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ANALIZAN CON HACES DE PROTONES COBRES DORADOS DE CHICHÉN ITZÁ

 
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analisismayaEn Mesoamérica existieron diversas técnicas de dorado de metales que permitían darles la apariencia de ser sólo de oro. Aunque mucho de lo que brillaba en esas piezas precolombinas era metal áureo, no contenían tanto como el que hubieran deseado encontrar los conquistadores españoles en el Nuevo Mundo.

Eso muestran los análisis que José Luis Ruvalcaba, investigador del Instituto de Física (IF) de la UNAM, realizó en más de 100 piezas encontradas en el cenote de Chichén Itzá, entre las que figuran cascabeles, cuentas, cilindros, aros, cuencos, puntas de flecha, máscaras y láminas.

En particular, algunas de ellas tienen una capa de dorado delgada. En sus partes menos erosionadas se ven restos que revelan una tecnología muy eficiente para producirlas con una cantidad mínima de oro y una resistencia a los ácidos y al contexto submarino (como el de los cenotes), los cuales causan graves problemas de corrosión en objetos metálicos.

“No son de oro, sino cobres dorados”, subrayó Ruvalcaba, quien con base en sus estudios tecnológicos ha establecido nuevas interpretaciones.

Las piezas estudiadas pertenecen al Museo Peabody, de la Universidad de Harvard; al Museo Nacional de Antropología, en México; y al Museo Palacio Cantón, en Mérida, Yucatán. En esta tarea también colaboran académicos del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, de la Universidad de California en Berkeley y de la Escuela de Conservación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Información más clara

Pese a que desde la década de los 50 del siglo XX ya se hablaba de la posibilidad de que en las vitrinas de los museos Peabody y Nacional de Antropología hubiera cobres dorados, esos reportes pasaron inadvertidos por muchas razones. Una fue que no parecían piezas doradas y, en cambio, se veían y pasaban como de cobre por el proceso de deterioro.

En la actualidad, con los estudios realizados con dispositivos y equipos desarrollados por Ruvalcaba en el IF, éste y sus colaboradores han obtenido información más clara no sólo de qué aleaciones contienen, sino también de cómo se fabricaron.

“Con haces de protones y iones de helio, por ejemplo, además de tener información de los elementos químicos (cobre, estaño, arsénico y plomo, forman el soporte de la pieza; oro y plata, el recubrimiento dorado), se puede observar qué cantidad hay en la superficie”, refirió.

El universitario ha demostrado que el oro está dentro del primer micrómetro y después –en la interfaz con el cobre, que permite afianzar ese oro al sustrato– la plata. “Análisis de muestras en el microscopio de alta resolución del IF, llevados a cabo por Jesús Arenas, corroboran que, a escala nanométrica, cúmulos de oro integran el dorado”.

De acuerdo con Ruvalcaba, en la técnica de dorado por hoja, ésta se pliega sobre la superficie, mientras que en la de dorado por fusión el objeto se sumerge dentro de oro fundido para obtener espesores de 35 a 90 micrómetros.

“Y en la de dorado por oxidación (descrito por fray Bernardino de Sahagún en el Códice Florentino) se parte de una aleación que, al oxidarse y limpiarse repetidamente con una solución ácida o por enfriamiento rápido, pierde cobre y plata, y queda la superficie enriquecida en oro. El cambio es gradual en la composición de este último de la superficie hacia el interior”, añadió.

Por el contrario, la técnica de dorado por reemplazo electroquímico da como resultado un recubrimiento. Ocurre un cambio brusco en la composición de la capa de oro que hay en la superficie y el cobre que soporta el dorado.

Para producir este último, el metal áureo se disuelve en una solución ácida, que se neutraliza con un mineral alcalino para evitar que, al sumergir el objeto en la solución, el cobre sea corroído. Luego de un tiempo, el objeto se saca de la solución. De este modo, en su superficie se deposita una fina capa de oro. Entonces, el artefacto se calienta para que el oro depositado en su superficie pueda adherirse como una capa muy uniforme y delgada al cobre.

“Esta técnica es compleja y eficiente. Se ve como oro, pero es cobre dorado. En 1979, fue reproducido en laboratorio por la doctora Lechtman, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, para la cultura Moche (Loma Negra, Perú, 0-600 después de Cristo). Dado que no existen evidencias de su producción en Mesoamérica, hemos propuesto que las piezas doradas de las regiones mayas pueden proceder de Sudamérica por intercambio”.

