


14 de Enero del 2013
Es relevante entender la corrupción que afecta al sector salud, saber cómo se expresa, analizar el concepto y hallar medidas que contrarresten su práctica.
La alemana Karen Hussmann, consultora de Transparencia por Colombia y de Transparencia Internacional presentó su conferencia “La corrupción en el sector salud”, como parte del XVI Seminario Internacional de Cuidado: Transparencia y Calidad en el Cuidado de la Salud, que se llevó a cabo en la UN.
Esta experta en anticorrupción y gobernabilidad habló de la corrupción como un fenómeno que afecta a todos los sistemas y organizaciones del mundo, y no tiene ideologías. Resaltó la importancia de cuestionar insistentemente y presionar reformas del sistema de salud actual en Colombia.
Hussmann explicó las diferentes manifestaciones de corrupción que pueden afectar al sistema, cómo se hacen políticas y leyes, cómo afecta la operacionalidad y cómo se financian, cuál es la relación entre EPS e IPS y cuáles son los riesgos que afectan al ciudadano, entre otros.
La crisis actual muestra cómo todos los actores, de alguna manera, están en prácticas corruptas e irregulares; por esta razón, debe haber una responsabilidad absoluta para que todos se detengan a mirar cuáles son los comportamientos y las fallas de cada uno, para esclarecer cómo pueden aportar y generar estrategias de superación del problema y de la crisis.
La corrupción es tan compleja e involucra tantos actores, que no existe una fuente de corrupción más importante que otra, afirma la alemana, “es tanto causa como consecuencia de los gobiernos; por esto, las fallas vienen desde el chequeo y el balance, la falta de información clara que permita identificar dónde funcionan mal las cosas, los problemas en el control, problemas en la integridad y capacidad de las instituciones, y en los incentivos, por lo que las personas aprovechan para sacar dineros”. Estas expresiones se dan a nivel nacional y en el territorio regional donde existen actores que están permeando el sector para sus propios fines.
Así, por ejemplo, se pueden visualizar los riesgos que comienzan en el Gobierno nacional y pasan por las entidades regionales donde se dan fugas en el flujo de recursos, manipulación y fraude en la identificación de beneficiarios y presiones políticas.
A nivel de las entidades territoriales, aseguradores y EPS, la corrupción genera contratación fraudulenta y política, negación de cupos de afiliados, favores políticos en nómina, giros inferiores a los presupuestados y demoras en los pagos. Asimismo, la aparición de afiliados inexistentes, sobrecostos, facturación y recobros fraudulentos. Estos mismos delitos se pueden dar entre las EPS y las IPS.
La interacción entre las IPS y los pacientes generan irregularidades, como la negación de la prestación de servicios por parte de la entidad, tratamientos incompletos e inducción a servicios no necesarios por fuera del seguro. Por parte del paciente, una de las irregularidades puede ser el fraude en el uso del carné.
Según la experta, los órganos de control (Procuraduría, Contraloría, Fiscalía) tendrán que reforzar su capacidad de acción. “En las regiones estas organizaciones son mucho más débiles que a nivel nacional, pues el ámbito político en las regiones no permite que las denuncias sean investigadas. El control de la Superintendencia Nacional de Salud es muy importante; lamentablemente, el año pasado ejerció un control muy débil, su capacidad de personal no era suficiente para hacerse cargo de una cantidad de contratos muy complejos”, agregó Hussmann.
El acceso a la información para un control social, por parte de ciudadanos y organizaciones especializadas, asociaciones de pacientes, la Federación Médica Colombiana y observatorios, es clave para lograr una muy buena veeduría; la regulación y políticas públicas no tienen en cuenta la transparencia y la rendición de cuentas, y cambiar este aspecto es preciso para disminuir la corrupción.
Lo que se puede hacer, según ejemplos dados en otros países, es la construcción de planes departamentales anticorrupción, transparentar la compra de medicamentos así como la regulación de los mismos, promover compliance (cumplimiento de normas) en los hospitales, fortalecer consejos civiles y empoderar a los pacientes.
Para fortalecer la integridad institucional, Karen Hussman concluye que se deben de tener en cuenta los siguientes principios: ejercer liderazgo, hacer análisis de riesgo, crear información para la orientación interna y procesos, entrenamiento y comunicación, investigación de violaciones o errores, medidas correctivas y disciplinarias y, por último, revisión y monitoreo con control social.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

La corrupción es un fenómeno que afecta a todos los sistemas y organizaciones del mundo. El sector salud es uno de los más afectados.
