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“Científicamente, siempre hay justificación para visitar la Luna”.

 
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16 de Enero del 2013
Así lo expresó José Gregorio Portilla Barbosa, director del Observatorio Astronómico Nacional (OAN) de la Universidad Nacional de Colombia.
Portilla Barbosa se refirió al pronunciamiento de la Agencia Espacial Federal Rusa, conocida como Roscosmos, acerca de la exploración lunar que piensan ejecutar en el año 2015, y que fue anunciada esta semana.
Hace, además, un rápido recorrido histórico acerca de lo que se ha hecho en el mundo sobre el tema y afirma que los “Estados Unidos, entre 1969 y 1972, han logrado alunizar y explorar la superficie del satélite en seis ocasiones”.
Las investigaciones norteamericanas –motivadas por el interés científico– no dejan de ser una carrera por superar a otros países y convertirse en la potencia caracterizada por “el mayor logro de la humanidad”.
Rusia ya había realizado algunos estudios del espacio. “Con rovers (robots) se aventuraron a misiones de exploración en los que consiguieron muestras de rocas lunares” y “55 años atrás lanzó el Sputnik I, primer artefacto que cruzó los límites del cielo, pero a diferencia de los estadounidenses, los rusos nunca concretaron el arribo a la superficie lunar”, explicó.
Por eso, el anuncio de que este país lanzará en 2015 la sonda espacial Luna Glob era de esperarse.
Este hecho tiene un alto costo económico para las naciones, sin embargo, para Rusia no es una dificultad “porque en la actualidad son grandes productores de petróleo y gas, y la Agencia Espacial Federal Rusa recibe recursos suficientes para asumir esta labor”.
Rusia continúa con su tradición de estudiar el espacio, “es uno de los países que más ha explorado Venus”. Y del proyecto Luna Glob se sabe, según el profesor Portilla, que será una exploración en conjunto con la India.
Rusia explorará el Polo Sur de la luna con un rover, “con el que se recogerán muestras de suelo, de polvo lunar, y se hará un análisis del viento solar”, entre otras actividades.
India, por su parte, pondrá al servicio de la misión de exploración, un orbitador. Este satélite se encargará de tomar fotografías y estudiar el campo gravitacional, entre otros.
Al respecto, otros medios informativos han especulado que la misión de la sonda será explorar el satélite de la Tierra y preparar el terreno para la llegada del ser humano en 2018.
Para el director del OAN, “desde un carácter científico, siempre habrá justificación para visitar la Luna”, se responderá una pregunta y surgirán cinco más, “se establecerán nuevas teorías y el conocimiento será mayor”.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
“La Luna, al estar ubicada a casi 400 mil kilómetros de distancia de la Tierra, representa lo máximo que el ser humano se ha atrevido a viajar a través del cosmos”, afirma el profesor Portilla Barbosa.

“La Luna, al estar ubicada a casi 400 mil kilómetros de distancia de la Tierra, representa lo máximo que el ser humano se ha atrevido a viajar a través del cosmos”, afirma el profesor Portilla Barbosa.

16 de Enero del 2013

Así lo expresó José Gregorio Portilla Barbosa, director del Observatorio Astronómico Nacional (OAN) de la Universidad Nacional de Colombia.

Portilla Barbosa se refirió al pronunciamiento de la Agencia Espacial Federal Rusa, conocida como Roscosmos, acerca de la exploración lunar que piensan ejecutar en el año 2015, y que fue anunciada esta semana.

Hace, además, un rápido recorrido histórico acerca de lo que se ha hecho en el mundo sobre el tema y afirma que los “Estados Unidos, entre 1969 y 1972, han logrado alunizar y explorar la superficie del satélite en seis ocasiones”.

Las investigaciones norteamericanas –motivadas por el interés científico– no dejan de ser una carrera por superar a otros países y convertirse en la potencia caracterizada por “el mayor logro de la humanidad”.