Objetos mal identificados

Aún hay lagunas en torno a las interacciones y contactos que pudieron darse entre Perú y Mesoamérica y otras áreas. Se ha propuesto que algunos objetos de Chichén Itzá –turquesas y obsidianas, por ejemplo– vienen del suroeste de Estados Unidos y del occidente de México, respectivamente, lo cual indicaría que hubo varias rutas de intercambio a largo alcance para este sitio”.

El universitario verificó, con análisis in situ de las aleaciones de oro de diferentes piezas de Chichén Itzá, las propuestas sobre intercambio con regiones de Costa Rica y Panamá, pues algunas figuras fundidas del cenote de aquella ciudad pueden tener, además, un dorado por oxidación, como es usual en esas regiones.

Para él ha sido interesante descubrir que piezas doradas elaboradas con la técnica de dorado por reemplazo electroquímico están presentes en otros sitios mayas. Lo que todavía no se sabe exactamente es cómo llegaron a ellos.

“Con frecuencia, los cobres dorados son mal identificados. De ahí que recomiende revisar muchos objetos catalogados como cobres, porque probablemente sean piezas doradas. Así ocurrió con algunas mayas de El Lagartero, Chiapas, que eran consideradas cobres y se determinó que tenían residuos de oro en su superficie”, apuntó.

Ruvalcaba y sus colaboradores están convencidos de que los orfebres que las hacían conocían muy bien los materiales y los procesos y tuvieron un aprendizaje de varias generaciones para llegar a ese perfeccionamiento técnico.

“Al tratar de reproducir algunas de ellas, como las bimetálicas que hay en la tumba 7 de Monte Albán, entendimos el enorme conocimiento y su destreza”, finalizó.

Créditos:UNAM-DGCS-237-2014

Mojarra con omega 3, tan nutritiva como los peces de mar.

