Los malestares que produce un viaje espacial

 
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BOGOTÁ D. C., 25 de febrero de 2016 — Agencia de Noticias UN-

Así lo explicó el astrofísico Santiago Vargas, profesor del Observatorio Astronómico de la U.N., quien ofreció la charla “El ser humano en el espacio” para explicar los efectos fisiológicos más comunes que padece el ser humano, durante las misiones tripuladas al espacio, y los retos que tiene la medicina espacial para futuros viajes a otros planetas.Desde las primeras misiones espaciales se observaron las consecuencias de la falta de gravedad en el cuerpo. Cuando los astronautas no sienten la influencia de la gravedad experimentan varios malestares, anotó, al advertir que la pérdida de apetito es otra de las consecuencias de la falta de gravidez. En poco tiempo, los astronautas pueden sufrir de desnutrición y ver afectado su desarrollo para llevar a cabo actividades en el espacio.

“El 60 % de los astronautas han reportado estos síntomas. La mayoría no siente sus extremidades. Aquí, en la Tierra, somos conscientes de que levantamos los brazos gracias a la fuerza gravitatoria que nos permite percibir cada parte de nuestro cuerpo, en el espacio está la sensación de caída libre todo el tiempo”, explica.

Durante las misiones espaciales las personas pueden sentir que “todo se les sube al cuello”, y es tan real que los astronautas empiezan a padecer desplazamiento de fluidos hacia la parte de arriba e hinchazón.

Todo esto, según el experto, trae consecuencias importantes en el organismo. “Típicamente, los cosmonautas pueden ver su rostro hinchado porque se llena de sangre, sienten que están boca abajo con los fluidos llegando a la cabeza, así deben trabajan y hacer experimentos”, puntualizó.

Esa sobreabundancia de líquidos en la parte superior del cuerpo por encima del diafragma, hace que el cuerpo envíe una señal a los riñones para eliminar el exceso de líquido. Por ello, se produce más orina, pero los astronautas no sienten la sensación de sed propia de la falta de líquidos en el cuerpo, por lo tanto no se hidratan y pueden perder hasta un 22 % de volumen de sangre.

Bajo estas condiciones pueden sufrir de anemia en menos de cuatro días. Sumado a esto, los riñones empiezan a reducir la secreción de eritropoyetina, hormona que estimula la producción de glóbulos rojos; por esta disminución se tiene menos sangre para bombear y hace que el corazón se relaje y empiece a disminuir su tamaño.

“Esta reducción en las dimensiones del corazón es una de las cosas importantes que aún quedan por estudiar desde el punto de vista fisiológico, porque con esto se demuestra que nuestro sistema circulatorio también funciona con la gravedad, es la que hace posible que la sangre llegue hasta todos los rincones”, agregó.

Incluso el periodo menstrual de la mujer también se ve alterado, porque en este proceso también está presente la influencia gravitatoria. “La sangre puede eliminarse de forma incompleta y generar intoxicaciones e infecciones graves”.

Igualmente, los astronautas pueden perder hasta el 5 % de masa muscular cada semana, por esto deben hacer ejercicio todo el tiempo. “Se ha comprobado que si después de 11 días no hacen ejercicio, pueden perder hasta el 30 % de masa muscular, que también lleva a la pérdida de masa ósea y a padecer osteoporosis temprana. Esta pérdida no se recupera al 100 %”, agrega.

Ante este panorama, es evidente que la medicina espacial aún es un campo de investigación abierto. El futuro de la exploración del espacio y la probabilidad de que el hombre sea capaz de llegar a una misión tripulada a Marte, o a otros planes, depende de esta disciplina.

Los niveles de radiación fuera de la atmósfera es otro factor que afecta la salud de los astronautas porque en la Luna, por ejemplo, los rayos del sol se proyectan directamente sin ninguna protección o filtro.

“Todo esto puede generar un cáncer de piel muy fuerte porque la epidermis va acumulando la radiación. Por eso los trajes espaciales cuentan con una careta que impide el paso de los rayos ultravioleta”, explica.

Además, según el investigador, está comprobado que la radiación produce cataratas de 4 a 10 años después de regresar de las misiones. Alrededor de 39 astronautas las han sufrido.

“¿Todavía quieren ir al espacio?”, concluyó.

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