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N LA UNAM, INVESTIGADORES CON MÁS DE 25 AÑOS DE EXPERIENCIA EN LA TÉCNICA DE LA PLASTINACIÓN

 
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plastinacionLa plastinación es la técnica que permite preservar, por tiempo indefinido, tejidos o cuerpos de seres vivos; se consigue al sustituir los líquidos corporales (agua, grasa soluble, sangre) por resinas (polímeros) que proveen de una consistencia y textura similar a como lucían en vida.

Este procedimiento gana terreno en el orbe; en México, investigadores de la UNAM cuentan con más de 25 años de práctica, luego de formarse con su inventor, el alemán Gunther von Hagens. Esta casa de estudios es la primera institución de América Latina que asesora a colegas en diversas partes del continente, incluido Estados Unidos.

Ejemplos de esa técnica (como corazones, cerebros y varias partes de animales) pueden observarse en las facultades de Medicina (FM), Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) y de Estudios Superiores (FES) Iztacala, así como en la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) 8 Miguel E. Schulz y en Universum, Museo de las Ciencias, donde se exhibe Body Worlds Vital, que permanecerá en ese sitio hasta agosto.

Curaduría educativa

Daniel Barreto Oble, de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia y de la curaduría educativa del museo, habló de las manifestaciones de la plastinación en la Universidad Nacional y de Body Worlds Vital.

Esta exposición presenta más de 100 piezas. Muestra distintos aparatos o sistemas y 10 cuerpos completos, entre los que llaman la atención una jirafa de cuatro metros y medio de altura, a la que se le pueden ver los músculos y órganos internos.

Ante el cuestionamiento de cuál es la pieza más relevante, el universitario respondió que es cuestión de gustos. “Los preferidos son el futbolista (imagen publicitaria); la gimnasta (en barra de equilibrio); la dama x (parada con las piernas en esa forma); la clavadista (parece a punto de saltar) y el cuerpo expandido (de complexión normal, pero con cada órgano separado, lo que le brindada mayor volumen y altura).

Body Worlds Vital, abundó, posee objetivos claros de investigación y con los recursos económicos que capta en todo el mundo tiene la posibilidad de montar exposiciones costosas. En México, específicamente en el Museo de las Ciencias, es la segunda vez que se presenta.

El fin de este tipo de expresiones en las entidades universitarias es principalmente la enseñanza médica, reiteró.

En Universum, la sala permanente El Cerebro, nuestro puente al mundo, tiene un par de vitrinas. En una se lee: “Departamento de Morfología (Plastinación) Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Doctor Santiago Aja Guardiola”. Ahí se exhibe un cerebro de perro, un feto y un can completo; cabezas de guajolote y cabra; disecciones de gallina y un corazón teñido.

En otra: “Laboratorio de Anatomía (LAHUMA) FES Iztacala. Doctor José Figueroa Gutiérrez, Doctora Salomé Grajeda López y Biólogo Jaime Gómez”, se encuentra un cráneo con impacto de bala, un corte de cerebro y capas del mismo, una colección de tallos cerebrales y un cerebro con tumor.

En un recorrido por el Museo de las Ciencias, el entrevistado citó a Aja Guardiola, de la FMVZ: “En sus palabras, todo lo que estuvo vivo es susceptible de plastinarse. Su sueño es pasar una tortilla por este proceso, pues en algún momento fue una semilla y estuvo viva”.

Técnica revolucionaria

La plastinación, destacó, es la técnica más revolucionaria para preservar material biológico, en particular humano, pues permite acercamientos –desde una perspectiva innovadora- al estudio del mismo.

Su proceso puede llevar días o semanas; en promedio, un cuerpo humano requiere mil 500 horas de labor, desde que se obtiene el cadáver hasta la exhibición. Se emplean resinas y elastómeros (materia natural o artificial de gran elasticidad), cuyas características ayudan a un rápido secado, son maleables y ofrecen resultados satisfactorios.

