Tag Archives: Física Aplicada

CREAN EN LA UNAM BIOFIBRAS DE POLÍMEROS PARA SUSTITUIR Y REGENERAR CARTÍLAGO

 
Facebooktwittergoogle_plusmail

fibrasparacartilagoPara sustituir y/o regenerar los cartílagos de los meniscos de las rodillas, sistemas de amortiguación que se dañan por sobrepeso, ejercicio excesivo y enfermedades como la artritis, un grupo de investigadores del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la UNAM, desarrolla biofibras de polímeros para crear implantes.

Los tejidos, que se producen en laboratorio a escala nanométrica, están formados por una mezcla de cuatro polímeros —poliácido láctico, polilcaprolactona, colágeno y poliuretano— y son biocompatibles con el organismo humano, explicó Miriam Estévez González, investigadora del CFATA y titular del proyecto que se desarrolla en el campus Juriquilla de esta casa de estudios.

Los cartílagos están en muchas articulaciones para protegerlas del contacto y fricción con los huesos. Dentro de las rodillas se ubican los meniscos, trozos de cartílago fibroso que amortiguan y lubrican las articulaciones, además de limitar su capacidad para flexionarse o extenderse.

Si alguien se daña los meniscos en la parte más interna, donde no existe vascularización, lo más probable es que requiera una cirugía llamada meniscectomía total o parcial. Sin embargo, las consecuencias de ésta ahora son conocidas y se ha demostrado que, 21 años después de llevarla a cabo, el riesgo de artrosis de rodilla aumenta de manera significativa. Es para estos pacientes que las nuevas técnicas de trasplante o regeneración meniscal presentan una posible solución.

“En nuestro país no se realizan trasplantes, sólo se recurre a la meniscectomía parcial o total, es por ello que proponemos crear una plataforma polimérica con la morfología similar a la que presentan los meniscos, para que sirva no sólo de sustituto de cartílago, sino para ayudar a regenerarlo”.

Electrotejido y meniscos de molde

Con forma de media luna o cuña, los meniscos son porosos en las orillas o partes más externas, donde tienen vascularización y buena irrigación sanguínea, no así en la parte interna.

‘‘Para lograr esa morfología compleja, cerrada al interior y abierta en las orillas, que sea biocompatible y tenga la resistencia mecánica necesaria para usarse como implante o plataforama para regenerar el tejido, empleamos la técnica de electrospinning o electrotejido’’, indicó Estévez González.

En el Departamento de Ingeniería Molecular de Materiales del CFATA, la investigadora y su grupo, conformado por estudiantes de licenciatura y posgrado, hacen la síntesis polimérica y las nanofibras dentro de un equipo de electrotejido.

Los cuatro polímeros en solución son colocados en un capilar a través del cual se expulsan a una velocidad controlada. Además, se debe tener una fuente de alto voltaje que posee dos electrodos que deben conectarse, uno, a la salida de la solución polimérica y, otro, al plato colector (molde con la forma de un menisco para obtener desde un inicio la forma deseada) donde se depositarán las fibras.

En el proceso se varía el voltaje, la distancia de la jeringa a la placa, la concentración de los polímeros y la temperatura, pues todo eso afecta el tamaño y la morfología del producto final, detalló.

Actualmente, ya se ha caracterizado el material obtenido por microscopía electrónica de barrido para observar la morfología. “Tenemos pruebas mecánicas de tensión y compresión y hacemos estudios de citotoxicidad y biocompatibilidad en ratas”.

El proyecto está financiado por el Consejo de Ciencia y Tecnología del estado de Querétaro (CONCYTEQ) y el CFATA, dentro de la convocatoria 2013 de apoyo a los investigadores de este último.

Modelo mecatrónico de rodilla

El siguiente paso del proceso implica someter los meniscos artificiales a todas las pruebas, ejercicios y esfuerzos que realiza una rodilla real.

