Tag Archives: Veracruz

Puentes intergeneracionales para la paz

 
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niño

17 de agosto de 2015

– Sabersinfin –

“El diálogo vivifica,
porque entre palabra y palabra
nos llevamos parte del otro
y dejamos algo de lo que somos”.
Abel Pérez Rojas.

Ante la agobiante andanada de hechos sangrientos a lo largo y ancho de nuestro país, resulta difícil encontrar vías alternativas para su pacificación. Continue reading Puentes intergeneracionales para la paz

Los Tuxtlas, una veta de “oro verde”

 
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mono

02 de junio de 2015

La región de Los Tuxtlas, al sur de Veracruz, representa una veta de “oro verde”, rica en clorofila y oxígeno; un enorme “almacén” de recursos forestales con un gran valor ecológico y comercial, y un manantial para Coatzacoalcos, Minatitlán, Acayucan, San Andrés Tuxtla y Catemaco; 30 por ciento del abasto de agua potable en estas ciudades proviene de su sierra. Continue reading Los Tuxtlas, una veta de “oro verde”

DESCUBREN UNIVERSITARIOS NUEVA ESPECIE DE ARAÑA QUE SE CAMUFLA CON PARTÍCULAS DEL SUELO

 
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arañacamuflaje17 de septiembre de 2014

Paratropis tuxtlensis es una nueva especie de araña descubierta por integrantes del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, en la región de Los Tuxtlas, Veracruz. Pertenece a una familia poco común, denominada Paratropididae, de la cual se conocían, hasta ahora, sólo nueve especies distribuidas en Sudamérica y Centroamérica, hasta Panamá. Este hallazgo representa el primer registro de esa familia para Norteamérica.

El pequeño arácnido nunca había sido visto en territorio mexicano; se distingue de otros por su piel rugosa, con una especie de escamas donde se adhieren más fácilmente las partículas del suelo que le brindan el camuflaje perfecto, y por sus ojos, que se ubican en una especie de “torreta”, más arriba que el resto del cuerpo.

Las primeras colectas de arañas pequeñas o inmaduras se hicieron en 2010, como parte de un proyecto de la Colección Nacional de Arácnidos, que resguarda el IB, y de adultas, en 2011. No obstante, fue recientemente que el descubrimiento se dio a conocer en la revista ZooKeys, de acceso abierto para su consulta.

Por su importancia, el hallazgo de los universitarios ha sido notado por especialistas de todo el mundo. “Es un trabajo que le da reconocimiento a la UNAM a escala mundial; hacemos investigación de primera línea, de punta, y descubrimos cosas interesantes”, explicó Oscar Federico Francke Ballvé, investigador del IB y quien encabeza el equipo de expertos.

Pequeñas y difíciles de detectar

Las Paratropis tuxtlensis, que toman su nombre científico del sitio donde fueron localizadas, en el Área Natural Protegida de Los Tuxtlas, son arañas pequeñas, que no miden más de cuatro centímetros de la punta de una pata al extremo opuesto.

Por su tamaño y debido a que adhieren partículas del suelo a su cuerpo, son difíciles de detectar. “Si uno no tiene ‘buen ojo’, puede levantar una piedra y no verlas; si la araña no se mueve, no se distingue porque se ve como parte del suelo. Hay que revisar bien para poderlas encontrar”, relató Jorge Mendoza Marroquín, estudiante de doctorado.

Por eso mismo es escaso el conocimiento que se tiene de esa familia, tanto, que de las nueve especies antes conocidas sólo en tres se habían descrito a los machos adultos. “No sabemos cuánto viven, ni cuál es su temporada reproductiva; son animales muy raros”, dijo.

En cuanto a su hábitat, señaló que por haberse encontrado en esa selva veracruzana es de esperarse que esté distribuida en todo el sureste de México, en áreas húmedas, selváticas.

Seguramente tienen depredadores: pueden ser otros arácnidos e insectos, como alacranes que compiten por espacio debajo de las piedras. “Si tomamos en consideración la biología general de las arañas, donde los machos salen a buscar hembras para reproducirse, se podría esperar también que sean parte de la cadena alimenticia de otros animales, incluidos reptiles, como lagartijas, o anfibios, como las ranas”.

Sus movimientos son muy lentos. “Si tomas una y la pones en tu mano, se queda quieta; posiblemente su instinto de supervivencia ante depredadores sea permanecer estática, además de confundirse con el suelo, lo que le ayuda a pasar desapercibida”.

Con seguridad Paratropis tuxtlensis es una especie endémica de la zona, lo anterior si se toma en cuenta que Los Tuxtlas es un área natural protegida muy pequeña, y por el tamaño de las propias arañas, que no les permite moverse grandes distancias.

Glándulas con adhesivo

Para descubrir cómo se camufla, a Francke Ballvé y sus estudiantes, Mendoza Marroquín y Alejandro Valdez Mondragón, se les ocurrió revisar a los ejemplares con fotografía de microscopía electrónica de barrido.