“Para analizar el cerebro en neuroanatomía, usualmente se extrae de líquidos donde es preservado y se emplean guantes y cubrebocas, pues se trabaja con formol, que desprende vapores que pueden ser cancerígenos e irritan las mucosas, entre otras reacciones”.

Sin embargo, “con la plastinación se pueden hacer cortes a los órganos, no produce olores ni son pegajosos, se resaltan las estructuras e incluso pueden ser teñidos. Ese material puede servir para varias generaciones de estudiantes porque no se deteriora con el tiempo”, apuntó.

Desde el nivel básico hasta el profesional, tiene aplicaciones educativas. Si a los niños se les permite tocar un cerebro o un corazón plastinado, cambia su perspectiva y el aprendizaje es más significativo. Incluso en hospitales se recomienda para cualquier referencia requerida.

Entre los especialistas de la plastinación en la Universidad, Barreto Oble mencionó a Jorge Martínez Galindo (ya fallecido), quien trajo a México la técnica alemana que data de hace 36 años; a Santiago Aja; a José Figueroa, de la FM y a Víctor Plata Pérez, de la ENP 8.

El plastinarium, la casa matriz de esta técnica, se ubica en Guben, Alemania. Ahí se arman todas las exposiciones que se presentan en el orbe, concluyó.

Créditos: UNAM-DGCS-218-2014

Biología, crucial para afrontar los retos del presente y aportar soluciones para el futuro.

