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Concluye con éxito misión análoga a Marte-UNAM

 
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16 de agosto de 2017

Los mexicanos que participaron en la misión análoga a Marte, en Polonia concluyeron sus actividades de manera exitosa. Carlos Salicrup, Danton Bazaldua, Juan Carlos Mariscal, Yair Piña y Betel Martínez, todos ellos de la UNAM, así como Carmen Félix (Tec de Monterrey) y Walter Calles (IPN), contribuyeron con este sueño de la humanidad por llegar a un nuevo planeta. Continue reading Concluye con éxito misión análoga a Marte-UNAM

Se estudiarán en la UNAM las pruebas de la Mars Desert Research

 
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12 de mayo de 2017

South Utah.–El desierto de Utah, donde se encuentra la Mars Desert Research Station (MDRS), se caracteriza por tener un suelo semejante al que encontrarán los seres humanos en Marte: composición roja, óxido ferroso, silicatos y otros minerales. Yair Piña, estudiante de la Facultad de Ciencias de la UNAM, afirma que “se obtuvieron unas pruebas muy pequeñas que están absorbiendo toda la radiación”. Continue reading Se estudiarán en la UNAM las pruebas de la Mars Desert Research

La misión Curiosity llega con éxito a Marte

 
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El robot Curiosity de la NASA amartizó exitosamente este lunes 6; ya está en busca de materia orgánica en el planeta rojo, componente esencial en todas las formas de vida que conocemos
El robot Curiosity de la NASA amartizó exitosamente este lunes 6; ya está en busca de materia orgánica en el planeta rojo, componente esencial en todas las formas de vida que conocemos

06 de Agosto de 2012

Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, es uno de los científicos detrás de la misión Curiosity que llegó a Marte este lunes 6 de agosto. La misión despegó de la Estación Cabo Cañaveral de la Fuerza Aérea, el 10 de noviembre de 2011. Uno de sus objetivos principales es buscar materia orgánica en el planeta rojo, componente esencial en todas las formas de vida que conocemos.

La llegada a Marte

Durante el descenso, que duró aproximadamente siete minutos, Curiosity realizó una serie de procesos muy complicados, incluidos cambios en la configuración del vehículo. Debido a esto, se suspendió momentáneamente la comunicación con el robot. Para el equipo en la Tierra, estos instantes de incertidumbre fueron la parte más tensa de la misión tras el despegue.

Curiosity comenzó el descenso en caída libre a una velocidad aproximada de 21 mil 600 kilómetros por hora. En ese momento, el único medio viable para comenzar la desaceleración de la nave fue la fricción con la atmósfera marciana. Debido a que este proceso generó temperaturas muy altas (de forma similar a cuando un meteorito entra en la atmósfera terrestre y se incendia), Curiosity contaba con un escudo para evitar daños.

Una vez que la velocidad disminuyó lo suficiente (a más o menos mil 450 kilómetros por hora) se abrió un paracaídas.

Cuando la velocidad se redujo hacia los 500 kilómetros por hora, el escudo contra el calentamiento se desechó y Curiosity comenzó a escanear el suelo para encontrar un sitio propicio donde posarse.

A una velocidad de 280 kilómetros por hora, el robot se liberó del paracaídas, y un mecanismo equipado con retrocohetes llamado Sky Crane (“grúa del cielo”) comenzó a funcionar. La grúa se encargó de depositar al Curiosity suavemente en la superficie de Marte por medio de cables.

Una vez que el robot se encontró firmemente en el suelo, cortó los cables que lo conectaban con la grúa. Entonces, el Sky Crane se alejó y cayó en algún sitio distante.

Después de tocar terreno, Curiosity comenzó a comunicarse con la Tierra para informar que todo había salido bien. El robot llegó a una región conocida como el Cráter Gale. En éste hay una elevación de cinco kilómetros de alto en el centro, llamada Montaña Sharp. La primera tarea del Curiosity consiste en acercarse a ésta tan pronto como le sea posible. Para que pueda lograrlo, en junio de 2012 se corrigió la trayectoria de la nave, lo que le permitió descender más cerca de su objetivo.

De acuerdo con Navarro González, esto es de suma importancia, pues “se reducirá a la mitad el camino que recorrerá el robot para llegar a la Montaña Sharp”. Así, evitará los peligros que pudiera encontrar al desplazarse grandes distancias por el terreno marciano, y además se optimizarán los tiempos de la misión.

El robot es capaz de pasar sobre obstáculos de hasta 65 centímetros de altura y de recorrer un máximo de 200 metros al día en el terreno marciano, mientras obtiene su energía de un isótopo radioactivo. Al no depender de la energía solar, no detendrá sus actividades durante la noche.