14 de Enero del 2013
Es relevante entender la corrupción que afecta al sector salud, saber cómo se expresa, analizar el concepto y hallar medidas que contrarresten su práctica.
La alemana Karen Hussmann, consultora de Transparencia por Colombia y de Transparencia Internacional presentó su conferencia “La corrupción en el sector salud”, como parte del XVI Seminario Internacional de Cuidado: Transparencia y Calidad en el Cuidado de la Salud, que se llevó a cabo en la UN.
Esta experta en anticorrupción y gobernabilidad habló de la corrupción como un fenómeno que afecta a todos los sistemas y organizaciones del mundo, y no tiene ideologías. Resaltó la importancia de cuestionar insistentemente y presionar reformas del sistema de salud actual en Colombia.
Hussmann explicó las diferentes manifestaciones de corrupción que pueden afectar al sistema, cómo se hacen políticas y leyes, cómo afecta la operacionalidad y cómo se financian, cuál es la relación entre EPS e IPS y cuáles son los riesgos que afectan al ciudadano, entre otros.
La crisis actual muestra cómo todos los actores, de alguna manera, están en prácticas corruptas e irregulares; por esta razón, debe haber una responsabilidad absoluta para que todos se detengan a mirar cuáles son los comportamientos y las fallas de cada uno, para esclarecer cómo pueden aportar y generar estrategias de superación del problema y de la crisis.
La corrupción es tan compleja e involucra tantos actores, que no existe una fuente de corrupción más importante que otra, afirma la alemana, “es tanto causa como consecuencia de los gobiernos; por esto, las fallas vienen desde el chequeo y el balance, la falta de información clara que permita identificar dónde funcionan mal las cosas, los problemas en el control, problemas en la integridad y capacidad de las instituciones, y en los incentivos, por lo que las personas aprovechan para sacar dineros”. Estas expresiones se dan a nivel nacional y en el territorio regional donde existen actores que están permeando el sector para sus propios fines.
Así, por ejemplo, se pueden visualizar los riesgos que comienzan en el Gobierno nacional y pasan por las entidades regionales donde se dan fugas en el flujo de recursos, manipulación y fraude en la identificación de beneficiarios y presiones políticas.
A nivel de las entidades territoriales, aseguradores y EPS, la corrupción genera contratación fraudulenta y política, negación de cupos de afiliados, favores políticos en nómina, giros inferiores a los presupuestados y demoras en los pagos. Asimismo, la aparición de afiliados inexistentes, sobrecostos, facturación y recobros fraudulentos. Estos mismos delitos se pueden dar entre las EPS y las IPS.
La interacción entre las IPS y los pacientes generan irregularidades, como la negación de la prestación de servicios por parte de la entidad, tratamientos incompletos e inducción a servicios no necesarios por fuera del seguro. Por parte del paciente, una de las irregularidades puede ser el fraude en el uso del carné.
Según la experta, los órganos de control (Procuraduría, Contraloría, Fiscalía) tendrán que reforzar su capacidad de acción. “En las regiones estas organizaciones son mucho más débiles que a nivel nacional, pues el ámbito político en las regiones no permite que las denuncias sean investigadas. El control de la Superintendencia Nacional de Salud es muy importante; lamentablemente, el año pasado ejerció un control muy débil, su capacidad de personal no era suficiente para hacerse cargo de una cantidad de contratos muy complejos”, agregó Hussmann.
El acceso a la información para un control social, por parte de ciudadanos y organizaciones especializadas, asociaciones de pacientes, la Federación Médica Colombiana y observatorios, es clave para lograr una muy buena veeduría; la regulación y políticas públicas no tienen en cuenta la transparencia y la rendición de cuentas, y cambiar este aspecto es preciso para disminuir la corrupción.
Lo que se puede hacer, según ejemplos dados en otros países, es la construcción de planes departamentales anticorrupción, transparentar la compra de medicamentos así como la regulación de los mismos, promover compliance (cumplimiento de normas) en los hospitales, fortalecer consejos civiles y empoderar a los pacientes.
Para fortalecer la integridad institucional, Karen Hussman concluye que se deben de tener en cuenta los siguientes principios: ejercer liderazgo, hacer análisis de riesgo, crear información para la orientación interna y procesos, entrenamiento y comunicación, investigación de violaciones o errores, medidas correctivas y disciplinarias y, por último, revisión y monitoreo con control social.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html