Comunidades no distinguen entre exploración y explotación minera

 
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27 de julio de 2015

Medellín, jul. 27 de 2015 – Agencia de Noticias UN- Deterioro de imagen, disminución de recursos y pocos avances son algunas de las consecuencias para las empresas de exploración minera porque las comunidades las confunden con proyectos de explotación.

Así lo concluyó Ana Marcela Medina Carrascal, profesional en planeación y desarrollo social del Colegio Mayor de Antioquia, en su tesis de la Maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la U.N., la cual desarrolló en Puerto Libertador (Córdoba).

“Las empresas de exploración no están obligadas en el marco legal colombiano a tener procesos de responsabilidad social, todo lo que hagan es de carácter voluntario. Sin embargo, las comunidades no diferencian entre una empresa que hace exploración y que invierte en estudios geológicos y una que explota y genera recursos a partir de los minerales obtenidos”, indica Medina Carrascal.

De esta manera, las empresas de exploración ven afectada su imagen corporativa, dado que no tienen la posibilidad de responder atentamente a los faltantes sociales que presenta la comunidad, la cual contesta negativamente con acciones como huelgas y paros.

Cuando llega un proyecto minero a la zona, considerando que el Estado no organiza en los territorios las escuelas, la salud y el acueducto, las comunidades ven a las empresas exploradoras como si fueran las salvadoras y empiezan a hacer exigencias, menciona la estudiante.

En Córdoba, donde hace explotación minera Cerro Matoso, también ingresan compañías de exploración con permiso de la Agencia Nacional Minera, las cuales ven reducido su presupuesto, debido a que los habitantes imponen sus propias reglas para dejar trabajar y avanzar.

“Los recursos se ven comprometidos porque son empresas que se sustentan de capitales extranjeros, para los cuales tampoco hay claridad, porque desde afuera se cuestiona por qué se deben mandar dineros para un parque, una escuela o cualquier tipo de obra, si lo que se busca es otra cosa, de ahí que el capital que designan sea muy poco y no satisfaga las necesidades”, manifestó la investigadora.

A su vez, las comunidades también se ven afectadas con respecto a las zonas rurales, debido a la indiferencia de las empresas tanto explotadoras como exploradoras, la cual se refleja en las maneras de operación y en el sobrentendimiento del manejo de los recursos.

“La comunidad de la zona rural es más comprensiva y conoce aún más el trabajo de las empresas de exploración, contrario a lo que piensan las comunidades de las zonas urbanas, quienes solo entienden el concepto de dinero al momento de ver que una multinacional entró a la zona”, añade Ana Marcela Medina.

El estudio de percepción ha demostrado que las empresas de exploración se han visto obligadas a analizar el entorno y las poblaciones que se encuentran dentro del título minero en el que van a trabajar, para así evitar los problemas que ha ocasionado la confusión y el desconocimiento sobre su actividad.

El siguiente paso de la investigación es la socialización con las empresas de exploración y la Alcaldía de Puerto Libertador, la cual no encuentra las vías necesarias para manejar la situación porque tampoco entiende qué sucede entre comunidades y empresas.

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