Medellín, jul. 14 de 2015 – Agencia de Noticias UN- El nitrógeno, el potasio y el fósforo con los que se nutren vacas lecheras del norte de Antioquia se pierden y contaminan los suelos, el agua y la atmósfera. Continue reading Nutrientes para vacas se desperdician y contaminan→
Medellín, jun. 02 de 2015 – Agencia de Noticias UN- Sin un cambio a largo plazo en el sistema de producción lechera que apunte a la calidad y no a la cantidad, crisis lecheras como la que afecta hoy a más de 800 familias en Antioquia seguirán ocurriendo. Continue reading Producción poco competitiva agudiza crisis lechera→
Bogotá D. C., may. 27 de 2015 – Agencia de Noticias UN- La edad de la cosecha y la especie de pasturas afecta el nivel de producción de metano en el ganado bovino.
El profesor José Carulla, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la U.N., estudia cómo el método de las pasturas podría modificar las emisiones de metano por parte del animal. “Analizamos diferentes tipos de forrajes, consumidos por las vacas lecheras en el altiplano cundiboyacense”, señaló.
El investigador concluyó que los forrajes más tiernos producen menos cantidad de metano por unidad de alimento consumido o fermentado. Encontró que con el consumo de kikuyos jóvenes se produce menos metano que con el de otras especies. Continue reading Metano en pasto afecta producción de leche→
Bogotá D. C., jun. 03 de 2014 – Agencia de Noticias UN- La cantidad de células somáticas (CS) involucradas en el crecimiento de los tejidos y órganos, y que se encuentran en la ubre de la vaca, puede determinar el grado de la calidad de la leche.
Estas células se encuentran en una cantidad determinada en la ubre y ayudan a la vaca a defenderse. Si no hay infección su número se mantiene, pero cuando hay un agente que induce defensas o una respuesta contra una infección el número de estas células aumenta.
Las CS también quedan en la leche y ese es uno de los indicadores que pueden determinar su calidad. Así, una leche en buenas condiciones debe tener menos de 200 mil CS por mililitro. Una cantidad más elevada es un indicio de que algo sucede con la vaca y de que el lácteo no es el mejor.
Por ejemplo, una leche con más de un millón de CS no puede permanecer en una nevera más de 4 días, en cambio una leche de menos de 200 mil CS puede estar allí 15 días.
Al quedar en la leche, estas células alteran sus condiciones. “Puede suceder que un consumidor encuentre desabrida la leche y esto se deba a las enzimas que produjeron las CS que había en esa leche”, así lo explica René Alejandro Pérez, presidente del Consejo Nacional de la Calidad de la Leche y médico veterinario de la Universidad Nacional de Colombia.
Este aspecto está relacionado con el campo de la mastitis, en el cual, según Pérez, se marcha bien en términos de investigación. En este sentido, destacó la labor que se hace en tres regiones del país: entre Cundinamarca y Boyacá con la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la U.N., en Medellín también con la U.N. y la Universidad de Antioquia, en el viejo Caldas con la Universidad de Caldas y en la zona Norte con la Universidad de Córdoba.
Sin embargo, la realidad en cuanto a la mastitis no es la más alentadora. Esto se debe a que un 25% de los productores son receptivos a los cambios y el resto sigue creyendo que aún no está pasando nada.
“Eso, en términos reales, nos lleva a que hoy en día haya un 38% de mastitis subclínica en el hato lechero colombiano, lo cual es muy preocupante porque eso afecta la calidad de la leche”.
No obstante, rescató los resultados que ellos han tenido con programas exitosos realizados con cooperativas en Guatavita, proveedores de Colanta. Allí se pasó de un pago de 900 pesos por litro a 1.150 pesos, debido a la calidad que se alcanzó en este sitio donde había muchos problemas de mastitis.
Además de las CS, la calidad de la leche se mide con la composición en grasa proteína y sólidos totales y las unidades formadoras de colonia que determinan la calidad bacteriológica o higiénica de este líquido.
