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Estudiantes de economía e ingeniería, más propensos al suicidio

 
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pies

30 de julio de 2015

Bogotá D. C., jul. 29 de 2015 – Agencia de Noticias UN- El 30 % de los universitarios que cursan estas carreras, además de contaduría y administración, son más propensos a cometer suicidio. Así lo determinó un estudio realizado por las universidades Nacional, Santo Tomás, Javeriana, Andes y Manuela Beltrán. Continue reading Estudiantes de economía e ingeniería, más propensos al suicidio

Miden comportamiento de ansiedad en roedores

 
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comportamientoenroedoresBogotá D. C., jun. 03 de 2014 – Agencia de Noticias UN- Un experimento de estudiantes de Psicología de la U.N. permitió medir el efecto que tiene el ejercicio físico sobre los niveles de ansiedad de las ratas, a través del instrumento conocido como laberinto en T elevado.

Este tipo de laberinto (que se caracteriza por tener brazos abiertos y cerrados) se usa para medir el miedo innato que presentan los roedores a espacios abiertos. Las ratas tienden a evitar los brazos abiertos y a permanecer en los brazos cerrados.

La exposición a este instrumento les genera un alto grado de ansiedad y cuando los roedores tienen comportamientos ansiosos tienen a permanecer por más tiempo en el brazo cerrado. “Una mayor permanencia en el brazo abierto puede indicar que el roedor presenta niveles de ansiedad disminuidos en relación con la respuesta esperada”, explica Angie Páez, egresada de Psicología de la Universidad Nacional de Colombia.

Dentro del laberinto se mantuvieron 12 ratas hembras criadas en el Laboratorio de Aprendizaje y Comportamiento Animal de la Institución, en una vivienda de alojamiento compartido con acceso de agua y alimento a voluntad.

Un primer grupo tuvo acceso a la rueda de actividad durante una hora en un periodo de 10 días, alternando entre mañana y tarde. El segundo grupo no tuvo acceso a la rueda de actividad durante esos 10 días. Luego se variaron los tiempos.

Tras un periodo de sometimiento de actividad física hubo un aumento en el tiempo que permanecían los roedores en el brazo abierto. Sin embargo, consideran que ese efecto se vería mejor reflejado en grupos poblacionales un poco más grandes.

“Aunque que el estudio tuvo un número limitado de individuos y la información que se obtuvo también fue limitada en ciertos términos, fue suficiente para establecer una relación entre la actividad física y los comportamientos ansiosos. Sin embargo, es importante explorar y medir con detalle dicho fenómeno en futuras investigaciones”, agregó Páez.

Hay que tener en cuenta que los modelos animales están diseñados como un espejo de la condición humana en la medida en que ofrecen oportunidades para entender mejor los orígenes, el desarrollo o el tratamiento de las enfermedades.

De acuerdo con la egresada, este tipo de experiencias desde la psicología comparada se pueden usar para determinar qué tipo de ejercicio es apropiado para una persona que busque reducir sus niveles de ansiedad en situaciones que generen comportamientos de miedo.

“Por ejemplo, en el caso de fobias específicas podría ser útil emplear el ejercicio como un medio para reducir la ansiedad a la hora de enfrentar el estímulo que genera el miedo”, concluyó Páez.

Además de Angie Damaris Páez, el estudio fue realizado por otros estudiantes de noveno semestre de Psicología de la U.N., entre ellos Carolina Castro Morales, Daniel Andrés García Patarroyo y Leydi Milena Díaz Camelo.

Créditos: UNAL-947-2014

SE CREA EN LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA SITIO WEB PARA LA PREVENCIÓN DE ADICCIONES

 
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prevencionadiccionesEn el país ha disminuido la edad promedio de inicio para el consumo de drogas. En el caso de usuarios de cocaína, el rango es de 13.8 años en mujeres y 14.4 en hombres, indicó Georgina Cárdenas López, investigadora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

La especialista del Laboratorio de Enseñanza Virtual y Ciberpsicología, con la participación de sus colaboradores, desarrolló el Espacio Digital de Prevención de Adicciones, herramienta dirigida a jóvenes de entre 15 y 22 años de edad, cuyo propósito es involucrar a los usuarios y brindarles información basada en evidencia científica y confiable sobre los efectos del abuso de drogas como alcohol, tabaco, marihuana, cocaína, inhalantes y anfetaminas.

Se trata de un espacio web de prevención e intervención temprana creado por especialistas de la FP, a través del cual los usuarios pueden hacer una autoevaluación del riesgo de consumo en tiempo real, de la que se derivan recomendaciones para buscar tratamiento en caso de alto riesgo o para conocer estrategias de prevención de respuesta en situaciones de riesgo bajo o moderado.

