



Miércoles 26 de Mayo de 2010
Antes de que surgieran las sociedades existían las comunidades, por ello a pesar de la globalización y los avances tecnológicos, aun añoramos vivir en comunidad, expuso el Doctor José Miguel Marinas Herreras, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, durante su conferencia magistral “El síntoma comunitario entre el polis y el mercado”
Lo anterior dentro del Coloquio Ética y Democracia Contemporánea, cuya organización corrió a cargo del cuerpo académico: Estudios de Política y Procesos de Gobierno de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP.
El especialista en filosofía política afirmó que la crisis del vínculo social une a la ética y la política, pero lo que es más preocupante para politólogos, filósofos y sociólogos es ¿por qué nos empeñamos en hacer sociedad, si vemos que lo más moderno dice, que si vivimos en sociedad es para mirar cada uno por sus intereses individuales?
“Las sociedades complejas que vivimos en la globalización, al tiempo que continuamos avanzando y nos sentimos orgullosos de la tecnología, añoramos los tiempos de la comunidad pérdida, en donde éramos reconocidos ampliamente y nuestra palabra valía por lo que es”.
En esa esfera íntima y particular que representa la comunidad, “uno no tiene que esforzarse por ser el más listo o el más fuerte, sino que a uno lo quieren y lo aguantan por lo que es, ése es uno de los aspectos del síntoma comunitario”, señaló Marinas Herreras.
Por otro lado, explicó que ética y política son dos realidades íntimamente unidas, puesto que pertenecen ambas al razonamiento práctico en el que se razona después de la acción.
“En el contexto de la filosofía moral y política contemporánea, ética hace referencia a un planteamiento de tipo universalista: colocarse en el lugar del otro para que pueda llegar a conclusiones semejantes a las mías”.
Sin embargo, “el discurso político tiene otra vertiente: estamos acostumbrados a convivir en sociedades en las que se convive con personas cuyas creencias morales son distintas”, indicó.
“No hay un razonamiento político que sirva para todo el mundo o universal, salvo un marco jurídico y democrático; lo político va de lo particular a lo general y lo ético de lo general a lo particular”.
Por último, el catedrático madrileño abundó con respecto al síntoma: “Freud dijo que los síntomas son formaciones de compromiso entre lo que hemos expulsado y lo que no podemos expulsar, y los define también como ficciones protectoras, pero una ficción no es una mentira, sino un relato que intenta explicar lo que no se puede explicar”.
Créditos: BUAP/Comunicación Institucional/buap.mx