Tag Archives: sonora

Arquitectura con voz propia

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

Visualización de la Arquitectura a través del sonido
Visualización de la Arquitectura a través del sonido.

09 de Agosto de 2012

Este arte tiene una dimensión trascendente que no se aprecia visualmente, como la atmósfera y el carácter del lugar. A través de la radio, se vivenciarán esos intangibles que conforman el habitar.

Dentro del conglomerado de elementos que hacen parte de la Arquitectura, la profesora de la UN en Manizales Gloria Hoyos Bustamante retomó el concepto de la casa, para expresar, mediante imágenes sonoras, aquellos aspectos que no hacen parte de la plástica del espacio, sino de su espíritu.

“Con la radio se logra deconstruir todo ese discurso elaborado en la academia, que, por su densidad, no alcanza a tener un impacto social para que sea legible a todos”, afirma la docente.

Para este trabajo, que hace parte de su tesis doctoral en Diseño y Creación de la Universidad de Caldas, se tienen dieciséis temas que integran, entre otros aspectos, la fenomenología y la filosofía de la casa. De modo que, mediante el lenguaje sencillo y la expresividad que permite la radio, se puedan recrear esos elementos inmateriales que configuran su habitar.

Este ejercicio posibilita traducir esos elementos invisibles de la Arquitectura necesarios para que aquello que está más allá de la mirada pueda resultarle significativo a cualquier persona; por ejemplo, la visión de Gastón Bacherlard de la casa como útero; la casa tomada de Julio Cortázar, los cuentos de Jorge Luis Borges, entre otros.

El trabajo de campo de la investigación se aleja de los métodos tradicionales (como encuestas y entrevistas), para hacer uso de la etnografía radial, que permite tener una interacción con las personas y así retroalimentar los contenidos acerca de la convivencia, la relación con los objetos que los rodean y los demás seres que la habitan (como las plantas y animales), los niveles de apropiación, entre otras consideraciones.

Como parte de los procesos desarrollados, anteriores a este proyecto, se  cuenta con algunos ejercicios cercanos al radioarte, entre ellos: “La casa a cuestas”, hecho en Salto (radio pública de Ámsterdam), y “Una cartografía sonora”, adelantada en Barcelona con la Orquesta del Caos del CCC (Centro de Cultura Contemporánea), para colaborar con el archivo de sonidos del mundo del observatorio de Sonoscop.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co

En Sonora, revelan huellas de dinosaurio, tamaño, comportamiento y presencia

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

Como no es posible retirar las huellas de su sitio original, son fotografiadas, luego se cubren con plástico y se copian para tener una calca del tamaño, forma y profundidad de cada una de ellas.
Como no es posible retirar las huellas de su sitio original, son fotografiadas, luego se cubren con plástico y se copian para tener una calca del tamaño, forma y profundidad de cada una de ellas.

29 de enero de 2011

• Un rastro de 11 pisadas de la especie Pico de Pato, con una antigüedad de 70 millones de años, son analizadas por René Hernández Rivera, del Instituto de Geología de la UNAM, tras ser descubiertas en Esqueda, Sonora
• Su estudio revela que no todos eran gigantes, vivían en grupo y muchos comían plantas cerca de lagos o arroyos
• En México, se han encontrado vestigios de dinosaurios en Coahuila, Sonora, Puebla, Michoacán y Oaxaca, dijo el paleontólogo

Con las huellas que tres dinosaurios dejaron a su paso hace 70 millones de años en el suelo que hoy ocupa Sonora, el paleontólogo René Hernández Rivera, investigador del Instituto de Geología (IGl) de la UNAM, descifra la ubicación, tamaño y comportamiento de esos emblemáticos animales de la era Mesozoica y del periodo Cretácico Superior.

Con los huesos se puede identificar la especie y su longitud, detalló el especialista; su comportamiento y su forma de moverse se obtiene de las pisadas.

Con su más reciente estudio, que comenzó el año pasado luego de que un grupo de trabajadores de la construcción encontró un rastro de 11 pisadas en lajas de cantera en Esqueda, Sonora, Hernández Rivera ha ayudado a derribar varios mitos, como el que sostiene que eran animales solitarios, pues las pisadas confirman que vivían en grupos, o el que señala que eran gigantes, pues aunque hubo especies de 44 metros de longitud, existieron otras del tamaño de una gallina.

