmediata a un centro de atención de cáncer”, precisa la docente.

La autoría del libro es de dos grupos de la División de Oncohematología Pediátrica de la U.N. y de 16 profesionales del área, quienes trabajan en la Fundación OMI del Hospital de la Misericordia. Su desarrollo fue posible gracias a un convenio que ha permitido desarrollar la atención de pacientes oncológicos y formar desde hace 26 años a los primeros especialistas del país, destaca el profesor Beltrán.

Según la profesora Linares, el libro está encaminado a todas aquellas personas que habitualmente atienden casos de niños que ingresan a un centro hospitalario por la sección de urgencias, algunos de los cuales pueden llegar con una sintomatología asociada con dolor o distensión de abdomen que puede ser benigno.

Sin embargo si se encuentra una masa abdominal se debe considerar el posible diagnóstico de cáncer, sobre todo si durante una consulta de pediatría o medicina general el niño ha manifestado tener vómito o se tropieza con frecuencia sin razón aparente.

Enfermedad detectable

A diferencia de los adultos, el cáncer en niños tiene más bases genéticas que los harían susceptibles de padecerlo, aunque esto no necesariamente debe asociarse con un patrón de herencia, puesto que también podría ser resultado de una mutación genética producto del azar; el 25 % está asociado con leucemias agudas.

Aunque este último padecimiento no se puede diagnosticar a tiempo porque existen criterios muy precisos que impiden anticiparse, si un niño presenta determinados signos y síntomas tendrá que ser evaluado por un especialista y se deberán practicar exámenes de sangre más completos.

Aunque no existe una edad en la que el niño sea más propenso a desarrollar la enfermedad, y de hecho se han reportado casos de bebés recién nacidos con algún tipo de masa, tampoco se aconseja llevarlo a consultas periódicas para descartar la presencia de cáncer.

“Lo que sí recomendamos es que cada vez que un niño consulta a un médico –por fiebre, gripa, u dolor abdominal, entre otros– debe ser evaluado por completo, de tal manera que el especialista determine si se deben considerar otros exámenes”, explica la profesora Linares.

Si la enfermedad ha sido diagnosticada y el niño presenta fiebre deberá ser atendido en circunstancias específicas que permitan preparar el cuerpo tanto para las evaluaciones como para el seguimiento posterior que deba realizarse, junto con los respectivos tratamientos oncológicos que logren curarlo.

Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co/

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