Rusia ya había realizado algunos estudios del espacio. “Con rovers (robots) se aventuraron a misiones de exploración en los que consiguieron muestras de rocas lunares” y “55 años atrás lanzó el Sputnik I, primer artefacto que cruzó los límites del cielo, pero a diferencia de los estadounidenses, los rusos nunca concretaron el arribo a la superficie lunar”, explicó.

Por eso, el anuncio de que este país lanzará en 2015 la sonda espacial Luna Glob era de esperarse.

Este hecho tiene un alto costo económico para las naciones, sin embargo, para Rusia no es una dificultad “porque en la actualidad son grandes productores de petróleo y gas, y la Agencia Espacial Federal Rusa recibe recursos suficientes para asumir esta labor”.

Rusia continúa con su tradición de estudiar el espacio, “es uno de los países que más ha explorado Venus”. Y del proyecto Luna Glob se sabe, según el profesor Portilla, que será una exploración en conjunto con la India.

Rusia explorará el Polo Sur de la luna con un rover, “con el que se recogerán muestras de suelo, de polvo lunar, y se hará un análisis del viento solar”, entre otras actividades.

India, por su parte, pondrá al servicio de la misión de exploración, un orbitador. Este satélite se encargará de tomar fotografías y estudiar el campo gravitacional, entre otros.

Al respecto, otros medios informativos han especulado que la misión de la sonda será explorar el satélite de la Tierra y preparar el terreno para la llegada del ser humano en 2018.

Para el director del OAN, “desde un carácter científico, siempre habrá justificación para visitar la Luna”, se responderá una pregunta y surgirán cinco más, “se establecerán nuevas teorías y el conocimiento será mayor”.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Tumaco, con problemas de diagnóstico de malaria.