Tampoco todos eran carnívoros o agresivos, explicó el paleontólogo, pues los hadrosaurios Pico de Pato, a los que corresponden la mayoría de las pisadas halladas, se alimentaban de plantas.

Además, no podían estar en el agua, como sostiene otra creencia popular, pues por su peso y morfología, solamente podían acercarse a lagos o arroyos a beber agua, pero no nadar.

A estas conclusiones ha llegado Hernández tras analizar, primero en el sitio del hallazgo y luego en su laboratorio de la UNAM, la información guardada en cada pisada, que se suma a datos obtenidos en campañas anteriores, donde huesos localizados en varias zonas del mundo ayudan a atar cabos y completar las piezas de este rompecabezas del pasado.

Con las huellas que tres dinosaurios dejaron a su paso hace 70 millones de años en el suelo que hoy ocupa Sonora, se descifra la ubicación, tamaño y comportamiento de esos emblemáticos animales de la era Mesozoica y del periodo Cretácico Superior.
Con las huellas que tres dinosaurios dejaron a su paso hace 70 millones de años en el suelo que hoy ocupa Sonora, se descifra la ubicación, tamaño y comportamiento de esos emblemáticos animales de la era Mesozoica y del periodo Cretácico Superior.

Primeras huellas en Sonora

Hace un año trabajadores en Sonora encontraron en las lajas de cantera de Esqueda grandes huecos hundidos, dieron aviso al paleontólogo Carlos González León, responsable de la Estación Regional del Noroeste del Instituto de Geología de esta casa de estudios (ubicada en Hermosillo), quien hizo una primera revisión en el sitio.

Para confirmar la autenticidad de las pisadas, las primeras halladas en esa entidad, González León pidió la opinión de René Hernández, quien viajó a Esqueda (municipio de Fronteras) y, desde entonces, trabaja en el descubrimiento.

“Fuimos a Esqueda y comprobamos que sí son huellas de dinosaurio. Continuamos la búsqueda en otras dos partes de la cantera, de ocho metros de alto, y encontramos más huellas, para sumar 20, pertenecientes a tres dinosaurios distintos”, señaló el paleontólogo, con 33 años de experiencia en su especialidad.

Hace 70 millones de años esos dinosaurios pisaron un suelo blando, cercano a un cuerpo de agua, pero con el paso del tiempo, se formó la cantera y quedaron sus pisadas para la posteridad. Por eso es posible encontrar huellas en diferentes estratos, aunque entonces todas estaban en una planicie.

Calca al laboratorio

Como no es posible retirar las huellas de su sitio original, Hernández y sus colaboradores las fotografiaron, luego las cubrieron con plástico, y las copiaron para tener una calca del tamaño, forma y profundidad de cada una de ellas.

Esa calca en plástico es lo que llevan al laboratorio para un análisis más detallado, que permite conocer la profundidad de la pisada, su talla, dirección y separación entre cada una.

“El rastro de 11 huellas delanteras es de un dinosaurio Pico de Pato; lo sabemos porque tiene tres dedos redondeados, característicos de los que comían plantas, mientras que los carnívoros tenían dedos más largos y puntiagudos”.

Cada huella, añadió, mide 43 centímetros de la base a la punta y corresponde a un individuo de 18 metros de longitud.

El especialista de la UNAM también encontró en la cantera algunas pisadas de un carnívoro. “El hallazgo es importante porque es el primero para Sonora. Hay registros en Coahuila y Puebla, donde es precursor el Instituto de Geología”, relató.

Además de las pisadas, el universitario comenzará a trabajar con algunos huesos encontrados en el lugar, para completar su estudio.

Créditos: UNAM-DGCS-060-2011/unam.mx

Contribuye la UNAM a la recuperación de los bisontes en México

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

Una buena razón para el rescate del bisonte es que se trata de una especie clave de las praderas de Norteamérica.
Una buena razón para el rescate del bisonte es que se trata de una especie clave de las praderas de Norteamérica.

