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INCREMENTO DE CÁNCER EN LA PIEL Y PROBLEMAS DE LA VISTA, POR ADELGAZAMIENTO DE LA CAPA DE OZONO

 
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capadeozono15 de septiembre de 2014

La preservación de la capa de ozono se ha convertido en una de las prioridades ambientales a escala mundial, pues un debilitamiento mayor de esta zona de la estratósfera terrestre implicaría mayor exposición a la radiación ultravioleta y, en consecuencia, el riesgo para la salud de la población.

De acuerdo con evidencias científicas, estamos lejos de la recuperación completa de la ozonósfera, lo que podría lograrse en algunas décadas sólo si todos los países se comprometen verdaderamente con las obligaciones que adquirieron a través del Protocolo de Montreal.

Del Sol recibimos radiación de alta energía (rayos infrarrojos y ultravioleta, entre otros); la ultravioleta penetra la atmósfera y una parte se filtra por la interacción del oxígeno (O2) que se descompone y da pie a la formación de átomos de este elemento, con lo que se forma el ozono (O3); a partir de la constitución de este último en la atmósfera florece la vida en el planeta.

Si este estrato donde se concentra el ozono atmosférico se adelgaza por el impacto de diversos productos generados por el hombre, el ADN de los seres vivos podría verse afectado, advirtió Luis Gerardo Ruiz Suárez, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.

En ocasión del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que se conmemora este 16 de septiembre, el universitario apuntó que el adelgazamiento de esa capa protectora tiene efectos nocivos para la vida en el planeta, como el incremento de cáncer en la piel, problemas de la vista (cataratas) y debilitamiento del sistema inmunológico.

Además del menoscabo a la agricultura y al crecimiento de las plantas, provoca mayores niveles de esmog y afecta la cadena alimenticia en los océanos por el impacto en el fitoplancton.

Actividad antropogénica

Las actividades antropogénicas podrían afectar de varias formas. Entre ellas se cuenta la producción de clorofluorocarbonos (CFC), gases que se emplean en múltiples aplicaciones, en particular en la industria de la refrigeración y de propelentes de aerosoles, aunque la más dramática sería una guerra nuclear, que reduciría la ozonósfera en un 50 por ciento, sobre todo en el hemisferio norte, apuntó.

Ruiz Suárez reconoció que, a escala global, esa capa se encuentra en recuperación, producto de la regulación del Protocolo de Montreal. Sin embargo, esta tendencia “no es para cantar victoria, porque recién se encontraron otras sustancias, no reguladas, como los precursores de CFC y un hidroclorofluorocarbono, que no se tiene idea de dónde provienen, aunque se sospecha que derivan del uso de insecticidas”.

Asimismo, indicó que existe otro compuesto que podría dañarla: el óxido nitroso, que se forma en el suelo por la actividad de los microorganismos. “Si se utilizan fertilizantes con nitrógeno para incrementar la productividad de los cultivos, una fracción es absorbida por las plantas y la convierte en proteínas, pero los microorganismos también retoman una parte y la convierten en óxido nitroso –gas de efecto invernadero–; es tan poco reactivo que llega a la estratósfera y daña la capa de ozono”.

De ahí la necesidad de cultivar de manera eficiente, dosificar la cantidad de fertilizantes de acuerdo con las necesidades del suelo, poner en práctica una agricultura con mejor conocimiento de las propiedades del suelo en que se siembra, para reducir el uso innecesario de nutrientes químicos.

Una actividad más de liberación de carbono u óxido nitroso es el barbecho, “existen métodos que reducen esta práctica o no la requieren”, reiteró.

La efeméride

Entre las acciones que se han llevado a cabo para aminorar este problema se encuentra el Protocolo de Montreal, “un ejemplo de éxito a seguir, pues mediante este tratado internacional gobiernos e industrias lograron ponerse de acuerdo para hacer frente a una amenaza al ambiente y acabar con la producción de CFC y otros gases agresivos con el ozono”, consideró el universitario.

En diciembre de 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 16 de septiembre Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, en conmemoración a la firma de ese Protocolo, celebrado en 1984 y puesto en marcha en 1987.

Además, constituye una invitación a los estados, organizaciones, juventud y sociedad civil en general a participar en actividades que promueven la toma de conciencia colectiva sobre ese importante problema ambiental.

Créditos: UNAM-DGCS-537-2014

Desarrollan el la UNAM polímero adhesivo para heridas superficiales.

 
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Investigadores del CFATA de la UNAM, crearon un bioadhesivo que, si bien todavía está en etapa experimental, podría sustituir las suturas en cortadas o heridas leves de la piel.
Investigadores del CFATA de la UNAM, crearon un bioadhesivo que, si bien todavía está en etapa experimental, podría sustituir las suturas en cortadas o heridas leves de la piel.