 
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24 de Enero del 2013
“La biología cambia tu perspectiva. Al abarcar todo el planeta, aporta conocimientos a cada una de las ciencias. A lo largo de mis estudios he tomado conciencia del cuidado de plantas, animales y el ambiente”, compartió Andrea Acosta Rodríguez, alumna de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza.
En la actualidad, quienes se dedican a esta área laboran en docencia e investigación, diseñan e instrumentan proyectos de rescate, conservación y explotación racional de recursos naturales, y proponen leyes para regular su uso y garantizar su protección. Además, aportan a la biomedicina, biotecnología, biología molecular, biodiversidad, educación ambiental, nutrición y ecología.
La disciplina se enfoca a entender cómo funcionan los seres vivos y los ambientes a los que pertenecen, y propone aplicaciones útiles para la sociedad. “Para afrontar los riesgos que implican el calentamiento global y el desarrollo económico para la preservación de especies y ecosistemas, es preciso generar conocimiento”, aseguró Jorge Nieto Sotelo, del Instituto de Biología (IB) de la UNAM.
En ocasión del Día del Biólogo, que se conmemora en el país el 25 de enero, aludió a la importancia de esta disciplina ante la destrucción del ambiente. Por ejemplo, los bosques y otras comunidades vegetales naturales, al captar lluvia, generan materia orgánica, mantienen suelos para la agricultura y producen oxígeno, explicó.
Además, los expertos del IB trabajan en la descripción de la biodiversidad de México, pues aún no hay un listado completo de las especies existentes en territorio nacional; concretar uno requiere años de trabajo y apoyo a especialistas.
Sequía, reto inmediato
En el año 2000, el tres por ciento de la superficie terrestre registraba sequía extrema. De persistir las condiciones ambientales actuales, para 2100 será un 30 por ciento, refirió el responsable del Laboratorio de Fisiología Molecular del Jardín Botánico del IB.
Ante este panorama, desarrolla líneas de investigación para comprender el impacto respectivo. En específico, estudia las adaptaciones de las plantas al calor y a la falta de agua.
“En el laboratorio analizamos cómo, a lo largo de millones de años, los agaves han sobrevivido a la falta del líquido y temperaturas extremas. Esta capacidad, que se explica por sus características morfológicas y fisiológicas, probablemente esté codificada en el genoma”, expuso.
Estos organismos emplean mecanismos que impiden la pérdida de líquido en las horas de más calor al evitar la evapotranspiración. En un humano, equivaldría a no sudar para retener agua.
El objetivo es determinar cómo los agaves toleran condiciones extremas, porque estas adaptaciones para evitar la evapotranspiración complican la regulación de su temperatura.
“Encontramos que el cogollo —que resguarda a las hojas más inmaduras y al meritesmo apical del tallo—, al contrario del resto de la planta, abre sus estomas en el día si el calor es elevado. Esto reduce su temperatura foliar varios grados centígrados debajo de la temperatura del aire”.
Además, localizamos diferencias entre estas hojas y las del resto de la roseta a nivel de algunas proteínas (llamadas chaperonas moleculares) que protegen a otras de la desnaturalización. Este conocimiento podría ser utilizado en agricultura para lograr cultivos resistentes a condiciones climáticas extremas, explicó.
Estos trabajos se realizan en el Jardín Botánico, que resguarda a una de las colecciones de agaváceas más importantes del mundo y alberga a 80 por ciento de las especies existentes en México (centro de origen de esta familia de plantas) y 65 por ciento del planeta.
El futuro
El especialista expuso que ante las exigencias que plantean temas como la contaminación o la restauración ambiental, se deben aprovechar e integrar los conocimientos ya obtenidos y generar aplicaciones sustentables y robustas.
La bioinformática, relacionada con el manejo de cantidades grandes de datos —como el número de especies en un ecosistema, sus interacciones y localización— permitirá un mejor desarrollo de la biología de sistemas complejos, precisó.
La combinación de estas disciplinas será útil para diseñar estrategias orientadas a proteger el ambiente y explotar una región de manera sustentable. El futuro de la biología está en el modelaje de herramientas matemáticas y computacionales que expliquen el funcionamiento de los ecosistemas, a fin de minimizar los daños causados por las actividades humanas.
En México, cada 25 de enero se conmemora el Día del Biólogo, fecha establecida en 1961 por el Colegio de Biólogos de México y expertos de la Universidad Nacional y el Instituto Politécnico Nacional, con la finalidad de proteger a los integrantes del gremio.
El 19 de enero de 1939 fue creada la licenciatura respectiva. Los planes de estudios se han modificado de acuerdo a las necesidades académicas y sociales. En la actualidad, las ramas de zoología, botánica, manejo de recursos naturales y su conservación, y biología molecular y celular, son las de mayor interés entre los estudiantes.
Boletín UNAM-DGCS-048
Ciudad Universitaria.
Generar conocimiento en esta disciplina ayudará a encarar los riesgos derivados del calentamiento global y el desarrollo económico para la preservación de especies y ecosistemas, expuso Jorge Nieto Sotelo, del Instituto de Biología de la UNAM.

Generar conocimiento en esta disciplina ayudará a encarar los riesgos derivados del calentamiento global y el desarrollo económico para la preservación de especies y ecosistemas, expuso Jorge Nieto Sotelo, del Instituto de Biología de la UNAM.

24 de Enero del 2013

“La biología cambia tu perspectiva. Al abarcar todo el planeta, aporta conocimientos a cada una de las ciencias. A lo largo de mis estudios he tomado conciencia del cuidado de plantas, animales y el ambiente”, compartió Andrea Acosta Rodríguez, alumna de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza.

En la actualidad, quienes se dedican a esta área laboran en docencia e investigación, diseñan e instrumentan proyectos de rescate, conservación y explotación racional de recursos naturales, y proponen leyes para regular su uso y garantizar su protección. Además, aportan a la biomedicina, biotecnología, biología molecular, biodiversidad, educación ambiental, nutrición y ecología.

La disciplina se enfoca a entender cómo funcionan los seres vivos y los ambientes a los que pertenecen, y propone aplicaciones útiles para la sociedad. “Para afrontar los riesgos que implican el calentamiento global y el desarrollo económico para la preservación de especies y ecosistemas, es preciso generar conocimiento”, aseguró Jorge Nieto Sotelo, del Instituto de Biología (IB) de la UNAM.

