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COLECCIÓN NACIONAL DE ANÉLIDOS POLIQUETOS DE LA UNAM, PRINCIPAL COMPILACIÓN DE ESTOS INVERTEBRADOS EN EL PAÍS

 
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anelidospoliquetos03 de septiembre de 2014

La Colección Nacional de Anélidos Poliquetos, que resguarda el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM, es la principal compilación científica de estos invertebrados en el país. Los organismos que la integran vienen de zonas oceánicas y costeras del país, tanto del Golfo de México como del Pacífico y Mar Caribe, desde áreas someras hasta profundidades de casi dos mil metros.

Contiene más de 60 mil ejemplares de 47 familias y más de 700 especies que habitan en ambientes coralinos, manglares, pastos marinos, sedimentos blandos o ventilas hidrotermales, explicó Pablo Hernández Alcántara, técnico académico de esa entidad universitaria.

Riqueza morfológica

Los poliquetos son gusanos con cuerpo segmentado y setas en sus apéndices laterales (parápodos); constituyen el grupo más diverso del Phylum annelida, que incluye lombrices de tierra y sanguijuelas. La mayoría mide alrededor de un milímetro, pero pueden alcanzar tres metros de longitud. En México se han registrado casi mil 500 especies, principalmente en el Océano Pacífico, refirió.

Se distinguen por su variedad morfológica y formas de alimentación, que les permite habitar en prácticamente todas las profundidades y ambientes marinos. Pueden ser depredadores activos en la superficie, aunque otros son sedentarios y construyen madrigueras o tubos dentro de los sedimentos, se alimentan de materia orgánica adsorbida al sustrato o filtran partículas disueltas en la columna de agua.

Son los organismos más abundantes y diversos en los ecosistemas del fondo del mar. Al excavar remueven y “ventilan” el sedimento al transportar el agua oxigenada de la superficie al fondo. Esto altera las condiciones ambientales y permite la colonización de otras especies, subrayó el experto, adscrito al Laboratorio de Ecología y Biodiversidad de Invertebrados Marinos del ICMyL.

Además, son parte fundamental de las redes tróficas de los ecosistemas bénticos, como presas o depredadores. A partir de distintos poliquetos se procesa harina utilizada como alimento para peces y camarones en granjas acuícolas, y algunas especies generan sustancias químicas de utilidad potencial para sintetizar compuestos farmacológicos. Distintas especies son usadas como carnada, ornamento o en limpieza de acuarios, y otras son capturadas y degustadas vivas o fritas.

La colección

El material depositado en las colecciones biológicas y la información contenida es fundamental para realizar estudios taxonómicos, ecológicos y evolutivos, porque son un almacén de información sobre la presencia y distribución de las especies en los mares de México.

La investigación a partir de estas compilaciones es indispensable para conocer la biodiversidad de un país, frente al deterioro constante que sufren los ecosistemas marinos, que determinará la pérdida de muchas especies, sin que éstas hayan sido conocidas.

Hernández Alcántara recordó que esta colección comenzó a formarse hace más de tres décadas, a partir de los trabajos de Vivianne Solís-Weiss, fundadora y responsable del acervo.

El organismo Spiophanes iowai, recabado en las costas de Mazatlán y descrito por Solís-Weiss en 1983, es uno de los primeros ejemplares catalogados en el muestrario referido. Tres lustros después obtuvieron el registro de Colección Nacional, subrayó.

Hasta la fecha, las especies de poliquetos descritas originalmente en el Pacífico mexicano es de más de 315 pertenecientes a 41 familias. Del total, 172 provienen del Golfo de California, la región marina mejor estudiada del país.

Esta colección es referencia para apoyar diversas investigaciones sobre el fondo marino y cuenta con una sección para depositar material tipo, incluidos alrededor de 20 holotipos y 30 paratipos, base para la descripción original de las especies. Su acervo es consultado durante el desarrollo de tesis en distintos niveles académicos, destacó.

Además, cuenta con una serie de bases de datos de las catalogadas, información útil para estudiar su distribución y determinar sus patrones de biodiversidad, con fines de conservación y protección.

Al ser los invertebrados más abundantes y diversos en los fondos marinos, su estudio aporta información valiosa sobre el funcionamiento de los ecosistemas asociados al fondo oceánico.