Además, se brindan alternativas como aprender habilidades de vida y tácticas para modificar el consumo. Se pretende generar una disminución a través de los recursos que proporciona la Web 2.0, bajo una navegación anónima y confidencial.

“Lo primero que hicimos fue considerar el rango de edad de los usuarios de Internet, que es de entre 12 y 24 años, en el que se insertan nuestros estudiantes”.

Este sitioofrece datos basados en información científica, testimonios reales de otros chicos, cuestionarios de autoevaluación para cada una de las sustancias. “Basta con que los jóvenes contesten un breve cuestionario para que el sistema les brinde información sobre su nivel de riesgo y puedan tener una retroalimentación de sus alternativas”, explicó Cárdenas López.

En ese espacio existen datos sobre habilidades de prevención, integrados básicamente por animaciones interactivas, entre ellas, las de negociación, asertividad y rechazo, que ayudarán a los usuarios a entablar relaciones sociales adecuadas que les permitirán mejorar la convivencia y estar en posibilidad de evitar conflictos.

El lenguaje que se utiliza es similar al de los jóvenes, con la información y las animaciones “pueden saber cómo rechazar una copa, cómo decidir entre ir con los amigos a beber o con la novia a pasear, o cómo controlar las emociones”, entre otros aspectos.

En etapas futuras se pretende incluir en este segmento un foro para el intercambio con pares y especialistas; también, se adaptará a dispostivos móviles en forma de aplicaciones, donde se puedan hacer consultas y tener a la mano las herramientas de prevención e intervención que brinda el sitio.

Se espera contar con un sistema con ambientes virtuales donde, por medio de avatares, ensayen estrategias de prevención de respuesta, como el rechazo. Además, brindar consejos sobre qué hacer en caso de intoxicación y ser un espacio para recibir tratamientos, vía Internet, con especialistas mediante psicoterapia.

Espacio Digital de Prevención de Adicciones

La universitaria informó que en el último mes se han registrado mil 315 visitas, con una duración promedio de 3.3 minutos cada una. De ellas, 27 por ciento provienen del grupo etáreo de entre 18 y 24 años; 33 por ciento de 25 a 34; 15 por ciento de 35 a 44; 12 por ciento de entre 45 a 54; cinco por ciento de 55 a 64 y el resto de más de 65 años.

Además, 80.9 de las visitas son de nuevos usuarios y 19.1 por ciento son asiduos. Según datos obtenidos a través de Google Analytics, quienes acceden a esta herramienta no sólo son usuarios de México, sino también de España, Estados Unidos, India, Argentina, Colombia, Costa Rica, Chile y Perú.

El Espacio Digital de Prevención de Adicciones está disponible en www.psicol.unam.mx/adicciones.

Créditos: UNAM-DGCS-219-2014

¿Existen amores para siempre?

