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Presentan el libro “La nueva legislación laboral mexicana”

 
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7 de noviembre de 2013

Presentan el libro “La nueva legislación laboral  mexicana”

• Encabezaron la ceremonia respectiva, el rector José Narro Robles y el secretario del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida
• Narro Robles señaló que si a educación y empleo se agrega una justa distribución de la riqueza, la desigualdad cederá en favor de elevar las condiciones de quienes, históricamente, menos tienen
• En tanto, Navarrete Prida reconoció a la UNAM la oportunidad de establecer un diálogo en torno a las modificaciones realizadas a la Ley Federal del Trabajo

En la Universidad Nacional se presentó el libro “La nueva legislación laboral mexicana”, editado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la entidad académica, donde se ofrece un panorama general, sintético y crítico de la reforma laboral mexicana de 2012.

En la presentación de la obra, el rector José Narro Robles sostuvo que si a educación y empleo se agrega una justa distribución de la riqueza, la desigualdad cederá para elevar las condiciones de quienes, históricamente, menos tienen.

Los pobres, los analfabetos y quienes carecen hoy de educación, son descendientes de las generaciones que tuvieron esas privaciones hace décadas e, incluso, siglos.

La pobreza y la desigualdad han acompañado a México a lo largo de centurias y “muchos pensamos que llegó el momento de decir ‘no más’. Para combatir a la primera, la educación es un extraordinario antídoto, junto con el empleo, y a eso se debe agregar una justa distribución de la riqueza”, reiteró.

En la presentación, efectuada en la Torre de Rectoría, el secretario del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida, reconoció a la UNAM la oportunidad de establecer un diálogo en torno a las modificaciones realizadas a la Ley Federal del Trabajo, y subrayó el reto que implica la vinculación entre el sector académico y empresarial para ofrecer a los jóvenes mexicanos alternativas reales para su desarrollo.

El encargado de la política laboral del país señaló que la nueva legislación eleva el término de la OIT de trabajo decente, a categoría jurídica; estipula un conjunto de obligaciones en materia de igualdad laboral; reconoce a los trabajadores agrícolas como un núcleo específico de población; se compromete con la erradicación del trabajo infantil, y crea el Comité Nacional de Productividad.

Navarrete Prida subrayó la capacidad de diálogo y acuerdo de la comunidad universitaria, que se vio reflejado en la negociación contractual del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México. “A nombre del gobierno de México, quisiera felicitar a la UNAM, ya que es un ejemplo de que dentro de la pluralidad se encuentran siempre caminos de acuerdo”, apuntó.

En tanto, el coautor de la obra, Alfredo Sánchez Castañeda, del IIJ y profesor de la Facultad de Derecho (FD), dijo que en la reforma del año pasado hubo un avance importante en los temas de transparencia y democracia sindicales.

Por su parte, el autor del libro, Carlos Reynoso Castillo, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, indicó que la nueva legislación plantea una serie de retos y tal vez el más importante sea buscar mecanismos de funcionalidad.

El texto busca, desde el ámbito universitario, aportar lo que finalmente es la función de una institución tan importante como la Universidad: estar atentos a los fenómenos políticos y sociales del país y aportar elementos que permitan alimentar el debate en la búsqueda de las mejores soluciones para México.

Créditos: UNAM-DGCS-664

Necesaria, una reforma energética que garantice una oferta suficiente y diversificada de fuentes sustentables

 
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28 de octubre de 2013

En México, es necesaria una reforma a la política energética
En México, es necesaria una reforma a la política energética


También, debe maximizar el impacto que tiene el aprovechamiento del petróleo, gas y otras fuentes de energía sobre el desarrollo y bienestar nacional
• Es indispensable que, además, esas fuentes tengan un uso eficiente en todas las fases, desde la producción al consumo

En México, es necesaria una reforma a la política energética en el contexto de una estrategia nacional que garantice una oferta suficiente y diversificada de fuentes sustentables y seguras de abastecimiento energético que, además, tengan un uso eficiente en todas las fases, desde la producción hasta el consumo.

Debe, sobre todo, maximizar el impacto que el aprovechamiento del petróleo, gas y otras fuentes tiene sobre el desarrollo y bienestar del país, estableció el Grupo Nuevo Curso de Desarrollo de la UNAM.

