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Futuro del libro podría ser enterrado por las pantallas digitales: Vargas Llosa

 
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23 de octubre de 2013

Premio Nobel de Literatura
Premio Nobel de Literatura

El Premio Nobel de Literatura afirmó que “el espíritu crítico que ha resultado de las ideas y contenido en los libros de papel podría empobrecerse extraordinariamente si las pantallas acabaran por enterrar a los libros”.

El VI Congreso Internacional de la Lengua Española situado en Panamá, discutió las amenazas y bondades que se espera el futuro del libro.

La conclusión de este es que aparentemente “el libro tendrá una larga vida”. Sin embargo, las amenazas frente a los formatos digitales crecen a medida de la tecnología.

El Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, dijo que “el espíritu crítico que ha resultado de las ideas y contenido en los libros de papel podría empobrecerse extraordinariamente si las pantallas acabaran por enterrar a los libros”.

El libro, añadió Vargas Llosa, “goza de buena salud” y continúa circulando, por lo que es “alentador” e “interesante saber que el número de lectores aumenta aunque no tanto la venta de libros”.

Hay que hacer lo posible” para que el libro impreso siga existiendo y conviva con el digital, insistió el autor peruano.

“Hay una problemática nueva con la gran transformación que ha significado para el libro el desarrollo de las nuevas tecnologías. Sobre eso hay mucha incertidumbre, es muy difícil profetizar qué es lo que va a ocurrir: si el libro digital va a anular el libro del papel, si va a haber finalmente una legalidad respecto al libro digital y a la cultura digital. Hay una enorme incertidumbre y creo que eso es un elemento absolutamente fundamental en la dirección que tome la cultura en el futuro inmediato”, afirmó el Premio Nobel de Literatura.

La literatura solo para las pantallas, recalcó, “sería mucho más superficial, de puro entretenimiento, conformista”.

El escritor nicaragüense, Sergio Ramírez comentó que “en este momento de globalización algunas lenguas entran en otras, es imposible la antigua compartimentación de los idiomas” y añadió que “estamos en un momento en que se verá cuáles idiomas sobreviven o no”.

En esa misma sintonía, el mexicano Raúl Padilla, ex rector de la Universidad de Guadalajara, Jalisco, expresó en la plenaria que “hay millones de maneras de acercarse a la lectura”, pero recordó que el “acceso jamás lo podremos ofrecer si insistimos sólo en los libros con soporte papel y se desechan las ofertas digitales”.

“Lejos de ser una amenaza, el libro electrónico representa una oportunidad para ampliar enormemente la influencia de la lengua española en general, y del libro en español en particular”, explicó el mexicano Raúl Padilla.

CRÉDITOS: Redacción AN

Guía virtual garantiza norma de sismorresistencia.