 
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13 de Febrero del 2013
Los cuentos de antaño finalizaban con un “y vivieron felices para siempre”, pero en la vida real, ¿tienen las personas la capacidad necesaria para mantener una relación que incluya intimidad, pasión y compromiso de largo plazo?, pregunta Rolando Díaz Loving, investigador de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
La idea de que debe ser así en pocos sitios queda tan bien plasmada como en las últimas líneas del poema más célebre de Francisco de Quevedo: Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,/ venas que humor a tanto fuego han dado,/ medulas que han gloriosamente ardido:/ su cuerpo dejarán, no su cuidado;/ serán ceniza, mas tendrá sentido;/ polvo serán, mas polvo enamorado.
Estos versos apuntan a un concepto clave para entender cómo concebimos que debiera ser la “relación perfecta”, pues describen un ideal —conformado a lo largo de los siglos— que la literatura ha bautizado como “amor eterno”, añade, en ocasión del Día del Amor y la Amistad.
“Se nos ha dicho que la longevidad es distintivo de la calidad de una pareja, pero lo cierto es que encuentros tan encendidos como se describen en novelas y películas no pueden seguir con el mismo ímpetu indefinidamente, así que para generar vínculos duraderos hemos aprendido a dosificar la pasión y el romance. Es así como la gente llega a los 80 años y aún desea tomarse de la mano, o anhela reencontrarse tras haber resuelto otras cuestiones de la vida”.
En La llama doble, Octavio Paz advertía que “si el amor es tiempo, no puede ser eterno, está condenado a transformarse en otro sentimiento”. A esta aseveración, Díaz Loving agrega que para dar aliento a ese lazo tan cambiante, lo que usualmente hacemos es añadir elementos como intimidad, conocimiento del otro y voluntad de brindar apoyo, y solemos prender y apagar lo romántico como si dispusiéramos de un interruptor eléctrico, y con esto esperamos que el fantasma de la separación quede conjurado.
“Para dar congruencia a nuestras historias construimos muchos tipos de amores, como el romántico o el de compromiso, e intentamos explicar parte de lo que somos a partir de ello; no obstante, lo que la vida cotidiana nos muestra, con frecuencia de manera empecinada, es que la mayoría de las relaciones distan, y por mucho, de lo que dicen los cuentos”.
Es tan corto el amor y es tan largo el olvido
Si un personaje literario tenía noción de lo breve que resulta el apasionamiento es el Don Juan, de Zorrilla, quien aseguraba —casi con certeza de relojero— que el ciclo del amor dura 60 minutos y cinco días, pues se necesitan “uno para enamorarlas, otro para conseguirlas, otro para abandonarlas, dos para sustituirlas y una hora para olvidarlas”.
Para Díaz Loving, es evidente que este proceso tiene periodos cronológicamente cuantificables —al fin y al cabo somos seres sujetos al tiempo—, “aunque a diferencia del Tenorio, el lapso del ‘flechazo’ es rápido e intenso, el del desenamoramiento lento y más sosegado, y detrás de esto hay razones biológicas”.
Cada ser vivo tiene una pulsión sustantiva y fundamental, la de transmitir sus cromosomas; para ello, al igual que muchos organismos, nuestra especie vincula los actos específicos de este proceso con estímulos placenteros, y para ello, se vale de neurotransmisores que mueven al individuo a repetir ciertas conductas, buscar oportunidades para el sexo y así perpetuar genes.
“No obstante, tener hijos no basta, pues a diferencia de otros animales, el hombre por sí mismo es deficiente para defenderse; carece de colmillos afilados o garras para repeler ataques, y por ello, para sobrevivir, precisa de sus semejantes. De esta manera se hace evidente otro aspecto clave para los humanos: la necesidad de protegerse. Este aspecto, junto con el ímpetu de reproducción, explica por qué las parejas, incluso a veces contra todos los pronósticos, se mantienen juntas”, expuso.
Neruda hizo famosa la frase “es tan corto el amor, y es tan largo el olvido”, y parece que la experiencia lo confirma, pero, en términos biológicos, ¿cuánto dura el enamoramiento? “A decir de los psicólogos evolutivos, de tres a cuatro meses, al menos para los primeros hombres. En este lapso, neurotransmisores como la dopamina, endorfinas y oxitocina mantenían a los sujetos en euforia el tiempo necesario como para que los encuentros sexuales posibilitaran un embarazo. A esto seguía un periodo de apego de dos o tres años, ahora favorecido por la serotonina, que promovía estados de ánimo más reposados en los que el varón brindaba compañía y protección a su mujer e hijos”, expuso Díaz Loving.
Sin embargo, añadió el profesor, la existencia humana no se rige por guiones o esquemas, y el día a día, nos demuestra que hay personas que permanecen juntas por mucho tiempo, mientras que otras lo hacen por apenas días, pues además de las tendencias dictadas por la naturaleza prevalece una inmensidad de factores culturales que determinan nuestro comportamiento y, de esta manera, crean un inmenso abanico de matices para las relaciones.
¿Monógamos por naturaleza?