28 de diciembre de 2010

• Desaparecieron del territorio nacional en el siglo XIX. Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, y posiblemente Zacatecas, formaron parte de su área original, dijo Rurik List, investigador del IE de la UNAM
• Dos manadas habitan en la reserva de la biosfera de Janos, Chihuahua; una, de alrededor de 130 ejemplares, que se mueve entre México y EU, y la otra, de 22, servirá para reproducción y poblar nuevos territorios

El mamífero terrestre más grande del continente americano, el bisonte (Bison bison), habitó nuestro territorio por cientos de años. Aunque especialistas negaban que perteneció a la fauna mexicana, investigadores del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM han demostrado que Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango y posiblemente Zacatecas, fueron parte de su área original. “Por ello, es razonable hacer esfuerzos para su recuperación en México”, dijo Rurik List.

El científico, integrante del Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre de la entidad, expuso que una razón relevante para su rescate es que se trata de una especie clave –con un efecto “desproporcionado” en el ecosistema– de las praderas de Norteamérica.

A pesar de haber sido uno de los biomas con mayor distribución geográfica en el planeta, actualmente es de los más alterados y menos protegidos; “se necesita con urgencia recuperar las especies perdidas de los pastizales y que recomience la dinámica que los forjó durante miles de años”.

Los bisontes, que pueden vivir 30 años y pesar hasta 850 kilogramos, en el caso de los machos, aplastan y podan el pasto, condición necesaria para otras especies, como los perritos llaneros. Además, al revolcarse, hacen depresiones de hasta 20 centímetros de profundidad y cinco metros de largo, por dos o tres de ancho, que con la lluvia, se convierten en espacio de reproducción de anfibios e invertebrados acuáticos; asimismo, su lana es usada por aves para hacer sus nidos.

El llamado búfalo en Estados Unidos, se distribuía desde Alaska hasta el norte de México, refirió List en la revista Conservation Biology, pero a consecuencia de enfermedades del ganado traído por los españoles, y la caza, manadas de millones desparecieron en pocas décadas. “En el siglo XIX la industria creció a pasos agigantados y la demanda de bandas para máquinas aumentó en Europa, y para ese fin, se utilizó su piel”.

En el momento en que los grandes naturalistas de la Unión Americana llegaron a nuestro país, en la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, ya no había mención alguna del B. bison. Por ello, el equipo de List echó mano de documentos desde la época de la Colonia, y encontró reportes de su presencia en el territorio, de funcionarios y de personas que trabajaron en la delimitación de la frontera.

Incluso, un escrito de los más antiguos refiere a “dos bisontes que jalaban una carreta” en Zacatecas, y en publicaciones arqueológicas, se registró la presencia de huesos y pieles, en sitios como Paquimé. “Eso nos lleva a la conclusión de que el bisonte sí es un componente original de la fauna mexicana”, reiteró List.

Una manada

En 1988, cuando Gerardo Ceballos, también del IE, hacía su doctorado en al Universidad de Arizona, y encontró reportes de colonias de perritos llaneros en el municipio de Janos, Chihuahua; los localizó junto con una manada de bisontes, a la que no se había dado importancia.

Su origen podría estar en una donación del gobierno de Arizona al de Chihuahua en la década de 1920. Una segunda donación, se registró en los años de 1950, con lo que se formó una población que se ha movido por más de 80 años entre México y EU, como desde hace milenios lo hicieron sus ancestros.

En 2003, después de varios intentos, List encontró al grupo de alrededor de 130 ejemplares con ayuda de sobrevuelos. A partir de ese momento les ha seguido “la pista”. “Descubrimos que se mueven en dos ranchos de EU y tres de México. En nuestro territorio son considerados especie en peligro, protegida por las leyes, pero en cuanto cruzan la frontera se consideran ganado”.

A punto de extinguirse –quedaban sólo 500– algunos sobrevivientes de Yellowstone fueron llevados al zoológico de Nueva York. El número de ejemplares creció y fueron distribuidos en parques de Oklahoma, Dakota y Wyoming.

Por otro lado, algunos rancheros que habían capturado animales trataron de obtener una raza de ganado más resistente a las condiciones extremas de las planicies –inviernos fríos y veranos secos–, a las que los bisontes están acostumbrados. Los experimentos no funcionaron y la cruza entre ambas especies se dio sólo en condiciones forzadas; lo que sí ocurrió, fue que quedó un “legado” de genes de ganado en la población de “búfalo”.

Ahora, aunque hay una recuperación numérica, sólo cinco por ciento de los bisontes es silvestre, y muy pocos son “puros”, es decir, sin trazas genéticas de ganado, reconoció.