14 de Septiembre del 2012

Investigadores del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA), campus Juriquilla de la UNAM, coordinados por María Antonieta Mondragón Sosa, crearon, a partir de dos polímeros, un bioadhesivo que, si bien todavía está en etapa experimental, podría sustituir las suturas en cortadas o heridas leves de la piel, y servir como auxiliar en la reparación del tejido dañado.

“El objetivo es que mantenga unidas las partes separadas en alguna herida superficial, ayude a sanar el tejido y se desintegre sin interferir en el proceso de curación”, dijo Mondragón Sosa.

En este nuevo biomaterial se utilizaron sistemas poliméricos híbridos, compuestos de moléculas naturales y sintéticas, para aprovechar sus respectivas propiedades: la biocompatibilidad y la favorable resistencia mecánica.

El polímero natural fue el colágeno, y el sintético, el ácido poliacrílico; ambos son muy usados en la industria de los biomateriales. El primero, proteína presente en los tejidos animales, une el tejido conjuntivo, y el segundo es empleado en materiales que se venden comercialmente.

“El colágeno se obtuvo de orejas de cerdo. Alicia del Real, maestra en Ingeniería Química, lo extrajo en forma de gel con bastante contenido de agua, y lo utilizó como medio para realizar la polimerización del ácido poliacrílico in situ (en un medio acuoso, en este caso, el colágeno, precisamente)”, explicó la investigadora.

Debido al proceso de extracción, se desnaturalizó, es decir, perdió su compleja estructura de triple hélice, como la que está presente en el tejido animal. Resulta difícil combinar este tipo de macromoléculas, porque con el tiempo se separan, especificó.

“Alicia del Real llevó a cabo una reacción de polimerización que dio como resultado la miscibilidad de los dos polímeros, es decir, se obtuvo un nuevo material”, indicó Mondragón.

Se probaron varias formulaciones para lograr la más adecuada. La primera estuvo compuesta de 10 por ciento de colágeno y 90 por ciento de ácido poliacrílico; las otras tuvieron 20-80, 30-70 y 40-60. Las cuatro fueron sometidas a pruebas de resistencia mecánica en piel de bovino, de la que se emplea en la fabricación de zapatos.

“Cortamos la piel en tiras iguales y aplicamos el bioadhesivo a dos, que fueron unidas y sometidas, en una máquina de pruebas mecánicas, a una de tensión, en la que se midió la fuerza necesaria para separarlas”.

También, se tomaron en cuenta otras variables, como el tiempo en el que las piezas de piel permanecieron unidas bajo un peso colocado sobre la unión.

“Se observó que la formulación de 20 por ciento de colágeno con 80 por ciento de ácido poliacrílico fue la óptima para los materiales, con una o dos horas de tiempo en que se mantuvo la unión, previo a la prueba de tensión”, comentó.

El siguiente paso fue determinar lo que ocurría a nivel molecular con los dos polímeros que componen el bioadhesivo. “Tenemos dos estructuras poliméricas, de cadenas largas, y nos preguntamos cómo interactúan”.

La espectroscopía infrarroja permite observar las moléculas a través de las vibraciones de los enlaces. El análisis por espectroscopía infrarroja mostró que entre los dos polímeros se desarrolló una interacción química que se llama enlace de hidrógeno.

“En el nuevo polímero, los dos que lo componen interactúan a través de enlaces de hidrógeno entre los grupos hidroxilo del poli ácido acrílico y el oxígeno del grupo carbonilo del colágeno. Esta unión química evita que los componentes se separen; muchas veces, lo hacen por sus características químicas y de estructura, sobre todo si son macromoléculas. En nuestro caso, podemos hablar de un nuevo material y no de polímeros separados”, remarcó.

Es necesario hacer pruebas de biocompatibilidad del bioadhesivo, comprobar que no tiene efectos secundarios, que no irrita, que no es agresivo con los tejidos vivos.

“Aunque son complicadas, pensamos que el bioadhesivo tiene muchas posibilidades de ser biocompatible, porque proviene de dos materiales que han probado serlo, y que se han utilizado en aplicaciones en biomateriales”, finalizó Mondragón Sosa.

Boletín UNAM-DGCS-565
Ciudad Universitaria.

Piel y hueso humanos, a partir de la ingeniería de tejidos

 
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Constructo cutáneo previo a su realización.
Constructo cutáneo previo a su realización.

2 de enero de 2012

• La primera puede colocarse en pacientes quemados o en personas con cicatrices hipertróficas, o una gran retracción cutánea en alguna parte del cuerpo
• El material óseo producido en laboratorio sirve a quienes presentan pérdida o nula recuperación de esa masa por fracturas u otras causas

Un equipo de académicos de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM cultiva piel humana y produce hueso a partir de la ingeniería de tejidos. Esta nueva rama de la disciplina busca reparar o sustituir estos últimos, u órganos dañados por diferentes causas, así como modular sus respectivas funciones.

