Tag Archives: proteína

En la Dieta Tradicional Mexicana, elementos para una buena alimentación y nutrición.

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

En nuestro país, el consumo de frijol ha disminuido en los últimos 15 años, refirió Amanda Gálvez Mariscal, coordinadora del Programa Universitario de Alimentos y profesora de la Facultad de Química de la UNAM.
En nuestro país, el consumo de frijol ha disminuido en los últimos 15 años, refirió Amanda Gálvez Mariscal, coordinadora del Programa Universitario de Alimentos y profesora de la Facultad de Química de la UNAM.

28 de Agosto del 2012

El frijol es una fuente importante de proteína vegetal y, combinado con la tortilla, ancestralmente ha sido clave en la dieta de México por milenios. No obstante, en los últimos 15 años ha sido notable la disminución en el consumo de esta leguminosa, refirió Amanda Gálvez Mariscal al presentar “pequeños avances” de una investigación realizada por científicos de la UNAM y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).

Al participar en el Seminario Alimentos Funcionales, realizado en la Facultad de Química (FQ), la coordinadora del Programa Universitario de Alimentos (PUAL) señaló que el consumo de este producto disminuyó de 19 a nueve kilogramos por persona al año (datos de 2009).

“Lo mismo pasó con la tortilla, que tiene más fibra que el pan blanco”, agregó Gálvez Mariscal al impartir la charla Aislados proteínicos como alimentos funcionales.

Esta merma se debe a cambios en los hábitos de alimentación, lo que ha llevado a la prevalencia actual de diabetes y obesidad entre los mexicanos. Hoy se registra mayor disponibilidad de alimentos procesados ricos en hidratos de carbono y en grasas, incluso en las poblaciones rurales, añadió.

Ante eso, Gálvez Mariscal, académica de la FQ, consideró prioritario revalorar algunos comestibles tradicionales que forman parte de la dieta, que hemos abandonado y que contribuyen a tener buena salud.

Como parte de las investigaciones desarrolladas en la FQ, se emprendió el aislamiento de proteínas de una de las leguminosas más consumida en México, el frijol negro (aunque este grupo es mucho más amplio y comprende garbanzos, habas y lentejas, entre otras). También se estudian otras proteínas vegetales.

En el estudio realizado en conjunto con el INCMNSZ, se buscó entender, mediante la observación de animales de laboratorio, cómo funcionan ciertos factores de transcripción, es decir, las señales metabólicas de la lipogénesis. Se trabajó con aislados proteínicos de frijol, soya y caseína.

Entre los resultados, se observó que las proteínas de los dos primeros productos tienen comportamientos similares. El control para comparar los resultados fue la proteína láctea caseína, que promueve el aumento de peso de animales un poco mejor que las leguminosas. La glucosa en el suero se incrementa lentamente tanto con frijol como con soya, al igual que las concentraciones de insulina.

Gálvez Mariscal dijo que las proteínas del frijol eran importantes en la dieta mexicana hasta hace 15 años, momento en que empezó a declinar su consumo, pese a que la tradicional fomenta una buena alimentación y, por ende, una nutrición adecuada para nuestra población.

Para finalizar, la coordinadora del PUAL señaló que como tecnólogos de alimentos “perfilamos un modelo proteínico de frijol con ventajas para mejorar formulaciones alimenticias”.

Carencias en la legislación

A diferencia de Japón, Estados Unidos y Europa, en México no existe una definición de lo que es un alimento funcional en la legislación de salud, señaló Carolina Peña Montes, ex alumna del DAAD (siglas en alemán para Servicio Alemán de Intercambio Académico), al impartir la ponencia Introducción a los alimentos funcionales.

La académica de la FQ habló de los nutracéuticos (palabra acuñada en 1989, formada por las voces ‘nutrimento’ y ‘farmacéutico’). Algunos de ellos se venden en forma de suplementos. “En México, hay un vacío legal al respecto porque no son considerados alimentos ni medicamentos”.

Los compuestos bioactivos contenidos en los comestibles tienen propiedades que mejoran la salud, ya sea al prevenir enfermedades o reducir el riesgo de adquirirlas, de ahí la tendencia a aislar y concentrar las sustancias benéficas. Ya se han identificado muchas, pero no todas las reivindicaciones de salud han sido formales, expuso.