Para lograrlo, Domingo Rangel Miranda, técnico académico responsable del Laboratorio de Instrumentación del CFATA, desarrolla con sus alumnos un modelo mecatrónico, en el que representa todos sus movimientos.

Los científicos miden y evalúan los esfuerzos que debe resistir el menisco artificial para saber si es factible usarlo como implante en pacientes humanos.

‘‘Para hacer viables los implantes en la articulación, estos biomateriales están caracterizados con estudios de físico-química y mecánica. Pretendemos mejorar la parte biomecánica, para que cada uno se ajuste a las necesidades del paciente y pueda tener las características biomecánicas personalizadas’’, abundó el universitario.

El material obtenido a partir de las biofibras es flexible, adaptable y resistente a la carga que recibe, algo fundamental para un paciente. ‘‘En el prototipo buscamos que el biomaterial pueda soportar todas las pruebas. En dos años podríamos tener algunos resultados más establecidos e iniciar ensayos en personas’’, adelantó.

A futuro, los investigadores del CFATA podrán patentar el prototipo mecatrónico de rodilla, un equipo totalmente automatizado, con movimientos inteligentes que simulan la flexión de la rodilla, la actividad al correr e, incluso, un tropezón.

‘‘Puede servir para la enseñanza (pues reproduce todas las funciones biomecánicas de la rodilla) y podría interesar a sectores académicos’’, finalizó Rangel.

Créditos: UNAM-DGCS-125-2014

MODERNIZA CFATA SU LABORATORIO DE DIFRACCIÓN DE RAYOS X

 
Facebooktwittergoogle_plusmail
Conocer a nivel atómico la estructura de materiales tan diversos como cristales líquidos, metales, polímeros, catalizadores, fármacos, semiconductores o cerámicas, es posible con la difracción de rayos X (con ésta se descubrió, en 1953, la estructura de la doble hélice del ADN. Entre otras aplicaciones, actualmente ayuda a determinar la estructura de las proteínas).
Esta técnica utiliza la difracción, un fenómeno físico característico de las ondas, que consiste en dispersarlas al interaccionar con un objeto ordenado. Ocurre en todo tipo de ondas, las sonoras y las electromagnéticas, como la luz y los rayos X.
Estos últimos tienen longitudes de onda parecidas a las distancias que existen entre los átomos en los materiales cristalinos, por eso su difracción puede usarse para indagar la naturaleza de la estructura molecular. Los rayos X penetran en cuerpos opacos, como el nuestro, y además de fotografiar los huesos, sirven para detectar microfracturas en metales y para analizar obras de arte.
Con un equipo de vanguardia para servicios analíticos, el Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) modernizó, con un segundo difractómetro, su Laboratorio de Difracción de Rayos X, con el que puede profundizar en estudios de materiales y estructuras orgánicas.
Laboratorio certificado
La instalación cuenta, desde 2004, con una certificación internacional de acuerdo a la norma ISO 9001:2008 en Sistemas de Gestión de Calidad y pertenece a la red internacional IQNet, que garantiza un estricto control de calidad en los servicios que ofrece, con equipos calibrados mediante un estándar certificado ante el National Institute of Standards and Technology (NIST), explicó Eric Mauricio Rivera Muñoz, investigador del CFATA y responsable del laboratorio.
Ante Carlos Arámburo de la Hoz, coordinador de la Investigación Científica, Rivera Muñoz detalló que en 2012 se analizaron, con el difractrómetro original, más de 500 muestras, que apoyaron investigaciones del CFATA, tesis profesionales y brindó servicio de análisis a empresas como Helvex, Sandoz y Siemens, entre otras.
Nuevo equipo
Con el nuevo difractómetro, obtenido este año con financiamiento de la UNAM y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, será posible aumentar el análisis de muestras y adentrar a los alumnos de posgrado en esta técnica.
“Ahora tenemos dos equipos, uno de vanguardia y único en cuanto a su configuración, pues cuenta con un detector ultrarrápido de estado sólido, que permite implementar varias técnicas de gran utilidad para realizar investigación de frontera en ciencia básica y que tiene grandes aplicaciones en diferentes industrias”, detalló Rivera Muñoz.
La modernización del laboratorio abre un amplio panorama para la caracterización de materiales. Por ejemplo, en investigación básica y de frontera puede analizar nanoestructuras, nuevas aleaciones metálicas, cristales líquidos, material biológico y alimentos.
Para la industria, esta instalación ofrece un servicio especializado de análisis para identificar fases cristalinas en las que se puede comprobar la presencia de ingredientes activos de futuros fármacos, algo esencial en el ramo y para la validación de medicamentos por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
El laboratorio también es útil para analizar materias primas de productos cerámicos y de pigmentos, así como procesos de corrosión.