Se nos ha repetido que lo correcto es tener a una persona a nuestro lado y serle fiel, y casi nadie lo cuestiona, pero esta idea nace, por una parte, con el surgimiento de tres religiones: el cristianismo, el judaísmo y el islam —cuyo énfasis está en controlar la conducta de los individuos—, y por la otra, con la aparición del concepto de propiedad privada y, por ende, con la necesidad de heredar bienes a quien lleva nuestra sangre, señaló Díaz Loving.
Señalaba Federico Engels que “la monogamia nació de la concentración de las riquezas en las mismas manos, las de un hombre, y del deseo de transmitir esas riquezas por herencia a los hijos de éste, excluyendo a los de cualquier otro. Para eso era necesaria la fidelidad de la mujer, pero no la del varón; tanto es así, que la monogamia de la primera no ha sido el menor óbice para la poligamia descarada e hipócrita del segundo”.
Esta laxitud de la norma para una de las partes, y la severidad de juicio hacia la otra es algo que se observa a diario, señala el psicólogo de la UNAM. “En México, mientras puedan financiarla, ellos pueden tener un ‘hogar oficial y una ‘casa chica’, pero ellas, si deciden estar con alguien que no sea su esposo son estigmatizadas, pues su actitud rompe con las buenas costumbres e incluso con la ‘naturaleza’ femenina, que llama a la obediencia y a la abnegación, ¿pero es ésa su ‘naturaleza’?”.
Si un instinto prevalece en nosotros —sin importar género— es el de la biodiversidad, señaló Díaz Loving, “y encuestas alrededor del mundo lo demuestran. Al preguntar ‘¿cuántas parejas sexuales te gustaría tener a lo largo de la vida?’, en promedio ellos responden que 20, mientras que ellas, cinco. Ambos ven a la monogamia como algo poco apetecible, simplemente hay cuestiones biológicas y culturales que se entremezclan para crear patrones de conducta que nos llevan a estar con un solo individuo”.
Sociedad en cambio
El INEGI maneja un indicador llamado índice de desarrollo de género que mide cuánto han avanzado las mujeres a nivel educativo, social, económico y político. En las entidades en las que este marcador es alto, el porcentaje de divorcios también es elevado, mientras que el de violencia contra ellas, decrece, señaló Díaz Loving.
“En los estados conservadores, donde los matrimonios duran de por vida, se registran más agresiones; así es el modelo tradicional. ¿Pero qué sucede si una mujer adquiere mayor educación y desarrollo? Lo más probable es que se muestre reacia a entrar en una relación en la que no hay equidad ni equilibrio, y comienzan a resquebrajarse ciertos esquemas sociales”.
La pregunta que subyace a éste y otros fenómenos —apunta el investigador— es ¿cómo hacer en una época que exige cada vez más igualdad para reconciliar las tendencias biológicas de estar con una persona y nuestra voluntad de permanecer con ella por siempre? La clave es ver si el otro posee las características necesarias para entablar el tipo de relación deseada.
“Ante el frío desdén que caracteriza a los matrimonios de hoy, es necesario reinventar el amor”, señalaba el poeta Arthur Rimbaud, “y para eso se precisa honestidad de ambas partes”, agrega Díaz Loving.
“Hoy vemos un cambio en las normas de esta creencia, pero se dan de forma lenta y castigada. Lo ideal sería que, en vez de caer en el caos, determináramos —desde el principio— si el sujeto que nos interesa tiene inclinaciones afines a las nuestras. Así, quien desee estar con muchas parejas, coincidirá con alguien similar, y el que quiera sólo una, la formará con un compañero que busque lo mismo. Desde el principio deberíamos plantear, sin miedo, ‘éstas son mis necesidades y gustos, ¿cuáles son los tuyos?’, para, a partir de ahí, ver si damos un primer paso, libremente y sin engaños”.
Más allá de la biología
En La insoportable levedad del ser, Milan Kundera hace admitir a Tomás, uno de los protagonistas, haber estado con dos centenares de mujeres, confesión seguida de un “tengo relaciones desde hace 25 años, dividan 200 por 25 y les saldrán ocho mujeres por año, no creo que sea tanto”.
Díaz Loving señala que, “en términos evolutivos, diríamos que este personaje es un organismo exitoso por el número de oportunidades que ha tenido para transmitir sus cromosomas, pues se trata de una necesidad inserta en nuestro proceso biológico, pero ver el panorama apenas en estos términos sería un reduccionismo”.
Entonces, ¿cómo hacemos los humanos para cambiar tales urgencias por un relato diferente que explique nuestras pulsiones? La respuesta, añade el académico, es que nuestra historia es distinta a la de otros seres debido a la capacidad humana de crear lenguaje, reflexionar y, a partir de ello, generar cultura y, por ende, normas y patrones de conducta.
Si en cada vínculo de pareja hay una serie de instintos repetitivos, inevitables y, además, explicables por la ciencia, la pregunta que surge es ¿en realidad existe el amor?
En definitiva sí, concluye Díaz Loving, “la biología sólo nos da parámetros de comportamiento, es decir, nos dice qué es y no factible; pero el amor va más allá, porque al mismo tiempo que es una posibilidad natural humana, es una elaboración cultural de cómo entendemos esas necesidades para, a partir de ahí, elaborar algo diferente con ellas”.
Boletín UNAM-DGCS-095
Ciudad Universitaria.
Para Rolando Díaz Loving, el amor es, al mismo tiempo, una posibilidad biológica humana y una elaboración cultural de cómo entendemos esas necesidades naturales.

