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REVELA LA MISIÓN CURIOSITY DE LA NASA QUE MARTE TUVO CONDICIONES PARA LA VIDA

 
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Marte tuvo condiciones para la vida y aunque no se ha encontrado evidencia directa, sí la hay de todos los ingredientes que se requieren para que florezca: hidrógeno, carbono, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre, además de compuestos como agua y sulfatos, que estuvieron presentes en ese ambiente, reveló Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM y colaborador de la NASA en la misión Curiosity, que desde agosto de 2012 explora el suelo marciano.
Los nuevos resultados se lograron luego de que el robot explorador Curiosity perforó, por primera vez, rocas marcianas para pulverizar las muestras y estudiarlas en equipos de análisis químico que lleva consigo.
“Los análisis revelaron que esas rocas de material basáltico y lodo tienen una edad de cuatro mil 200 millones de años y provienen del fondo de un lago de agua dulce con un pH casi neutro, una condición que comparten los cuerpos de agua de la Tierra”, explicó el astrobiólogo, único mexicano participante en este proyecto que agrupa a unos cuatro mil científicos.
Éstos son algunos resultados que los integrantes de la misión dan a conocer hoy en la Conferencia de la Unión Geofísica Americana, que reúne en San Francisco, California, a más de 22 mil expertos mundiales.
“Por primera vez, el robot perforó con un taladro rocas del planeta. Las muestras pulverizadas nos dieron información sobre la edad de formación de las rocas, su composición química y las condiciones de habitabilidad en ese planeta”, resumió.
El detalle de los hallazgos se publica esta semana en seis artículos de la revista Science, en dos de los cuales el universitario es co-autor, mientras en cinco aparece como integrante del consorcio científico.
“Los dos de co-autoría revelan resultados del equipo Sample Analysis at Mars (SAM), en el que participo directamente, y uno está relacionado con la edad de las rocas por métodos radiométricos”, especificó.
Ambiente habitable
Navarro consideró que los resultados son relevantes, pues se encontró agua absorbida en los minerales, además de sulfatos y carbonatos. “No sabemos si había vida al formarse esos minerales, pero sí que las condiciones en que lo hicieron eran propicias para que hubiera vida o floreciera en ese lugar”, abundó.
Al Marte primitivo lo favoreció un pH casi neutro y condiciones ambientales no muy frías, pues hubo agua líquida. “Investigamos evidencias de vida, no las hemos encontrado, pero seguimos en la búsqueda. Hubo un ambiente habitable con todos los ingredientes para la vida”, insistió.
Al hacer un comparativo, el universitario explicó que las rocas más antiguas de la Tierra tienen tres mil 800 millones de años y rastros químicos de vida. Otras más recientes, de tres mil 500 años, muestran la existencia de estromatolitos, formaciones tipo corales que adquieren su estructura a causa de algunas bacterias.
“En Marte no hemos encontrado estas formaciones, pero sabemos que las rocas estudiadas son unos 400 millones de años más antiguas que las terrestres”, dijo.
Su medición en la superficie del planeta rojo tomó en cuenta la presencia de gases nobles, de origen cósmico y radiogénico. “Se analizaron al calentar las muestras en el horno SAM, donde éstos fueron liberados y los pudimos analizar para determinar su edad”, expuso.
La vida requiere de una fuente de energía, que pudo haber sido el Sol o un ambiente geotérmico. “No sabemos qué pudo impedir la vida en Marte. En aquel momento también surgió la vida en la Tierra, donde probablemente brotó más de una vez y fue aniquilada por colisiones violentas de asteroides y cometas que volatilizaban los océanos y esterilizaban al planeta. Se tenía que volver a formar y en algún punto se pudo sostener”.
En el caso de Marte, también grandes impactos de asteroides y cometas pudieron exterminar la vida. “Allá hubo un cambio climático que enfrió al planeta, por eso la vida pudo tener más problemas para sostenerse y adaptarse a modificaciones que significaron una disminución abrupta del clima y la desaparición parcial de la atmósfera marciana. Pero no sabemos si la vida pudo perdurar en el subsuelo”.
Con muchas preguntas abiertas, el robot Curiosity se mueve ahora hacia la montaña Sharp, donde tratará de ascender para analizar suelos de diferentes periodos.
Créditos: UNAM-DGCS-734-2013

curisitymarteMarte tuvo condiciones para la vida y aunque no se ha encontrado evidencia directa, sí la hay de todos los ingredientes que se requieren para que florezca: hidrógeno, carbono, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre, además de compuestos como agua y sulfatos, que estuvieron presentes en ese ambiente, reveló Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM y colaborador de la NASA en la misión Curiosity, que desde agosto de 2012 explora el suelo marciano.

Los nuevos resultados se lograron luego de que el robot explorador Curiosity perforó, por primera vez, rocas marcianas para pulverizar las muestras y estudiarlas en equipos de análisis químico que lleva consigo.