En Japón, indicó, hay una amplia variedad de alimentos específicos para ciertos aspectos físicos, conocidos como FOSHU (Foods for Specific Health Use). De 1993 a la fecha, en ese país se han aprobado 69. En la nación asiática el consumidor tiene plena confianza de que han sido validados científicamente y llevan una etiqueta que los avala.

En Estados Unidos también hay alimentos funcionales regulados por la FDA, cuyos componentes se han probado científicamente. Se sabe, por ejemplo, que el betaglucano, presente en la avena, disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

En México, por el contrario, la legislación de salud no considera a los alimentos funcionales ni a los nutracéuticos. Existen los suplementos, definidos como un producto cuyo uso incrementa la ingesta dietética total y se presenta en forma farmacéutica.

Las otras dos figuras previstas en la ley de salud son: medicamento herbolario y remedio herbolario: el primero tiene un fin terapéutico comprobado científicamente y, el segundo, alivia síntomas según conocimiento tradicional o popular.

Por eso, para Peña Montes, es fundamental generar mayor conocimiento sobre los componentes bioactivos de los alimentos, específicamente de los nutracéuticos, desde las perspectivas de la nutrigenética o la nutrigenómica, para eventualmente alcanzar una nutrición personalizada.

Con esto no se pretende curar enfermedades, sino desacelerar factores que las disparan, puntualizó, y advirtió que “no cualquier compuesto benéfico se puede comprar en píldoras, no todos los extractos están estandarizados ni tampoco cada compuesto es puro”.

Boletín UNAM-DGCS-528
Ciudad Universitaria.

Descubren en la UNAM nuevos mecanismos de regulación en la germinación del maíz mexicano

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

Podrían ser aplicados en el mejoramiento agrícola para que variedades de interés nacional no sean desplazadas por otras, explicó Tzvetanka Dimitrova Dinkova, de la FQ de la UNAM
Podrían ser aplicados en el mejoramiento agrícola para que variedades de interés nacional no sean desplazadas por otras, explicó Tzvetanka Dimitrova Dinkova, de la FQ de la UNAM

17 de Agosto de 2012

El viaje para indagar la regulación de la germinación del maíz mexicano inició, para Tzvetanka Dimitrova Dinkova, de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, hace 17 años, en el Departamento de Bioquímica, bajo la tutela de Estela Sánchez Quintanar. La etapa de cosecha ha arrojado los primeros resultados.

“Es un trabajo conjunto en el que nos abocamos a averiguar qué regula el proteoma de maíz durante la germinación y algunos complejos traduccionales, y cómo afectaría la síntesis de proteínas durante la germinación al cambiar alguno de estos componentes”, explicó la académica universitaria.

Al ofrecer la conferencia El proteoma durante la germinación de maíz: un enfoque a través del estudio de complejos traduccionales, en el Auditorio A de la FQ, Dimitrova detalló que los mecanismos de regulación de la síntesis de proteínas son cruciales para los procesos de desarrollo y diferenciación celular, así como para la respuesta al estrés ambiental y a la infección por patógenos.

Este proyecto, añadió, pretende descubrir novedosos mecanismos moleculares que regulen la germinación de maíz; el proceso es requerido para el establecimiento de la plántula, y su éxito depende en gran medida de la síntesis de proteínas, basada en mensajes que ya vienen almacenados en la semilla.

Ya en su tesis doctoral, denominada Regulación de la expresión y actividad de los factores de iniciación de la traducción eIF4E y eIFiso4E durante la germinación de maíz, Dimitrova Dinkova había señalado que la aportación fundamental se basaba en la demostración de un mecanismo novedoso para regular la actividad y expresión de uno de los factores más importantes (eIF4E) en el proceso de síntesis de proteínas.

Mejoramiento agrícola

Tras la conferencia, enmarcada en los Seminarios Académicos de la Facultad de Química, la universitaria señaló que el cierre de la investigación fue realizado por un estudiante de doctorado de su equipo.

Se logró identificar un grupo de proteínas involucradas en la germinación exitosa de la semilla de maíz, y nos permitió contribuir al análisis de más variedades o líneas para comprobar el papel de los complejos traduccionales en más de una variedad.

