



- Cerca de 800 objetos componen la exposición “Elementos del crimen”.
20 de mayo de 2012
Si hay un país en el mundo donde las ciencias forenses han alcanzado un desarrollo de alto nivel, ese es Colombia. Y quien cimentó ese camino es un ilustre hijo de la UN: José María Garavito Baraya.
Su legado podrá ser visto ahora en el Museo de Ciencias Forenses que lleva su nombre y en el cual se guardan cerca de 800 piezas, la mayoría recolectadas por él mismo durante su casi medio siglo de actividad investigativa, científica y pedagógica.
Para los abogados penalistas del país, Garavito Baraya es el resumen de Hércules Poirot —personaje de ficción creado por Agatha Christie—, Sherlock Holmes —de Arthur Conan Doyle— y de la serie CSI: en la escena del crimen, como bien lo expuso la vicerrectora de la UN en Bogotá, Clemencia Vargas.
De eso también está segura la destacada abogada y profesora de la UN Whanda Fernández León, quien asegura que Garavito fue el creador de las ciencias forenses en el país y el formador de gran parte de los sobresalientes penalistas y expertos forenses que hoy lideran este campo.
La muestra, llamada “Los elementos del crimen”, es expuesta en el Claustro de San Agustín y hace parte de un proyecto del Sistema de Patrimonio Cultural y Museos de la UN y la Facultad de Derecho, cuyo fin es rescatar una larga lista de elementos que duraron archivados por veinte años.
Se destacan artefactos de numismática (ciencia que estudia la falsificación de documentos), estupefacientes, de medicina legal, instrumental técnico y de hoplología (ciencia del estudio de las armas), todos provenientes de casos reales abordados por el profesor Garavito Baraya.
Carmen Cecilia Acuña, antropóloga y curadora de la colección, señala que el Museo, más que mostrar objetos, pretende ser un espacio de investigación, reflexión y de adquisición de conocimientos básicos sobre el derecho penal, el procedimiento forense y el respeto de los derechos humanos.
“Una de las decisiones que tomé fue no mostrar armas, porque estamos cansados de ellas, porque son artefactos de la muerte. Quisimos, en cambio, mostrar la vida y obra de José María Garavito Baraya, que fue maestro hasta sus últimos días de vida, así como piezas procesales de casos que él manejó. Queremos que este sea un espacio para desnaturalizar el crimen, en un país donde se han vuelto comunes los asesinatos”, manifiesta Acuña.
Los interesados en conocer este patrimonio de la UN pueden ir al Claustro de San Agustín, ubicado en la carrera 8 n.º 7-21 (a un lado de la Casa de Nariño). Visitas: lunes a sábado, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.; domingos y festivos, de 9:00 a.m. a 4:00 p.m.
Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co