Al ver el detalle, indicó Mendoza Marroquín, “pudimos notar pequeños orificios, a manera de aberturas en la piel, y de algunos de ellos salía un líquido. Deducimos, con base en la distribución de estas estructuras, que se trata de glándulas que deben tener una especie de adhesivo que les ayuda a pegar el sustrato del suelo”. Eso no se había reportado.

Los universitarios también se percataron que aunque el animal quedara fijado en alcohol para su estudio, las partículas de suelo no se caían, seguían fijas a sus cuerpos. De hecho, “para limpiarlos se requiere una aguja de disección o ponerlos en un limpiador sónico para que vibren y las partículas se desprendan”.

Francke Ballvé comentó que el equipo científico tuvo la fortuna de que una de las hembras vivas que llevaron a su laboratorio en el IB pusiera ovisaco “y ya tenemos crías”.

Mendoza las cría; alrededor de dos meses las mantuvo juntas, aunque son depredadores y podrían tener la tendencia a devorarse entre sí. “Resultó interesante observar cómo se toleran”. Durante ese tiempo las alimentó con moscas de la fruta y crías de grillo, que miden dos o tres milímetros, luego las separó.

“Algunas han tenido mayor desarrollo. Hay ejemplares que por sus condiciones fisiológicas son de mayor tamaño que sus hermanas; como en los humanos, debe haber diferencias individuales. Se han alimentado bien y no ha habido problema”.

Contar con las arañas vivas, sostuvo Francke, “nos abre las posibilidades de observar todos los aspectos de comportamiento y alimentación, cuándo y cómo se aparean, cuánto dura el periodo de desarrollo y demás aspectos que se desconocen para toda la familia Paratropididae”.

En términos de la biogeografía, también se abre un panorama importante. La reserva de Los Tuxtlas contiene elementos endémicos relacionados con Sudamérica: “¿cómo llegaron esas arañitas hasta acá, si sabemos que viven debajo de piedras, que son tímidas? Hablamos de patrones de distribución muy antiguos y que son muy relevantes”, abundó.

A ello se suman otros aspectos, como el estudio de su adhesivo líquido, sobre todo porque funciona en condiciones de humedad en altas concentraciones, y así, “aunque haya agua, pega, por lo que podría tener muchas aplicaciones”; de igual manera se analizará su veneno (proyecto a cargo de Lourival Possani, integrante del Instituto de Biotecnología de la UNAM).

Oscar Federico Francke, formador de la próxima generación de aracnólogos para México, estimó que se conoce alrededor del 25 al 30 por ciento de la diversidad de arañas en el país. “Cada vez que vamos a un sitio nuevo en el campo, aparecen especies desconocidas. En la última salida a Huautla, Oaxaca, en una semana trajimos por lo menos 14, cinco de ellas tarántulas, prácticamente una por día. Por eso es importante nuestro trabajo de clasificación y sistemática; hay mucho por hacer”, finalizó.

Créditos: UNAM-DGCS-539-2014

DISMINUYE LA NIEBLA EN ZONAS DEL CENTRO DE VERACRUZ

 
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nieblaenveracruzUn grupo del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM —encabezado por Víctor Barradas Miranda— que colabora con el Laboratorio Nacional de las Ciencias de la Sostenibilidad, reportó que la niebla en los bosques mesófilos de la zona central de Veracruz ha disminuido de manera paulatina. El fenómeno tendría consecuencias graves en los ciclos vitales de cientos de especies animales y vegetales, muchas endémicas, así como en el ecosistema de la región.

El académico señaló que esta alteración tendría origen en la deforestación, cambio de uso del suelo por actividad antropogénica y en la convección. “Al deforestarse un lugar, la temperatura aumenta y, en consecuencia, la base de las nubes sube, al igual que la bruma”.

Aunque el nivel sólo se ha elevado entre 200 y 400 metros, el fenómeno tendría consecuencias sociales, geográficas y ecológicas, además de que generaría escasez pluvial, lo que impactaría al bosque de niebla, un ecosistema de importancia económica y agrícola para los habitantes del área.

Tras realizar estudios de vulnerabilidad de la zona mesófila, Barradas Miranda concluyó que ésta es altamente vulnerable. “Si la temperatura aumentara a más de 30 grados y la humedad relativa disminuyera 30 por ciento, el lugar se transformaría y otras especies colonizarían el territorio. Además, el cambio climático global replicaría el problema en el planeta entero. En la zona central de Veracruz hay una modificación que respondería a este fenómeno mundial, pero en parte es regional”.

El investigador y su grupo señalan que es posible revertir esta disminución con medidas que incluyen un programa de reforestación. En un análisis que data de hace tres décadas, Barradas Miranda calculó que, en la zona, la captación hídrica mediante vegetación es de una quinta parte del balance, es decir, entra un 20 por ciento más de agua y representa una alternativa para “capturar” agrupaciones nubosas.

Esta opción es practicada en zonas como el desierto chileno, uno de los más secos del mundo, donde se abastecen de agua a partir de bruma “cosechada” con atrapanieblas (una malla de mosquitero) colocada perpendicularmente en dirección del viento, donde se depositan las gotas de las nubes.

