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Conectividad y ergonomía en aviones, lujos que cuestan.

 
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24 de Octubre del 2012
El profesor Jurandir Itizo, de la Universidad de São Paulo, afirmó que estos dos factores son clave para el mejoramiento del servicio de los pasajeros y es allí a donde deben orientarse las compañías.
Este experto en confort de cabinas de aeronaves expuso el tema durante la Quinta Jornada de Ciencia y Tecnología que se realiza en la Sede Palmira de la Universidad Nacional de Colombia.
“Desde el punto de vista de diseño, la distancia debe ser establecida de acuerdo con la estatura de los pasajeros. Actualmente, hay muchas compañías que han identificado estos aspectos y es por ello que una persona de estatura alta puede escoger la silla con mejor espacio, pagando un poco más”, dice el investigador brasilero.
Dado que las personas pasan mucho tiempo sentadas en el avión,  los estudios se enfocan en aumentar las condiciones ergonómicas de la silletería y el espacio en los aviones. Se busca diseñar sillas confortables que permitan mantener el mismo número de estas, para garantizar un rendimiento económico igual o superior a las compañías aeronáuticas.
“No podemos mejorar espacios quitando sillas, esto no sería rentable para las empresas. Es por ello que estamos estudiando el volumen de actuación de una persona dentro de un avión, para determinar qué espacio necesita durante su actividad normal de vuelo, ya que no solamente necesita espacio para sus piernas, sino para lo que realiza con otras partes del cuerpo, en esa medida hay que optimizar las cabinas de las aeronaves”, sostiene el experto brasilero.
Asimismo, otro de los puntos importantes para el perfeccionamiento de las experiencias de vuelo en la actualidad, es el entretenimiento a bordo, un aspecto que para el profesor Jurandir está cambiando rápidamente y que, “la industria aeronáutica debe mirar con detenimiento para saber cómo deben cambiarlo buscando siempre un bienestar para los que viajan largas horas”.
De acuerdo con lo anterior, se deben crear espacios donde la experiencia individual sea placentera, dirigiendo el entretenimiento hacia la articulación de diferentes tecnologías como iPads, iPods, computadores personales, celulares, fuentes de energía, conectividad con internet y una red interna para juegos, entre otros.
“Estas tecnologías son costosas, pero hay que ver la necesidad que tienen los pasajeros, lo que la compañías necesitan es proveer una infraestructura eficiente para permitir la conectividad entre los usuarios dentro de la aeronave”, afirma el investigador.
Aunque en la actualidad hay muchos fabricantes de aviones en el mundo, cada uno trabaja con diferentes tipos de mercado de acuerdo con la capacidad adquisitiva de los usuarios.
“Por ejemplo, el vuelo de bajo costo que se ve en la actualidad, se dirige a personas que no están muy interesadas en temas de comodidad, pero si la quieren deben pagarla ya que este es un valor agregado de gran importancia”, concluye.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
El profesor Jurandir Itizo, de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo, ha estudiado el tema de la comodidad en las cabinas de los aviones.

El profesor Jurandir Itizo, de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo, ha estudiado el tema de la comodidad en las cabinas de los aviones.

24 de Octubre del 2012

El profesor Jurandir Itizo, de la Universidad de São Paulo, afirmó que estos dos factores son clave para el mejoramiento del servicio de los pasajeros y es allí a donde deben orientarse las compañías.

Este experto en confort de cabinas de aeronaves expuso el tema durante la Quinta Jornada de Ciencia y Tecnología que se realiza en la Sede Palmira de la Universidad Nacional de Colombia.

“Desde el punto de vista de diseño, la distancia debe ser establecida de acuerdo con la estatura de los pasajeros. Actualmente, hay muchas compañías que han identificado estos aspectos y es por ello que una persona de estatura alta puede escoger la silla con mejor espacio, pagando un poco más”, dice el investigador brasilero.

Dado que las personas pasan mucho tiempo sentadas en el avión,  los estudios se enfocan en aumentar las condiciones ergonómicas de la silletería y el espacio en los aviones. Se busca diseñar sillas confortables que permitan mantener el mismo número de estas, para garantizar un rendimiento económico igual o superior a las compañías aeronáuticas.

“No podemos mejorar espacios quitando sillas, esto no sería rentable para las empresas. Es por ello que estamos estudiando el volumen de actuación de una persona dentro de un avión, para determinar qué espacio necesita durante su actividad normal de vuelo, ya que no solamente necesita espacio para sus piernas, sino para lo que realiza con otras partes del cuerpo, en esa medida hay que optimizar las cabinas de las aeronaves”, sostiene el experto brasilero.