“Los análisis revelaron que esas rocas de material basáltico y lodo tienen una edad de cuatro mil 200 millones de años y provienen del fondo de un lago de agua dulce con un pH casi neutro, una condición que comparten los cuerpos de agua de la Tierra”, explicó el astrobiólogo, único mexicano participante en este proyecto que agrupa a unos cuatro mil científicos.

Éstos son algunos resultados que los integrantes de la misión dan a conocer hoy en la Conferencia de la Unión Geofísica Americana, que reúne en San Francisco, California, a más de 22 mil expertos mundiales.

“Por primera vez, el robot perforó con un taladro rocas del planeta. Las muestras pulverizadas nos dieron información sobre la edad de formación de las rocas, su composición química y las condiciones de habitabilidad en ese planeta”, resumió.

El detalle de los hallazgos se publica esta semana en seis artículos de la revista Science, en dos de los cuales el universitario es co-autor, mientras en cinco aparece como integrante del consorcio científico.

“Los dos de co-autoría revelan resultados del equipo Sample Analysis at Mars (SAM), en el que participo directamente, y uno está relacionado con la edad de las rocas por métodos radiométricos”, especificó.

Ambiente habitable

Navarro consideró que los resultados son relevantes, pues se encontró agua absorbida en los minerales, además de sulfatos y carbonatos. “No sabemos si había vida al formarse esos minerales, pero sí que las condiciones en que lo hicieron eran propicias para que hubiera vida o floreciera en ese lugar”, abundó.

Al Marte primitivo lo favoreció un pH casi neutro y condiciones ambientales no muy frías, pues hubo agua líquida. “Investigamos evidencias de vida, no las hemos encontrado, pero seguimos en la búsqueda. Hubo un ambiente habitable con todos los ingredientes para la vida”, insistió.

Al hacer un comparativo, el universitario explicó que las rocas más antiguas de la Tierra tienen tres mil 800 millones de años y rastros químicos de vida. Otras más recientes, de tres mil 500 años, muestran la existencia de estromatolitos, formaciones tipo corales que adquieren su estructura a causa de algunas bacterias.

“En Marte no hemos encontrado estas formaciones, pero sabemos que las rocas estudiadas son unos 400 millones de años más antiguas que las terrestres”, dijo.

Su medición en la superficie del planeta rojo tomó en cuenta la presencia de gases nobles, de origen cósmico y radiogénico. “Se analizaron al calentar las muestras en el horno SAM, donde éstos fueron liberados y los pudimos analizar para determinar su edad”, expuso.

La vida requiere de una fuente de energía, que pudo haber sido el Sol o un ambiente geotérmico. “No sabemos qué pudo impedir la vida en Marte. En aquel momento también surgió la vida en la Tierra, donde probablemente brotó más de una vez y fue aniquilada por colisiones violentas de asteroides y cometas que volatilizaban los océanos y esterilizaban al planeta. Se tenía que volver a formar y en algún punto se pudo sostener”.

En el caso de Marte, también grandes impactos de asteroides y cometas pudieron exterminar la vida. “Allá hubo un cambio climático que enfrió al planeta, por eso la vida pudo tener más problemas para sostenerse y adaptarse a modificaciones que significaron una disminución abrupta del clima y la desaparición parcial de la atmósfera marciana. Pero no sabemos si la vida pudo perdurar en el subsuelo”.

Con muchas preguntas abiertas, el robot Curiosity se mueve ahora hacia la montaña Sharp, donde tratará de ascender para analizar suelos de diferentes periodos.

Créditos: UNAM-DGCS-734-2013

La misión Curiosity llega con éxito a Marte

 
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El robot Curiosity de la NASA amartizó exitosamente este lunes 6; ya está en busca de materia orgánica en el planeta rojo, componente esencial en todas las formas de vida que conocemos
El robot Curiosity de la NASA amartizó exitosamente este lunes 6; ya está en busca de materia orgánica en el planeta rojo, componente esencial en todas las formas de vida que conocemos

06 de Agosto de 2012

Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, es uno de los científicos detrás de la misión Curiosity que llegó a Marte este lunes 6 de agosto. La misión despegó de la Estación Cabo Cañaveral de la Fuerza Aérea, el 10 de noviembre de 2011. Uno de sus objetivos principales es buscar materia orgánica en el planeta rojo, componente esencial en todas las formas de vida que conocemos.

La llegada a Marte

Durante el descenso, que duró aproximadamente siete minutos, Curiosity realizó una serie de procesos muy complicados, incluidos cambios en la configuración del vehículo. Debido a esto, se suspendió momentáneamente la comunicación con el robot. Para el equipo en la Tierra, estos instantes de incertidumbre fueron la parte más tensa de la misión tras el despegue.