 
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2 de Febrero del 2013
Los proyectos arquitectónicos, además de satisfacer aspectos de diseño deben cumplir con la norma de sismorresistencia (NSR-10). Una herramienta web para verificar esto, será de utilidad para el gremio.
Luego de terremotos como el del Quindío (1999), que causó la muerte de cerca de dos mil personas en la zona cafetera; el de Pizarro (2004), que afectó a Cali; y el de Quetame (2008), que provocó daños en Bogotá, la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) adaptó la NSR con base en el mapa de sismicidad elaborado por la Red Sismológica Nacional, adscrita al Instituto Colombiano de Ingeniería y Minería (Ingeominas).
Las modificaciones incluyeron requisitos mínimos para proteger vidas humanas, así como el patrimonio del Estado y de los ciudadanos. Las construcciones que cumplen la NSR-10 deben resistir temblores de poca intensidad sin daño leve; de mediana, sin daño estructural; y fuertes, sin colapso.
Con esta premisa, Cristian Ramírez, Valentina Gómez y Daniel Jiménez, arquitectos de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales, desarrollaron una herramienta web que explica el manejo de la norma. En esta se exponen, por ejemplo, las especificaciones de acceso y salida de los inmuebles y los sistemas de detección de incendios.
Se trata de un compendio de información en el cual se ordenan y agrupan los datos de cada uno de los diez tipos de ocupación que propone la NSR-10: residencial, industrial, comercial, almacenamiento, especial, institucional, lugares de reunión, mixtos, alta peligrosidad y temporal.
Esos compendios tienen hipervínculos que dirigen a la persona a páginas para ofrecer informes específicos. Además, tienen casillas cuantitativas y cualitativas para determinar cuáles son las referencias mínimas requeridas para ejecutar la construcción proyectada, entre otros aspectos.
“Buscamos garantizar la vida de las personas. Para eso, tomamos como base los títulos J y K del Reglamento de Construcciones Sismorresistentes, aquellos que estamos obviando como arquitectos”, dice Ramírez.
Requisitos básicos
El título J se refiere al riesgo por incendio y al uso de ciertos materiales en espacios sensibles a la combustión. Por ejemplo, el cartón o el madeflex (un tipo de madera industrial) no deben usarse en zonas de evacuación. También habla del uso de rociadores automáticos, la resistencia de la edificación al fuego, las tomas fijas de agua o para mangueras de bomberos, entre otras variables.
El título K se refiere a las dimensiones y al número de salidas de emergencia por piso, su iluminación y señalización.
“Son requisitos básicos al edificar, pero muchas veces no se cumplen. Uno que se pasa por alto es que los vidrios deben estar a más de dos metros de altura en esas salidas y tener una banda opaca, hacerles divisiones a los más grandes y variar su grosor según el nivel del mar”, indica Jiménez.
Seguridad en el diseño
Para garantizar que se cumplan, los arquitectos de la UN visitan proyectos en su etapa final de construcción y establecen qué especificaciones de los títulos J y K se deben aplicar según el diseño del inmueble. Luego ingresan los datos a la aplicación virtual, que les ofrece respuestas inmediatas.
Así, los constructores evitan instalar dispositivos inútiles; o, al contrario, se les advierte sobre la necesidad de satisfacer algún requerimiento específico (rociadores, escaleras de evacuación, etc.).
El servicio de asesoría, a su vez, sirve de base para elaborar un proyecto de construcción. Así, se evitan problemas legales, al presentarlo ante la Curaduría (entidad privada encargada de revisar y aprobar licencias de construcción), y riesgos por edificaciones no idóneas.
Los arquitectos han hallado que la mayoría de proyectos tienen una u otra falencia y que, oficialmente, no existe una estadística sobre el porcentaje de edificaciones que tienen fallas con respecto a la aplicación de la norma.
“Entregamos un documento técnico de sustento en el cual anotamos los incisos de la NSR-10 que se deben cumplir, según el tipo de profesional involucrado (ingeniero eléctrico, relacionado con las luces de emergencia; ingeniero hidráulico, con las tomas de bomberos; y arquitecto, con el ancho de las salidas, dimensiones del espacio y largo del corredor, etc.). Asimismo, ofrecemos la memoria de sustento que justifica la aplicación. Esta se entrega a las curadurías y sirve de guía para hacer efectivos los títulos J y K”, explican los profesionales.
Hasta la fecha, los expertos de la UN han evaluado quince proyectos para empresas del Eje Cafetero, entre los cuales se pueden mencionar tres desarrollados en conjunto con el arquitecto Eduardo Gómez: dos en el municipio de Villamaría (Caldas) y uno en Dosquebradas (Risaralda).
Otro resultado fue la creación de su propia empresa, llamada Estoa Arquitectura, para lo cual cuentan con el apoyo del Parque de Innovación Empresarial de la UN en Manizales y la Unidad de Emprendimiento de la Universidad de Caldas.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Los arquitectos han hallado que la mayoría de proyectos constructivos tienen una u otra falencia en la aplicación de la norma sismorresistente.

Los arquitectos han hallado que la mayoría de proyectos constructivos tienen una u otra falencia en la aplicación de la norma sismorresistente.

2 de Febrero del 2013

Los proyectos arquitectónicos, además de satisfacer aspectos de diseño deben cumplir con la norma de sismorresistencia (NSR-10). Una herramienta web para verificar esto, será de utilidad para el gremio.

Luego de terremotos como el del Quindío (1999), que causó la muerte de cerca de dos mil personas en la zona cafetera; el de Pizarro (2004), que afectó a Cali; y el de Quetame (2008), que provocó daños en Bogotá, la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) adaptó la NSR con base en el mapa de sismicidad elaborado por la Red Sismológica Nacional, adscrita al Instituto Colombiano de Ingeniería y Minería (Ingeominas).