 
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15 de Enero del 2013
Los ácidos grasos esenciales, presentes mayormente en peces de mar y mariscos, son necesarios en la dieta humana por sus beneficios para la salud, pero son difíciles de conseguir.
Ahora, gracias a un desarrollo de zootecnistas de la UN, esas propiedades nutricionales se podrán encontrar en la conocida tilapia de agua dulce.
Cuando el investigador estadounidense Ralph Holman dio a conocer al mundo, hace treinta años, un nuevo ácido graso denominado omega 3, cuyo descubrimiento fue resultado de años de estudio del metabolismo de estos compuestos en el organismo, se desató un interés mundial por el producto.
El científico determinó que la dieta de los esquimales, rica en pescado y mariscos de mar, era el secreto de la baja incidencia de problemas cardiacos. En particular, halló que las grasas de estos animales tenían altos contenidos de omega 3, el cual permite regular la presencia de los eicosanoides “buenos” y “malos”, unas cruciales moléculas orgánicas que son reguladoras intracelulares y participan en distintos procesos biológicos.
Cuando los “malos” se encuentran en más cantidad, crecen las probabilidades de que la sangre se coagule demasiado y se presenten fallas en el corazón. En el caso contrario, el riesgo es que una herida no cierre porque la sangre es poco espesa. Lo ideal es tener un buen equilibrio de este tipo de eicosanoides.
Lo anterior desató el interés de la industria en trasladar esas propiedades saludables a otros productos alimenticios, algo que aún continúa. Es el caso de un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia, que diseñó una metodología para que los peces de agua dulce obtengan mayores porcentajes de omega 3, similares a los de mar.
Filetes de exportación
La tilapia es el pescado que más se produce en el país. La necesidad de establecer un mercado más competitivo llevó al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural a abrir una convocatoria en 2007 para elegir un proyecto que le diera valor agregado al producto. Y fue allí cuando entraron en acción los expertos de la UN.
Con los cerca de 1.200 millones de pesos que el proyecto requirió y la participación de expertos de la Universidad de la Salle, así como de piscicultores y productores de alimentos para animales, se buscaron alternativas.
Liderados por la profesora Adriana Patricia Muñoz Ramírez, coordinadora del Grupo de Investigación UN-Acuictio, del Departamento de Ciencias de la Producción Animal, los zootecnistas elaboraron una dieta que puede llegar a duplicar el nivel de omega 3 en los filetes de tilapia. Esto aumenta los beneficios nutricionales para el consumidor y las ganancias para los productores.
En el país se cultivan dos tipos de tilapia o mojarra –su nombre más común–: la roja, que se comercializa como pieza entera; y la gris (nilótica), que se vende en filetes para exportación. Pese a que ambas tienen buenos niveles de ácidos grasos, no poseen los niveles que llegan a tener los peces de mar, como salmón, atún, anchoa, sardinas y jurel (Caranx vinctus), entre otros.
La profesora Muñoz asegura que los filetes colombianos se caracterizan por ser de mejor calidad que los de países como China. Estos últimos llegan congelados a los expendios de EE. UU., donde los descongelan y los venden como frescos. “Aquí podemos producir un filete a las 10:00 a. m. y, al otro día, a la misma hora, tenerlo verdaderamente fresco en los mercados de ese país, por la cercanía que hay”.
El valor agregado
La investigadora sostiene que el omega 3 previene enfermedades cardiovasculares, mejora el desarrollo intelectual de los niños y mantiene la buena funcionalidad de las células y del cerebro. Este era el valor agregado que necesitaban para mejorar la calidad de la mojarra.
Buscaron entonces ingredientes ricos en estas sustancias para fabricar un alimento especial para los peces. Utilizaron lípidos (moléculas biológicas que aportan energía al organismo –algunos son la base de las grasas–) y vísceras de cachama y trucha, que tienen gran cantidad de grasa y, por lo general, son desechadas por los piscicultores.
Con las vísceras fabricaron ensilaje, que consiste en someter la materia prima a un proceso de fermentación con una fuente de carbohidratos; en este caso fue melaza y bacterias, entre otros componentes. Encontraron que los ensilajes molidos y cocinados eran la mejor opción, pero antes de incorporarlos en las dietas verificaron que no fueran dañinos para los animales. Luego hicieron experimentos para saber qué cantidad era la adecuada para el régimen alimenticio.
Por último, agregaron dos ingredientes con altos porcentajes de omega 3: la semilla de lino (52,4%), usual en la avicultura para producir huevos con ese valor agregado; y semillas de chía (65,9%), una planta que se daba naturalmente en México, América Central y Colombia, pero que en la actualidad debe ser importada de Argentina.
Pruebas a escala
Los expertos ensayaron otros ingredientes, como el aceite de girasol, soya y palma, y probaron cuatro tipos de dietas: primero, en acuarios de la UN y en tanques en Villavicencio; por último, en la Represa de Betania (Huila). Además, pasaron de experimentar con ocho animales por tanque a trabajar con diez toneladas de pescado.
Después de 45 días de probar la alimentación y de examinar los filetes en laboratorio, se concluyó que la dieta a base de semillas de lino o de chía incrementaba en diversos niveles sus concentraciones de ácidos grasos. La profesora Muñoz sostiene que esta clase de nutrición sube los costos, algo que puede disuadir a los productores, pero resalta que es un valor agregado muy apreciado en el mercado.
“Los piscicultores deben saber que esta es una dieta de finalización, pues de los ocho meses que dura el engorde, solo deben incluir la dieta especial con omega 3 durante los últimos 45 días antes del sacrificio del animal. Cuesta más, pero esperamos que pueda ser vendido a mejores precios”, explica.
Para Diego Alejandro Niño, gerente de ventas de Concentrados Cresta Roja –empresa dedicada a producir alimentos para animales–, resulta atractivo conocer materias primas alternativas con las cuales remplazar otras de gran demanda, pero que a veces escasean. Aunque ve viable usar la dieta creada en la UN, dice que el inconveniente es la escasez de semillas como la chía, pues no se consiguen en grandes volúmenes en el país.
La forma de dar valor agregado a la tilapia ya existe. Ahora les queda a los productores y a las empresas productoras de concentrados aprovechar la idea, pues quienes desarrollaron el proyecto están seguros de que hay consumidores dispuestos a pagar por un producto más saludable y nutritivo.
Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
El mercado de los EE. UU. absorbe buena parte de los filetes de tilapia colombianos.

El mercado de los EE. UU. absorbe buena parte de los filetes de tilapia colombianos.

