Masaje reduce dependencia de bebés prematuros al oxígeno

 
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masaje14 de septiembre de 2015

Con el fin de proporcionarles a los neonatos un incentivo favorable que les ayude a disminuir su nivel de estrés, mejore su respuesta fisiológica y acorte su permanencia en estas unidades, la  de la U.N., a partir de un trabajo de doctorado, encontró en la práctica del ETK el medio para lograrlo.

Esta técnica también se aplica en terapias con diferentes grupos poblacionales, como niños mayores víctimas de maltrato infantil y menores abusados que enfrentan duelos; sin embargo, poco se utilizaba en el país para reducir el estrés de bebés prematuros.

La investigación doctoral “Efecto del estímulo táctil kinestésico en la respuesta de estrés del recién nacido pretérmino (prematuro) en la unidad de cuidado intensivo neonatal”, realizada por María Luisa Molano Pirazán, demostró la efectividad  de esta práctica en bebés prematuros, nacidos entre las 34 semanas de gestación, en los hospitales de Engativá y Simón Bolívar, de Bogotá.

El ETK se aplicó en dos fases, en la primera, con el bebé boca abajo, se le hizo un masaje de presión moderada con los dedos de la mano, con el que se recorre de arriba abajo y viceversa el tronco superior de su cuerpo  a lo lago de la espalda, sin tocar el trayecto de la columna vertebral, el masaje también se le realizó en los brazos y en las piernas. En la segunda fase, con el bebé boca arriba, se realizaron movimientos para estirar y doblar tanto brazos como piernas, de manera que el niño pudiera percibir su espacialidad.

El estudio se realizó con 38 pequeños divididos en dos grupos de 19, al primer grupo (el experimental) se le aplicó el estímulo durante cinco días (masajes de 5 minutos), tres veces al día; y al segundo (el control), una vez al día.

Según los hallazgos, la práctica del ETK tres veces al día disminuyó significativamente el nivel de cortisol, la hormona del estrés.

El valor medio del cortisol en el primer día y antes de la práctica del estímulo táctil kinestésico fue de 0,96 ug/dl (microgramos por decilitros de cortisol). Después de la práctica, el valor disminuyó a 0,65 ug/dl. En el quinto día, antes de la práctica del estímulo, el valor medio de cortisol fue de 1,06 ug/dl y al finalizar, de 0,64 ug/dl.

Al aplicar una prueba estadística de los valores medios de cortisol, antes y después de la intervención, en el quinto día de práctica del estímulo se encontraron diferencias significativas con un valor de p= 0,023 (significancia), que está por debajo del valor previsto o preestablecido por los investigadores, equivalente a p= <0,05.

Para obtener los resultados se midió el nivel de cortisol en la saliva de los bebés el primer y el quinto día de la intervención; también se midieron sus frecuencias respiratoria y cardíaca, así como la saturación de oxígeno antes y después de la práctica del estímulo.

En la evaluación de su comportamiento, los recién nacidos que recibieron los masajes tres veces al día presentaron un sueño más profundo, lo que beneficia la liberación de somatotropina, hormona del crecimiento.

Quizás uno de los hallazgos más importantes fue el aumento significativo de la saturación de oxígeno en el segundo, tercero y cuarto día de la intervención, lo que favorece la interrupción del suministro de oxígeno que se le da al bebé entre el cuarto y quinto día de la práctica del ETK.

La investigación representa un gran beneficio para disminuir la displasia broncopulmonar, pues la provisión de oxígeno de manera prolongada, por más de 28 días, puede producirles esta afección a los bebés y causarles dependencia, debido a que sus pulmones se adaptan a la concentración y no les resulta suficiente el que toman del ambiente. Incluso, el 80 % de los niños que dejan las unidades neonatales son enviados a sus casas con pipetas de oxígeno.

“Cuando conseguimos quitarles esta forma de suministro antes del día 28 estamos garantizando que no vayan a padecer displasia broncopulmonar en el futuro”, asegura Sandra Guerrero Gamboa, profesora de la Facultad de Enfermería y directora de la tesis doctoral.

Con respecto a los costos, Ana Elsa Barrera, coordinadora del Programa de Hospitalización Domiciliaria de Colsanitas, afirma que suministrar oxígeno a los neonatos durante uno y cinco días tiene un costo de $100.670, y entre 16 y 30 días cuesta $267.540. Un recién nacido prematuro puede requerir oxígeno entre uno y tres meses, de acuerdo con su condición y el compromiso pulmonar, lo que representaría un costo aproximado de $1,6 millones.

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