El estudio podría ser aplicado en el mejoramiento agrícola, para que el cereal mexicano no sea desplazado por variedades de otros países, apuntó.

Además de que nuestro maíz es muy bonito y diverso, este paso es fundamental porque permitirá desarrollar herramientas que garanticen el éxito de las variedades de interés agronómico nacional, sin ser desplazadas por otras cuyas propiedades no son idóneas para los fines de consumo en el país, como para la elaboración de tortillas y de otros alimentos”, finalizó.

Boletín UNAM-DGCS-504
Ciudad Universitaria.

Proteína eficaz contra replicación del VIH

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

Henry Balaguera: investigador de la universidad de Tufts.
Henry Balaguera: investigador de la universidad de Tufts.

4 de septiembre de 2011

Dos equipos médicos de las universidades francesas de Estrasburgo y de Marsella descubrieron una proteína que impide la replicación del virus VIH, causante del sida.

Los investigadores hallaron las propiedades inhibidores de la proteína humana HBPB – siglas del inglés Human Phosphate Binding Protein- en la capacidad de replicarse del virus VIH y aseguraron que los resultados obtenidos in vitro muestran que esta proteína actúa en una vía aún no registrada por las terapias actuales.

El investigador Henry Balaguera de la universidad de Tufts señaló: “Se trata de buscar la creación de nuevos medicamentos a partir de describir otras formas para atacar como se replica el virus. Los investigadores encontraron una proteína de la sangre que vuelve el DNA del virus en la proteína, Uno de los grandes que tenemos hoy es la aparición de la resistencia a los retrovirales, si se estudian y se encuentran maneras en otras etapas, es posible que se tengan medicamentos que no se vuelvan resistentes”.

Escuchar entrevista AQUÍ

Créditos: unradio.unal.edu.co

Estudian gen de plantas y hongos con potencial para curar males neurodegenerativos

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

enfermedades neurodegenerativas6 de junio de 2011

• El gen Hsp101 codifica una proteína que, a su vez, desaglomera a otras
• Se piensa que las células cerebrales mueren porque acumulan agregados de una proteína en particular, que las destruyen o inutilizan, y se estima que si las personas tuvieran Hsp101, podrían curarse de esos padecimientos

Las plantas tienen un gen llamado Hsp101 –también presente en bacterias y hongos, denominado ClpB o Hsp104, respectivamente–, de gran interés porque codifica una proteína que, a su vez, desagrega conglomerados de otras. No se ha detectado ninguna secuencia ortóloga –correcta- en invertebrados o vertebrados, aunque sí en los protozoarios.

Sus aplicaciones podrían ser relevantes, porque uno de los problemas que tienen en común enfermedades neurodegenerativas en humanos, como Alzheimer, Parkinson o Huntington, es que las células acumulan agregados (amiloides) de fragmentos de una proteína en particular, como son el ß-amiloide, la a-sinucleína o la huntingtina, respectivamente.

Se piensa que las células cerebrales mueren porque esos agregados las destruyen o inutilizan, y se estima que el tratamiento con desagregasas, como ClpB, Hsp101 o Hsp104, podría curar esos padecimientos.

En el Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, el grupo de investigación de Jorge Nieto Sotelo estudia cómo los organismos vivos se adaptan al estrés y, específicamente, analiza las funciones de esa proteína, que en las plantas se induce por calor.

Si una célula “normal” experimenta un periodo de aclimatación a una temperatura más elevada, pero no letal, óptima para crecer, se sintetizan las proteínas de choque de calor; si sigue en aumento, algunas otras se aglomeran, explicó el universitario.

Si la célula regresa a temperaturas más favorables, las proteínas de choque de calor que ya se habían sintetizado, reparan los agregados, de tal suerte que se recuperan sus funciones y estructura originales, y se mantiene la viabilidad celular.

Para responder a la pregunta básica de cómo sobreviven las células si las temperaturas son muy elevadas, Nieto tomó como modelo el maíz. Él y sus colaboradores realizaron una búsqueda exhaustiva de mutantes naturales, en los que el gen que codifica para Hsp101 estuviera dañado.

Una plántula de maíz silvestre que recibe un golpe de calor de 50 grados muere, pero si pasa de 28 a 40 grados y una hora más tarde se expone a 50, sobrevive, debido al mecanismo llamado termotolerancia inducida. En el lapso de 40 grados se sintetizan las proteínas de choque de calor que la ayudan a sobrevivir.

