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Crean investigadores de la UNAM vacuna intranasal contra bacteria causante de diarrea

 
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Con el uso de la vacuna intranasal, se eliminan jeringas, se disminuyen las dosis administradas en comparación con las aplicadas vía oral, se inmuniza a gran número de personas en tiempos relativamente cortos, y se inducen anticuerpos y células de la respuesta inmune a nivel intestinal.
Con el uso de la vacuna intranasal, se eliminan jeringas, se disminuyen las dosis administradas en comparación con las aplicadas vía oral, se inmuniza a gran número de personas en tiempos relativamente cortos, y se inducen anticuerpos y células de la respuesta inmune a nivel intestinal.

16 de enero de 2011

• Cuenta con una patente en México y, desde septiembre de 2009, con otra en Estados Unidos
• Se gestiona su registro en Europa, Asia y Oceanía
• La infección por E. coli enterotoxigénica ocasiona cada año más de 300 mil muertes en el mundo, 70 por ciento de ellas ocurren en América Latina, Asia y África

La diarrea infantil aguda causada por la bacteria enterotoxigénica podría dejar de ocasionar estragos entre la población pediátrica de América Latina, Asia y África, con una vacuna intranasal peptídica creada en la UNAM.

La inoculación ya cuenta con una patente en México y, desde septiembre de 2009, con otra en Estados Unidos. Además, se gestiona su registro en Europa, así como en Asia y Oceanía; en estas dos últimas regiones la diarrea infantil aguda es un problema endémico y donde, en consecuencia, el antígeno podría tener una mayor demanda.

Cada año se reportan más de 300 mil muertes por E. coli enterotoxigénica en el mundo, 70 por ciento de ellas ocurren en América Latina, Asia y África. Con la aplicación de esta inoculación, se podría reducir la mortalidad por diarrea bacteriana, particularmente en niños menores de cinco años, y también en viajeros.

La diarrea, considerada enfermedad del subdesarrollo, se vuelve mortal si a la infección se suman otros patógenos, así como la desnutrición y la falta de crecimiento del paciente.

Altamente eficiente

La vacuna intranasal contra E. coli enterotoxigénica (ETEC, por su siglas en inglés) fue desarrollada por un grupo de científicos, dirigido por Yolanda López Vidal, del Programa de Inmunología Molecular Microbiana, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

Con la aplicación en forma intranasal queda altamente vascularizada una mayor superficie de los senos paranasales, y una vez que se da la infección por ETEC, las células plasmáticas productoras de anticuerpos realizan el homing para que sean las efectoras en el sitio de la infección.

Además, se eliminan las jeringas, se disminuyen las dosis administradas en comparación con las que deben aplicarse por vía oral, se inmuniza a un gran número de personas en tiempos relativamente cortos, y se inducen anticuerpos y células de la respuesta inmune a nivel intestinal.

La vacuna de los universitarios es altamente eficiente, pues bastarán unas cuantas gotas vía intranasal para disminuir el número de episodios de diarrea en población pediátrica y turistas.

“Si bien el periodo crítico para la inmunización serían los dos primeros años de vida, si la infección por E. coli enterotoxigénica es frecuente y sintomática, con diarrea y deshidratación, para una cobertura altamente efectiva no se debe descuidar a los niños de entre tres y cinco años, aunque la frecuencia se atenúa conforme pasa el tiempo”, indicó la investigadora universitaria.

En el caso de los turistas del primer mundo, sería conveniente aplicarla antes de salir de sus puntos de origen, para evitar “diarrea del viajero” en países donde esa bacteria tiene una fuerte presencia.

“La transmisión oral-fecal (por contaminación de alimentos) de E. coli enterotoxigénica en el Tercer Mundo sigue como uno de los principales factores de riesgo de diarrea para visitantes extranjeros”, dijo López Vidal.

Proceso de inoculación

“La vacuna es una innovación biotecnológica, tanto por su aplicación intranasal, como por su capacidad para impedir que se dispare la fisiopatogenia del patógeno”, sostuvo.

¿Qué hace? Bloquea el primer evento de la patogenecidad de E. coli enterotoxigénica, que es su adherencia al epitelio intestinal.

¿Cómo lo hace? Mediante una estructura llamada fimbria o pillis (pelo), responsable de la adhesión y capaz de generar anticuerpos que inhiben esa primera fase patogénica.

“Al inhibirse la adherencia al intestino, el patógeno no lo coloniza y, por ende, no se dispersa ni produce las toxinas que causan la diarrea”.

Fragmento de fimbria

Principal comensal de todo intestino, E. coli enterotoxigénica utiliza fimbrias, denominadas también factores de colonización (CFAs, por sus siglas en inglés), para interactuar con diferentes componentes (sitios de unión) en la mucosa intestinal.

Pero no se vale de todas las fimbrias para adherirse (expresa más de 20 tipos, clasificados en cuatro familias: CFA/I, II, III y IV), sino sólo de un fragmento de CFA/I, que se repite miles de veces para formar una fimbria que tiene la capacidad para interactuar con los enterocitos (células epiteliales que componen mayoritariamente el intestino delgado).

Precisamente, el grupo de científicos de la FM seleccionó y sintetizó ese fragmento peptídico (determinante antigénico) de CFA/I, reconocido por los sueros de pacientes infectados con E. coli enterotoxigénica.

