



Bogotá D. C., ene. 24 de 2014 – Agencia de Noticias UN- Hasta hace poco tiempo se pensaba que allí no había nada de valor. De repente, el país se dio cuenta de que los recursos mineros son parte del “combustible” con que el Estado ha decidido poner a andar las locomotoras del desarrollo.
Así lo expresó el minerólogo Thomas Cramer, profesor de la Universidad Nacional de Colombia, durante la conferencia “Coltán en Colombia. Mitos y realidades”, con la que la Sociedad Colombiana de Geología dio de apertura a los “Miércoles de Geología”, que se llevan a cabo en el Planetario Distrital.
Para el investigador, anuncios como el de la declaratoria de sitio Ramsar de la Estrella Fluvial del Inírida son importantes porque es imperativo que el país centre sus esfuerzos en conocer en profundidad el patrimonio que posee.
Y le resulta extraño que, siendo la zona oriental la más antigua, sea la que menos se conoce, en comparación con el Occidente del país.
“En la actualidad, once minerales son considerados de interés estratégico en la locomotora minero-energética”, comentó el investigador de origen alemán, quien hace ocho años se encuentra vinculado a la U.N.
Según la Resolución 180102 del 30 de enero de 2012, esos minerales son: oro, platino, cobre, minerales de fosfatos, minerales de potasio, minerales de magnesio, carbón metalúrgico y térmico, uranio, hierro y coltán.
En su opinión, esto ha despertado gran interés dentro y fuera del país, pues es bien sabido que a nivel internacional, economías como la colombiana –consideradas emergentes– están centrando parte de sus estrategias de desarrollo en la explotación de sus recursos naturales a través de la exportación de commodities o materias primas.
Ante el interrogante sobre “¿qué tanto sabemos del patrimonio minero colombiano?”, Cramer aseguró que muy poco, “especialmente en la región de la Orinoquia, cuyos factores sociales –atravesados por un largo conflicto armado– prácticamente han hecho invisibles la ciencia y la investigación”.
Parte del interés que ha suscitado esta región recientemente se centra en que se especula que en regiones como Vichada, Guainía o Vaupés podría encontrarse coltán (un término coloquial empleado para denominar los minerales de la serie columbita-tantalita).
Se trata de minerales que aunque escasos en la naturaleza son valiosos para la elaboración de productos de carácter tecnológico como aceros especiales, teléfonos celulares y computadores, entre otros.
Sin embargo, no existen estudios geológicos que así lo corroboren. “Realmente, el país no conoce el patrimonio minerológico de la Orinoquia, por lo que esta región necesita de proyectos de investigación integral e interdisciplinarios”, señaló Cramer, quien añadió que la protección de los recursos naturales debería hacerse por convicción y no por ley, y que toda extracción que no tenga en cuenta los impactos ambientales tendría que prohibirse.
Por eso, el Grupo de Investigación en Geología Económica y Mineralogía Aplicada (Gegema) de la U.N. liderado por él, adelanta un proyecto de investigación tendente a la búsqueda y caracterización de aquellos minerales de interés económico en el Oriente colombiano.
Aunque los estudios empezaron con coltán, la investigación ya involucra muchos otros, como por ejemplo, rutilos o ilmenitas (dióxidos de titanio y hierro), estaño, circonio, hafnio y wolframio, entre otros.
Con el apoyo de Colciencias, los integrantes de Gegema –grupo reconocido por dicha institución– han adelantado sus estudios en Puerto Carreño y Puerto Inírida en búsqueda de puntos específicos de concentración mineral. Este trabajo ha contado con la colaboración de las comunidades residentes en la zona, especialmente indígenas.
“Hace unos diez años, cuando empezamos a hablar del coltán en Colombia, a nadie le interesaba”, comentó el docente. Hoy, se sabe incluso que además de las Farc, existen mafias mexicanas interesadas en comprar terrenos en la zona para explotar el mineral, conocido también como “oro azul”.
En el continente africano, concretamente en la República Democrática del Congo, la existencia de este mineral y la lucha por los dominios territoriales en donde se explota ha provocado un conflicto bélico interno desde 1997.
“El coltán es el símbolo de todo lo bueno y todo lo malo que le puede pasar a un país”, concluyó Cramer.
Créditos: UNAL-985-2014