Los miembros que lo integran consideraron indiscutible e indispensable fortalecer a PEMEX y que la paraestatal sea atendida mediante las mejores opciones para un desarrollo cercano y a largo plazo. El criterio rector de un cambio en la materia no puede ser la continuidad de un enfoque que privilegia la extracción y exportación de petróleo crudo, en especial, de yacimientos en aguas profundas o de nuevo tipo, ni las consideraciones inmediatas de atracción de capitales.

No ha quedado demostrada la necesidad de la reforma constitucional presentada por el Ejecutivo, que resulta preocupante porque se propone privar a la industria petrolera nacional de su carácter estratégico, con todas sus consecuencias, incluidas las derivadas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), así como eliminar la exclusividad del Estado en la industria sin precisar, en forma explícita e inequívoca, el resto del entorno jurídico.

Asimismo, consideraron que los alcances y modalidades de la iniciativa carecen de una argumentación que corresponda a la magnitud de los cambios propuestos. El debate ha comenzado en una situación de información insuficiente sobre las implicaciones de las reformas constitucionales, en especial, en lo que se refiere a la transformación del régimen de propiedad y distribución de la renta petrolera, de las figuras de contratación y de otros aspectos clave que se encuentran a debate.

Como se ha hecho en otros temas, en este caso conviene que las modificaciones constitucionales se decidan con conocimiento suficiente de las modalidades concretas que adoptará la política petrolera y, en general, la energética, en todas las etapas de su ciclo, así como sus interrelaciones con el sistema eléctrico y con todas las fuentes de energía. Es decir, con una clara definición de las rutas y alcances de la legislación secundaria que se derivaría de las enmiendas a la Carta Magna.

Se requiere conocer a detalle el contenido, limitaciones y características de los contratos o concesiones, a los que se abriría la puerta, dijeron. Este requisito es vital, porque en la discrecionalidad y opacidad reside el origen de la corrupción.

Sería necesario precisar, entre otros aspectos, cuál sería la secuencia y mecanismos para cubrir el retiro paulatino de PEMEX del esquema fiscal actual, cómo se garantizaría la canalización efectiva de los beneficios del petróleo al desarrollo del país y qué salvaguardas se adoptarían para evitar la dilapidación de los beneficios.

La expectativa de más crecimiento y empleo con los cambios propuestos, en este caso al sector energético, pasa por alto la dinamización económica mediante opciones de fortalecimiento productivo. Al conocer otras experiencias, es posible que se sobreestime el potencial de atracción de inversiones y de generación de empleo.

En todo caso, para los fines fiscales es riesgoso aventurar una reforma en condiciones de tan elevada incertidumbre y de cálculos insuficientes sobre sus posibles beneficios, en especial si no se contrasta con otras. Además, el respaldo a las iniciativas de enmienda constitucional requiere soportes rigurosos y transparentes.

Las propuestas de reforma en el sector y la iniciativa de la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos deben ser debatidas con otros ritmos y modalidades, por ello, el Grupo solicita al Congreso que no precipite sus decisiones. Es imprescindible subsanar omisiones en asuntos medulares y disponer de propuestas completas que no estén sujetas a interpretación interesada, a fin de conocer el contenido, alcance, divergencias y posibles coincidencias entre las distintas iniciativas y tener un debate serio y articulado.

Si bien los foros realizados en el Congreso son bienvenidos, la deliberación pública debe ser mejor y más amplia, con un calendario acotado, pero más flexible. Es necesario, por ejemplo, abordar con más cuidado las implicaciones ambientales de una reforma, sobre todo en la explotación de gas y petróleo de yacimientos asociados a lutitas, así como en el uso y el costo del agua en estos procesos, en busca de la sustentabilidad de la cadena.

El Grupo está integrado por Rolando Cordera, Eugenio Anguiano, Ariel Buira, Cuauhtémoc Cárdenas, Mauricio de Maria y Campos, Carlos Heredia, Saúl Escobar, Gerardo Esquivel, Mario Luis Fuentes, Juan Carlos Moreno, David Ibarra, Leonardo Lomelí, Ciro Murayama, Jorge Eduardo Navarrete, Enrique Provencio, Jaime Ros, Norma Samaniego, Carlos Tello y Jesús Silva Herzog Márquez.

Créditos: UNAM-DGCS-643

Sectores agrícola e industrial necesitan crecer a más del 5%.