696

Conocer a nivel atómico la estructura de materiales tan diversos como cristales líquidos, metales, polímeros, catalizadores, fármacos, semiconductores o cerámicas, es posible con la difracción de rayos X (con ésta se descubrió, en 1953, la estructura de la doble hélice del ADN. Entre otras aplicaciones, actualmente ayuda a determinar la estructura de las proteínas).

Esta técnica utiliza la difracción, un fenómeno físico característico de las ondas, que consiste en dispersarlas al interaccionar con un objeto ordenado. Ocurre en todo tipo de ondas, las sonoras y las electromagnéticas, como la luz y los rayos X.

Estos últimos tienen longitudes de onda parecidas a las distancias que existen entre los átomos en los materiales cristalinos, por eso su difracción puede usarse para indagar la naturaleza de la estructura molecular. Los rayos X penetran en cuerpos opacos, como el nuestro, y además de fotografiar los huesos, sirven para detectar microfracturas en metales y para analizar obras de arte.

Con un equipo de vanguardia para servicios analíticos, el Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) modernizó, con un segundo difractómetro, su Laboratorio de Difracción de Rayos X, con el que puede profundizar en estudios de materiales y estructuras orgánicas.

Laboratorio certificado

La instalación cuenta, desde 2004, con una certificación internacional de acuerdo a la norma ISO 9001:2008 en Sistemas de Gestión de Calidad y pertenece a la red internacional IQNet, que garantiza un estricto control de calidad en los servicios que ofrece, con equipos calibrados mediante un estándar certificado ante el National Institute of Standards and Technology (NIST), explicó Eric Mauricio Rivera Muñoz, investigador del CFATA y responsable del laboratorio.

Ante Carlos Arámburo de la Hoz, coordinador de la Investigación Científica, Rivera Muñoz detalló que en 2012 se analizaron, con el difractrómetro original, más de 500 muestras, que apoyaron investigaciones del CFATA, tesis profesionales y brindó servicio de análisis a empresas como Helvex, Sandoz y Siemens, entre otras.

Nuevo equipo

Con el nuevo difractómetro, obtenido este año con financiamiento de la UNAM y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, será posible aumentar el análisis de muestras y adentrar a los alumnos de posgrado en esta técnica.

“Ahora tenemos dos equipos, uno de vanguardia y único en cuanto a su configuración, pues cuenta con un detector ultrarrápido de estado sólido, que permite implementar varias técnicas de gran utilidad para realizar investigación de frontera en ciencia básica y que tiene grandes aplicaciones en diferentes industrias”, detalló Rivera Muñoz.

La modernización del laboratorio abre un amplio panorama para la caracterización de materiales. Por ejemplo, en investigación básica y de frontera puede analizar nanoestructuras, nuevas aleaciones metálicas, cristales líquidos, material biológico y alimentos.

Para la industria, esta instalación ofrece un servicio especializado de análisis para identificar fases cristalinas en las que se puede comprobar la presencia de ingredientes activos de futuros fármacos, algo esencial en el ramo y para la validación de medicamentos por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).

El laboratorio también es útil para analizar materias primas de productos cerámicos y de pigmentos, así como procesos de corrosión.

Créditos: UNAM-DGCS-696-2013