 
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4 de Diciembre del 2012
Problemas de acceso a los diagnósticos y a tratamientos oportunos para las patologías más prevalentes de la región encontraron profesores que fueron en misión médica a Tumaco.
Ángel Sánchez y Victoria Valero, profesores de la Universidad Nacional de Colombia e investigadores del Proyecto “Estrategias de pre-eliminación de malaria en Colombia”, identificaron además la persistencia en malaria y otros determinantes de la crisis sanitaria y hospitalaria en este municipio.
También detectaron alta frecuencia de patologías febriles no asociadas a malaria y que los medicamentos para dicha enfermedad que están fuera de la normatividad vigente, abundan en gran parte de las farmacias locales.
Implementaron 300 pruebas rápidas para malaria donadas por el Instituto Suizo Tropical y de Salud Pública y encontraron que gran parte de la sintomatología compatible con malaria corresponde a otras infecciones transmisibles persistentes en la región. Con las pruebas encontraron un porcentaje pequeño de positivos, menos del 5%.
“Los altos niveles de pobreza, junto a la carencia de agua potable y condiciones ambientales y sanitarias ideales para una buena calidad de vida, son el detonante de la crisis en salud que vive la población tumaqueña”, indicó la profesora Valero.
“Eso llama muchísimo la atención, primero porque el número de casos que registra Tumaco es de los más altos para la Costa Pacífica y no coincide con las estadísticas que refieren tanto la Secretaría de Salud Municipal como la del Departamento. Estamos revisando la literatura para ver qué es lo que podría explicar eso, podría ser que estamos en un momento de baja transmisión por las condiciones climatológicas, pero no coincide porque habiendo mortalidad no encontramos casos de personas  infectadas”, explicó la profesora Victoria Valero, que viajó a la zona con el profesor Ángel Sánchez.
Según Valero, en Tumaco han registrado en la últimas semanas más de 200 casos de malaria, y a pesar de que visitaron varios lugares en los que la población refiere sintomatología compatible con la enfermedad, las pruebas que aplicaron no encontraron el total de casos que sugería el servicio de salud, lo que se puede deber a problemas de automedicación, o al periodo epidemiológico en el que se está, donde gran parte de la población sale de Tumaco por las vacaciones.
“Las dos muertes que encontramos son una alerta seria. En Colombia no se deberían registrar muertes por malaria debido a que se ha reducido considerablemente la transmisión y el número de casos, por las estrategias que se han implementado”, aseguró Valero.
Los investigadores realizaron el estudio entre el 18 y el 24 de noviembre como parte de un convenio de cooperación entre la Universidad Nacional y el Instituto Suizo Tropical y de Salud Pública, para la eliminación de ciertas patologías tropicales con énfasis en malaria.
El objetivo del viaje era investigar qué tanta fiebre y malaria pueden coexistir en un mismo momento. Detectaron que hay desabastecimiento de medicamentos legales y normados por el Ministerio en gran parte de las áreas donde estuvieron.
“Utilizamos encuestas y búsqueda activa, teníamos un formulario diseñado especialmente para capturar pacientes con malaria, pero lo que nos llamó mucho la atención es que estuvimos en las áreas con mayor  crisis sanitaria y encontramos que, a pesar de que las áreas donde se habían registrado dos muertes por malaria este año, los casos no se registran; parece ser que tenemos solo procesos de automedicación que enmascaran el diagnóstico”, indicó la docente.
La malaria se trasmite de un humano a otro por la picadura del vector llamado anófeles, que se alimenta de sangre. El parásito vive dentro de los glóbulos rojos.
“El proyecto tiene extensión a tres años y cuenta con una fase que proyecta trabajar en las áreas que han mostrado estadísticamente que tienen casos y que no los podemos detectar”.
Los investigadores esperan regresar a Tumaco y visitar algunos municipios en una misión médica a mediados de abril porque consideran que la región necesita ayudas humanitarias debido a que vive una emergencia en el sector sanitario y en el hospital que calificaron como bastante delicada.
Para el profesor Petter David Lowy Cerón, director del Instituto de Estudios del Pacífico de la Sede Tumaco, lo más interesante del proyecto son las alertas tempranas que hay sobre casos de malaria.
“En el país los datos de malaria llegan muy tarde, en muchos casos las personas han muerto y luego se conoce que tenían la enfermedad. Con este proyecto de investigación queremos unir la academia con la empresa privada y con alguna institución local, en este caso con el hospital departamental. La idea es que podamos tener alertas tempranas con el uso de tecnología”, indicó el profesor.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
La malaria se trasmite de un humano a otro por la picadura del vector llamado anófeles.

La malaria se trasmite de un humano a otro por la picadura del vector llamado anófeles.

4 de Diciembre del 2012

Problemas de acceso a los diagnósticos y a tratamientos oportunos para las patologías más prevalentes de la región encontraron profesores que fueron en misión médica a Tumaco.

Ángel Sánchez y Victoria Valero, profesores de la Universidad Nacional de Colombia e investigadores del Proyecto “Estrategias de pre-eliminación de malaria en Colombia”, identificaron además la persistencia en malaria y otros determinantes de la crisis sanitaria y hospitalaria en este municipio.

También detectaron alta frecuencia de patologías febriles no asociadas a malaria y que los medicamentos para dicha enfermedad que están fuera de la normatividad vigente, abundan en gran parte de las farmacias locales.

Implementaron 300 pruebas rápidas para malaria donadas por el Instituto Suizo Tropical y de Salud Pública y encontraron que gran parte de la sintomatología compatible con malaria corresponde a otras infecciones transmisibles persistentes en la región. Con las pruebas encontraron un porcentaje pequeño de positivos, menos del 5%.

“Los altos niveles de pobreza, junto a la carencia de agua potable y condiciones ambientales y sanitarias ideales para una buena calidad de vida, son el detonante de la crisis en salud que vive la población tumaqueña”, indicó la profesora Valero.

