


21 de Enero del 2013
La patología, relativamente nueva en Colombia, se puede transmitir a través de las heces e hígado de cerdos, debido a las prácticas inadecuadas de higiene de los sistemas de producción porcina.
Investigadores avanzan en el diagnóstico de la incidencia de la enfermedad en Antioquia para establecer mecanismos de control.
La hepatitis E es causada por un virus propio de los porcinos. En el país, solo se ha reportado un posible caso de contagio humano en Antioquia. No obstante, los científicos advierten sobre una posible propagación, si no se toman las mínimas medidas preventivas.
Hasta hace solo tres años se estudia esta patología en Colombia, cuando despertó el interés de investigadores del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín, debido a que hay indicios de que el virus puede contagiar al ser humano, si este consume carne de cerdo infectada.
Esto ocurre porque no se hace un adecuado manejo de los excrementos del animal en las plantas de sacrificio y en los lugares de procesamiento, sobre todo en Antioquia, en donde se produce el 46% de los porcinos del país y su consumo es mayor que en el resto del país (con un promedio de 14 kg por habitante al año).
¿Cómo se propaga?
Albeiro López Herrera, director del grupo de investigación en Biodiversidad y Genética Molecular de la UN (Biogem), cuenta que se quiso saber si los animales de Antioquia estaban infectados.
“Evaluamos las cinco principales plantas de sacrificio de la región. Tomamos muestras de sangre y comprobamos la presencia de anticuerpos contra hepatitis E”, precisa. Esto significa que los porcinos han estado infectados y su organismo ha producido proteínas especiales para detener la acción del virus.
Según los resultados del diagnóstico, el 30% de los animales sacrificados presentaban evidencia de contacto con el agente infeccioso. Esto no quiere decir que lo portaran en el momento del sacrificio, pues el organismo del cerdo ya se habría encargado de eliminarlo. Y, aunque las pruebas señalan un 12% de presencia del contagio en el hígado, el patógeno puede morir fácilmente con un buen proceso de cocción antes del consumo.
La forma en que se disemina es fecal-oral, pues, luego de infectar el hígado, se dirige al intestino y es excretado. Pero, si a las heces no se les da el manejo correcto, pueden llegar hasta las aguas usadas en los sistemas de riego de cultivos de consumo humano.
Síntomas asociados
Según el médico Francisco Javier Díaz, todos los tipos de hepatitis (A, B, C, D y E) se manifiestan generalmente con fiebre no muy alta, náuseas, pérdida del apetito y vómito. Luego, entre tres y siete días, aparece la ictericia, que es la coloración amarillenta de la piel, el tono café en la orina y la apariencia blanca o gris de las excretas.
La de tipo E se manifiesta de forma más intensa, pues la ictericia es más severa y ataca más fuerte a adultos jóvenes entre los 15 y los 40 años de edad. Además, es mucho más grave en mujeres embarazadas.
No obstante, la enfermedad –para la cual no hay un tratamiento específico–, se supera con reposo, consumo de alimentos con bajos contenidos de grasa y permanente observación del contagio, el cual se prolonga hasta por cuatro semanas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los porcentajes más altos de la afección se dan en regiones con sistemas de saneamiento deficientes. El 65% de las infecciones y muertes por hepatitis E se producen en Asia oriental y meridional. En Colombia, asegura el director de Biogem, las probabilidades de morir se podrían dar solo en un 3% de la población.
Prevención integral
Los investigadores resaltan que, con base en el diagnóstico desarrollado en los principales mataderos y granjas procesadoras de cerdo (análisis de muestras), determinarán los factores de riesgo para evitar que el virus llegue a las aguas residuales.
El profesor López Herrera explica que están clasificando las granjas según su bioseguridad, para saber el nivel sanitario mínimo que necesitan para no ser transmisoras de la enfermedad. “Allí hacemos unas encuestas para conocer si hacen un manejo apropiado de las excretas, con el fin de inactivar el patógeno completamente”.
Asimismo, hicieron exámenes clínicos a los productores porcícolas. Las muestras reportaron que alrededor del 12% de los trabajadores tienen anticuerpos contra el virus. Esto es evidencia de que han tenido contacto con él en algún momento. Este es uno de los indicadores que más llamó la atención de los investigadores, a partir del cual se trazarán nuevas líneas de investigación.
El proyecto sobre la epidemiología molecular de este virus en Antioquia es financiado por Colciencias y ha integrado a estudiantes de pregrado y posgrado y a docentes expertos de la Universidad de Antioquia, la Universidad Pontificia Bolivariana y la UN. Se espera que esta información ayude a las autoritarias sanitarias a tomar medidas preventivas para evitar el contagio de la enfermedad.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

En Colombia la identificación y estudio de la hepatitis E es relativamente reciente. Los investigadores buscan minimizar el riesgo de propagación.