Tras los rastros de la vida

El Curiosity, cuyo nombre oficial es Mars Sience Laboratory (MSL), es un vehículo robot casi cinco veces más pesado que sus predecesores, llamados Spirit y Opportunity, lanzados en 2003. En su interior lleva un laboratorio móvil que le permitirá hacer pruebas en distintos puntos de la superficie de Marte, para determinar si el ambiente del planeta fue o es propicio para albergar vida microbiana.

Se espera que el robot, con un tamaño similar al de un auto pequeño, envíe información que ayude a los científicos a determinar si hay materia orgánica y verificar si ésta tiene relación con formas de vida.

El robot cuenta con dispositivos que le permitirán identificar los minerales presentes en la superficie marciana, además de tomar fotografías y video de alta definición, así como localizar sitios adecuados para obtener muestras. Éstas se conseguirán taladrando el terreno para estudiar capas más profundas de la superficie, que aquéllas examinadas en misiones anteriores. También se obtendrán muestras con una pala.

Otro experimento que se realizará consiste en evaporar las rocas con un potente láser. El análisis del gas resultante permitirá conocer los elementos químicos presentes en las muestras.

Sobre los objetivos de la misión, Navarro comentó: “para determinar si hubo, hay, o si es posible que en un futuro haya vida en Marte, es necesario saber si existe materia orgánica en su superficie, y si es así, se debe establecer si es de origen biológico o abiótico… Ésta es la misión del Curiosity”.

El experimento SAM

Para analizar las muestras recolectadas en busca de materia orgánica, hay un conjunto de instrumentos dentro del robot llamado “Análisis de Muestras en Marte” (SAM, por sus siglas en inglés). Incluye un cromatógrafo de gases y un espectrómetro de masas.

Las misiones Vikingo I y Vikingo II, lanzadas en 1976, ya habían buscado materia orgánica en el planeta sin éxito. Navarro afirmó al respecto: “Mi equipo de trabajo y yo descubrimos lo que impidió que se detectara materia orgánica en las misiones anteriores… Nuestra colaboración hizo que se modificara el diseño de SAM para evitar caer en las mismas fallas”. En universitario participa como investigador y asesor científico del proyecto, y es el único mexicano que colabora en SAM.

En palabras del Administrador de la NASA, Charles Bolden, “Marte está firmemente en nuestra mira”, y agregó: “El Curioso no sólo aportará una gran cantidad de datos científicos, sino que servirá de misión precursora para la exploración humana del planeta rojo”.

Boletín UNAM-DGCS-482
Ciudad Universitaria.

Participa Rafael Navarro, de Ciencias Nucleares de la UNAM, en la misión Curiosity a Marte

 
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Curiosity descenderá el 5 de agosto del próximo año, y realizará diversos análisis de muestras del planeta rojo. Image Credit: NASA/JPL-Caltech
Curiosity descenderá el 5 de agosto del próximo año, y realizará diversos análisis de muestras del planeta rojo. Image Credit: NASA/JPL-Caltech

27 de noviembre de 2011

• El astrobiólogo colabora en el Mars Science Laboratory de la NASA, que lanzó al espacio hoy el robot Curiosity, con un laboratorio portátil
• El artefacto tocará la superficie marciana el 5 de agosto de 2012; tomará muestras de suelo y rocas en busca de materia orgánica, esencial en todas las formas de vida conocidas hasta ahora

En busca de materia orgánica que ofrezca pistas sobre la existencia de vida pasada o presente en Marte, la misión del Mars Science Laboratory de la NASA, con el robot Curiosity a bordo, fue lanzada hoy al espacio, dentro del cohete Atlas V 541, con destino al planeta rojo.

En esta aventura científica participa un solo científico latinoamericano, el astrobiólogo mexicano Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM.

“Me siento muy emocionado. El proyecto se pospuso una vez, por problemas con las ruedas del robot, que tardaron tres meses en ser reparadas, y ocasionaron un retraso de dos años en el lanzamiento, pues es el tiempo que tarda Marte en darle la vuelta al Sol”, explicó antes de viajar a Estados Unidos para presenciar el lanzamiento en el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida.

SAM, análisis in situ

Navarro detalló que el robot Curiosity lleva varios equipos, entre ellos, el instrumento SAM (siglas en inglés de Análisis de Muestras en Marte), un laboratorio muy compacto que contiene un sistema de fracción para obtener los compuestos orgánicos, que se tratarán en un horno para hacerlos volátiles y luego serán detectados por un cromatrógrafo de gases y un espectrómetro de masas.

Aunque parece de ciencia ficción, con SAM se podrán realizar análisis químicos automatizados in situ, para luego enviar los resultados a la Tierra y detectar la presencia, o no, de materia orgánica, un elemento fundamental de todas las formas de vida conocidas en el planeta que habitamos.