Para alcanzar estos objetivos son necesarios tres elementos: células que puedan ser diferenciadas a otro tipo celular, como de tejido adiposo o de médula ósea; andamios elaborados con biomateriales, para colocar esas células en ellos, y citocinas o factores de crecimiento, que permiten que aquéllas crezcan y funcionen de manera adecuada en un modelo in vitro, que después será trasplantado a uno in vivo.

Si se toman células de cartílago (de aspecto más o menos redondo), y se colocan en un plato de cultivo, cambian de forma, se alargan y comienzan a producir colágena tipo 1, no tipo 2, que es el del cartílago. “Si uno las toma y las coloca en un ‘andamio’, adquieren una forma redondeada y producen colágena tipo 2, no tipo 1”, explicó Andrés Castell Rodríguez, jefe del Departamento de Biología Celular y Tisular de la FM.

El hecho que sean colocadas en una estructura tridimensional como la del andamio, les confiere una funcionalidad adecuada, característica del sitio de donde fueron tomadas, y, además, hace posible trasplantarlas a otro para repararlo, con una función semejante o igual a la del tejido u órgano afectado, reiteró.

La ingeniería de tejidos se vale de otras áreas como la histología (de la que desciende directamente), la inmunología, la bioquímica, las ciencias de los materiales y, por supuesto, la cirugía.

Los universitarios cultivan en laboratorio piel humana para colocarla, en forma de parches, en pacientes quemados o personas con cicatrices hipertróficas o queloides, o con gran retracción cutánea en alguna parte del cuerpo.

“Con esta técnica se toma una biopsia de la propia piel del paciente, lo que evita un posible rechazo; luego la cultivamos en pequeñas cajas y la expandimos. Podemos producir dos metros cuadrados en 20 días”.

Asimismo, generan constructos cutáneos (sólo de la dermis) para colocarlos en pacientes con úlceras de pie diabético o de origen vascular, que tardan meses en cerrar y, por desgracia, son muy frecuentes en México.

“En conjunto con el Hospital General Dr. Manuel Gea González, llevamos a cabo un estudio de efectividad. Proporcionamos los constructos para que los apliquen allí y sean comparados con otros productos comerciales, como los parches coloidales. Hasta ahora hemos visto que los nuestros dan mejores resultados”, dijo.

Ésta no es una piel perfecta, ni mucho menos, pues no tiene pelo, glándulas, ni mielanocitos (células que producen melanina, un pigmento de la piel, ojos y pelo, cuya principal función es bloquear los rayos ultravioleta del Sol); sin embargo, los académicos ya trabajan para mejorarla en el laboratorio. “Le añadimos pelo en los parches, pero lo que nos falta es hacer más rápido el proceso de producción”, comentó.

Producción de hueso

Castell y sus colaboradores producen también hueso para pacientes que presentan pérdida o nula recuperación de masa por fracturas u otras causas.

Desde hace algunos meses realizan un estudio en el Instituto Nacional de Rehabilitación, que consiste en transformar células de médula ósea en osteoblastos o células de hueso, a partir de un gel de plasma, que son colocados mediante un catéter en la cabeza de fémur de niños y adolescentes con presentan necrosis en esa zona.

Inyectan a estos pacientes para ver si es posible recuperar el volumen que han perdido. “El estudio concluirá en abril o mayo de 2012, y esperamos tener los resultados dentro de un año, más o menos.”

Además, a dos pacientes mujeres del ISSSTE, con fracturas de fémur no consolidadas, les colocan en las zonas afectadas células de médula ósea implantadas en hueso proveniente de cadáveres.

“Una de ellas se fracturó los dos fémures en un accidente automovilístico; ya fue operada siete veces, pero quedó inestable porque se le formó una pseudoarticulación en uno. Esperamos que el proceso le ayude a consolidar las fracturas en dos o tres meses”, indicó.

Luego de colocarlas también en las partes afectadas, con una proteína semejante a la colágena, los especialistas han observado que aquéllas adquieren una mayor capacidad de producir proteínas de hueso.

Otro de los proyectos de Castell y sus colaboradores es crear, a mediano plazo, una Unidad de Ingeniería de Tejidos en la FM, donde se produzcan distintos tejidos y órganos destinados a hospitales.

Créditos: unam.mx/boletin/004/2012

Obtienen colágeno a partir de la piel de cachama y tilapia

 
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14 de septiembre del 2011

El colágeno es el responsable de la elasticidad, firmeza, consistencia, humedad de la piel y regeneración de células.
El colágeno es el responsable de la elasticidad, firmeza, consistencia, humedad de la piel y regeneración de células.