Para Rolando Díaz Loving, el amor es, al mismo tiempo, una posibilidad biológica humana y una elaboración cultural de cómo entendemos esas necesidades naturales.

13 de Febrero del 2013

Los cuentos de antaño finalizaban con un “y vivieron felices para siempre”, pero en la vida real, ¿tienen las personas la capacidad necesaria para mantener una relación que incluya intimidad, pasión y compromiso de largo plazo?, pregunta Rolando Díaz Loving, investigador de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

La idea de que debe ser así en pocos sitios queda tan bien plasmada como en las últimas líneas del poema más célebre de Francisco de Quevedo: Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,/ venas que humor a tanto fuego han dado,/ medulas que han gloriosamente ardido:/ su cuerpo dejarán, no su cuidado;/ serán ceniza, mas tendrá sentido;/ polvo serán, mas polvo enamorado.

Estos versos apuntan a un concepto clave para entender cómo concebimos que debiera ser la “relación perfecta”, pues describen un ideal —conformado a lo largo de los siglos— que la literatura ha bautizado como “amor eterno”, añade, en ocasión del Día del Amor y la Amistad.

“Se nos ha dicho que la longevidad es distintivo de la calidad de una pareja, pero lo cierto es que encuentros tan encendidos como se describen en novelas y películas no pueden seguir con el mismo ímpetu indefinidamente, así que para generar vínculos duraderos hemos aprendido a dosificar la pasión y el romance. Es así como la gente llega a los 80 años y aún desea tomarse de la mano, o anhela reencontrarse tras haber resuelto otras cuestiones de la vida”.

En La llama doble, Octavio Paz advertía que “si el amor es tiempo, no puede ser eterno, está condenado a transformarse en otro sentimiento”. A esta aseveración, Díaz Loving agrega que para dar aliento a ese lazo tan cambiante, lo que usualmente hacemos es añadir elementos como intimidad, conocimiento del otro y voluntad de brindar apoyo, y solemos prender y apagar lo romántico como si dispusiéramos de un interruptor eléctrico, y con esto esperamos que el fantasma de la separación quede conjurado.

“Para dar congruencia a nuestras historias construimos muchos tipos de amores, como el romántico o el de compromiso, e intentamos xplicar parte de lo que somos a partir de ello; no obstante, lo que la vida cotidiana nos muestra, con frecuencia de manera empecinada, es que la mayoría de las relaciones distan, y por mucho, de lo que dicen los cuentos”.


Es tan corto el amor y es tan largo el olvido

Si un personaje literario tenía noción de lo breve que resulta el apasionamiento es el Don Juan, de Zorrilla, quien aseguraba —casi con certeza de relojero— que el ciclo del amor dura 60 minutos y cinco días, pues se necesitan “uno para enamorarlas, otro para conseguirlas, otro para abandonarlas, dos para sustituirlas y una hora para olvidarlas”.

Para Díaz Loving, es evidente que este proceso tiene periodos cronológicamente cuantificables —al fin y al cabo somos seres sujetos al tiempo—, “aunque a diferencia del Tenorio, el lapso del ‘flechazo’ es rápido e intenso, el del desenamoramiento lento y más sosegado, y detrás de esto hay razones biológicas”.

Cada ser vivo tiene una pulsión sustantiva y fundamental, la de transmitir sus cromosomas; para ello, al igual que muchos organismos, nuestra especie vincula los actos específicos de este proceso con estímulos placenteros, y para ello, se vale de neurotransmisores que mueven al individuo a repetir ciertas conductas, buscar oportunidades para el sexo y así perpetuar genes.

“No obstante, tener hijos no basta, pues a diferencia de otros animales, el hombre por sí mismo es deficiente para defenderse; carece de colmillos afilados o garras para repeler ataques, y por ello, para sobrevivir, precisa de sus semejantes. De esta manera se hace evidente otro aspecto clave para los humanos: la necesidad de protegerse. Este aspecto, junto con el ímpetu de reproducción, explica por qué las parejas, incluso a veces contra todos los pronósticos, se mantienen juntas”, expuso.

Neruda hizo famosa la frase “es tan corto el amor, y es tan largo el olvido”, y parece que la experiencia lo confirma, pero, en términos biológicos, ¿cuánto dura el enamoramiento? “A decir de los psicólogos evolutivos, de tres a cuatro meses, al menos para los primeros hombres. En este lapso, neurotransmisores como la dopamina, endorfinas y oxitocina mantenían a los sujetos en euforia el tiempo necesario como para que los encuentros sexuales posibilitaran un embarazo. A esto seguía un periodo de apego de dos o tres años, ahora favorecido por la serotonina, que promovía estados de ánimo más reposados en los que el varón brindaba compañía y protección a su mujer e hijos”, expuso Díaz Loving.

