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México también debe desarrollar software para descubrir pederastas virtuales

 
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8 de septiembre de 2013
“Legiones de robots luchan para uno y otro bando.
Alimentemos con nuestras expresiones lingüísticas
a los robots del bien”
Abel Pérez Rojas

Actualmente la pederastia es uno de los delitos que más flagela a niños de todos los estratos porque se cimenta en el abandono o descuido de los padres de familia y porque fluye en extensas redes multinacionales que mezclan complicidades económicas, políticas, religiosas y tecnológicas.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), “cada mes 100 menores en México son víctimas de las redes de pornografía infantil que operan en internet” (Crónica.2013).

Es tal la pericia de los depredadores sexuales que, de acuerdo con los expertos, tan sólo 8 minutos les puede ocupar para lograr que un menor se desnude frente a una cámara web.

Las policías cibernéticas más avanzadas han desarrollado robots -“bots” como se les llama en el medio informático- contra la actividad delictiva de los pederastas.

Los “bots” son programas informáticos que sirven para realizar tareas específicas, repetitivas e imitar la conducta humana.

Particularmente los sitios que funcionan bajo el modelo de redes sociales, las páginas web con contenidos de entretenimiento infantil y los sitios pornográficos son los espacios virtuales preferidos por las redes de pederastas para captar  víctimas.

Recientemente se comunicó que investigadores de la Universidad de Deusto y la empresa Optenet, crearon Negobot, un “bot” que simula ser una niña de 14 años.

Establecer una comunicación cálida e inocente son logros de Negobot, que es un agente más complejo en relación a los modelos anteriores, porque sus conversaciones son próximas a lo que podemos llamar reales.

Los “bots” como Negobot son empleados en una etapa exploratoria de conductas posiblemente pederastas en chats, es decir, el “bot” no indica quién es o no es pederasta. El “bot” sólo envía alertas, a partir de la combinación de sus parámetros, de conversaciones sostenidas con perfiles presuntamente sospechosos de pedofilia.

La actividad policiaca contra la pederastia en el ciberespacio se complica si consideramos que del otro bando también podría haber “bots” imitando conductas amigables exploratorias para la ubicación de infantes propicios a seducir. Por ello, en el ciberespacio podría darse el encuentro entre “bots detectives” y “bots pederastas”.

Además existe el riesgo de inutilizar  la labor de los “bots” detectores de pederastas si no hay un acompañamiento de la policía cibernética, porque la conversación en un chat sólo indica si un determinado perfil tiene conducta altamente probable de pederastia.

Por otro lado, una vez mandada la alerta del “bot” debe continuarse la investigación virtual para allegarse de mayores elementos que descarten o confirmen que se trata en efecto de un pederasta real.

Indudablemente los progresos en el desarrollo de “bots” que se emplean en labores de investigación, como es la pederastia, son loables y esperanzadores, pero desgraciadamente, al menos los programas más conocidos son de origen extranjero.

Si parte de la efectividad de los “bots” radica en el lenguaje, por lo tanto México debe diseñar software de este tipo (“bots”) para que se incluyan expresiones lingüísticas propias de nuestra cultura y así detectar pederastas que están operando en territorio nacional.

Por supuesto existe la capacidad en territorio nacional para el desarrollo de “bots” contra el crimen, pero deben incentivarse las iniciativas a través de becas, premios a la creatividad y estímulos fiscales.

¿Quedará México a la zaga en desarrollo de “bots” para evitar que nuestros niños sean víctimas de pederastia?

Abel Pérez Rojas (abelpr5@hotmail.com / @abelpr5 / facebook.com/abelperezrojas) es poeta, comunicador y doctor en Educación Permanente. Dirige Sabersinfin.com.

LA CRISALIDAcolumnadiario

Miden los efectos de la música en el cerebro

 
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A diferencia de otros sonidos, los provenientes de pianos y violines aumentan la actividad de ciertas áreas del lóbulo temporal, señaló Luis Concha Loyola, del INb de la UNAM
A diferencia de otros sonidos, los provenientes de pianos y violines aumentan la actividad de ciertas áreas del lóbulo temporal, señaló Luis Concha Loyola, del INb de la UNAM

10 de abril de 2012
• A diferencia de otros sonidos, los provenientes de pianos y violines aumentan la actividad de ciertas áreas del lóbulo temporal, señaló Luis Concha Loyola, del INb de la UNAM
• Con equipos de resonancia magnética funcional, el médico e ingeniero biomédico detecta cómo la corteza auditiva procesa estímulos sonoros complejos, que combinan varias frecuencias y cambian con el tiempo

Que la música es un placer generador de emociones y evocador de recuerdos es un hecho cotidiano, pero que aumenta la actividad de ciertas áreas del cerebro y ésta se expande a la zona del lenguaje si quien escucha es un músico, es algo comprobado por investigadores del Instituto de Neurobiología (INb) de la UNAM, dedicados a medir con precisión los efectos musicales en ese órgano humano.