15 de Enero del 2013

Los ácidos grasos esenciales, presentes mayormente en peces de mar y mariscos, son necesarios en la dieta humana por sus beneficios para la salud, pero son difíciles de conseguir.

Ahora, gracias a un desarrollo de zootecnistas de la UN, esas propiedades nutricionales se podrán encontrar en la conocida tilapia de agua dulce.

Cuando el investigador estadounidense Ralph Holman dio a conocer al mundo, hace treinta años, un nuevo ácido graso denominado omega 3, cuyo descubrimiento fue resultado de años de estudio del metabolismo de estos compuestos en el organismo, se desató un interés mundial por el producto.

El científico determinó que la dieta de los esquimales, rica en pescado y mariscos de mar, era el secreto de la baja incidencia de problemas cardiacos. En particular, halló que las grasas de estos animales tenían altos contenidos de omega 3, el cual permite regular la presencia de los eicosanoides “buenos” y “malos”, unas cruciales moléculas orgánicas que son reguladoras intracelulares y participan en distintos procesos biológicos.

Cuando los “malos” se encuentran en más cantidad, crecen las probabilidades de que la sangre se coagule demasiado y se presenten fallas en el corazón. En el caso contrario, el riesgo es que una herida no cierre porque la sangre es poco espesa. Lo ideal es tener un buen equilibrio de este tipo de eicosanoides.

Lo anterior desató el interés de la industria en trasladar esas propiedades saludables a otros productos alimenticios, algo que aún continúa. Es el caso de un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia, que diseñó una metodología para que los peces de agua dulce obtengan mayores porcentajes de omega 3, similares a los de mar.


Filetes de exportación

La tilapia es el pescado que más se produce en el país. La necesidad de establecer un mercado más competitivo llevó al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural a abrir una convocatoria en 2007 para elegir un proyecto que le diera valor agregado al producto. Y fue allí cuando entraron en acción los expertos de la UN.

Con los cerca de 1.200 millones de pesos que el proyecto requirió y la participación de expertos de la Universidad de la Salle, así como de piscicultores y productores de alimentos para animales, se buscaron alternativas.

Liderados por la profesora Adriana Patricia Muñoz Ramírez, coordinadora del Grupo de Investigación UN-Acuictio, del Departamento de Ciencias de la Producción Animal, los zootecnistas elaboraron una dieta que puede llegar a duplicar el nivel de omega 3 en los filetes de tilapia. Esto aumenta los beneficios nutricionales para el consumidor y las ganancias para los productores.

En el país se cultivan dos tipos de tilapia o mojarra –su nombre más común–: la roja, que se comercializa como pieza entera; y la gris (nilótica), que se vende en filetes para exportación. Pese a que ambas tienen buenos niveles de ácidos grasos, no poseen los niveles que llegan a tener los peces de mar, como salmón, atún, anchoa, sardinas y jurel (Caranx vinctus), entre otros.

La profesora Muñoz asegura que los filetes colombianos se caracterizan por ser de mejor calidad que los de países como China. Estos últimos llegan congelados a los expendios de EE. UU., donde los descongelan y los venden como frescos. “Aquí podemos producir un filete a las 10:00 a. m. y, al otro día, a la misma hora, tenerlo verdaderamente fresco en los mercados de ese país, por la cercanía que hay”.


El valor agregado

La investigadora sostiene que el omega 3 previene enfermedades cardiovasculares, mejora el desarrollo intelectual de los niños y mantiene la buena funcionalidad de las células y del cerebro. Este era el valor agregado que necesitaban para mejorar la calidad de la mojarra.

Buscaron entonces ingredientes ricos en estas sustancias para fabricar un alimento especial para los peces. Utilizaron lípidos (moléculas biológicas que aportan energía al organismo –algunos son la base de las grasas–) y vísceras de cachama y trucha, que tienen gran cantidad de grasa y, por lo general, son desechadas por los piscicultores.

Con las vísceras fabricaron ensilaje, que consiste en someter la materia prima a un proceso de fermentación con una fuente de carbohidratos; en este caso fue melaza y bacterias, entre otros componentes. Encontraron que los ensilajes molidos y cocinados eran la mejor opción, pero antes de incorporarlos en las dietas verificaron que no fueran dañinos para los animales. Luego hicieron experimentos para saber qué cantidad era la adecuada para el régimen alimenticio.