 
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11 de Febrero del 2013
En el último año la industria creció un 0% y en otros sectores la cifra es negativa, según lo afirmó el exministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga durante la Cátedra Colombia de la Facultad de Ingeniería.
Este espacio académico de la Facultad de Ingeniería busca incentivar a los estudiantes para que aprovechen las oportunidades que tienen como ingenieros en todas las regiones colombianas.
El exministro Zuluaga fue invitado a la sesión inaugural para hablar sobre el estado de la economía global y local, el TLC, cifras de crecimiento, sectores en riesgo, educación pública y Ley 30.
Según Zuluaga, el crecimiento industrial del 0% es una de las principales causas por las cuales la economía del país se está desacelerando.
“La agricultura no crece a más del 2% y el país necesita un sector agrícola e industrial que crezca a más del 5%. Si esto no ocurre se va a provocar un marchitamiento de estos sectores. Crecen mucho la minería, el comercio y la economía de servicios, y cada vez pierden más participación estos dos sectores”, dijo.
Y agregó: “Hay que ser conscientes de que justo estos dos sectores son la base de la creación de empleo. Es en ellos en donde el país se puede concentrar para encontrar la gran innovación, la ciencia y tecnología y la investigación”.
En entrevista con Agencia de Noticias UN, Óscar Iván Zuluaga dio las siguientes declaraciones.
¿Cómo encuentra la economía actual en Colombia?
Durante los últimos cinco años, la economía mundial ha vivido la crisis más profunda de los últimos ochenta años; lo que ha provocado cambios sustanciales en el marco económico nacional.
Colombia está enfrentando actualmente un ciclo de menor crecimiento económico. Eso envía unas señales de alerta y preocupación, pero también unos mensajes claros sobre cuáles deben ser los correctivos.
El país debe emprender unas acciones de política pública para poder tener un camino exitoso. La seguridad, la educación, la infraestructura y el acceso al crédito son elementos fundamentales para que Colombia pueda avanzar y consolidar un crecimiento económico con mayor inclusión social.
¿Cuáles son los mensajes sobre los correctivos para que haya crecimiento?
Se debe revisar el balance del crecimiento económico. Hay preocupación porque la industria no crece y porque la agricultura también tiene bajas tasas. Lo que el país debe hacer es, a partir de las oportunidades actuales, tener un crecimiento mejor balanceado.
Está bien tener riqueza minero-petrolera o una economía que florezca en el sector de servicios, pero el país tiene que repensar su modelo de desarrollo económico. Es necesario entender que el éxito es lograr un crecimiento alto de la industria y la agricultura. Es ahí en donde está el valor agregado y el verdadero empleo. Allí es en donde pueden estar las oportunidades de desarrollo regional.
Por eso, la cuestión es la de cómo balancear ese crecimiento económico sin renunciar a las riquezas que se tienen; la de cómo crear una política que incentive y estimule el desarrollo de la agricultura y la industria como pilares de crecimiento.
¿Cuál es el resultado de este primer año del TLC con EE. UU.?
Existen datos sobre movimiento general de cifras de comercio. No se debe pretender que se vean resultados de manera inmediata en su primer año de puesta en marcha. Este es un proceso a largo plazo. Cuando se firman TLC lo que se está logrando es una apertura para toda la vida de los mercados. Son estrategias cuyos avances se ven más adelante.
De todos modos, el comercio con Estados Unidos ha crecido, naturalmente estos tratados estimulan la inversión. El tratado está en la primera etapa, en la cual se mira cómo crear más inversión para después desarrollar más comercio. Indudablemente, para Colombia es muy importante este avance de inserción en la economía global para aumentar su base productiva.
¿Qué sectores se han visto en riesgo por los tratados?
Yo creo que, en general, lo que el país tiene que mirar es para qué firma tratados de libre comercio. Hoy, cerca del 65% de las exportaciones nuestras son petróleo. Obviamente, los TLC no son para vender más petróleo o carbón, sino para incentivar la ampliación de esa base productiva, para desarrollar un sector agrícola e industrial que agrande el mercado.
La apuesta de Colombia debe ser ampliar su base, desarrollar nuevos sectores, nuevas estructuras productivas porque va a tener más mercado para ello.
El país podría ampliar su frontera agrícola de manera significativa, además de los productos tradicionales como el café, el banano, plátano, flores; lo que le permitiría diversificar su estructura productiva y exportadora.
¿Cómo se encuentra la educación colombiana y hacia dónde se dirige?
Colombia tiene un reto muy grande… Hay avances, pero todavía se está muy lejos de que la educación sea realmente un factor de productividad del país. Los niveles de investigación, de ciencia y tecnología e innovación son de los más bajos en América Latina.
Los niveles de cobertura en educación superior no pasan del 40%. La calidad de la educación pública a nivel de básica primaria y bachillerato es muy deficiente. Las diferencias entre el sector urbano y rural son enormes. La brecha entre la educación pública y privada, básica y media, es muy grande.
El país tiene que pensar que, si quiere aumentar la productividad, construir una clase media e impulsar una verdadera movilidad social, la apuesta fundamental tiene que ser por la educación.
¿Hacia dónde se debería dirigir la reforma de la Ley 30?
Fundamentalmente, lo que se tiene que buscar es cómo incrementar la calidad. Esa es la razón de ser de la educación superior. Significa tener recursos complementarios para ampliar la cobertura y el campo de acción. Significa enfocarse en cómo lograr que los estudiantes y profesores puedan dar mayores niveles de rendimiento y resultados.
Las universidades deben estar más conectadas con las necesidades del sector productivo. Se necesitan muchos investigadores que hagan investigaciones para el desarrollo productivo.
¿Qué requiere esa reforma en cuanto a financiación?
Se requieren más recursos estatales. El Estado tiene que fortalecer la universidad pública, de manera que pueda competirle con más eficiencia a la privada. La universidad pública necesita inversión en laboratorios, más infraestructura y ampliar la cobertura.
Colombia es un país de ciudades y de regiones. Como tal tiene que pensar en que debe tener una mayor presencia regional. Por ejemplo, un departamento tan rico en recursos minerales y regalías como el Cesar no cuenta con una universidad pública. Esa debería ser una prioridad  enorme. Si las regalías se están generando de manera considerable, la prioridad debería de ser esa.
Esa debe ser una mirada clara. La educación superior pública en muchas instancias es de calidad. Tiene un avance de profesores con doctorado muy notorio que podría proporcionarle al país una ampliación sustancial de su cobertura y su nivel de investigación.
¿Qué se necesita para que la Universidad Nacional de Colombia llegue pronto al departamento del Cesar?
Se requiere más voluntad política y no solo convenios. Se trata de tener una universidad con una infraestructura como corresponde. El país tiene que pensar en eso.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Primera sesión de la Cátedra Colombia. Su invitado fue el exministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga.

