Metano en pasto afecta producción de leche

 
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vacas

27 de mayo de 2015

Bogotá D. C., may. 27 de 2015 – Agencia de Noticias UN- La edad de la cosecha y la especie de pasturas afecta el nivel de producción de metano en el ganado bovino.

El profesor José Carulla, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la U.N., estudia cómo el método de las pasturas podría modificar las emisiones de metano por parte del animal. “Analizamos diferentes tipos de forrajes, consumidos por las vacas lecheras en el altiplano cundiboyacense”, señaló.

El investigador concluyó que los forrajes más tiernos producen menos cantidad de metano por unidad de alimento consumido o fermentado. Encontró que con el consumo de kikuyos jóvenes se produce menos metano que con el de otras especies.

En el caso de Colombia, se calcula que la producción pecuaria puede llegar a un 30 % de emisiones de gas metano, aunque nuestro país solo contribuye con el 0.3 % de las emisiones totales en el mundo.

Aunque los líderes en esta incómoda situación son los países industrializados como Estados Unidos y China, la actividad ganadera representa un porcentaje importante para nuestro país.

Otra segunda línea de estudio del profesor Carulla es la inclusión de diferentes tipos de aceites en la dieta de los rumiantes, pues algunos de estos pueden disminuir las emisiones de metano por unidad de materia seca fermentada. “Estos son estudios in vitro y lo que hemos encontrado es que hay combinaciones de aceites que, en concentraciones muy pequeñas en la dieta, podrían ayudar a disminuir las emisiones”, afirmó Carulla.

Existen, además, aspectos acerca del manejo del ganado que han sido estudiados en modelos matemáticos para disminuir las emisiones de manera importante. Según el docente, dichos aspectos tienen que ver con el mejoramiento de los índices reproductivos, por ejemplo, si la vaca está preñada o no produce leche. Con respecto a esto, el académico refiere que mantener este animal en condiciones no productivas es muy costoso, desde el punto de vista ambiental.

En cuanto a la eficiencia alimenticia de una vaca, se dice que al suministrarle un kilo de alimento seco, el animal logra producir cerca de un litro o litro y medio de leche. En producción de carne, mientras el pollo requiere dos kilos de alimento para producir uno de carne, en el cerdo la proporción se acerca de tres a uno. El novillo, entre tanto, requiere entre 7 y 10 kilos de alimento para producir uno de carne. Desde este punto de vista y desde la perspectiva ambiental, reitera el profesor Carulla, la vaca lechera es un animal muy eficiente.

“Hay un elemento importante para considerar y es que las únicas especies domésticas que tienen la capacidad de consumir recursos, que el hombre no, son los rumiantes. Por ello, considero que hay un dilema muy fuerte en la visión de futuro acerca de qué animales deberían priorizarse para la producción, si aquellos que son más eficientes desde el punto de vista de transformación del alimento, pero que consumen granos; o aquellos que son menos eficientes, pero que consumen recursos no útiles para el hombre”, agrega.

Pero, en su opinión, no hay que echarles toda la culpa a las vacas. Después de todo, dice el investigador, todos los procesos sin oxígeno donde hay crecimiento de microorganismos producen ese gas. Por ejemplo, bajo ciertas condiciones, un pantano y un relleno sanitario podrían generar mucho más que los 300 o 400 litros diarios que emite una vaca.

Carulla espera que sus investigaciones contribuyan a acabar con la mala prensa que reciben los rumiantes como el segundo mayor contaminante, después de los seres humanos.

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