



Martes 5 de abril de 2011
Una encuesta, realizada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, sobre los hábitos de lectura entre habitantes del municipio de Puebla echa abajo las aseveraciones de que los ciudadanos no leen, aunque el problema es qué leen.
Ante el mito de que los mexicanos no leen, el Centro de Investigaciones sobre Opinión Pública (CISO) realizó un estudio demoscópico para descifrar el comportamiento de los poblanos en torno a esta actividad.
Algunos estudios internacionales estigmatizan a los mexicanos como un pueblo que no lee. Por ejemplo la UNESCO expresa que en el país sólo se leen 1.8 libros al año, en contraparte con los 40 y 80 que reportan naciones como Estados Unidos y Noruega, respectivamente.
Otros análisis ubican a Puebla en el sitio número 28 de los 31 estados de la República Mexicana en cuanto al hábito de la lectura.
Hasta el momento se cuenta con la Encuesta Nacional de Lectura que aplicó en 2006 el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y otras encuestas en los ámbitos latinoamericano y mundial, donde se intenta conocer cuáles son los hábitos de lectura de la población, pero ninguna universidad latinoamericana lo había hecho antes, de ahí que sea la primera ocasión en que un Centro Universitario aplica un estudio de esta índole para conocer las emociones, intereses y hasta pesadillas sobre el tema de la lectura.
El estudio, aplicado a ciudadanos del municipio de Puebla de entre 16 y 70 años, corroboró la hipótesis de que los ciudadanos poblanos sí leen, el problema es qué se lee. De acuerdo con la encuesta, la mayoría de los entrevistados prefiere leer revistas; en segundo lugar se encuentran los libros y en tercer lugar, los periódicos.
Los entrevistados aseguraron elegir en primer lugar las revistas de divulgación científica, y en segundo, aquellas que publican chismes de artistas y famosos.
La encuesta se realizó a partir de las siguientes hipótesis de trabajo: la lectura se asocia al conocimiento, no al placer; es una actividad que se realiza por obligación; dicho hábito existe en la sociedad, el problema radica en el tipo de material que se lee; hay un culto para con el objeto libro, y existe la apreciación de que un lector constante es un “nerd” o “matadito”, sostuvo Fritz Glockner, analista del estudio.
Los resultados de este trabajo demoscópico, realizado por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, arrojan información valiosa para libreros, académicos, investigadores, promotores culturales, editores y cualquier persona interesada en la cultura.
Créditos: BUAP/Comunicación Institucional/buap.mx