En las mutantes Hsp101 el tratamiento de termotolerancia inducida (el paso de 28 a 40 grados y una hora más tarde a 50) no es efectivo y las plántulas se mueren. “Eso significa que el gen es muy importante para la termotolerancia inducida, ya que éstas no tienen problemas para sobrevivir a 28 ó 40 grados”.

En otros laboratorios se ha utilizado al gen que codifica a la proteína Hsp104 de la levadura y se ha hecho expresar en nematodos como Caenorhabditis elegans, en ratas o en ratones, donde a la vez, se co-expresa el fragmento de la huntingtina, que forma amiloides y que provoca la enfermedad de Huntington, añadió.

En individuos testigo, donde sólo se expresa el fragmento de la huntingtina, ésta forma los agregados o amiloides, y al final, se presentan problemas neurológicos y la muerte. Sin embargo, en aquéllos donde se co-expresa tanto a Hsp104 como a la huntingtina, es posible evitar el padecimiento. Por ello, Hsp104 es potencialmente importante para la terapia de este tipo de afecciones.

Pero el científico descubrió que la tolerancia al calor va más allá del nivel celular y no es igual en todas las partes de la planta. Al estudiar la especie de Agave tequilana, vio que el llamado cogollo, conjunto de hojas en proceso de maduración y “adosadas” entre sí, que protegen al meristemo apical que se encuentra en el centro de la roseta, sobrevive de manera extraordinaria a choques de calor directos de más de 50 grados; ello, a diferencia del resto de las hojas ya desplegadas, que muere.

“Una planta no es igualmente sensible en toda su estructura o ‘cuerpo’, hay partes más tolerantes y mecanismos de adaptación muy interesantes”. Una de las razones por las que creemos que el cogollo no muere, es porque expresa grandes cantidades de proteínas de choque de calor de tamaño pequeño (sHsp), sufre mucho menos daño oxidativo a todas las temperaturas que probamos, y sus hojas tienen una mayor densidad estomática, es decir, poros que si se abren les permiten transpirar y enfriarse.

Hasta ahora, se había visto que lo “normal” en una planta es cerrar sus estomas si hace calor, para evitar la pérdida de agua, pero lo observado en el agave es novedoso. “La exposición a temperaturas muy elevadas disparó la apertura de los estomas únicamente en el cogollo, pero no en las hojas desplegadas de la roseta, que se comportan de acuerdo a lo que dicen los libros de texto”.

Consideramos que uno de los mecanismos más eficientes que tienen los agaves frente al calor es evadirlo, y una manera de hacerlo es con el aumento de la transpiración únicamente en hojas del cogollo, que contienen el meristemo apical, lo que permite su sobrevivencia y la viabilidad de la planta, pues de éste se derivan las futuras hojas e inflorescencia.

A Nieto ahora le interesa estudiar más cómo el desarrollo de las plantas está implicado en las respuestas del calor y la sequía, pues en países como México, ambas condiciones ocurren de manera simultánea en las regiones áridas y semiáridas. “Queremos entender cómo es que la temperatura regula el crecimiento y desarrollo de las raíces, ya que hemos observado que Hsp101 afecta el crecimiento de la raíz primaria y el desarrollo de las raíces adventicias en el maíz”.

Si hay un buen sistema radicular, aunque haya sequía, ese organismo puede estar en posibilidad de encontrar agua en las capas inferiores del suelo; es un mecanismo de adaptación clásico que ocurre en muchos grupos de plantas, abundó el experto.

Frente al escenario de cambio climático, de sequías y temperaturas extremas, se deberían optimizar los cultivos mediante la selección de plantas con mejores sistemas radiculares, que sepan buscar el agua y avanzar hacia una agricultura sustentable. Esto podría paliar esa situación, aunque no es la única alternativa, dijo.

Por último, Jorge Nieto señaló que en hongos unicelulares como la levadura Saccharomyces cerevisiae, sus colaboradores analizan cómo en el proceso de desarrollo cambia su termotolerancia, pues si se encuentra en fase de pleno crecimiento, es muy sensible al estrés; pero si se agotan los nutrientes de su medio de cultivo y entra a la fase estacionaria, la célula aumenta dramáticamente su resistencia al estrés (por ejemplo de calor, oxidativo, osmótico). Se planteó entonces la pregunta de si es posible tener mutantes que en fase logarítmica o de pleno crecimiento sean tolerantes, y encontrar los genes que regularan ese proceso.