“Eso llama muchísimo la atención, primero porque el número de casos que registra Tumaco es de los más altos para la Costa Pacífica y no coincide con las estadísticas que refieren tanto la Secretaría de Salud Municipal como la del Departamento. Estamos revisando la literatura para ver qué es lo que podría explicar eso, podría ser que estamos en un momento de baja transmisión por las condiciones climatológicas, pero no coincide porque habiendo mortalidad no encontramos casos de personas  infectadas”, explicó la profesora Victoria Valero, que viajó a la zona con el profesor Ángel Sánchez.

Según Valero, en Tumaco han registrado en la últimas semanas más de 200 casos de malaria, y a pesar de que visitaron varios lugares en los que la población refiere sintomatología compatible con la enfermedad, las pruebas que aplicaron no encontraron el total de casos que sugería el servicio de salud, lo que se puede deber a problemas de automedicación, o al periodo epidemiológico en el que se está, donde gran parte de la población sale de Tumaco por las vacaciones.

“Las dos muertes que encontramos son una alerta seria. En Colombia no se deberían registrar muertes por malaria debido a que se ha reducido considerablemente la transmisión y el número de casos, por las estrategias que se han implementado”, aseguró Valero.

Los investigadores realizaron el estudio entre el 18 y el 24 de noviembre como parte de un convenio de cooperación entre la Universidad Nacional y el Instituto Suizo Tropical y de Salud Pública, para la eliminación de ciertas patologías tropicales con énfasis en malaria.

El objetivo del viaje era investigar qué tanta fiebre y malaria pueden coexistir en un mismo momento. Detectaron que hay desabastecimiento de medicamentos legales y normados por el Ministerio en gran parte de las áreas donde estuvieron.

“Utilizamos encuestas y búsqueda activa, teníamos un formulario diseñado especialmente para capturar pacientes con malaria, pero lo que nos llamó mucho la atención es que estuvimos en las áreas con mayor  crisis sanitaria y encontramos que, a pesar de que las áreas donde se habían registrado dos muertes por malaria este año, los casos no se registran; parece ser que tenemos solo procesos de automedicación que enmascaran el diagnóstico”, indicó la docente.

La malaria se trasmite de un humano a otro por la picadura del vector llamado anófeles, que se alimenta de sangre. El parásito vive dentro de los glóbulos rojos.

“El proyecto tiene extensión a tres años y cuenta con una fase que proyecta trabajar en las áreas que han mostrado estadísticamente que tienen casos y que no los podemos detectar”.

Los investigadores esperan regresar a Tumaco y visitar algunos municipios en una misión médica a mediados de abril porque consideran que la región necesita ayudas humanitarias debido a que vive una emergencia en el sector sanitario y en el hospital que calificaron como bastante delicada.

Para el profesor Petter David Lowy Cerón, director del Instituto de Estudios del Pacífico de la Sede Tumaco, lo más interesante del proyecto son las alertas tempranas que hay sobre casos de malaria.

“En el país los datos de malaria llegan muy tarde, en muchos casos las personas han muerto y luego se conoce que tenían la enfermedad. Con este proyecto de investigación queremos unir la academia con la empresa privada y con alguna institución local, en este caso con el hospital departamental. La idea es que podamos tener alertas tempranas con el uso de tecnología”, indicó el profesor.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

La pérdida de biodiversidad pone en peligro la existencia humana

 
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Se estima que actualmente el planeta tiene menos del 10 por ciento del total de especies que han existido, señaló Juan Núñez Farfán, investigador del IE de la UNAM
Se estima que actualmente el planeta tiene menos del 10 por ciento del total de especies que han existido, señaló Juan Núñez Farfán, investigador del IE de la UNAM

07 de Agosto de 2012

De no hacer algo para conservar la biodiversidad del planeta, la supervivencia humana corre el peligro de extinguirse, advirtió Juan Núñez Farfán, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, quien sostuvo que esa riqueza se pierde de manera más acelerada a la formación de especies nuevas, y la causa más importante es la destrucción o pérdida de hábitats.

La humanidad afecta la diversidad de la Tierra porque agota sus recursos naturales; en muchos países como el nuestro, el desarrollo está basado en la explotación no sustentable de los ecosistemas, afirmó.