Con ayuda de equipos de resonancia magnética, Luis Concha Loyola, médico e ingeniero biomédico, indaga cómo, a diferencia de otros sonidos, los provenientes de instrumentos como pianos y violines aumentan la actividad del lóbulo temporal, que tiene entre sus funciones principales la audición, el lenguaje y la memoria.

“Mi investigación consiste en estudiar la manera en que la corteza auditiva (que forma parte del lóbulo temporal) procesa los estímulos sonoros complejos, es decir, aquellos que cambian a lo largo del tiempo y tienen muchas frecuencias al mismo tiempo”, explicó Concha Loyola, en entrevista.

Luego de medir en varios voluntarios la reacción cerebral ante la música mediante imágenes de resonancia magnética funcional, el investigador del Departamento de Neurobiología Conductual y Cognitiva del INb identificó algunas reacciones.

“Los sonidos de música que escuchamos habitualmente producen ciertas activaciones selectivas en una parte muy específica del lóbulo temporal. La actividad en esa zona es mayor que si oímos algo producido por un auto, un estornudo o voces de personas que hablan”, detalló.

Músicos, entre sonido y lenguaje

En su estudio, confrontó la reacción de profesionales de la música con quienes la escuchan esporádicamente.

“Al comparar a músicos con no músicos, encontramos que los primeros reclutan más actividad en esa área del lóbulo temporal, lo hacen de los dos lados del cerebro, y en una parte donde los no músicos normalmente reclutamos para el lenguaje”, reveló.

Echan mano del área que el resto utiliza para el lenguaje porque, al parecer, les ayuda a procesar e interpretar la información musical, puntualizó.

“Es difícil saber si los músicos utilizan esa área del lenguaje desde el nacimiento y si por eso se dedican a esa actividad, o si ocurre al revés, y es el entrenamiento musical el que los hace ampliarse al área del lenguaje. Necesitaremos realizar observaciones detalladas para saberlo”, reconoció.

Resonancia magnética funcional

Para su análisis, Concha Loyola utiliza la resonancia magnética funcional, tecnología a la que califica como “la mejor herramienta para estudiar la función del cerebro humano en una persona viva”, aunque reconoció la utilidad de otras técnicas de imagenología, como la tomografía por positrones y la electroencefalografía.

“Les presentamos a los voluntarios (músicos y no músicos) los estímulos auditivos a través de unos audífonos compatibles con el resonador. Luego, medimos la actividad de la señal que recibimos a través de resonancia magnética a lo largo del tiempo y vemos si, en el momento que las personas escuchan música, la señal es más alta que si oyen otro tipo de estímulos auditivos”, explicó.

Concha Loyola destacó que la medición precisa de esta actividad cerebral es importante para separar el procesamiento auditivo del lenguaje, de aquellas señales musicales o “no lenguaje”.

“Si logramos separar qué regiones están más involucradas en el lenguaje, se podrían diseñar mejores terapias para el lenguaje y, por otro lado, ayudar a los músicos a ejercer mejor su profesión”, comentó sobre algunas aplicaciones futuras.

En cuanto a la creatividad e imaginación que requiere una actividad artística como la producción e interpretación de música, consideró que no tienen áreas específicas de desarrollo. “Creo que son resultado de que muchas áreas cerebrales funcionan de una manera que promueve cierto tipo de creatividad”.

Entre las preguntas abiertas están desentrañar si los músicos nacen con estas habilidades o las hacen con entrenamiento; si una persona adulta se puede convertir a esa actividad, y si todos los niños prodigio nacieron en familias musicales. “Es muy difícil en términos de medición saber qué es genético, o por nacimiento, y qué se ha logrado por entrenamiento”.

En el Instituto de Neurobiología, Luis Concha Loyola está asociado al grupo de Fernando Barrios, que trabaja en la entidad desde 1995.

“Hacemos investigación por el placer de hacerla y con el afán de adquirir conocimientos que en un futuro, quizás no tan lejano, tendrá aplicación práctica”, finalizó.
Créditos: unam.mx/boletin/216/2012

Robótica, disciplina que fomenta la imaginación y la creatividad

 
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15 de julio 2011

Promover y difundir la robótica educativa, disciplina que fomenta la imaginación y la creatividad en todos los niveles de enseñanza, es el objetivo del curso de verano “Robótica para niños con LEGO RCX”, que impartirá la Facultad de Ciencias de la Computación de la BUAP a niños mayores de ocho años.

Durante las sesiones del 18 de julio al 6 de agosto, los alumnos conocerán las generalidades de los elementos electromecánicos que componen un robot LEGO, como sensores y motores; se hará hincapié en sus mecanismos de transmisión, programación y funcionamiento.