Por último, agregaron dos ingredientes con altos porcentajes de omega 3: la semilla de lino (52,4%), usual en la avicultura para producir huevos con ese valor agregado; y semillas de chía (65,9%), una planta que se daba naturalmente en México, América Central y Colombia, pero que en la actualidad debe ser importada de Argentina.


Pruebas a escala

Los expertos ensayaron otros ingredientes, como el aceite de girasol, soya y palma, y probaron cuatro tipos de dietas: primero, en acuarios de la UN y en tanques en Villavicencio; por último, en la Represa de Betania (Huila). Además, pasaron de experimentar con ocho animales por tanque a trabajar con diez toneladas de pescado.

Después de 45 días de probar la alimentación y de examinar los filetes en laboratorio, se concluyó que la dieta a base de semillas de lino o de chía incrementaba en diversos niveles sus concentraciones de ácidos grasos. La profesora Muñoz sostiene que esta clase de nutrición sube los costos, algo que puede disuadir a los productores, pero resalta que es un valor agregado muy apreciado en el mercado.

“Los piscicultores deben saber que esta es una dieta de finalización, pues de los ocho meses que dura el engorde, solo deben incluir la dieta especial con omega 3 durante los últimos 45 días antes del sacrificio del animal. Cuesta más, pero esperamos que pueda ser vendido a mejores precios”, explica.

Para Diego Alejandro Niño, gerente de ventas de Concentrados Cresta Roja –empresa dedicada a producir alimentos para animales–, resulta atractivo conocer materias primas alternativas con las cuales remplazar otras de gran demanda, pero que a veces escasean. Aunque ve viable usar la dieta creada en la UN, dice que el inconveniente es la escasez de semillas como la chía, pues no se consiguen en grandes volúmenes en el país.

La forma de dar valor agregado a la tilapia ya existe. Ahora les queda a los productores y a las empresas productoras de concentrados aprovechar la idea, pues quienes desarrollaron el proyecto están seguros de que hay consumidores dispuestos a pagar por un producto más saludable y nutritivo.

Créditos: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Nitrógeno, clave en la resistencia del tomate de árbol al agua.

 
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18 de Octubre del 2012
El nitrógeno está muy ligado a procesos de respuesta positiva de plantas de tomate de árbol al estrés por encharcamiento.
Así lo concluyó un trabajo de grado de la Facultad de Agronomía de la UN en Bogotá adelantado por Diego Sánchez Canro y Jorge Betancourt Osorio.
El objetivo, según precisan, era evaluar las respuestas fisiológicas al encharcamiento y al nitrógeno, así como comparar indirectamente cuál era la respuesta de la planta bien nutrida frente a la mal nutrida. Así se corroboró que una buena nutrición ayuda a contrarrestar los efectos negativos.
La relevancia del estudio radica en que Colombia es un país tropical en el que no hay estaciones y en cualquier momento llueve y se encharcan las plantas. Además, el tomate se cultiva en tierra fría y el estado del tiempo es altamente variable en la Sabana de Bogotá, una de las zonas de cultivo del fruto.
Las pruebas
Para efectuar este estudio, utilizaron 40 plántulas de vivero de más o menos 30 días de edad y las trasplantaron al invernadero de la Facultad de Agronomía.
“Los tratamientos de encharcamiento consistieron en tomar las plantas y taparle los orificios a sus materas, para que no se saliera el agua. Las anegábamos durante dos días seguidos. Después las dejábamos descansar para anegarlas de nuevo durante cuatro días seguidos más. Luego las dejamos descansar otra vez y, finalmente, durante 6 días seguidos, las encharcábamos nuevamente”, explican.
A la mitad de las plantas les suministraron una solución nutritiva con deficiencia de nitrógeno, solo 10 partes por millón de ese elemento. A las otras, una dosis de 150 partes por millón (la cantidad ideal).
Luego observaron diferencias en su altura y coloración: las primeras se veían mucho más pequeñas y amarillas, mientras que las otras tenían mayor expansión foliar (hojas más grandes).
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Plantas sometidas al tratamiento con nitrógeno.

Plantas sometidas al tratamiento con nitrógeno.

18 de Octubre del 2012

El nitrógeno está muy ligado a procesos de respuesta positiva de plantas de tomate de árbol al estrés por encharcamiento.