Asimismo, otro de los puntos importantes para el perfeccionamiento de las experiencias de vuelo en la actualidad, es el entretenimiento a bordo, un aspecto que para el profesor Jurandir está cambiando rápidamente y que, “la industria aeronáutica debe mirar con detenimiento para saber cómo deben cambiarlo buscando siempre un bienestar para los que viajan largas horas”.

De acuerdo con lo anterior, se deben crear espacios donde la experiencia individual sea placentera, dirigiendo el entretenimiento hacia la articulación de diferentes tecnologías como iPads, iPods, computadores personales, celulares, fuentes de energía, conectividad con internet y una red interna para juegos, entre otros.

“Estas tecnologías son costosas, pero hay que ver la necesidad que tienen los pasajeros, lo que la compañías necesitan es proveer una infraestructura eficiente para permitir la conectividad entre los usuarios dentro de la aeronave”, afirma el investigador.

Aunque en la actualidad hay muchos fabricantes de aviones en el mundo, cada uno trabaja con diferentes tipos de mercado de acuerdo con la capacidad adquisitiva de los usuarios.

“Por ejemplo, el vuelo de bajo costo que se ve en la actualidad, se dirige a personas que no están muy interesadas en temas de comodidad, pero si la quieren deben pagarla ya que este es un valor agregado de gran importancia”, concluye.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Impactos de asteroides, posibles difusores de la vida en la tierra hacia el Sistema Solar.

 
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Es factible que material terrestre expulsado tras el impacto de cuerpos de gran tamaño en la superficie de nuestro planeta, haya llegado hasta otros cuerpos celestes del Sistema Solar, incluido el entorno de Júpiter (cinturón de asteroides localizado entre las órbitas de Marte y Júpiter).
Es factible que material terrestre expulsado tras el impacto de cuerpos de gran tamaño en la superficie de nuestro planeta, haya llegado hasta otros cuerpos celestes del Sistema Solar, incluido el entorno de Júpiter (cinturón de asteroides localizado entre las órbitas de Marte y Júpiter).

29 de Agosto del 2012

Hace 65 millones, al momento en que la Tierra se encontraba en el llamado periodo del Cretáceo, los continentes que ahora conocemos estaban más cerca unos de otros, pero se alejaban, mientras el nivel de los mares crecía. Nuestro planeta estaba poblado por grandes animales en cielo, tierra y mar. En particular, los dinosaurios habían conseguido un sofisticado grado de adaptación al medio, lo que propició la gran diversificación de su especie.

En este periodo, aparecieron las plantas angiospermas, que hoy constituyen la mayor parte de las especies vegetales de la Tierra. Sin embargo, el impacto de un asteroide desencadenó una extinción en masa. El cráter de Chicxulub, con un diámetro de 180 kilómetros, localizado en la península de Yucatán, rememora ese evento, que acabó con los dinosaurios.

El bólido viajaba a unos 70 mil kilómetros por hora y tenía 10 kilómetros de diámetro. El impacto liberó una gran cantidad de energía, dos millones de veces mayor a la de la bomba más potente construida por el ser humano (la Bomba del Zar).

El impacto de este tipo de cuerpos o cometas, expulsa fragmentos de material terrestre, cual salpicaduras, como si se arrojara una piedra al agua. Si la velocidad de expulsión fue suficientemente grande, pudieron llegar a escapar de la fuerza de atracción y emprender su viaje por el Sistema Solar.

La Teoría de la Panspermia señala que la vida llegó a la Tierra a través de bacterias en meteoritos que cayeron a su superficie. Sin embargo, es posible llevar más allá esta hipótesis al considerar que también la vida ha podido ser enviada al Sistema Solar, e incluso fuera de éste, a través de la expulsión de material biológico a bordo de fragmentos eyectados por un gran impacto con el planeta.

Un equipo de astrónomos mexicanos, encabezado por Mauricio Reyes y Carlos Chávez, del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM (este último adscrito hoy a la Universidad de Autónoma de Nuevo León), trabaja en el tema, y mediante sofisticadas simulaciones por computadora, analiza la posibilidad de que material terrestre expulsado al espacio pueda haber impactado en la superficie de otros planetas y satélites naturales del Sistema Solar, e incluso que pueda viajar fuera de éste.

El trabajo fue publicado en ICARUS, y también participaron Héctor Aceves y Roberto Vázquez, del IA, así como especialistas de la Universidad Autónoma de Baja California y del Instituto de Estudios Avanzados de Baja California.