En el futuro, conseguirlos puede dar origen a guerras. “A pequeña escala, lo observamos en nuetro país con la usurpación de recursos forestales o problemas limítrofes. Debido al tamaño de las poblaciones, llegará el momento en que no podamos consumir productos del mar por su contaminación, y eso a su vez, puede generar hambruna en muchas partes del orbe”, señaló.

La diversidad biológica tiene varios niveles, desde los ecosistemas, hasta las variantes genéticas de las poblaciones, pero se estima que actualmente el planeta tiene menos del 10 por ciento del total de especies que han existido, subrayó.

La extinción ha sido una constante en la historia, pero los humanos la han acelerado. Una amenaza la constituye la introducción de especies exóticas o invasoras, que irrumpen en las comunidades, alteran las interacciones bióticas y provocan el desplazamiento y pérdida de las endémicas, recalcó.

Sin embargo, aclaró, no se puede precisar cuáles son las más afectadas, porque hasta ahora sólo se tienen bien registrados los organismos más visibles, como aves, mamíferos, anfibios y reptiles; otras especies o niveles de la biodiversidad han recibido menor atención.

Se podría decir que prácticamente todos los ecosistemas del mundo han sido afectados por la acción humana, y esta situación continuará porque cada vez hay más luchas por territorios y recursos, lo que implica la destrucción de esos sitios, sostuvo el ecólogo.

Los manglares, por ejemplo, son catalogados en México como amenazados, no porque sus tamaños poblacionales sean reducidos, sino porque tienen una presión constante; por ser el hogar de muchas especies, su destrucción puede implicar una extinción en cadena, refirió.

Algunos expertos consideran que este último fenómeno se relaciona también con el cambio climático global. Hipotéticamente, modificará la distribución de los ecosistemas terrestres; entonces, las especies podrían carecer de la diversidad genética necesaria para responder a esas variaciones y extinguirse.

Otra forma ocurriría si especies emparentadas, al alterar sus rangos de distribución, entran en contacto e intercambian genes. Este proceso, conocido como hibridación introgresiva, puede extinguir o producir la pérdida de adaptaciones.

Además, explicó, se supone que con el cambio climático las áreas de distribución de muchas especies cambiarán, migrarán, y tendrán contacto con las que comparten un pasado común; al fusionarse, a través del intercambio genético, algunas pueden desaparecer.

Este fenómeno no debería preocuparnos, porque en la evolución ha ocurrido con frecuencia; sin embargo, “en ocasiones se presentan adaptaciones muy particulares que se pueden perder a través de la “contaminación” de especies y la extinción genética de las mismas; los transgénicos son un caso particular de ello”, refirió el también profesor de la Facultad de Ciencias (FC).

Hoy en día, lo más valioso es saber que sí hay posibilidades de recuperar los ecosistemas. “Conocemos sus procesos de regenación natural, los cambios que ocurren después de catástrofes naturales, poseemos mejores herramientas para cuantificar la diversidad, tenemos una teoría evolutiva y ecológica sólida, que permitirá restaurar los procesos naturales; hacer biología de la conservación en su sentido más profundo”.

Pero debido a que los organismos se extinguen a una velocidad más alta que la tasa de especiación, se deben emprender acciones inmediatas para recuperar la diversidad biológica y los ecosistemas deteriorados. Además, si se investiga para determinar, por ejemplo, qué especies son potencialemente más perjudiciales, se puede evitar que afecten a otras, dijo.

El valor cultural y estético de la biodiversidad puede brindar opciones sustentables para las poblaciones humanas, además de los procesos ecosistémicos que producen recursos que les son útiles (agua, productos forestales y pesca, entre otros). “Como sociedad, deberemos apreciar nuestra diversidad, conocerla para usarla de forma racional, y fomentar su mantenimiento. Ello implica también valorar la investigación científica en este campo”, concluyó.

Boletín UNAM-DGCS-485
Ciudad Universitaria.