Por su parte, el profesor Juan Carulla del Departamento de Veterinaria de la U.N. mencionó un trabajo de Maestría en el que se muestra cómo las CS también afectan la elaboración del queso. “Lo que se ve es que a medida que aumentan las CS como consecuencia de infecciones intramamarias o en la ubre, el rendimiento del queso disminuye”.
En el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos (ICTA) de la Universidad se hizo toda la medición de la calidad del queso, y se pudo comprobar un cambio del sabor, la textura y el rendimiento, e igualmente que la proteína disminuye.
Los dos expertos hicieron sus presentaciones como parte del II Seminario “Mastitis bovina y calidad de la leche” que se celebró en el auditorio de la Facultad de Medicina y de Zootecnia de la Institución.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 revela que a nivel nacional, sólo 14.4 por ciento de las progenitoras amamantan.
• Sólo 14.4 por ciento de las mujeres amamanta a sus bebés, expuso Maritza Guerra Hernández, enfermera egresada de la FES Iztacala
La lactancia materna ha disminuido en México. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 revela que a nivel nacional, sólo 14.4 por ciento de las progenitoras amamantan, principalmente por cuestiones laborales.
“Ni siquiera alimentan 45 días a sus hijos. Suspenden 20 días antes de regresar a sus ocupaciones, pues les preocupa lo difícil que es desapegar al bebé del seno”, señaló Maritza Guerra Hernández, enfermera egresada de la FES Iztacala de la UNAM.
Otro factor que influye es que tanto instituciones públicas como privadas sólo otorgan 45 días después del parto, como establece el artículo 170 de la Ley Federal del Trabajo.
Tampoco, como establece esa norma, tienen el derecho mínimo a dos descansos de 30 minutos para la extracción de leche en un lugar higiénico y adecuado, porque pocas empresas poseen cuartos especiales para ello e incluso en las instituciones de salud apenas se ha comenzado a pugnar por espacios con estas características.
Las cesáreas —que se han incrementado—, limitan la lactancia materna, pues la anestesia empleada “pone trabas al apego inmediato, pues es preciso amamantar en los primeros 30 minutos para fomentar el vínculo”, señaló Guerra Hernández, especialista en Enfermería Perinatal por la ENEO.
Desnutrición de las progenitoras, características fisiológicas del seno materno (pezón invertido o plano) e incluso cuestiones sociales, también se cuentan entre las dificultades.
Además, muchas jóvenes no lo hacen “porque les preocupa la estética”. En una encuesta aplicada a madres de 12 a 44 años de edad con vástagos de 10 meses o menos, se mencionaron tres razones recurrentes para suspenderla: se deforman los senos, la glándula mamaria se torna flácida y el miedo de no gustar lo mismo a su pareja.
Sin embargo, más que perjuicios, la lactancia brinda beneficios. Al referirse al informe académico elaborado en coautoría con Xóchitl Hernández Morales y expuesto en el Tercer Congreso de Estudios de Posgrado 2013, Maritza Guerra señaló que “el apego madre-hijo es el principal aspecto positivo, pues reduce las hemorragias —primera causa de mortalidad materna— y en los 30 primeros minutos después del parto ayuda a que el útero involucione más rápido al reducir el sangrado”.
En las madres, su práctica previene el cáncer cérvico-uterino y el de mama, ayuda a bajar el peso ganado en el embarazo y evita enfermedades crónico-degenerativas, como hipertensión y diabetes. En los bebés, permite establecer un patrón de succión-deglución-respiración, previene la obesidad, diabetes mellitus tipo 2, enfermedades gastrointestinales y respiratorias, y fortalece el sistema inmunológico, ya que las mejores defensas las provee la lecha materna. Además, diversos estudios indican que los infantes alimentados con seno tienen mejor nivel mental y son más seguros.
