



Medellín, may. 05 de 2014 – Agencia de Noticias UN- La interacción del suelo con sustancias ajenas a su naturaleza es desfavorable para la estabilidad de una obra. Así lo determinó un estudio de la U.N. sobre dos propiedades del suelo, presentes en la mayoría del territorio nacional.
Se trata de la investigación de Andrés Berrío Alzate, egresado del programa de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín, cuyo fundamento teórico fue la mecánica de suelos, es decir, el estudio del comportamiento del suelo ante alteraciones que se hagan con obras, edificios o una carretera. También se tuvieron en cuenta las pruebas de resistencia mecánica, a través de las cuales se estiman ciertos parámetros con los que se puede modelar el suelo.
Colapso y erodabilidad
Dos parámetros importantes a la hora de analizar la estabilidad de las obras son el colapso (pérdida súbita de volumen del suelo, que es lo que ocasiona problemas de las vías con los deslizamientos) y la erodabilidad (fenómenos superficiales de las laderas por flujo de agua o fenómenos hidromecánicos, de transporte de materiales o deterioro). Aun más en estos suelos de latitud tropical (conocidos como suelos residuales tropicales), donde hay cierta tendencia a que estos fenómenos se presenten muy fácilmente. Con base en esto, lo que el ingeniero hizo fue buscar un suelo con características representativas de la región antioqueña. Para facilitar la evaluación de los fenómenos, eligió uno que años atrás era usado como cantera en el municipio de Guarne, en el oriente antioqueño y que por la explotación y el movimiento de tierra, dejó las laderas expuestas a factores como la lluvia o el Sol que hacen que el suelo esté más alterado de lo normal.
Muestreo
Se tomaron tres muestras de suelo en la Autopista Medellín-Bogotá, las cuales fueron puestas en canecas grandes de pintura. De las tres muestras, una se dejó en estado natural, otra se contaminó con agua jabonosa y la tercera con gasolina. De este modo, se pudieron simular filtraciones de pozos sépticos o alcantarillados inadecuados y derrames de hidrocarburos, así como determinar tras un análisis qué tanto inciden estos factores en la inestabilidad del suelo y, por ende, en las obras construidas encima de él.
Lo vertido en esas muestras se dejó actuar durante cierto tiempo en un laboratorio bajo diversas condiciones de secado, haciendo énfasis en las propiedades índice del suelo y una vez se terminó ese periodo de actuación se llevaron a cabo algunas pruebas.
Entre ellas, las pruebas de clasificación (basadas en la teoría clásica), y otras sustentadas en teorías más específicas de los suelos tropicales, provenientes de Brasil, teniendo en cuenta que este país ha estudiado más su suelo y que este tiene características similares a las de Colombia, explicó el profesional. Berrío también expresó que Colombia se encuentra en una región conocida como la zona tropical, que por las diferencias meteorológicas y de agentes de alteración del suelo, entre otros aspectos, tiene suelos muy distintos a los que están en las zonas templadas. “A pesar de esas diferencias, hemos trabajado con teorías clásicas de la geotecnia y muy pocas veces nos hemos tomado el trabajo de hacer nuestras propias investigaciones acordes con los suelos que tenemos”, resaltó.
Resultados
Entre las conclusiones de esta investigación, dirigida por el profesor Óscar Echeverri Ramírez, del Departamento de Ingeniería Civil de la Facultad de Minas, se encontró que en la muestra natural se presentaron problemas de orden leve ante el colapso y la erodibilidad. Entre tanto, en la muestra contaminada con agua jabonosa se aumentó la gravedad de los efectos de estos fenómenos.
No obstante, la muestra contaminada con gasolina fue la que tuvo los peores resultados y la situación más desfavorable, pues con esta el suelo pierde sus propiedades e incluso su naturaleza misma de cohesión.
El ingeniero civil aseguró que esos dos fenómenos son muy poco estudiados a nivel mundial y, por lo tanto, local. “Los estudios que se realizan en el país en materia de mecánica de suelos están basados en teorías y análisis provenientes de países como Canadá, Noruega y Suecia”.
Con base en los resultados de este estudio, que se podría extrapolar a otras zonas del país, el investigador pudo estimar lo desfavorable que puede llegar a ser, para propósitos ingenieriles, la interacción del suelo con sustancias ajenas a su naturaleza. El caso más crítico que se presentó fue el de las muestras contaminadas con gasolina, en las que el índice de colapso se duplicó y el suelo se clasificó como altamente dispersivo y erodable.
Créditos: UNAL-723-2014