En ocasión del Día del Biólogo, que se conmemora en el país el 25 de enero, aludió a la importancia de esta disciplina ante la destrucción del ambiente. Por ejemplo, los bosques y otras comunidades vegetales naturales, al captar lluvia, generan materia orgánica, mantienen suelos para la agricultura y producen oxígeno, explicó.

Además, los expertos del IB trabajan en la descripción de la biodiversidad de México, pues aún no hay un listado completo de las especies existentes en territorio nacional; concretar uno requiere años de trabajo y apoyo a especialistas.


Sequía, reto inmediato

En el año 2000, el tres por ciento de la superficie terrestre registraba sequía extrema. De persistir las condiciones ambientales actuales, para 2100 será un 30 por ciento, refirió el responsable del Laboratorio de Fisiología Molecular del Jardín Botánico del IB.

Ante este panorama, desarrolla líneas de investigación para comprender el impacto respectivo. En específico, estudia las adaptaciones de las plantas al calor y a la falta de agua.

“En el laboratorio analizamos cómo, a lo largo de millones de años, los agaves han sobrevivido a la falta del líquido y temperaturas extremas. Esta capacidad, que se explica por sus características morfológicas y fisiológicas, probablemente esté codificada en el genoma”, expuso.

Estos organismos emplean mecanismos que impiden la pérdida de líquido en las horas de más calor al evitar la evapotranspiración. En un humano, equivaldría a no sudar para retener agua.

El objetivo es determinar cómo los agaves toleran condiciones extremas, porque estas adaptaciones para evitar la evapotranspiración complican la regulación de su temperatura.

“Encontramos que el cogollo —que resguarda a las hojas más inmaduras y al meritesmo apical del tallo—, al contrario del resto de la planta, abre sus estomas en el día si el calor es elevado. Esto reduce su temperatura foliar varios grados centígrados debajo de la temperatura del aire”.

Además, localizamos diferencias entre estas hojas y las del resto de la roseta a nivel de algunas proteínas (llamadas chaperonas moleculares) que protegen a otras de la desnaturalización. Este conocimiento podría ser utilizado en agricultura para lograr cultivos resistentes a condiciones climáticas extremas, explicó.

Estos trabajos se realizan en el Jardín Botánico, que resguarda a una de las colecciones de agaváceas más importantes del mundo y alberga a 80 por ciento de las especies existentes en México (centro de origen de esta familia de plantas) y 65 por ciento del planeta.


El futuro

El especialista expuso que ante las exigencias que plantean temas como la contaminación o la restauración ambiental, se deben aprovechar e integrar los conocimientos ya obtenidos y generar aplicaciones sustentables y robustas.

La bioinformática, relacionada con el manejo de cantidades grandes de datos —como el número de especies en un ecosistema, sus interacciones y localización— permitirá un mejor desarrollo de la biología de sistemas complejos, precisó.

La combinación de estas disciplinas será útil para diseñar estrategias orientadas a proteger el ambiente y explotar una región de manera sustentable. El futuro de la biología está en el modelaje de herramientas matemáticas y computacionales que expliquen el funcionamiento de los ecosistemas, a fin de minimizar los daños causados por las actividades humanas.

En México, cada 25 de enero se conmemora el Día del Biólogo, fecha establecida en 1961 por el Colegio de Biólogos de México y expertos de la Universidad Nacional y el Instituto Politécnico Nacional, con la finalidad de proteger a los integrantes del gremio.

El 19 de enero de 1939 fue creada la licenciatura respectiva. Los planes de estudios se han modificado de acuerdo a las necesidades académicas y sociales. En la actualidad, las ramas de zoología, botánica, manejo de recursos naturales y su conservación, y biología molecular y celular, son las de mayor interés entre los estudiantes.

Boletín UNAM-DGCS-048

Ciudad Universitaria.