Sin embargo, añadió el profesor, la existencia humana no se rige por guiones o esquemas, y el día a día, nos demuestra que hay personas que permanecen juntas por mucho tiempo, mientras que otras lo hacen por apenas días, pues además de las tendencias dictadas por la naturaleza prevalece una inmensidad de factores culturales que determinan nuestro comportamiento y, de esta manera, crean un inmenso abanico de matices para las relaciones.


¿Monógamos por naturaleza?

Se nos ha repetido que lo correcto es tener a una persona a nuestro lado y serle fiel, y casi nadie lo cuestiona, pero esta idea nace, por una parte, con el surgimiento de tres religiones: el cristianismo, el judaísmo y el islam —cuyo énfasis está en controlar la conducta de los individuos—, y por la otra, con la aparición del concepto de propiedad privada y, por ende, con la necesidad de heredar bienes a quien lleva nuestra sangre, señaló Díaz Loving.

Señalaba Federico Engels que “la monogamia nació de la concentración de las riquezas en las mismas manos, las de un hombre, y del deseo de transmitir esas riquezas por herencia a los hijos de éste, excluyendo a los de cualquier otro. Para eso era necesaria la fidelidad de la mujer, pero no la del varón; tanto es así, que la monogamia de la primera no ha sido el menor óbice para la poligamia descarada e hipócrita del segundo”.

Esta laxitud de la norma para una de las partes, y la severidad de juicio hacia la otra es algo que se observa a diario, señala el psicólogo de la UNAM. “En México, mientras puedan financiarla, ellos pueden tener un ‘hogar oficial y una ‘casa chica’, pero ellas, si deciden estar con alguien que no sea su esposo son estigmatizadas, pues su actitud rompe con las buenas costumbres e incluso con la ‘naturaleza’ femenina, que llama a la obediencia y a la abnegación, ¿pero es ésa su ‘naturaleza’?”.

Si un instinto prevalece en nosotros —sin importar género— es el de la biodiversidad, señaló Díaz Loving, “y encuestas alrededor del mundo lo demuestran. Al preguntar ‘¿cuántas parejas sexuales te gustaría tener a lo largo de la vida?’, en promedio ellos responden que 20, mientras que ellas, cinco. Ambos ven a la monogamia como algo poco apetecible, simplemente hay cuestiones biológicas y culturales que se entremezclan para crear patrones de conducta que nos llevan a estar con un solo individuo”.


Sociedad en cambio

El INEGI maneja un indicador llamado índice de desarrollo de género que mide cuánto han avanzado las mujeres a nivel educativo, social, económico y político. En las entidades en las que este marcador es alto, el porcentaje de divorcios también es elevado, mientras que el de violencia contra ellas, decrece, señaló Díaz Loving.

“En los estados conservadores, donde los matrimonios duran de por vida, se registran más agresiones; así es el modelo tradicional. ¿Pero qué sucede si una mujer adquiere mayor educación y desarrollo? Lo más probable es que se muestre reacia a entrar en una relación en la que no hay equidad ni equilibrio, y comienzan a resquebrajarse ciertos esquemas sociales”.

La pregunta que subyace a éste y otros fenómenos —apunta el investigador— es ¿cómo hacer en una época que exige cada vez más igualdad para reconciliar las tendencias biológicas de estar con una persona y nuestra voluntad de permanecer con ella por siempre? La clave es ver si el otro posee las características necesarias para entablar el tipo de relación deseada.

“Ante el frío desdén que caracteriza a los matrimonios de hoy, es necesario reinventar el amor”, señalaba el poeta Arthur Rimbaud, “y para eso se precisa honestidad de ambas partes”, agrega Díaz Loving.

“Hoy vemos un cambio en las normas de esta creencia, pero se dan de forma lenta y castigada. Lo ideal sería que, en vez de caer en el caos, determináramos —desde el principio— si el sujeto que nos interesa tiene inclinaciones afines a las nuestras. Así, quien desee estar con muchas parejas, coincidirá con alguien similar, y el que quiera sólo una, la formará con un compañero que busque lo mismo. Desde el principio deberíamos plantear, sin miedo, ‘éstas son mis necesidades y gustos, ¿cuáles son los tuyos?’, para, a partir de ahí, ver si damos un primer paso, libremente y sin engaños”.


Más allá de la biología

En La insoportable levedad del ser, Milan Kundera hace admitir a Tomás, uno de los protagonistas, haber estado con dos centenares de mujeres, confesión seguida de un “tengo relaciones desde hace 25 años, dividan 200 por 25 y les saldrán ocho mujeres por año, no creo que sea tanto”.