“Encontramos que varios de esos mutantes en genes codifican componentes de una vía de señalización celular importante, llamada PKA, que gradúa el crecimiento de la célula en función de los nutrientes. Actualmente se observa cómo la PKA regula factores de transcripción, como Hsf1 y Skn7, que sistematizan la expresión de genes que codifican a las proteínas de choque de calor (HSPs)”.

Créditos: UNAM-DGCS-331-2011/unam.mx

Trabaja UNAM en protocolo de vacuna contra proteína que participa en aterosclerosis

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

Ateroesclerosis10 de octubre de 2010
• La inoculación va dirigida a un sitio crítico para la función de la proteína transferidora de ésteres de colesterol (CETP)
• Previamente, se creó un equipo diagnóstico para determinar en plasma sanguíneo los niveles de esa proteína
• Ya se tiene una patente de este desarrollo tecnológico en Estados Unidos y la Unión Europea, y otra está en proceso en Canadá

Investigadores del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, encabezados por Jaime Mas Oliva, crearon un equipo diagnóstico para determinar, en plasma sanguíneo, los niveles de la proteína transferidora de ésteres de colesterol CETP (Cholesteryl-ester Transfer Protein), directamente asociada al desarrollo de aterosclerosis.

Ya se tiene una patente de ese equipo en Estados Unidos y la Unión Europea, y otra está en proceso en Canadá, y ahora, los universitarios trabajan en el protocolo de una vacuna contra la CETP.

El proyecto, con un sólido sustento de investigación básica, tuvo sus orígenes en estudios iniciados a principios de la década de los 90. Con más de ocho años de investigación, el grupo de Mas Oliva comienza a dilucidar los mecanismos moleculares finos, mediante los que la CETP realiza su función.

El transporte de colesterol en el torrente sanguíneo es un proceso que se efectúa a través de lipoproteínas de baja y de muy baja densidad (LDL y VLDL, por las siglas de low density lipoproteins y very-low density lipoproteins).

Estas partículas transportan el colesterol proveniente del hígado hacia los tejidos periféricos. Se ha visto que altos niveles se relacionan con una mayor propensión a desarrollar aterosclerosis.

Sin embargo, hay otras partículas, como las lipoproteínas de alta densidad (HDL, por high density lipoproteins), que transportan el colesterol en exceso de los tejidos periféricos al hígado, donde es metabolizado en forma de sales biliares. A este proceso, se le denomina transporte reverso del colesterol, por ello, el contenido en las HDL se considera colesterol “bueno”.

La función de la CETP es transferir el colesterol de las HDL a las partículas LDL y VLDL.

Esta función pone en corto circuito al sistema, porque el colesterol que sale hacia el hígado para ser metabolizado en sales biliares es devuelto al sistema, por lo que esa proteína es un potencial blanco farmacológico. Si bien se han hecho estudios con moléculas que pueden inhibir su función, a la fecha no existe ningún medicamento en el mercado que sirva para ello.

“Antes de integrarme al laboratorio de Mas Oliva, nuestro grupo de investigación ya había identificado la región de la CETP, clave para su función, pero no se conocía el mecanismo de ésta. Ahora, se redactan dos artículos en los que se describen las propiedades de esta región crítica para la función de la proteína transferidora, así como el mecanismo molecular fino mediante el cual se hace la transferencia de lípidos”, dijo el estudiante de doctorado Víctor García González, quien participa en el proyecto.

Este conocimiento de ciencia básica generado en el laboratorio de Mas Oliva, ha permitido a los investigadores universitarios ir más allá.

“Hacemos los estudios sobre la vacuna dirigida contra un sitio crítico para la función de la CETP. En este proyecto multidisciplinario, también participan Blanca Delgado Coello, Héctor Malagón, Armando Pérez Torres y, recientemente, María Esther Moreno. Ya terminamos la primer fase de pruebas, con resultados prometedores, y diseñamos la siguiente fase experimental”, concluyó.
Créditos: UNAM. DGCS-604/unam.mx