La Organización Mundial de la Salud recomienda mínimo seis meses. Luego inicia la ablactación, periodo en que se empieza a dar otro tipo de alimentos al pequeño y, en caso que madre e hijo lo requieran, se prolonga hasta los cinco años. En México, el proceso se suspende entre los dos y tres años.
En el primer medio año, agregó Guerra Hernández, la lactancia debe ser exclusiva: sólo con seno materno, sin mezclar fórmulas ni otro tipo de alimentos. Por creencias de las abuelas, se da té u otros comestibles a los bebés, sin saber que el organismo de los lactantes no está adaptado para digerirlos o degradarlos.
Esa práctica puede incrementar el riesgo de infecciones gastrointestinales, sobre todo en áreas rurales, donde por falta de recursos e información no se hierve el agua o no hay higiene adecuada. Estadísticas del INEGI y de la Secretaría de Salud cuentan a estos padecimientos entre las 10 primeras causas de muerte infantil.
En atención a este fenómeno, diversas instituciones públicas fomentan la alimentación de bebés por seno materno. La Secretaría de Salud del Estado de México, donde labora Maritza Guerra, pide a su personal tomar el Curso Avanzado de Apoyo a la Lactancia Materna (CAALMA).
En éste, profesionales de la salud, sobre todo los involucrados en áreas materno-infantiles, aprenden a proporcionar información durante el puerperio inmediato (primeras 24 horas a partir del parto). Se imparte en dos sesiones y abarca anatomía, fisiología, beneficios de la lactancia, medicamentos permitidos, enfermedades y técnicas para alimentar niños con malformaciones o síndrome de Down.
En los primeros niveles de atención se crean clubes de embarazo. Además, dos veces por mes se imparten talleres a embarazadas. También, mediante cursos de estimulación temprana, se informa sobre los beneficios de esta práctica, respaldados por programas como Diez Pasos para una Lactancia Exitosa y Hospital Amigo del Niño y de la Madre, promovidos por la UNICEF.
“Independientemente de sus beneficios psicológicos y físicos, se hace hincapié en los costos. Una lata de fórmula dura una semana, según las onzas y no son baratas. ¿Y cuál es mejor? La materna contiene más agua, vitaminas, minerales e inmunoglobulinas que ayudan al sistema inmunológico, por lo que es más fácil de absorber, sin causar alteración en el bebé. En cambio, la otra es rica en ácidos grasos y caseína, difícil de digerir y provoca cólicos y estreñimiento”.
Los pequeños no deben pasar más de tres horas sin ser alimentados, lapsos mayores causan hipoglucemia y esa baja de glucosa en la sangre lleva a otras complicaciones. En el recién nacido, la lactancia materna efectiva debe ser de 30 a 45 minutos por seno. Sin embargo, ¿cuánta leche produce una mujer y cuánto consume el hijo? “Eso depende del individuo, edad de gestación y día de lactancia. No hay parámetros establecidos”, explicó.
Para fomentarla, se han creado consejerías en los nosocomios. Uno de los centros precursores es el Hospital General de México, donde se enseñan técnicas de lactancia y sus beneficios, importantes porque con frecuencia las madres dejan de amamantar al sentir sus glándulas mamarias inflamadas por una mala técnica o higiene. Si el bebé sólo succiona el pezón, genera grietas que pueden infectarse y provocar fiebre y dolor.
Para evitarlo, se adiestra a las mujeres a posicionar la boca del bebé, a sujetar el seno y a usar una cobija o almohada sobre las piernas para acostar al pequeño y evitar el cansancio, pues las madres suelen pasar hasta 40 minutos en una misma posición. “Se les enseña a amamantar en diferentes posiciones (acostadas, sentadas) y cómo alimentar a un pequeño con Síndrome de Down, labio paladar hendido o alteraciones cardíacas”.
Creditos: UNAM-DGCS-666
Investigaciones universitarias, cultura, ciencia, noticias y contenidos de interés. Puebla, México.