Investigaciones con resultados similares ya habían sido realizadas por otros autores para analizar la probabilidad de impacto de material terrestre en la Luna y Venus, y su factible recaída en nuestro planeta.

Sin embargo, por primera vez, la UNAM ha estudiado el caso de Marte y Júpiter, que hoy cobra relevancia por las indagaciones recientes sobre la existencia de vida en el primero, y dos de los satélites del segundo: Ganímedes y Europa.

Los estudios tienen en cuenta que la escala de tiempo de supervivencia de las bacterias en condiciones extremas puede ser de hasta 30 mil años, y analizan la probabilidad del impacto de más de 100 mil fragmentos de material proveniente de la Tierra, simulados por computadora, que incidirían sobre estos cuerpos celestes antes de 30 mil años, y que serían capaces de transferir vida en forma de bacterias.

Empero, la velocidad de expulsión de la corteza terrestre debe ser mayor a la de escape de nuestro mundo, es decir, la necesaria para vencer la fuerza de gravedad, que es de algo más de 40 mil kilómetros por hora, unas 15 veces la del Concorde.

Al considerar velocidades apenas superiores a la de escape de la Tierra, los investigadores mexicanos encontraron que después de viajar por el espacio interplanetario por miles de años, casi el cinco por ciento de los cuerpos regresan al planeta antes de 30 mil años; es decir, probablemente antes de que se extinga la vida en ellos. Este hallazgo señala que sería posible la persistencia de la vida, incluso si se produce una gran colisión que esterilice a nuestro mundo.

Asimismo, el análisis demuestra que es factible que material terrestre expulsado tras el impacto de cuerpos de gran tamaño en la superficie de nuestro planeta, haya llegado hasta otros cuerpos celestes del Sistema Solar, incluido el entorno de Júpiter.

La viabilidad del material biológico para desarrollarse al llegar a otro planeta depende de muchos factores. El espacio es un lugar inhóspito para la vida: las bacterias que emprendieran su viaje a bordo de una roca de origen terrestre tendrían que ser altamente resistentes a cambios bruscos de temperatura y, sobre todo, a las radiaciones UV y X, de las que nuestra atmósfera nos protege, pero a la que estarían expuestas en el espacio.

Boletín UNAM-DGCS-531
Ciudad Universitaria.

La misión Curiosity llega con éxito a Marte

 
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El robot Curiosity de la NASA amartizó exitosamente este lunes 6; ya está en busca de materia orgánica en el planeta rojo, componente esencial en todas las formas de vida que conocemos
El robot Curiosity de la NASA amartizó exitosamente este lunes 6; ya está en busca de materia orgánica en el planeta rojo, componente esencial en todas las formas de vida que conocemos

06 de Agosto de 2012

Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, es uno de los científicos detrás de la misión Curiosity que llegó a Marte este lunes 6 de agosto. La misión despegó de la Estación Cabo Cañaveral de la Fuerza Aérea, el 10 de noviembre de 2011. Uno de sus objetivos principales es buscar materia orgánica en el planeta rojo, componente esencial en todas las formas de vida que conocemos.

La llegada a Marte

Durante el descenso, que duró aproximadamente siete minutos, Curiosity realizó una serie de procesos muy complicados, incluidos cambios en la configuración del vehículo. Debido a esto, se suspendió momentáneamente la comunicación con el robot. Para el equipo en la Tierra, estos instantes de incertidumbre fueron la parte más tensa de la misión tras el despegue.

Curiosity comenzó el descenso en caída libre a una velocidad aproximada de 21 mil 600 kilómetros por hora. En ese momento, el único medio viable para comenzar la desaceleración de la nave fue la fricción con la atmósfera marciana. Debido a que este proceso generó temperaturas muy altas (de forma similar a cuando un meteorito entra en la atmósfera terrestre y se incendia), Curiosity contaba con un escudo para evitar daños.

Una vez que la velocidad disminuyó lo suficiente (a más o menos mil 450 kilómetros por hora) se abrió un paracaídas.

Cuando la velocidad se redujo hacia los 500 kilómetros por hora, el escudo contra el calentamiento se desechó y Curiosity comenzó a escanear el suelo para encontrar un sitio propicio donde posarse.

A una velocidad de 280 kilómetros por hora, el robot se liberó del paracaídas, y un mecanismo equipado con retrocohetes llamado Sky Crane (“grúa del cielo”) comenzó a funcionar. La grúa se encargó de depositar al Curiosity suavemente en la superficie de Marte por medio de cables.

