


El rector de la UNAM, José Narro Robles, planteó la necesidad de establecer, más allá del discurso, el Espacio Iberoamericano de Educación Superior, y como parte de éste, una carretera iberoamericana del conocimiento.
En la próxima década eso será posible, estimó en el marco del Coloquio “Relaciones España y México: historia, actualidad y perspectivas”, que se llevó a cabo en la sede del Instituto Cervantes/Centro de Estudios Mexicanos (CEM) UNAM, en la capital española.
“Tenemos antecedentes comprobados y una serie de organizaciones capaces de contribuir. Como ejemplos muy cercanos puedo señalar el Programa Erasmus y el Espacio Europeo de Educación Superior”, añadió.
En el ámbito de la región existen iniciativas o redes que buscan la colaboración horizontal entre las universidades y muestran puntos de convergencia en esa perspectiva. Ahí está la Unión de Universidades de América Latina, el Instituto de Educación Superior de América Latina y el Caribe, así como la Red de Macrouniversidades de América Latina y el Caribe. “Mención especial merecen los casos de Universia y de los avances en los trabajos de la RedEmprendia”.
En la conferencia magistral Las relaciones entre las universidades de México y España, Narro Robles expuso que “somos muchos los que reconocemos las ventajas de la globalización, pero que las demandamos para todos y no para unos cuantos. También somos muchos quienes reconocemos las virtudes de la mundialización, pero que, al mismo tiempo, no estamos dispuestos a perder nuestra identidad, a sacrificar culturas milenarias, a olvidar una biografía colectiva extraordinaria”.
Antes, indicó que es posible tener un mundo mejor, pero para ello se debe volver a los valores laicos fundamentales, además de transformar un modelo de vida y desarrollo que atenta contra lo fundamental y que “en su ADN cobija la desigualdad y la injusticia”.
En este contexto, cada vez crece más la importancia de la universidad como espacio de docencia, de investigación e irradiación de la cultura, así como su papel de promotora de la movilidad social, como uno de los mejores caminos para que millones de jóvenes logren óptimos niveles de vida que les conduzcan no sólo al éxito profesional y personal, sino a la posibilidad de contribuir al desarrollo de la sociedad, dijo.
Asimismo, refirió que la universidad, sobre todo si es pública, se debe a la sociedad. “Tiene un compromiso con los más necesitados, con los grandes problemas nacionales”.
Se trata de una entidad que es una invención maravillosa, un espacio pleno de libertad, de inteligencia, de creatividad, de fuerza vital. Contiene una mezcla de elementos contrastantes que conviven en ella y que son indispensables para construir el éxito: hay juventud y madurez; audacia y retraimiento; conservación y cambio; búsqueda y certidumbre; arrojo y templanza; temeridad y consistencia.
En las economías modernas, el conocimiento se ha convertido en uno de los factores de la producción, tal vez el más importante. De la educación, la ciencia y la innovación tecnológica dependen, hoy como nunca, la productividad y la competitividad económicas, así como el desarrollo social y cultural de las naciones, subrayó.
La creación de nuevo conocimiento y sus aplicaciones tecnológicas requieren de importantes inversiones públicas y privadas. Hay que hacerlas para favorecer el desarrollo de la ciencia en todas sus áreas, incluidas las ciencias sociales, las artes y humanidades, fundamentales para el desarrollo armónico de las colectividades.
El rector de la UNAM externó que la cooperación internacional es un estímulo para mejorar la calidad y la eficacia del funcionamiento de las instituciones de educación superior. Es una posibilidad para reducir las brechas que parecen insalvables entre países. Se trata de cooperación para encontrar soluciones a los problemas globales, regionales o locales que, más allá de la geografía, hoy son de todos.
Estamos a tiempo de incrementar la cooperación, tanto en torno a la movilidad estudiantil como a la de académicos, y también en lo relativo a la investigación y el desarrollo tecnológico. Debemos aprovechar lo que compartimos: un idioma, tradiciones y cultura, remarcó.
La UNAM hace grandes esfuerzos por incrementar su presencia y cooperación internacional; hoy está en España, China, Estados Unidos, Canadá, Francia y Costa Rica.
En su oportunidad, la directora del CEM, Alicia Mayer, refirió que el coloquio reúne especialistas en diversas áreas para abordar, desde su disciplina, temas relativos a la relación bilateral: el uso de la lengua, la educación, la política, la economía, las relaciones diplomáticas y, en general, el intercambio de aspectos culturales.
Por su parte, Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, resaltó que la fusión de trabajo de la instancia que dirige con el CEM-UNAM permite compartir programas y esfuerzos, y hablar de la relación España-México en la más plena realidad, fraterna, con proyectos que cada día se extienden más.
Por último, Roberta Lajous, embajadora de México en España, resaltó que este encuentro significa hacer un alto en el camino, entender lo que ha permitido que esa nación europea y nuestro país tengan una relación tan especial, así como potenciar una verdad que se convertirá en una razón estratégica; entender que tenemos una memoria común, pero sobre todo, un futuro compartido.
Créditos:UNAM-DGCS-292-2014