“Luego, a este péptido de CFA/I, llamado epítopo lineal común (CLE, por sus siglas en inglés), le agregamos como adyuvante la subunidad B de la toxina del cólera (que aumenta la formación de anticuerpos), para hacer esta vacuna que es capaz de inducir una respuesta inmune protectora contra E. coli enterotoxigénica”, explicó la investigadora.

Esta vacuna, como tal, ya está lista, y ya se conformó un dossier con todas las observaciones y los resultados de su desarrollo a nivel experimental. “Sólo falta un estudio en humanos para demostrar su eficacia en diferentes poblaciones susceptibles a la infección causada por esa bacteria”, aclaró López Vidal.

Como ese estudio resulta costoso, la UNAM, por medio de la investigadora universitaria, convocó a la iniciativa privada a invertir. “En Canadá hay interés por parte de un laboratorio de síntesis de péptidos para ser el productor y distribuidor único de la vacuna; de China recibimos otra oferta, y en nuestro país, también hay interés por parte de los Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México para tener una licencia compartida con el laboratorio canadiense”, añadió.

No obstante, las vacunas de este tipo son costosas y, en comparación con los fármacos, ofrecen pocos beneficios a quien invierte en ellas. Por ello, podría ampliarse el periodo de licencia para la producción y comercialización. Una buena opción sería que en un futuro cercano varios gobiernos lograran asociarse para producirla masivamente, consideró.

En la creación de la vacuna participaron Yolanda López Vidal, de la FM; Ricardo Godínez, quien cursa su doctorado en la Universidad de Harvard, Estados Unidos; René Arredondo, alumno de doctorado en el Instituto de Ecología de la UNAM, y Roxana Suaste Villanueva, que labora en la iniciativa privada.
Créditos: UNAM-DGCS-031-2011/unam.mx

Trabaja UNAM en protocolo de vacuna contra proteína que participa en aterosclerosis

 
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Ateroesclerosis10 de octubre de 2010
• La inoculación va dirigida a un sitio crítico para la función de la proteína transferidora de ésteres de colesterol (CETP)
• Previamente, se creó un equipo diagnóstico para determinar en plasma sanguíneo los niveles de esa proteína
• Ya se tiene una patente de este desarrollo tecnológico en Estados Unidos y la Unión Europea, y otra está en proceso en Canadá

Investigadores del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, encabezados por Jaime Mas Oliva, crearon un equipo diagnóstico para determinar, en plasma sanguíneo, los niveles de la proteína transferidora de ésteres de colesterol CETP (Cholesteryl-ester Transfer Protein), directamente asociada al desarrollo de aterosclerosis.

Ya se tiene una patente de ese equipo en Estados Unidos y la Unión Europea, y otra está en proceso en Canadá, y ahora, los universitarios trabajan en el protocolo de una vacuna contra la CETP.

El proyecto, con un sólido sustento de investigación básica, tuvo sus orígenes en estudios iniciados a principios de la década de los 90. Con más de ocho años de investigación, el grupo de Mas Oliva comienza a dilucidar los mecanismos moleculares finos, mediante los que la CETP realiza su función.

El transporte de colesterol en el torrente sanguíneo es un proceso que se efectúa a través de lipoproteínas de baja y de muy baja densidad (LDL y VLDL, por las siglas de low density lipoproteins y very-low density lipoproteins).

Estas partículas transportan el colesterol proveniente del hígado hacia los tejidos periféricos. Se ha visto que altos niveles se relacionan con una mayor propensión a desarrollar aterosclerosis.

Sin embargo, hay otras partículas, como las lipoproteínas de alta densidad (HDL, por high density lipoproteins), que transportan el colesterol en exceso de los tejidos periféricos al hígado, donde es metabolizado en forma de sales biliares. A este proceso, se le denomina transporte reverso del colesterol, por ello, el contenido en las HDL se considera colesterol “bueno”.

La función de la CETP es transferir el colesterol de las HDL a las partículas LDL y VLDL.

Esta función pone en corto circuito al sistema, porque el colesterol que sale hacia el hígado para ser metabolizado en sales biliares es devuelto al sistema, por lo que esa proteína es un potencial blanco farmacológico. Si bien se han hecho estudios con moléculas que pueden inhibir su función, a la fecha no existe ningún medicamento en el mercado que sirva para ello.

“Antes de integrarme al laboratorio de Mas Oliva, nuestro grupo de investigación ya había identificado la región de la CETP, clave para su función, pero no se conocía el mecanismo de ésta. Ahora, se redactan dos artículos en los que se describen las propiedades de esta región crítica para la función de la proteína transferidora, así como el mecanismo molecular fino mediante el cual se hace la transferencia de lípidos”, dijo el estudiante de doctorado Víctor García González, quien participa en el proyecto.

Este conocimiento de ciencia básica generado en el laboratorio de Mas Oliva, ha permitido a los investigadores universitarios ir más allá.

“Hacemos los estudios sobre la vacuna dirigida contra un sitio crítico para la función de la CETP. En este proyecto multidisciplinario, también participan Blanca Delgado Coello, Héctor Malagón, Armando Pérez Torres y, recientemente, María Esther Moreno. Ya terminamos la primer fase de pruebas, con resultados prometedores, y diseñamos la siguiente fase experimental”, concluyó.
Créditos: UNAM. DGCS-604/unam.mx