Las modificaciones incluyeron requisitos mínimos para proteger vidas humanas, así como el patrimonio del Estado y de los ciudadanos. Las construcciones que cumplen la NSR-10 deben resistir temblores de poca intensidad sin daño leve; de mediana, sin daño estructural; y fuertes, sin colapso.

Con esta premisa, Cristian Ramírez, Valentina Gómez y Daniel Jiménez, arquitectos de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales, desarrollaron una herramienta web que explica el manejo de la norma. En esta se exponen, por ejemplo, las especificaciones de acceso y salida de los inmuebles y los sistemas de detección de incendios.

Se trata de un compendio de información en el cual se ordenan y agrupan los datos de cada uno de los diez tipos de ocupación que propone la NSR-10: residencial, industrial, comercial, almacenamiento, especial, institucional, lugares de reunión, mixtos, alta peligrosidad y temporal.

Esos compendios tienen hipervínculos que dirigen a la persona a páginas para ofrecer informes específicos. Además, tienen casillas cuantitativas y cualitativas para determinar cuáles son las referencias mínimas requeridas para ejecutar la construcción proyectada, entre otros aspectos.

“Buscamos garantizar la vida de las personas. Para eso, tomamos como base los títulos J y K del Reglamento de Construcciones Sismorresistentes, aquellos que estamos obviando como arquitectos”, dice Ramírez.


Requisitos básicos

El título J se refiere al riesgo por incendio y al uso de ciertos materiales en espacios sensibles a la combustión. Por ejemplo, el cartón o el madeflex (un tipo de madera industrial) no deben usarse en zonas de evacuación. También habla del uso de rociadores automáticos, la resistencia de la edificación al fuego, las tomas fijas de agua o para mangueras de bomberos, entre otras variables.

El título K se refiere a las dimensiones y al número de salidas de emergencia por piso, su iluminación y señalización.

“Son requisitos básicos al edificar, pero muchas veces no se cumplen. Uno que se pasa por alto es que los vidrios deben estar a más de dos metros de altura en esas salidas y tener una banda opaca, hacerles divisiones a los más grandes y variar su grosor según el nivel del mar”, indica Jiménez.


Seguridad en el diseño

Para garantizar que se cumplan, los arquitectos de la UN visitan proyectos en su etapa final de construcción y establecen qué especificaciones de los títulos J y K se deben aplicar según el diseño del inmueble. Luego ingresan los datos a la aplicación virtual, que les ofrece respuestas inmediatas.

Así, los constructores evitan instalar dispositivos inútiles; o, al contrario, se les advierte sobre la necesidad de satisfacer algún requerimiento específico (rociadores, escaleras de evacuación, etc.).

El servicio de asesoría, a su vez, sirve de base para elaborar un proyecto de construcción. Así, se evitan problemas legales, al presentarlo ante la Curaduría (entidad privada encargada de revisar y aprobar licencias de construcción), y riesgos por edificaciones no idóneas.

Los arquitectos han hallado que la mayoría de proyectos tienen una u otra falencia y que, oficialmente, no existe una estadística sobre el porcentaje de edificaciones que tienen fallas con respecto a la aplicación de la norma.

“Entregamos un documento técnico de sustento en el cual anotamos los incisos de la NSR-10 que se deben cumplir, según el tipo de profesional involucrado (ingeniero eléctrico, relacionado con las luces de emergencia; ingeniero hidráulico, con las tomas de bomberos; y arquitecto, con el ancho de las salidas, dimensiones del espacio y largo del corredor, etc.). Asimismo, ofrecemos la memoria de sustento que justifica la aplicación. Esta se entrega a las curadurías y sirve de guía para hacer efectivos los títulos J y K”, explican los profesionales.

Hasta la fecha, los expertos de la UN han evaluado quince proyectos para empresas del Eje Cafetero, entre los cuales se pueden mencionar tres desarrollados en conjunto con el arquitecto Eduardo Gómez: dos en el municipio de Villamaría (Caldas) y uno en Dosquebradas (Risaralda).

Otro resultado fue la creación de su propia empresa, llamada Estoa Arquitectura, para lo cual cuentan con el apoyo del Parque de Innovación Empresarial de la UN en Manizales y la Unidad de Emprendimiento de la Universidad de Caldas.

Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html