Así lo concluyó un trabajo de grado de la Facultad de Agronomía de la UN en Bogotá adelantado por Diego Sánchez Canro y Jorge Betancourt Osorio.

El objetivo, según precisan, era evaluar las respuestas fisiológicas al encharcamiento y al nitrógeno, así como comparar indirectamente cuál era la respuesta de la planta bien nutrida frente a la mal nutrida. Así se corroboró que una buena nutrición ayuda a contrarrestar los efectos negativos.

La relevancia del estudio radica en que Colombia es un país tropical en el que no hay estaciones y en cualquier momento llueve y se encharcan las plantas. Además, el tomate se cultiva en tierra fría y el estado del tiempo es altamente variable en la Sabana de Bogotá, una de las zonas de cultivo del fruto.


Las pruebas

Para efectuar este estudio, utilizaron 40 plántulas de vivero de más o menos 30 días de edad y las trasplantaron al invernadero de la Facultad de Agronomía.

“Los tratamientos de encharcamiento consistieron en tomar las plantas y taparle los orificios a sus materas, para que no se saliera el agua. Las anegábamos durante dos días seguidos. Después las dejábamos descansar para anegarlas de nuevo durante cuatro días seguidos más. Luego las dejamos descansar otra vez y, finalmente, durante 6 días seguidos, las encharcábamos nuevamente”, explican.

A la mitad de las plantas les suministraron una solución nutritiva con deficiencia de nitrógeno, solo 10 partes por millón de ese elemento. A las otras, una dosis de 150 partes por millón (la cantidad ideal).

Luego observaron diferencias en su altura y coloración: las primeras se veían mucho más pequeñas y amarillas, mientras que las otras tenían mayor expansión foliar (hojas más grandes).

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Necesaria, intervención del personal en detección temprana y tratamiento del alzheimer.

 
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Es recomendable que todo individuo, al llegar a los 60 años, se realice pruebas para anticiparse a la posible aparición del deterioro cognitivo y limitar sus manifestaciones, señaló Araceli Jiménez Mendoza, académica de la ENEO.
Es recomendable que todo individuo, al llegar a los 60 años, se realice pruebas para anticiparse a la posible aparición del deterioro cognitivo y limitar sus manifestaciones, señaló Araceli Jiménez Mendoza, académica de la ENEO.

20 de Septiembre del 2012
Todo comenzó con el olvido de las llaves. Después, el dinero desaparecía sin explicación alguna. Al transcurrir los días, recordar el nombre de las personas más cercanas, como el de su hija o nietos, se volvió una tarea titánica. A sus 65 años, Samuel fue diagnosticado con Alzheimer, en fase avanzada.

En México, más de un millón de personas padecen el mal, con repercusiones no sólo en la salud de los pacientes, sino en su entorno familiar y social. Ante el crecimiento de la población de adultos mayores en el país, es necesario establecer estrategias para su detección oportuna y tratamiento integral.

Entre las medidas, es de vital importancia la formación de recursos humanos especializados en geriatría, a todos los niveles. Ante la demanda creciente de la especialidad se requieren profesionales de la enfermería que apoyen tareas como prevención, cuidado de los pacientes diagnosticados con la enfermedad y trabajo comunitario.

Es necesario replantear el cuidado de los adultos mayores y sustentarlo en el respeto a esta población, estableció Araceli Jiménez Mendoza, de la Escuela Nacional de Enfermería (ENEO) de la UNAM, en el marco del Día Mundial del Alzheimer.

La ENEO impulsa, como una de sus líneas de investigación institucionales, el proyecto Modelo de Enfermería para la Atención Preventiva y Terapéutica en Personas con Enfermedad de Alzheimer y sus Familiares, con la finalidad de promover trabajos y actividades orientados a la detección temprana del padecimiento, canalización para el tratamiento oportuno y limitar el daño que provoca a través de acciones de estimulación, con un enfoque integral, informó.

Detección

Para detectar a tiempo, al cumplir 60 años es preciso acudir a revisiones geriátricas de manera periódica y conocer los antecedentes familiares que determinan la susceptibilidad de padecer este mal, que consiste no en olvidarlo todo, sino lo inmediato.