La colección es dinámica y crece cada año, con el apoyo constante del personal adscrito al laboratorio. El conocimiento de su taxonomía aún está en desarrollo y se requieren trabajos constantes de revisión y análisis para incorporar y confirmar la presencia de especies en el acervo, finalizó.

Créditos: UNAM-DGCS-506-2014

RESGUARDA LA UNAM LA MÁS DIVERSA COLECCIÓN DE MOLUSCOS Y CRUSTÁCEOS EN EL PAÍS

 
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coleccionmoluscos07 de julio de 2014

La Colección Regional de Invertebrados Marinos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) unidad Mazatlán de la UNAM, posee una de las mejores compilaciones de crustáceos y moluscos del Pacífico tropical americano en el país.

Cuenta con 12 mil lotes, 170 mil ejemplares y está a punto de alcanzar mil 900 especies identificadas, lo que la hace la de mayor representación para el Pacífico mexicano. A 36 años de su creación, su fundador Michel E. Hendrickx aseguró que los materiales reunidos durante diversos proyectos sirvieron de base para formarla y mantenerla.

Este depositario tiene también la colección más diversa –aunque no la más grande a nivel nacional– de crustáceos decápodos (camarones, langostas y cangrejos), en particular de los ambientes profundos; se ha muestreado desde las playas arenosas, rocosas y las lagunas costeras, hasta la plataforma y el talud continentales.

El material recolectado en este tiempo y la revisión del que está en algunos museos internacionales, ha permitido efectuar observaciones taxonómicas de grupos faunísticos, lo que ha implicado la descripción de taxones nuevos (42 especies y tres géneros a la fecha) y la elaboración de trabajos de tipo monográfico que abarcan grupos a nivel genérico o de categorías superiores. El material resguardado en este acervo ha servido de base para la elaboración de centenares de publicaciones de todo tipo, acotó.

“Después de haber trabajado los sistemas litorales, que son los más fáciles de muestrear, empezamos a laborar en aguas más profundas en 1981, cuando llegó el buque oceanográfico El Puma. De hecho fuimos el primer crucero científico que se desarrolló. Iniciamos con el Golfo de California y la plataforma continental y hemos colaborado con otras instituciones en la zona del Istmo de Tehuantepec”.

A partir del año 2000 estudiamos a mayor profundidad, hasta los dos mil 500 metros, con el proyecto de frontera TALUD, apoyado por el CONACyT y la DGAPA de la UNAM. Ya se cuenta con 23 campañas oceanográficas dirigidas, explicó.

Desde sus inicios, el Laboratorio de Invertebrados Bentónicos del ICML, a cargo de Michel E. Hendrickx, se ha orientado al estudio de las comunidades de invertebrados marinos y de aguas salobres del Pacífico mexicano, y en ocasiones se ha extendido a la región del Pacífico este tropical.

Se han investigado especies en ambientes bentónicos y pelágicos, y se ha dado énfasis a las comunidades de crustáceos decápodos y estomatópodos, a los isópodos, los moluscos y, más recientemente, a los equinodermos.

Hendrickx, especialista en crustáceos del área referida, precisó que sus estudios han cubierto una alta variedad de ecosistemas y hábitats. A la par de sus conocimientos, se han aplicado otros sobre los sistemas naturales intactos o perturbados por modificaciones antropogénicas. También, se han recopilado datos ecológicos, biogeográficos o pesqueros en relación con las actividades de muestreo realizadas.

El universitario, que llegó a la UNAM como experto asociado de la UNESCO en 1977, para incorporarse posteriormente al Centro de Ciencias del Mar y Limnología (hoy instituto), destacó el margen histórico y didáctico de esta colección: “Formar taxónomos es fundamental porque el estudio de la diversidad es lento. Se calcula que para lograr identificar todo lo que se conoce de la variedad faunística de los mares se requerirían de 40 a 50 años”.

Lo que se tiene que hacer es formar expertos y para ello se necesita gente que conozca la morfología básica de un grupo de organismos; por ejemplo, los cangrejos de agua dulce. Hasta el momento, el Laboratorio de Invertebrados Bentónicos ha formado en total a 34 estudiantes bajo la dirección de Hendrickx.

Crédisots: UNAM-DGCS-390-2014