



BOGOTÁ D. C., 14 de marzo de 2018 — Agencia de Noticias UN-
En eso coincidieron los profesores Fernando Montenegro y Nubia Ruiz, en diálogo con Carlos Alberto Patiño Villa, director del Instituto de Estudios Urbanos (IEU), en el programa Observatorio de Gobierno Urbano que se emite por UN Radio.
“Dentro de las políticas públicas de planeación se debe entender el concepto de envejecimiento de manera efectiva, porque pareciera que tenemos una planeación urbana desarticulada de la población”, sostuvo la profesora Ruiz, doctora en Demografía.
Para ella esto queda en evidencia si se considera que las ciudades colombianas “son agresivas con la población mayor”, ya que los equipamientos no están pensados para ellos.
Al respecto, el arquitecto y urbanista Fernando Montenegro explicó que esto influye en el ordenamiento general del territorio, ya que la ciudad tiende a modificarse más en las zonas periféricas, donde hay más jóvenes y familias pequeñas y compactas, que en las zonas antiguas de la ciudad, donde existen casas más grandes, en las que originalmente vivían familias numerosas, pero que hoy están desocupadas.
Los asistentes al programa consideraron que el envejecimiento de la población es un proceso de acumulación histórica que comprende la disminución de la mortalidad en la década de los treinta y la transición de la fecundidad, que disminuyó a partir de los años sesenta. Este fenómeno plantea retos trascendentales para los gobiernos, las instituciones y las comunidades, e impacta sustancialmente las dinámicas urbanas.
“Por ejemplo en los centros de ciudades como Bogotá y Medellín sobran muchos colegios, entonces la población se tiene que desplazar desde la periferia para estudiar, lo que causa disfuncionalidades generales”, señaló el profesor Montenegro.
Una región joven
Según datos entregados por Mariana Ospina y Carlos Ramírez, de la Unidad de Censo y Demografía del DANE, Colombia tiene alrededor de 6 millones de personas mayores de 60 años, con una tendencia a duplicar esta proporción respecto al total nacional. En 2005 esta tendencia fue del 3 % del total de la población y ahora se está llegando al 7 %.
La profesora Ruiz aseguró que los países de América Latina tienen un “bono demográfico” importante, debido a la “explosión demográfica” de los años sesenta y setenta, que generó una acumulación exponencial de población. Por tanto, hoy se puede decir que América Latina es un continente joven, excepto por Cuba y Argentina.
“Somos una región con una importante capacidad productiva, población económicamente activa y con un proceso de envejecimiento que ya viene mostrando visos, pero que todavía da tiempo de planificar políticas públicas con este enfoque”, manifestó.
Cambio en el imaginario
Para la doctora Ruiz, el reto de la sociedad está en cambiar el imaginario sobre la población envejecida, es decir dejar de pensar que es un problema por su falta de productividad, y en cambio verlo como una oportunidad, por su conocimiento y capacidad de educar a generaciones jóvenes.
“Hablar de la tercera edad es obsoleto, ahora nos referimos a la última edad. El tema es encontrar la productividad de esta población”, aseguró la académica.
Sobre esto, la docente resaltó que la academia tiene un reto fundamental, ya que el acumulado de conocimiento tiene un fuerte valor en la sociedad, que se hace más relevante en el espacio educativo.
Finalmente, la académica señaló que los seres humanos están viviendo más y por tanto las edades se van moviendo en el tiempo; por ejemplo hace 200 años no existía la adolescencia porque la maternidad prematura significaba un salto de la niñez a la adultez.
La tendencia en la sociedad hoy es creer que la infancia y la adolescencia se alargan y que la adultez empieza más tarde. “Esto tiene que ver con las modificaciones psicológicas desde el imaginario de la productividad de los seres humanos”, puntualizó.
fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co