“En SAM participamos varios científicos. Mi tarea es ayudar, junto con otros investigadores, a interpretar los resultados que vamos a obtener en el momento que el robot comience a analizar las muestras del suelo, a partir de agosto del próximo año”, precisó.

Correcciones a las misiones Viking

Navarro recordó que las misiones Vikingo I y Vikingo II, lanzadas por la NASA en 1976 al planeta rojo, ya habían buscado, sin éxito, materia orgánica.

Sin embargo, recientemente, un grupo científico encabezado por Navarro encontró evidencia de que los experimentos que habían llevado a cabo las misiones no eran adecuados para detectarla.

Con la utilización del Desierto de Atacama, en Chile, como modelo para estudiar al planeta, el investigador del ICN realizó indagaciones que fueron determinantes para el diseño de la prueba que hará SAM.

“Descubrimos qué fue lo que impidió que se detectara materia en las misiones anteriores. Nuestra colaboración hizo que se modificara el diseño para evitar incurrir en las mismas fallas”, precisó.

Análisis de rocas y suelo

El viaje a Marte tardará ocho meses y medio en llegar a su destino. Curiosity descenderá el 5 de agosto y, a partir de esa fecha, analizará durante dos años muestras de roca y de suelo en el cráter Gale, ubicado cerca del ecuador marciano, de unos 150 kilómetros de diámetro y con un montículo central de cinco kilómetros de altura.

El sitio se ha seleccionado porque se estima que en él podrá estudiarse gran parte de la historia geológica, además de que, según los investigadores, presenta huellas que sugieren que pudo haber sido un lago.

“Ahí vamos a analizar si hay o no compuestos, y descifrar si son de origen biológico o químico”, precisó.

Navarro recibirá la información durante los primeros tres meses en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL por sus siglas en inglés) de la NASA en Pasadena, California.

Después de ese periodo, cada investigador principal se llevará sus datos a donde fue construido. SAM fue desarrollado en Maryland y ahí se moverá el centro de mando de ese equipo. En esa etapa, Navarro recibirá los datos a distancia desde México.

Curiosity, al contrario que sus antecesores, no llegará al suelo de Marte protegido por bolsas de aire, sino que se descolgará desde el vehículo que lo transportará desde la Tierra.

Pesa cerca de mil kilogramos, tiene un tamaño similar al de un automóvil compacto, y está equipado con seis ruedas. Su velocidad máxima será de 90 metros por hora. Diariamente enviará los datos a los satélites que orbitan Marte, que los reenviarán a nuestro mundo.
Créditos: unam.mx/boletin/698/2011

Marte nunca podrá apreciarse del tamaño de la Luna

 
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26 de agosto del 2011

Marte nunca podrá apreciarse del tamaño de la luna debido a que la distancia entre la Tierra y el planeta rojo es de más de 400 millones de kilómetros, aseveró el doctor Óscar Martínez Bravo, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la BUAP.

Informó que el rumor que circula en Internet de que Marte podrá verse del tamaño de la luna llena este 27 de agosto, surgió porque en 2003 el globo terráqueo tuvo un acercamiento notable con este cuerpo celeste.

A partir de entonces, cada año se genera un correo electrónico relatando que a finales de agosto podrá observarse este fenómeno, el cual es totalmente falso.

Indicó que “en astronomía, los objetos celestes no se miden por longitud o extensión, sino por el ángulo que cubren en el cielo, ya que no se tiene una estimación clara de su distancia”.

“El tamaño angular del sol y la luna son muy parecidos, es de alrededor de 30 minutos de arco, es decir, medio grado”. Un grado son 60 minutos y cada minuto son 60 segundos de arco.

Marte en 2003 se observó de 30 segundos de arco -medio minuto-, lo que equivalió a la trigésima parte del tamaño de la luna, “la confusión fue que la gente mal interpretó el número 30, para éste astro son segundos y para la luna son minutos”, explicó el investigador.

Otro aspecto que maneja el correo electrónico es que el acercamiento es súbito y repentino, fenómeno que no es natural en el universo por cuestiones de equilibrio, “si en realidad Marte se acercará lo suficiente para que tuviera ese tamaño angular, lo tendría que hacer paulatinamente como en el caso de los cometas”.

El doctor Martínez Bravo comentó que a pesar de que Marte estuviera muy cerca de la Tierra, lo máximo serían 300 millones de kilómetros apreciándose como un punto pequeño en el cielo.

Además tendría que considerarse la existencia de huracán, por lo que el cielo estaría nublado, y otros factores que impedirían su visualización como neblina o luna llena. “Si lograra verse este fenómeno astronómico las personas tendrían que irse a otra región, porque las condiciones no son propicias”.

El académico concluyó que la información que circula por la red no siempre es verídica y este fenómeno es un ejemplo.

Créditos: buap.mx/comunic/1722