Otra gran preocupación, consideró, es que hace menos de dos años el gobierno estadounidense decidió expandir la construcción del muro fronterizo. Una de las áreas donde colocaron la barrera es donde se mueven los bisontes, y con ello, sólo queda la mitad de la zona libre para que crucen los animales.

“Aún no sabemos cuál será el efecto, pero es probable que se reduzca el movimiento a México”; por ello, los científicos pretenden que se reconsidere la aplicación de la medida en áreas biológicamente importantes.

Es de interés conocer la composición genética de este grupo. Por ello, ya se han tomado un par de muestras que evidencian la presencia de genes de ganado, pero tenemos que muestrear más, pues ese conocimiento dará la pauta para tomar acciones a futuro, expresó.
bisontes 2
Otra manada

Existe otra manada en México. Hace un año, recordó Rurik List, el Parque Nacional de Wind Cave, Dakota del Sur, hizo una donación de 23 ejemplares (dos murieron por una bacteria del suelo, y el resto, tuvo que ser vacunado; las inoculaciones que se administran al ganado doméstico incluyen cepas de esta bacteria, por lo que son inmunes, no así los bisontes). También se ubica en la reserva de la biosfera de Janos (de 543 mil hectáreas, declarada como tal el 8 de diciembre de 2009) y ya ha nacido una cría.

La importancia de estos bisontes es que son genéticamente puros, hasta donde lo permiten determinar las técnicas moleculares actuales. La meta es que se reproduzcan, y con un número suficiente, en aproximadamente seis años, llevar animales a otras partes de México.

Para que la manada crezca hasta 100 ejemplares será necesario cierto manejo como llevar a los especímenes a corrales, revisarlos, vacunarlos, colocarles collares, y en el momento en que se incremente la población, distribuirla a nuevos territorios de Sonora, Chihuahua y Coahuila.

Mientras eso ocurre, los universitarios continúan la colaboración y reciben financiamiento y apoyo de instancias como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, los zoológicos de Denver y Phoenix, y la Fundación J.M. Kaplan.

Además, evalúan los beneficios económicos por turismo y venta de cacerías, carne o pieles, para que los rancheros mexicanos decidan participar en la recuperación de la especie y, en algunas áreas, el bisonte sustituya parcialmente el ganado, finalizó List.

Créditos: UNAM-DGCS-815/unam.mx

Sin archivos no hay derecho a la información

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

Domingo 23 de Mayo de 2010

Sin archivos no hay derecho a la información ni transparencia, “si se va a alguna parte y se pide información, ésta puede negarse porque no existen documentos ni personal obligado a mantenerla”, dijo el Coordinador del Archivo Histórico Universitario de la BUAP, Alfonso Yáñez Delgado durante la clausura del Diplomado “Gestión de archivos institucionales y acceso a la información”.

El Secretario General de la BUAP, indicó que la información aún está vedada a los ojos de la ciudadanía y faltan por quitar muchos candados, por lo que el papel del archivista es un área vital para el país en este momento de transición.

“Ustedes organizan los archivos, de gobierno o del sector privado, con el único fin de que los usuarios puedan verlos, pues ellos quieren saber por ejemplo, cuánto gana un funcionario y qué hace”, expresó.

El diplomado constó de 180 horas, dividas en nueve módulos, donde cooperaron las universidades de Sinaloa, Zacatecas, Sonora, UNAM y la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía (ENBA). Acreditando así a 25 alumnos, quienes recibieron un reconocimiento por concluir sus estudios.

El objetivo de éste fue actualizar a hombres y mujeres dedicados a la archivística, adiestrándolos adecuadamente para contribuir a preservar la información documental y de esta forma defender parte del patrimonio nacional.

El Coordinador del Archivo Histórico de la UNAM, Gustavo Villanueva Bazán, afirmó que la idea es conjuntar esfuerzos y voluntades en aras del patrimonio, pues éste representa la memoria, identidad y pasado de una institución.

Por su parte, el Doctor Joaquín Flores Méndez, Director del ENBA, explicó la diferencia entre un archivista y encargado de un archivo, “el primero conoce lo que tiene y sabe para qué lo va a usar, en cambio el segundo sólo resguarda documentos. Esta simple diferencia marca la base de un archivo útil del que no lo es”.