Curiosity comenzó el descenso en caída libre a una velocidad aproximada de 21 mil 600 kilómetros por hora. En ese momento, el único medio viable para comenzar la desaceleración de la nave fue la fricción con la atmósfera marciana. Debido a que este proceso generó temperaturas muy altas (de forma similar a cuando un meteorito entra en la atmósfera terrestre y se incendia), Curiosity contaba con un escudo para evitar daños.

Una vez que la velocidad disminuyó lo suficiente (a más o menos mil 450 kilómetros por hora) se abrió un paracaídas.

Cuando la velocidad se redujo hacia los 500 kilómetros por hora, el escudo contra el calentamiento se desechó y Curiosity comenzó a escanear el suelo para encontrar un sitio propicio donde posarse.

A una velocidad de 280 kilómetros por hora, el robot se liberó del paracaídas, y un mecanismo equipado con retrocohetes llamado Sky Crane (“grúa del cielo”) comenzó a funcionar. La grúa se encargó de depositar al Curiosity suavemente en la superficie de Marte por medio de cables.

Una vez que el robot se encontró firmemente en el suelo, cortó los cables que lo conectaban con la grúa. Entonces, el Sky Crane se alejó y cayó en algún sitio distante.

Después de tocar terreno, Curiosity comenzó a comunicarse con la Tierra para informar que todo había salido bien. El robot llegó a una región conocida como el Cráter Gale. En éste hay una elevación de cinco kilómetros de alto en el centro, llamada Montaña Sharp. La primera tarea del Curiosity consiste en acercarse a ésta tan pronto como le sea posible. Para que pueda lograrlo, en junio de 2012 se corrigió la trayectoria de la nave, lo que le permitió descender más cerca de su objetivo.

De acuerdo con Navarro González, esto es de suma importancia, pues “se reducirá a la mitad el camino que recorrerá el robot para llegar a la Montaña Sharp”. Así, evitará los peligros que pudiera encontrar al desplazarse grandes distancias por el terreno marciano, y además se optimizarán los tiempos de la misión.

El robot es capaz de pasar sobre obstáculos de hasta 65 centímetros de altura y de recorrer un máximo de 200 metros al día en el terreno marciano, mientras obtiene su energía de un isótopo radioactivo. Al no depender de la energía solar, no detendrá sus actividades durante la noche.

Tras los rastros de la vida

El Curiosity, cuyo nombre oficial es Mars Sience Laboratory (MSL), es un vehículo robot casi cinco veces más pesado que sus predecesores, llamados Spirit y Opportunity, lanzados en 2003. En su interior lleva un laboratorio móvil que le permitirá hacer pruebas en distintos puntos de la superficie de Marte, para determinar si el ambiente del planeta fue o es propicio para albergar vida microbiana.

Se espera que el robot, con un tamaño similar al de un auto pequeño, envíe información que ayude a los científicos a determinar si hay materia orgánica y verificar si ésta tiene relación con formas de vida.

El robot cuenta con dispositivos que le permitirán identificar los minerales presentes en la superficie marciana, además de tomar fotografías y video de alta definición, así como localizar sitios adecuados para obtener muestras. Éstas se conseguirán taladrando el terreno para estudiar capas más profundas de la superficie, que aquéllas examinadas en misiones anteriores. También se obtendrán muestras con una pala.

Otro experimento que se realizará consiste en evaporar las rocas con un potente láser. El análisis del gas resultante permitirá conocer los elementos químicos presentes en las muestras.

Sobre los objetivos de la misión, Navarro comentó: “para determinar si hubo, hay, o si es posible que en un futuro haya vida en Marte, es necesario saber si existe materia orgánica en su superficie, y si es así, se debe establecer si es de origen biológico o abiótico… Ésta es la misión del Curiosity”.

El experimento SAM

Para analizar las muestras recolectadas en busca de materia orgánica, hay un conjunto de instrumentos dentro del robot llamado “Análisis de Muestras en Marte” (SAM, por sus siglas en inglés). Incluye un cromatógrafo de gases y un espectrómetro de masas.

Las misiones Vikingo I y Vikingo II, lanzadas en 1976, ya habían buscado materia orgánica en el planeta sin éxito. Navarro afirmó al respecto: “Mi equipo de trabajo y yo descubrimos lo que impidió que se detectara materia orgánica en las misiones anteriores… Nuestra colaboración hizo que se modificara el diseño de SAM para evitar caer en las mismas fallas”. En universitario participa como investigador y asesor científico del proyecto, y es el único mexicano que colabora en SAM.

En palabras del Administrador de la NASA, Charles Bolden, “Marte está firmemente en nuestra mira”, y agregó: “El Curioso no sólo aportará una gran cantidad de datos científicos, sino que servirá de misión precursora para la exploración humana del planeta rojo”.

Boletín UNAM-DGCS-482
Ciudad Universitaria.