Una vez que el robot se encontró firmemente en el suelo, cortó los cables que lo conectaban con la grúa. Entonces, el Sky Crane se alejó y cayó en algún sitio distante.

Después de tocar terreno, Curiosity comenzó a comunicarse con la Tierra para informar que todo había salido bien. El robot llegó a una región conocida como el Cráter Gale. En éste hay una elevación de cinco kilómetros de alto en el centro, llamada Montaña Sharp. La primera tarea del Curiosity consiste en acercarse a ésta tan pronto como le sea posible. Para que pueda lograrlo, en junio de 2012 se corrigió la trayectoria de la nave, lo que le permitió descender más cerca de su objetivo.

De acuerdo con Navarro González, esto es de suma importancia, pues “se reducirá a la mitad el camino que recorrerá el robot para llegar a la Montaña Sharp”. Así, evitará los peligros que pudiera encontrar al desplazarse grandes distancias por el terreno marciano, y además se optimizarán los tiempos de la misión.

El robot es capaz de pasar sobre obstáculos de hasta 65 centímetros de altura y de recorrer un máximo de 200 metros al día en el terreno marciano, mientras obtiene su energía de un isótopo radioactivo. Al no depender de la energía solar, no detendrá sus actividades durante la noche.

Tras los rastros de la vida

El Curiosity, cuyo nombre oficial es Mars Sience Laboratory (MSL), es un vehículo robot casi cinco veces más pesado que sus predecesores, llamados Spirit y Opportunity, lanzados en 2003. En su interior lleva un laboratorio móvil que le permitirá hacer pruebas en distintos puntos de la superficie de Marte, para determinar si el ambiente del planeta fue o es propicio para albergar vida microbiana.

Se espera que el robot, con un tamaño similar al de un auto pequeño, envíe información que ayude a los científicos a determinar si hay materia orgánica y verificar si ésta tiene relación con formas de vida.

El robot cuenta con dispositivos que le permitirán identificar los minerales presentes en la superficie marciana, además de tomar fotografías y video de alta definición, así como localizar sitios adecuados para obtener muestras. Éstas se conseguirán taladrando el terreno para estudiar capas más profundas de la superficie, que aquéllas examinadas en misiones anteriores. También se obtendrán muestras con una pala.

Otro experimento que se realizará consiste en evaporar las rocas con un potente láser. El análisis del gas resultante permitirá conocer los elementos químicos presentes en las muestras.

Sobre los objetivos de la misión, Navarro comentó: “para determinar si hubo, hay, o si es posible que en un futuro haya vida en Marte, es necesario saber si existe materia orgánica en su superficie, y si es así, se debe establecer si es de origen biológico o abiótico… Ésta es la misión del Curiosity”.

El experimento SAM

Para analizar las muestras recolectadas en busca de materia orgánica, hay un conjunto de instrumentos dentro del robot llamado “Análisis de Muestras en Marte” (SAM, por sus siglas en inglés). Incluye un cromatógrafo de gases y un espectrómetro de masas.

Las misiones Vikingo I y Vikingo II, lanzadas en 1976, ya habían buscado materia orgánica en el planeta sin éxito. Navarro afirmó al respecto: “Mi equipo de trabajo y yo descubrimos lo que impidió que se detectara materia orgánica en las misiones anteriores… Nuestra colaboración hizo que se modificara el diseño de SAM para evitar caer en las mismas fallas”. En universitario participa como investigador y asesor científico del proyecto, y es el único mexicano que colabora en SAM.

En palabras del Administrador de la NASA, Charles Bolden, “Marte está firmemente en nuestra mira”, y agregó: “El Curioso no sólo aportará una gran cantidad de datos científicos, sino que servirá de misión precursora para la exploración humana del planeta rojo”.

Boletín UNAM-DGCS-482
Ciudad Universitaria.

En construcción, reemplazo del telescopio espacial Hubble

 
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El nuevo telescopio espacial, James Webb, será lanzado entre el 2017 y el 2018.
El nuevo telescopio espacial, James Webb, será lanzado entre el 2017 y el 2018.

8 de enero de 2012

James Webb es el nombre del nuevo telescopio que reemplazará al Hubble, según lo reveló la astrónoma Susana Deustua, en desarrollo de unos talleres realizados en la UN en Bogotá.

La científica, quien trabaja desde hace tres años en el viejo telescopio de observación Hubble, explicó que el nuevo instrumento se encuentra en proceso de construcción y ya contiene los espejos y dispositivos necesarios para mirar las profundidades del Universo.