Primera sesión de la Cátedra Colombia. Su invitado fue el exministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga.

11 de Febrero del 2013

En el último año la industria creció un 0% y en otros sectores la cifra es negativa, según lo afirmó el exministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga durante la Cátedra Colombia de la Facultad de Ingeniería.

Este espacio académico de la Facultad de Ingeniería busca incentivar a los estudiantes para que aprovechen las oportunidades que tienen como ingenieros en todas las regiones colombianas.

El exministro Zuluaga fue invitado a la sesión inaugural para hablar sobre el estado de la economía global y local, el TLC, cifras de crecimiento, sectores en riesgo, educación pública y Ley 30.

Según Zuluaga, el crecimiento industrial del 0% es una de las principales causas por las cuales la economía del país se está desacelerando.

“La agricultura no crece a más del 2% y el país necesita un sector agrícola e industrial que crezca a más del 5%. Si esto no ocurre se va a provocar un marchitamiento de estos sectores. Crecen mucho la minería, el comercio y la economía de servicios, y cada vez pierden más participación estos dos sectores”, dijo.

Y agregó: “Hay que ser conscientes de que justo estos dos sectores son la base de la creación de empleo. Es en ellos en donde el país se puede concentrar para encontrar la gran innovación, la ciencia y tecnología y la investigación”.

En entrevista con Agencia de Noticias UN, Óscar Iván Zuluaga dio las siguientes declaraciones.


¿Cómo encuentra la economía actual en Colombia?

Durante los últimos cinco años, la economía mundial ha vivido la crisis más profunda de los últimos ochenta años; lo que ha provocado cambios sustanciales en el marco económico nacional.

Colombia está enfrentando actualmente un ciclo de menor crecimiento económico. Eso envía unas señales de alerta y preocupación, pero también unos mensajes claros sobre cuáles deben ser los correctivos.

El país debe emprender unas acciones de política pública para poder tener un camino exitoso. La seguridad, la educación, la infraestructura y el acceso al crédito son elementos fundamentales para que Colombia pueda avanzar y consolidar un crecimiento económico con mayor inclusión social.


¿Cuáles son los mensajes sobre los correctivos para que haya crecimiento?

Se debe revisar el balance del crecimiento económico. Hay preocupación porque la industria no crece y porque la agricultura también tiene bajas tasas. Lo que el país debe hacer es, a partir de las oportunidades actuales, tener un crecimiento mejor balanceado.