La memoria a corto plazo es la más deteriorada. Por ejemplo, se da en el ámbito laboral, al no recordar los nombres de los compañeros después de convivir varios años con ellos. “Se pierde la capacidad de evocar a personas o situaciones”, explicó.

Además, se pierde el juicio al manejar dinero. Una persona extravía el sentido del valor que representan un billete o una moneda; lo olvidan con facilidad o lo regalan. Esto se presta al abuso de las personas responsables de su cuidado.

Para el diagnóstico, se requieren diversos procedimientos clínicos y tecnologías muy costosas, sólo disponibles en áreas de alta especialidad, como neurología o psiquiatría. La propuesta del modelo consiste en que, entre las tareas que desempeñan los profesionales de enfermería, se incluya la detección del deterioro cognitivo de manera temprana, en personas mayores de 60 años, pues a partir de esta edad, cada lustro se incrementa la probabilidad de padecerlo.

El proyecto está orientado a validar la valoración geriátrica desde el primer nivel, el preventivo, con la finalidad de canalizar los casos positivos a profesionales de otras áreas. Esto disminuiría los costos, pues actualmente el número de especialistas resulta insuficiente para cubrir la demanda en crecimiento, ante el envejecimiento de la población en México. Además, rompe con la idea generalizada de que el adulto mayor es olvidadizo y que considera normal la pérdida de memoria conforme avanza la edad, estableció.

“Es un problema complejo. No sólo abarca a la persona que sufre el deterioro de sus capacidades, sino a los familiares cercanos y a la sociedad, por los recursos destinados a su atención”.

Jiménez Mendoza, responsable del proyecto, consideró que el Día Mundial del Alzheimer representa una oportunidad para reflexionar qué significan para la sociedad los adultos mayores. En su mayoría, son tratados como un objeto, en una época en la que todo tiene valor en función de su utilidad. Al no ser productivos, prácticamente son olvidados, expuso.

Es necesario profesionalizar la atención que se brinda a los adultos mayores en asilos, estancias, o residencias. A la par, deben establecerse normas para su cuidado dentro del hogar, en específico, a quienes sufren alguna demencia, precisó la también coordinadora de Intercambio Académico y Colaboración Interinstitucional de la ENEO.

Atención integral

Después de valorarlos en las instalaciones de la ENEO, se visita a cada paciente para dimensionar las características de su domicilio, los recursos con los que cuenta y el entorno familiar.

En el tratamiento, la familia y personas cercanas desempeñan un papel fundamental. Para limitar el daño provocado, son necesarias acciones de estimulación, como ejercicios mentales, cuidado de hábitos de sueño y disminución de estrés, entre otras.

También, tiene la finalidad de identificar cuadros de depresión, tanto en los pacientes como en sus guardianes, en su mayoría, mujeres. Son las hijas quienes se hacen cargo de su padre o madre.

La atención no debe delegarse a cualquier persona sólo por parentesco o cercanía. Se requiere un profesional en estas tareas, por el desgaste físico, emocional y psicológico que implican. “No pueden encargarse a la vecina o a un amigo, pues sin la preparación adecuada pueden llegar a maltratar”, advirtió.

Gracias al proyecto, los estudiantes de la instancia pueden realizar su servicio social a través de sesiones informativas, ponencias, organización de eventos dirigidos a adultos mayores y apoyo en atención de personas con demencia, en colaboración con la Fundación Alzheimer, Alguien con Quien Contar, y la Asociación Alzheimer, Una Esperanza de Vida, entre otras instancias.

Mediante el esquema, que conforma el programa general Nuevas Estrategias Epidemiológicas y Proteómicas en Salud Pública, desde 2006 se han realizado 650 valoraciones en personas mayores de 60 años. Del total, se da seguimiento a 98 pacientes. La experiencia ha producido más de una decena de tesis de licenciatura, una de doctorado (en proceso) y reportes de investigación.

Boletín UNAM-DGCS-576
Ciudad Universitaria.

Desarrollan el la UNAM polímero adhesivo para heridas superficiales.

 
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Investigadores del CFATA de la UNAM, crearon un bioadhesivo que, si bien todavía está en etapa experimental, podría sustituir las suturas en cortadas o heridas leves de la piel.
Investigadores del CFATA de la UNAM, crearon un bioadhesivo que, si bien todavía está en etapa experimental, podría sustituir las suturas en cortadas o heridas leves de la piel.