Yáñez Delgado declaró que hace falta una norma específica que obligue a todas las entidades públicas del país, entre ellas las instituciones de educación superior, a la protección documental, pues actualmente no hay una ley general de archivo, por lo que se espera que la presente legislación se comprometa a adoptar esta necesaria norma.

Si se acepta que la ausencia de archivos contribuye al no cumplimiento del derecho a la información, “también debe admitirse que sin la formación constante y actualizada de personas dedicadas a la archivística, nuestro país tendrá incertidumbre sobre el quehacer público”, concluyó el coordinador.

Créditos: BUAP/Comunicación Institucional/buap.mx

El sismo de Mexicali superó al de Haití; el respeto al código de construcción evitó un desastre

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

El sismo en Mexicali se localizó sobre el Sistema de Fallas Cerro Prieto, una prolongación de la Falla de San Andrés, en California, Estados Unidos.
El sismo en Mexicali se localizó sobre el Sistema de Fallas Cerro Prieto, una prolongación de la Falla de San Andrés, en California, Estados Unidos.

• Con una magnitud de 7.2 y una profundidad de 10 kilómetros bajo la capital de Baja California, fue un evento grande, dijo el jefe del Servicio Sismológico Nacional, Carlos Valdés González

El sismo de magnitud 7.2 que se registró ayer domingo a las 17:40 (hora del centro) a 60 kilómetros al sureste de Mexicali, en Baja California, fue un poco mayor que el de Haití, pero el respeto a los códigos de construcción y la educación de la gente en esa región evitaron que se convirtiera en un desastre, afirmó Carlos Valdés González, jefe del Servicio Sismológico Nacional, organismo adscrito al Instituto de Geofísica de la UNAM.

El movimiento fue localizado a una profundidad de 10 kilómetros, sobre una falla casi vertical, con orientación noroeste-sureste, congruente con el sistema de fallas cartografiado en esa zona.

Se sintió con intensidad en Mexicali, Tijuana, Calexico, San Diego y Los Ángeles, zona fronteriza que comparten México y Estados Unidos.

“El de Mexicali fue un sismo muy parecido al de Haití, pues se localizó muy cerca de la superficie y, debido a su escasa profundidad, generó un movimiento intenso que cubrió una zona amplia. Pero los daños dependen mucho de las construcciones, y claramente las repercusiones en Mexicali y Haití fueron muy distintas. Aquí hubo daños materiales y dos víctimas, pero en Haití murieron miles”, agregó Valdés González.

En la generación de un desastre no solamente influye la magnitud del sismo, sino la preparación de la gente, el respeto a los códigos de construcción y saber qué hacer en caso de un terremoto.

Sistema de Fallas Cerro Prieto

El sismo del 4 de abril en Mexicali se localizó sobre el Sistema de Fallas Cerro Prieto, una prolongación de la Falla de San Andrés, en California, Estados Unidos.

Se trata de un lugar sísmico porque es la frontera de las placas tectónicas del Pacífico (en Baja California) y de Norteamérica (en Sonora).

“Hacía muchos años que en esta zona no había un temblor de tal magnitud, pero el Servicio Sismológico Nacional tiene registros de movimientos semejantes en 1915, de magnitud 7.0; en 1934 y 1940, ambos de 7.1, y en 1979, de 7.0”, recordó.

Valdés González explicó que se trató de un sismo de corrimiento lateral, como el de Haití, a diferencia de los de subducción, como el de 1985 en la Ciudad de México, o el de Chile, en febrero pasado.

Debido a que fue un sismo lateral, no generó un cambio de elevación terrestre y en consecuencia no causó un tsunami, aunque estaba cerca del mar, señaló Valdés González.

Recomienda simulacros mensuales

El titular del Servicio Sismológico Nacional dijo que eventos como el de Mexicali sirven para cuestionar si estamos preparados para enfrentar a un terremoto.

“Creo que este evento es una buena ocasión para plantear hacer simulacros, por lo menos una vez al mes, en zonas sísmicas del país”, recomendó.

En el norte del territorio tiembla con más frecuencia y se sienten sismos de magnitud 4.5, mientras en el centro sólo se perciben cuando son de magnitud 6 a 6.5.

Ante la posibilidad de nuevos temblores en México, Valdés González sugirió respetar los códigos de construcción y aumentar los ejercicios de protección civil.

Créditos: Boletín UNAM-DGCS-208 – dgcs.unam.mx