Está bien tener riqueza minero-petrolera o una economía que florezca en el sector de servicios, pero el país tiene que repensar su modelo de desarrollo económico. Es necesario entender que el éxito es lograr un crecimiento alto de la industria y la agricultura. Es ahí en donde está el valor agregado y el verdadero empleo. Allí es en donde pueden estar las oportunidades de desarrollo regional.

Por eso, la cuestión es la de cómo balancear ese crecimiento económico sin renunciar a las riquezas que se tienen; la de cómo crear una política que incentive y estimule el desarrollo de la agricultura y la industria como pilares de crecimiento.


¿Cuál es el resultado de este primer año del TLC con EE. UU.?

Existen datos sobre movimiento general de cifras de comercio. No se debe pretender que se vean resultados de manera inmediata en su primer año de puesta en marcha. Este es un proceso a largo plazo. Cuando se firman TLC lo que se está logrando es una apertura para toda la vida de los mercados. Son estrategias cuyos avances se ven más adelante.

De todos modos, el comercio con Estados Unidos ha crecido, naturalmente estos tratados estimulan la inversión. El tratado está en la primera etapa, en la cual se mira cómo crear más inversión para después desarrollar más comercio. Indudablemente, para Colombia es muy importante este avance de inserción en la economía global para aumentar su base productiva.


¿Qué sectores se han visto en riesgo por los tratados?

Yo creo que, en general, lo que el país tiene que mirar es para qué firma tratados de libre comercio. Hoy, cerca del 65% de las exportaciones nuestras son petróleo. Obviamente, los TLC no son para vender más petróleo o carbón, sino para incentivar la ampliación de esa base productiva, para desarrollar un sector agrícola e industrial que agrande el mercado.

La apuesta de Colombia debe ser ampliar su base, desarrollar nuevos sectores, nuevas estructuras productivas porque va a tener más mercado para ello.

El país podría ampliar su frontera agrícola de manera significativa, además de los productos tradicionales como el café, el banano, plátano, flores; lo que le permitiría diversificar su estructura productiva y exportadora.


¿Cómo se encuentra la educación colombiana y hacia dónde se dirige?

Colombia tiene un reto muy grande… Hay avances, pero todavía se está muy lejos de que la educación sea realmente un factor de productividad del país. Los niveles de investigación, de ciencia y tecnología e innovación son de los más bajos en América Latina.

Los niveles de cobertura en educación superior no pasan del 40%. La calidad de la educación pública a nivel de básica primaria y bachillerato es muy deficiente. Las diferencias entre el sector urbano y rural son enormes. La brecha entre la educación pública y privada, básica y media, es muy grande.

El país tiene que pensar que, si quiere aumentar la productividad, construir una clase media e impulsar una verdadera movilidad social, la apuesta fundamental tiene que ser por la educación.


¿Hacia dónde se debería dirigir la reforma de la Ley 30?

Fundamentalmente, lo que se tiene que buscar es cómo incrementar la calidad. Esa es la razón de ser de la educación superior. Significa tener recursos complementarios para ampliar la cobertura y el campo de acción. Significa enfocarse en cómo lograr que los estudiantes y profesores puedan dar mayores niveles de rendimiento y resultados.

Las universidades deben estar más conectadas con las necesidades del sector productivo. Se necesitan muchos investigadores que hagan investigaciones para el desarrollo productivo.


¿Qué requiere esa reforma en cuanto a financiación?

Se requieren más recursos estatales. El Estado tiene que fortalecer la universidad pública, de manera que pueda competirle con más eficiencia a la privada. La universidad pública necesita inversión en laboratorios, más infraestructura y ampliar la cobertura.

Colombia es un país de ciudades y de regiones. Como tal tiene que pensar en que debe tener una mayor presencia regional. Por ejemplo, un departamento tan rico en recursos minerales y regalías como el Cesar no cuenta con una universidad pública. Esa debería ser una prioridad  enorme. Si las regalías se están generando de manera considerable, la prioridad debería de ser esa.

Esa debe ser una mirada clara. La educación superior pública en muchas instancias es de calidad. Tiene un avance de profesores con doctorado muy notorio que podría proporcionarle al país una ampliación sustancial de su cobertura y su nivel de investigación.


¿Qué se necesita para que la Universidad Nacional de Colombia llegue pronto al departamento del Cesar?

Se requiere más voluntad política y no solo convenios. Se trata de tener una universidad con una infraestructura como corresponde. El país tiene que pensar en eso.

Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html