Comparado con el Hubble, el nuevo aparato es más grande y cuenta con un diámetro más amplio. “Esto le da mayor alcance y sensibilidad al  infrarrojo, con el cual se pueden observar con mayor cuidado las galaxias jóvenes y los exoplanetas, así como estudiar el origen de las estrellas”, afirmó Deustua, al tiempo que explicó que uno de los espejos es tan grande que tendrá que ser doblado en la nave y, luego, se desplegará como un paraguas cuando se encuentre en el espacio.

El James Webb sería lanzado entre el 2017 y el 2018. Mientras tanto, se seguirá usando el Hubble, el cual se encuentra a 600 kilómetros sobre el nivel del mar. En principio, cuando se lanzó en 1990, se había destinado a una vida útil de 10 años; sin embargo, según la experta, alcanzaría a completar 25 años. “Lo más seguro es que la NASA no lo deje obsoleto en el espacio y lo haga caer para que se desintegre en la atmósfera terrestre”, agregó.

Gracias a los datos obtenidos por el Hubble, se escribieron cerca de 10 mil artículos científicos sobre distintos aspectos del Universo y se han tomado innumerables fotografías, destacó la estudiosa.

El nuevo telescopio espacial –que no lleva el nombre de ningún astrónomo ni astronauta sino el de un administrador de la NASA de los años 60–, costará, según Deustua, 2 mil millones de dólares, sin contar el valor del lanzamiento.

El James Webb será operado de manera conjunta por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA).

Susana Deustua nació en Lima (Perú), pero su nacionalidad es estadounidense, ya que reside en el país norteamericano desde los 18 años.

Créditos: agenciadenoticias.unal.edu.co

Conmemora BUAP el 50 Aniversario del Primer Hombre en el Espacio

 
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Jueves 14 de abril de 2011

Para conmemorar el 50 Aniversario del primer hombre en el espacio, encabezada por el cosmonauta ruso Yuri Gagarin, y por ende el inicio de la carrera espacial de la nación rusa, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, recibió al también cosmonauta Nikolai Budarin, quien comentó sus experiencias a los alumnos de la Institución.

Nikolai Mijailovich Budarin, galardonado con el título de Héroe de la Federación de Rusia, con la Orden de Servicios Distinguidos a la Patria del tercer y segundo grado; condecorado dos veces con medalla la “NASA Space Flight Medal”, que otorga el gobierno de Estados Unidos por vuelos espaciales, y con la “Orden de la Otan”, desde 2007 es Diputado de la Cámara Baja del Parlamento Ruso.

En una plática sin precedentes dialogó con estudiantes, académicos, investigadores y personal administrativo que se dieron cita en el auditorio de la Facultad de Ciencias de la Electrónica.

Nikolai Budarin recordó que Gagarin, fue el primer astronauta que salió al cosmos, hecho que significó un gran paso para la entonces Unión Soviética y la humanidad, y fue una muestra del esfuerzo de investigadores, ingenieros y académicos de los países que integraban el bloque.

Aseveró que después del 12 de abril de 1961, en medio siglo, “520 personas han sobrepasado la fuerza de atracción del planeta y viajado al cosmos, de las cuales 110 han sido cosmonautas de la Unión Soviética y Rusia”.

El Cosmonauta ruso al comentar acerca de sus viajes, detalló que realizó tres misiones a bordo de la estación espacial rusa MIR y la Estación Espacial Internacional, con ocho paseos espaciales, que suman 444 días, incluyendo 8 caminatas que comprenden 44 horas y 25 minutos.

Al ver el interés que Nikolai Budarin tenía por dialogar con ellos, los estudiantes de la BUAP en una sesión de preguntas y respuestas no dudaron en interrogar al cosmonauta sobre los problemas de salud que tuvo, sus miedos y temores en el espacio, la emoción de cumplir su sueño de la niñez, su visión del origen de la vida y la sensación de ingravidez que sintió, curiosidad que fue satisfecha por el cosmonauta.

Con respecto a las nuevas metas que tiene Rusia en materia espacial para los próximos años, Budarin manifestó su intención de seguir trabajando en la Estación Espacial Internacional, realizar nuevos viajes a la luna, y para 2025 efectuar una expedición a Marte.

Después de finalizar la charla, el cosmonauta se fotografío con el público asistente, quien seguramente no olvidará este día; igualmente firmó pósters y libros. De esta forma, recordó al mundo el acontecimiento del primer hombre en el espacio y un logro que ha beneficiado a la humanidad.

Créditos: BUAP/Comunicación Institucional/buap.mx