14 de Septiembre del 2012

Investigadores del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA), campus Juriquilla de la UNAM, coordinados por María Antonieta Mondragón Sosa, crearon, a partir de dos polímeros, un bioadhesivo que, si bien todavía está en etapa experimental, podría sustituir las suturas en cortadas o heridas leves de la piel, y servir como auxiliar en la reparación del tejido dañado.

“El objetivo es que mantenga unidas las partes separadas en alguna herida superficial, ayude a sanar el tejido y se desintegre sin interferir en el proceso de curación”, dijo Mondragón Sosa.

En este nuevo biomaterial se utilizaron sistemas poliméricos híbridos, compuestos de moléculas naturales y sintéticas, para aprovechar sus respectivas propiedades: la biocompatibilidad y la favorable resistencia mecánica.

El polímero natural fue el colágeno, y el sintético, el ácido poliacrílico; ambos son muy usados en la industria de los biomateriales. El primero, proteína presente en los tejidos animales, une el tejido conjuntivo, y el segundo es empleado en materiales que se venden comercialmente.

“El colágeno se obtuvo de orejas de cerdo. Alicia del Real, maestra en Ingeniería Química, lo extrajo en forma de gel con bastante contenido de agua, y lo utilizó como medio para realizar la polimerización del ácido poliacrílico in situ (en un medio acuoso, en este caso, el colágeno, precisamente)”, explicó la investigadora.

Debido al proceso de extracción, se desnaturalizó, es decir, perdió su compleja estructura de triple hélice, como la que está presente en el tejido animal. Resulta difícil combinar este tipo de macromoléculas, porque con el tiempo se separan, especificó.

“Alicia del Real llevó a cabo una reacción de polimerización que dio como resultado la miscibilidad de los dos polímeros, es decir, se obtuvo un nuevo material”, indicó Mondragón.

Se probaron varias formulaciones para lograr la más adecuada. La primera estuvo compuesta de 10 por ciento de colágeno y 90 por ciento de ácido poliacrílico; las otras tuvieron 20-80, 30-70 y 40-60. Las cuatro fueron sometidas a pruebas de resistencia mecánica en piel de bovino, de la que se emplea en la fabricación de zapatos.

“Cortamos la piel en tiras iguales y aplicamos el bioadhesivo a dos, que fueron unidas y sometidas, en una máquina de pruebas mecánicas, a una de tensión, en la que se midió la fuerza necesaria para separarlas”.

También, se tomaron en cuenta otras variables, como el tiempo en el que las piezas de piel permanecieron unidas bajo un peso colocado sobre la unión.

“Se observó que la formulación de 20 por ciento de colágeno con 80 por ciento de ácido poliacrílico fue la óptima para los materiales, con una o dos horas de tiempo en que se mantuvo la unión, previo a la prueba de tensión”, comentó.

El siguiente paso fue determinar lo que ocurría a nivel molecular con los dos polímeros que componen el bioadhesivo. “Tenemos dos estructuras poliméricas, de cadenas largas, y nos preguntamos cómo interactúan”.

La espectroscopía infrarroja permite observar las moléculas a través de las vibraciones de los enlaces. El análisis por espectroscopía infrarroja mostró que entre los dos polímeros se desarrolló una interacción química que se llama enlace de hidrógeno.

“En el nuevo polímero, los dos que lo componen interactúan a través de enlaces de hidrógeno entre los grupos hidroxilo del poli ácido acrílico y el oxígeno del grupo carbonilo del colágeno. Esta unión química evita que los componentes se separen; muchas veces, lo hacen por sus características químicas y de estructura, sobre todo si son macromoléculas. En nuestro caso, podemos hablar de un nuevo material y no de polímeros separados”, remarcó.

Es necesario hacer pruebas de biocompatibilidad del bioadhesivo, comprobar que no tiene efectos secundarios, que no irrita, que no es agresivo con los tejidos vivos.

“Aunque son complicadas, pensamos que el bioadhesivo tiene muchas posibilidades de ser biocompatible, porque proviene de dos materiales que han probado serlo, y que se han utilizado en aplicaciones en biomateriales”, finalizó Mondragón Sosa.

Boletín UNAM-DGCS-565
Ciudad Universitaria.