Díaz Loving señala que, “en términos evolutivos, diríamos que este personaje es un organismo exitoso por el número de oportunidades que ha tenido para transmitir sus cromosomas, pues se trata de una necesidad inserta en nuestro proceso biológico, pero ver el panorama apenas en estos términos sería un reduccionismo”.

Entonces, ¿cómo hacemos los humanos para cambiar tales urgencias por un relato diferente que explique nuestras pulsiones? La respuesta, añade el académico, es que nuestra historia es distinta a la de otros seres debido a la capacidad humana de crear lenguaje, reflexionar y, a partir de ello, generar cultura y, por ende, normas y patrones de conducta.

Si en cada vínculo de pareja hay una serie de instintos repetitivos, inevitables y, además, explicables por la ciencia, la pregunta que surge es ¿en realidad existe el amor?

En definitiva sí, concluye Díaz Loving, “la biología sólo nos da parámetros de comportamiento, es decir, nos dice qué es y no factible; pero el amor va más allá, porque al mismo tiempo que es una posibilidad natural humana, es una elaboración cultural de cómo entendemos esas necesidades para, a partir de ahí, elaborar algo diferente con ellas”.

Boletín UNAM-DGCS-095

Ciudad Universitaria.

Despenalización de la dosis mínima de drogas sintéticas.

 
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13 de Febrero del 2013
El Gobierno nacional presentó el Estatuto Nacional de Drogas. Este pretende combatir el narcotráfico y prevé la despenalización de sustancias narcóticas sintéticas como el éxtasis y las anfetaminas.
En ese sentido, el Gobierno está situando el problema del consumo en el ámbito social y de salud pública, y no en el penal. Lo que significaría una forma diferente de enfrentar la problemática.
Jairo Alfonso Téllez, profesor y director del grupo de investigación en Sustancias Psicoactivas y coordinador de la Maestría en Toxicología de la Facultad de Medicina de la UN, habló en UN Análisis de UN Radio sobre los diferentes tipos de drogas.
Según dijo, hay cinco grupos: “El primer grupo corresponde a las legales, como el tabaco y el alcohol. Un segundo grupo incluye las de uso médico restringido, dentro de ellas las benzodiacepinas. En el tercer grupo se encuentran las ilegales de origen natural, como la cocaína, la marihuana y la heroína. En el cuarto grupo aparecen las emergentes, que anteriormente se conocían, pero ahora tienen un uso de tipo psicoactivo, como la ketamina, los poppers y el dick. Finalmente, están las sintéticas, sustancias químicas que copian la estructura de las sustancias naturales”.
Igualmente, aseguró que estas últimas van a desplazar a las naturales y que serán las drogas de este siglo. Para fabricarlas no se necesitan tierras ni un cuerpo armado que garantice el cuidado de su producción. Sin embargo, necesitan de equipos químicos de alta calidad y profesionales muy bien capacitados.
Por eso, Colombia no es un productor de este tipo de estupefacientes, pues no tiene la alta tecnología que se requiere. No obstante, existe la posibilidad de que un laboratorio que las fabrique ponga una planta aquí.
Sobre la legalización, el profesor afirmó que es posible que aumente el consumo y que la medida establece que la dosis personal es de 200 mg, lo cual es variable porque esta cantidad no dice nada acerca de la concentración.
Además, señaló que debe dársele prioridad a la prevención, y no a la intervención, y que debe hacerse con conocimiento.
Por otra parte, el director del Observatorio de la Juventud de la UN, Fabián Acosta, sostuvo: “el mercado de las drogas sintéticas recae principalmente en los jóvenes; ellos son los clientes de esas sustancias y están por fuera del debate, pero tienen mucho que decir al respecto”.
Augusto Pérez, exdirector del Programa Presidencial del Consumo de Drogas y director de la Corporación Nuevos Rumbos, indicó que la discusión está adquiriendo más importancia de la que en realidad tiene, por cuanto el uso de estupefacientes sintéticos en el país es mucho menor al de la marihuana y la cocaína. Y aclaró que en el proyecto de ley se habla de mayores de edad, lo que resulta crucial.
Ante la incertidumbre por el aumento del consumo de estas sustancias, Pérez destacó que, en el caso de la marihuana y la cocaína, cuya dosis personal está despenalizada desde 1994, este no se disparó.
“El consumo y la despenalización no tienen nada que ver. Se relacionan con un cambio de la sociedad y con transformaciones internas. En Colombia no basta hacer una ley para que las cosas cambien”, resaltó.
Finalmente, Guillermo Alonso Castaño Pérez, médico y doctor en Psicología de la Salud y líder del grupo de investigación en Farmacodependencia y otras Adicciones de la Fundación Universitaria Luis Amigó, anotó que la discusión debe partir de la diferenciación entre despenalizar, legalizar y la dispensación controlada.
Además, informó que el nuevo estatuto de estupefacientes intenta incluir otras sustancias (como el LCD, las anfetaminas, el crack y la metanfetamina, entre otras), que no se mencionan en la ley que actualmente rige.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
La propuesta del nuevo Estatuto Nacional de Drogas prevé despenalizar drogas sintéticas como el éxtasis y las anfetaminas.