Asimismo se incentivará el desarrollo de los asistentes a través de la construcción y programación, incrementando su pensamiento lógico, motricidad, responsabilidad, trabajo en equipo, manejo de conflictos y habilidades para resolver problemas.

El curso se divide en siete sesiones en las que se hablará acerca de la historia de la robótica, el entorno LEGO, programación, reconocimiento de objetos, implementación de sonidos, comunicación entre dos robots, uso de potencias, entre otros aspectos. Será 100 por ciento práctico, por lo que desde el primer día aprenderán cosas nuevas.

Los niños podrán elegir entre el grupo A, cuyas clases serán los lunes y miércoles de 9:00 a 12:00 horas, y viernes de 10:00 a 13:00 horas, o bien el grupo B, con horarios de 9:00 a 12:00 horas los días martes y jueves, así como sábados de 10:00 a 13:00 horas.

La inscripción podrán hacerla en línea, ingresando al portal de Educación Continua en http://econtinua.cs.buap.mx, para registrarse. Posteriormente tendrán que acceder a su cuenta con nombre de usuario y contraseña, seleccionar alguno de los dos grupos y seguir las instrucciones.

Una vez realizado el registro, hacer un depósito por la cantidad señalada, en el banco HSBC a la cuenta 4011623196, a nombre de BUAP-FCC/EduCont (Robótica para niños).

Mayores informes en la Facultad de Ciencias de la Computación, en el edificio 104 A planta alta cubículo 104, en Ciudad Universitaria; al teléfono 229 55 00, extensión 7200, y a los correos electrónicos agarces@cs.buap.mx y teresa.gutierrez@cs.buap.mx.

Créditos: BUAP/Comunicación Institucional/buap.mx

El espacio virtual, propicio para que la creatividad rompa barreras interdisciplinarias

 
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virtu24 de enero de 2011
* Hay esfuerzos encaminados a romper los monólogos seriales del conocimiento * Las publicaciones científicas deben ser más flexibles

Fusionar la creatividad, hasta ahora identificada como propia de los seres humanos, con el espacio virtual, parece propio de la ciencia ficción; sin embargo, especialistas de todo el mundo diseñan programas informáticos que crean poesía, cuento, música, pintura y diversas aplicaciones de inteligencia artificial.

Los arquitectos de estos innovadores programas informáticos buscan dar una nueva dimensión al conocimiento y mostrar que los avances en la construcción de los saberes puede tener su mejor expresión en lo desconocido y lo improbable, y han tenido que romper con cánones y paradigmas establecidos, reconoció el doctor Arturo Rojo Domínguez, rector de la Unidad Cuajimalpa en la inauguración del quinto Coloquio Internacional de Creatividad Computacional. La creatividad computacional como ejemplo de colaboración interdisciplinaria.

Reconoció que el entrenamiento disciplinario no es sencillo y menos aún la formación de cuerpos académicos, planes de estudio, profesores o egresados con esa característica, por ello consideró relevante poner el tema de la interdisciplina  en el centro de la reflexión del coloquio organizado por el Grupo Interdisciplinario de Creatividad Computacional de la Unidad Cuajimalpa.

El doctor Eduardo Peñalosa Castro, del departamento de Ciencias de la Comunicación, coincidió en que son todavía muchos los problemas que existen para integrar diferentes miradas en favor de la construcción común del conocimiento, y consideró que hasta hoy sólo se dan monólogos seriales sin que los diferentes saberes se integren.

Existen, sin embargo, esfuerzos que avanzan en ese sentido, un ejemplo es el Grupo Interdisciplinario de Creatividad Computacional que busca saltar las barreras que imponen las diferentes tradiciones, técnicas, lenguajes y fundamentos epistemológicos de las diferentes ciencias.

Nick Monfort, del Masachusetts Institute of Technology, enfatizó la importancia del trabajo interdisciplinario y sugirió crear en las universidades las estructuras que promuevan esta práctica e incentivar el trabajo colaborativo con recompensas, tal como se compensa la investigación individual.

Para Graeme Ritchie, de la University of Aberdeen, las compensaciones para incentivar la práctica interdisciplinaria pueden ser un tema delicado, y considerar el trabajo interdisciplinario como un fin en sí mismo o un dogma que deba basarse en criterios y procesos rígidos es un riesgo que puede llevar a efectos más negativos que positivos.

En su turno, el doctor Dan Ventura, de la Brigham Young University, indicó que la falta de reconocimiento de la investigación interdisciplinaria es clara, por ejemplo, en las publicaciones científicas especializadas, pese a que los mayores descubrimientos en la ciencia se encuentran hoy en las fronteras de diferentes disciplinas.

Créditos: UAM/Dirección de Comunicación Social/uam.mx / Boletín 020/11