Barradas Miranda refirió que estos cúmulos de vapor constituyen un recurso natural que puede explotarse con eficiencia y resultaría crucial en lugares con sequía. Se debe estudiar tanto la captación como la disponibilidad y potabilidad para saber si es redituable para que una persona cubra sus necesidades diarias del líquido.

“Tenemos que ir hacia la reforestación. Nuestra investigación señala la importancia de que las pequeñas comunidades cultiven especies de interés ecológico y económico para atender sus necesidades. Es posible conjugar agricultura y silvicultura para que, a partir de esa convección, vuelva a bajar la niebla”, concluyó.

Créditos: UNAM-DGCS-182-2014

Afecta industria petrolera y agropecuaria grupos de anfibios y reptiles

 
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En áreas de alto impacto petrolero, investigadores de la UNAM han encontrado que, en cuanto a anfibios y reptiles, todos los grupos han sido afectados: salamandras, ranas y cecilias, por un lado, y tortugas, cocodrilos, lagartijas y serpientes, por el otro.
En áreas de alto impacto petrolero, investigadores de la UNAM han encontrado que, en cuanto a anfibios y reptiles, todos los grupos han sido afectados: salamandras, ranas y cecilias, por un lado, y tortugas, cocodrilos, lagartijas y serpientes, por el otro.

27 de diciembre de 2012
• Han sido alterados salamandras, ranas y cecilias, por un lado, y tortugas, cocodrilos, lagartijas y serpientes, por el otro
• La industria agropecuaria también contribuye a deteriorar el medio ambiente en distintas zonas del sureste del país

Investigadores del Instituto de Biología (IB) de la UNAM analizan, desde 1998, los efectos de la explotación petrolera en varios puntos del país.

Ese año, un equipo de trabajo comenzó un estudio en las zonas con más conflictos sociales relacionados con esa actividad –desde el sur de Veracruz, hasta el norte de Campeche, antes de la Laguna de Términos–, para establecer los daños en su flora y fauna. En 2002 lo concluyó, y en 2005, hizo público un documento con los resultados sobre biodiversidad.

Meses después de que el análisis fuera concluido, Pemex abrió el parque ecológico Jaguaroundi, en la periferia de las instalaciones de sus complejos petroquímicos Cangrejera, Pajaritos y Morelos, al sur de Veracruz, y en 2011, el Tuzandépetl, en Ixhuatlán del Sureste, en el mismo estado.

A la fecha, los universitarios no han dejado de monitorear esas áreas de alto impacto petrolero y comparar los efectos que han encontrado en ellas con los estudios que llevaron a cabo en Los Tuxtlas, otra región de Veracruz bien conservada, y con gran diversidad de especies.

“En cuanto a los anfibios y reptiles, podemos afirmar que todos los grupos han sido afectados: salamandras, ranas y cecilias, por un lado, y tortugas, cocodrilos, lagartijas y serpientes, por el otro. Ahora bien, en el momento que hicimos la investigación, vimos que las explotaciones petroleras eran responsables de muchos daños, sí, pero que en realidad las afecciones más significativas se debían a la acción combinada de las industrias petrolera y agropecuaria presente en esas zonas”, señaló Víctor Hugo Reynoso Rosales.

Los investigadores detectaron en los cuerpos de agua focos de contaminación originados por los germicidas y acaricidas que aplican a las vacas lecheras, y por los herbicidas que se emplean para eliminar algunas especies de plantas no deseadas.

“En el caso de los anfibios, se ven más impactados por los químicos que lanza la industria agropecuaria, que por los de la petrolera. Por ejemplo, vimos especies de ranas que saltaban tranquilamente en lugares llenos de chapopote”, indicó el herpetólogo.

La industria petrolera ocasiona un grave deterioro ambiental cada vez que excava un pozo, deseca un pantano y/o redistribuye un cuerpo de agua, pero la agropecuaria también, al verter directamente en los cuerpos detritus peligrosos, que tardan mucho tiempo en degradarse.

“Pensamos que lo que causa la pérdida de biodiversidad en la planicie del Golfo de México es la acción combinada de estas dos fuentes contaminantes, y no sólo una, de ahí que propongamos estudiar los efectos de ambas. Debemos abordar el problema en su totalidad, no de manera parcial”, aseveró.

Respecto al parque ecológico Jaguaroundi, aunque está rodeado por complejos petroquímicos contaminantes que emiten ingentes cantidades de humo y olores fuertes, guarda una diversidad de especies muy rica.

“Esperábamos hallar en su interior un intenso deterioro ambiental, sin embargo, todo parece indicar que bastaría que existan fragmentos o remanentes de vegetación suficientemente grandes, para que las poblaciones de anfibios y reptiles se mantengan bien. Es posible que esos espacios absorban de manera eficiente los contaminantes y, por consiguiente, eviten que se alteren los hábitats específicos de anfibios y reptiles. Esto es algo completamente inesperado para nosotros”, admitió.

Reynoso Rosales y sus colaboradores exploran ahora el nuevo parque ecológico Tuzandépetl, donde también han encontrado gran diversidad de especies.

Créditos: UNAM-DGCS-793/2012