La propuesta del nuevo Estatuto Nacional de Drogas prevé despenalizar drogas sintéticas como el éxtasis y las anfetaminas.

13 de Febrero del 2013

El Gobierno nacional presentó el Estatuto Nacional de Drogas. Este pretende combatir el narcotráfico y prevé la despenalización de sustancias narcóticas sintéticas como el éxtasis y las anfetaminas.

En ese sentido, el Gobierno está situando el problema del consumo en el ámbito social y de salud pública, y no en el penal. Lo que significaría una forma diferente de enfrentar la problemática.

Jairo Alfonso Téllez, profesor y director del grupo de investigación en Sustancias Psicoactivas y coordinador de la Maestría en Toxicología de la Facultad de Medicina de la UN, habló en UN Análisis de UN Radio sobre los diferentes tipos de drogas.

Según dijo, hay cinco grupos: “El primer grupo corresponde a las legales, como el tabaco y el alcohol. Un segundo grupo incluye las de uso médico restringido, dentro de ellas las benzodiacepinas. En el tercer grupo se encuentran las ilegales de origen natural, como la cocaína, la marihuana y la heroína. En el cuarto grupo aparecen las emergentes, que anteriormente se conocían, pero ahora tienen un uso de tipo psicoactivo, como la ketamina, los poppers y el dick. Finalmente, están las sintéticas, sustancias químicas que copian la estructura de las sustancias naturales”.

Igualmente, aseguró que estas últimas van a desplazar a las naturales y que serán las drogas de este siglo. Para fabricarlas no se necesitan tierras ni un cuerpo armado que garantice el cuidado de su producción. Sin embargo, necesitan de equipos químicos de alta calidad y profesionales muy bien capacitados.

Por eso, Colombia no es un productor de este tipo de estupefacientes, pues no tiene la alta tecnología que se requiere. No obstante, existe la posibilidad de que un laboratorio que las fabrique ponga una planta aquí.

Sobre la legalización, el profesor afirmó que es posible que aumente el consumo y que la medida establece que la dosis personal es de 200 mg, lo cual es variable porque esta cantidad no dice nada acerca de la concentración.

Además, señaló que debe dársele prioridad a la prevención, y no a la intervención, y que debe hacerse con conocimiento.

Por otra parte, el director del Observatorio de la Juventud de la UN, Fabián Acosta, sostuvo: “el mercado de las drogas sintéticas recae principalmente en los jóvenes; ellos son los clientes de esas sustancias y están por fuera del debate, pero tienen mucho que decir al respecto”.

Augusto Pérez, exdirector del Programa Presidencial del Consumo de Drogas y director de la Corporación Nuevos Rumbos, indicó que la discusión está adquiriendo más importancia de la que en realidad tiene, por cuanto el uso de estupefacientes sintéticos en el país es mucho menor al de la marihuana y la cocaína. Y aclaró que en el proyecto de ley se habla de mayores de edad, lo que resulta crucial.

Ante la incertidumbre por el aumento del consumo de estas sustancias, Pérez destacó que, en el caso de la marihuana y la cocaína, cuya dosis personal está despenalizada desde 1994, este no se disparó.

“El consumo y la despenalización no tienen nada que ver. Se relacionan con un cambio de la sociedad y con transformaciones internas. En Colombia no basta hacer una ley para que las cosas cambien”, resaltó.

Finalmente, Guillermo Alonso Castaño Pérez, médico y doctor en Psicología de la Salud y líder del grupo de investigación en Farmacodependencia y otras Adicciones de la Fundación Universitaria Luis Amigó, anotó que la discusión debe partir de la diferenciación entre despenalizar, legalizar y la dispensación controlada.

Además, informó que el nuevo estatuto de estupefacientes intenta incluir otras sustancias (como el LCD, las anfetaminas, el crack y la metanfetamina, entre otras), que no se mencionan en la ley que actualmente rige.

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