21 de Enero del 2013
La patología, relativamente nueva en Colombia, se puede transmitir a través de las heces e hígado de cerdos, debido a las prácticas inadecuadas de higiene de los sistemas de producción porcina.
Investigadores avanzan en el diagnóstico de la incidencia de la enfermedad en Antioquia para establecer mecanismos de control.
La hepatitis E es causada por un virus propio de los porcinos. En el país, solo se ha reportado un posible caso de contagio humano en Antioquia. No obstante, los científicos advierten sobre una posible propagación, si no se toman las mínimas medidas preventivas.
Hasta hace solo tres años se estudia esta patología en Colombia, cuando despertó el interés de investigadores del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín, debido a que hay indicios de que el virus puede contagiar al ser humano, si este consume carne de cerdo infectada.
Esto ocurre porque no se hace un adecuado manejo de los excrementos del animal en las plantas de sacrificio y en los lugares de procesamiento, sobre todo en Antioquia, en donde se produce el 46% de los porcinos del país y su consumo es mayor que en el resto del país (con un promedio de 14 kg por habitante al año).
¿Cómo se propaga?
Albeiro López Herrera, director del grupo de investigación en Biodiversidad y Genética Molecular de la UN (Biogem), cuenta que se quiso saber si los animales de Antioquia estaban infectados.
“Evaluamos las cinco principales plantas de sacrificio de la región. Tomamos muestras de sangre y comprobamos la presencia de anticuerpos contra hepatitis E”, precisa. Esto significa que los porcinos han estado infectados y su organismo ha producido proteínas especiales para detener la acción del virus.
Según los resultados del diagnóstico, el 30% de los animales sacrificados presentaban evidencia de contacto con el agente infeccioso. Esto no quiere decir que lo portaran en el momento del sacrificio, pues el organismo del cerdo ya se habría encargado de eliminarlo. Y, aunque las pruebas señalan un 12% de presencia del contagio en el hígado, el patógeno puede morir fácilmente con un buen proceso de cocción antes del consumo.
La forma en que se disemina es fecal-oral, pues, luego de infectar el hígado, se dirige al intestino y es excretado. Pero, si a las heces no se les da el manejo correcto, pueden llegar hasta las aguas usadas en los sistemas de riego de cultivos de consumo humano.
Síntomas asociados
Según el médico Francisco Javier Díaz, todos los tipos de hepatitis (A, B, C, D y E) se manifiestan generalmente con fiebre no muy alta, náuseas, pérdida del apetito y vómito. Luego, entre tres y siete días, aparece la ictericia, que es la coloración amarillenta de la piel, el tono café en la orina y la apariencia blanca o gris de las excretas.
La de tipo E se manifiesta de forma más intensa, pues la ictericia es más severa y ataca más fuerte a adultos jóvenes entre los 15 y los 40 años de edad. Además, es mucho más grave en mujeres embarazadas.
No obstante, la enfermedad –para la cual no hay un tratamiento específico–, se supera con reposo, consumo de alimentos con bajos contenidos de grasa y permanente observación del contagio, el cual se prolonga hasta por cuatro semanas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los porcentajes más altos de la afección se dan en regiones con sistemas de saneamiento deficientes. El 65% de las infecciones y muertes por hepatitis E se producen en Asia oriental y meridional. En Colombia, asegura el director de Biogem, las probabilidades de morir se podrían dar solo en un 3% de la población.
Prevención integral
Los investigadores resaltan que, con base en el diagnóstico desarrollado en los principales mataderos y granjas procesadoras de cerdo (análisis de muestras), determinarán los factores de riesgo para evitar que el virus llegue a las aguas residuales.
El profesor López Herrera explica que están clasificando las granjas según su bioseguridad, para saber el nivel sanitario mínimo que necesitan para no ser transmisoras de la enfermedad. “Allí hacemos unas encuestas para conocer si hacen un manejo apropiado de las excretas, con el fin de inactivar el patógeno completamente”.
Asimismo, hicieron exámenes clínicos a los productores porcícolas. Las muestras reportaron que alrededor del 12% de los trabajadores tienen anticuerpos contra el virus. Esto es evidencia de que han tenido contacto con él en algún momento. Este es uno de los indicadores que más llamó la atención de los investigadores, a partir del cual se trazarán nuevas líneas de investigación.
El proyecto sobre la epidemiología molecular de este virus en Antioquia es financiado por Colciencias y ha integrado a estudiantes de pregrado y posgrado y a docentes expertos de la Universidad de Antioquia, la Universidad Pontificia Bolivariana y la UN. Se espera que esta información ayude a las autoritarias sanitarias a tomar medidas preventivas para evitar el contagio de la enfermedad.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html