Bogotá D.C.,  – Agencia de Noticias UN – Una ingeniera química de la UN introdujo un método para extraer colágeno de dos variedades de pescado: tilapia negra (Oreochromis sp.) y cachama (Piaractus brachypomus).

El colágeno es una proteína que constituye el 80% del tejido conectivo (piel, huesos, cartílagos, tendones, ligamentos, uñas, cabello y vasos sanguíneos) y le proporciona fuerza, pero con la edad se reduce de manera inexorable.

Tradicionalmente, el colágeno se obtiene de los cerdos y las vacas, sin embargo, investigadores buscan nuevas fuentes de esta proteína.

Jenifer Carolina Serrano, ingeniera química de la Universidad Nacional de Colombia, bajo la dirección del profesor Mario Enrique Velásquez Lozano, extrae ahora el colágeno de la tilapia negra (Oreochromis sp.) y la cachama (Piaractus brachypomus) con un método de extracción que le permitió caracterizar la piel de estos peces, y confirmar que la cachama tiene un alto contenido de dicha proteína fibrosa en comparación con la tilapia o la carpa plateada (Cyprinus carpio), de la que se saca el colágeno en Europa.

De piel de pescado

La producción mundial de tilapia, trucha y cachama ha crecido en un 29%. En los primeros nueve meses del 2009, las exportaciones de la primera especie fueron de 176.500 toneladas, de las cuales 91.600 llegaron a Estados Unidos, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el 2010.

Colombia no se ha quedado atrás: pasó de producir 16.634 toneladas en 1993, a 43.292 en el 2005, mientras en el primer semestre del 2006 alcanzó las 5.536 toneladas. La tilapia aportó el 71% de la producción nacional, y la cachama el 15%. En estos porcentajes se centró la investigación.

El proceso innovador consistió en coger la piel de estos peces y exponerla a un proceso de blanqueamiento con cantidades específicas de hipoclorito de sodio y de enzimas y someterlas a temperaturas promedio, eliminando el tradicional uso de hidróxido de sodio, sustancia química conocida como soda cáustica, para su procesamiento.

Los resultados preliminares permitieron obtener colágeno tipo I, abundante en la dermis, el hueso, el tendón, la dentina y la córnea de los peces. Existen cerca de 26 tipos de colágeno que se diferencian según la estructura donde se encuentra la proteína (hueso, membranas, etc.).

Este proyecto fue financiado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y en él participan la Universidad Nacional de Colombia en alianza con las empresas Metafish Food Company S.A. y Acuioriente.

“El objetivo es tecnificar la obtención de colágeno a partir de los residuos del fileteo de los pescados, ya que subproductos como la piel superan las 904 toneladas al año”, explicó la ingeniera Serrano, quien señaló que hasta el momento se emplean en la obtención de aceite, producción de ensilaje (sobrantes para la alimentación de ganado) y manufactura de fertilizantes orgánicos.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co

Estrés, irritabilidad y problemas emocionales pueden provocar vitíligo

 
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Domingo 9 de Mayo de 2010

El estrés, carácter irritable, problemas emocionales y causas genéticas pueden desencadenar el vitíligo, una enfermedad degenerativa de la piel, expresó la Doctora Sara Aguilar Rivera, Dermatóloga del Hospital Universitario de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Explicó que ésta es una enfermedad en la que los melanocitos -que son las células responsables de la pigmentación de la piel-, dejan de producir melanina, y cuando mueren el área afectada se decolora.

La especialista comentó que las causas de la aparición del vitíligo, que afecta al uno por ciento de la población, aún no han sido aclaradas por completo, y los mecanismos por los cuales se desata esta alteración se encuentran en proceso de estudio.

Esta enfermedad poco común tiene antecedentes genéticos y puede desarrollarse en cualquier etapa de la vida de la persona que tiene predisposición.

La sintomatología se caracteriza por la aparición de zonas de despigmentación y de crecimiento progresivo; de bordes nítidos y color blanco, primero en partes como parpados y genitales, que van acompañados de comezón y ardor.

La Doctora Sara Aguilar resaltó que cuando se diagnostica esta enfermedad, se hacen estudios donde se toma una pequeña muestra de la piel afectada, para detectar algunos síntomas causantes.

En la actualidad, reconoció la especialista, no se dispone de un tratamiento que sea totalmente eficaz contra la destrucción de los melanocitos, pero se ha intentado la repigmentación mediante el uso de esteroides o inmunomoduladores tópicos y sistémicos, con resultados escasos.

Cuando “una persona detecte que en su piel aparece una mancha que no se descama o que sea totalmente blanca, es recomendable que acuda al médico porque es el momento de controlar la enfermedad, ya que si se deja pasar el tiempo esto será más difícil.

Créditos: BUAP/Comunicación Institucional/buap.mx