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Para triunfar: preparar la mente y el corazón

 
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Sólo preparando a la par nuestro corazón con nuestra mente podremos triunfar. Foto: Facebook

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Por: Salvador Calva Morales.

Para correr (y para la vida), una parte consiste en preparar el cuerpo: el entrenamiento constante, la dieta, el ejercicio. Pero si se trata de correr un ultramaratón de 100 kilómetros, donde te esperan más de 20 horas de camino, también es importante preparar la mente y el corazón. Continue reading Para triunfar: preparar la mente y el corazón

En Sonora, revelan huellas de dinosaurio, tamaño, comportamiento y presencia

 
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Como no es posible retirar las huellas de su sitio original, son fotografiadas, luego se cubren con plástico y se copian para tener una calca del tamaño, forma y profundidad de cada una de ellas.
Como no es posible retirar las huellas de su sitio original, son fotografiadas, luego se cubren con plástico y se copian para tener una calca del tamaño, forma y profundidad de cada una de ellas.

29 de enero de 2011

• Un rastro de 11 pisadas de la especie Pico de Pato, con una antigüedad de 70 millones de años, son analizadas por René Hernández Rivera, del Instituto de Geología de la UNAM, tras ser descubiertas en Esqueda, Sonora
• Su estudio revela que no todos eran gigantes, vivían en grupo y muchos comían plantas cerca de lagos o arroyos
• En México, se han encontrado vestigios de dinosaurios en Coahuila, Sonora, Puebla, Michoacán y Oaxaca, dijo el paleontólogo

Con las huellas que tres dinosaurios dejaron a su paso hace 70 millones de años en el suelo que hoy ocupa Sonora, el paleontólogo René Hernández Rivera, investigador del Instituto de Geología (IGl) de la UNAM, descifra la ubicación, tamaño y comportamiento de esos emblemáticos animales de la era Mesozoica y del periodo Cretácico Superior.

Con los huesos se puede identificar la especie y su longitud, detalló el especialista; su comportamiento y su forma de moverse se obtiene de las pisadas.

Con su más reciente estudio, que comenzó el año pasado luego de que un grupo de trabajadores de la construcción encontró un rastro de 11 pisadas en lajas de cantera en Esqueda, Sonora, Hernández Rivera ha ayudado a derribar varios mitos, como el que sostiene que eran animales solitarios, pues las pisadas confirman que vivían en grupos, o el que señala que eran gigantes, pues aunque hubo especies de 44 metros de longitud, existieron otras del tamaño de una gallina.

Tampoco todos eran carnívoros o agresivos, explicó el paleontólogo, pues los hadrosaurios Pico de Pato, a los que corresponden la mayoría de las pisadas halladas, se alimentaban de plantas.

Además, no podían estar en el agua, como sostiene otra creencia popular, pues por su peso y morfología, solamente podían acercarse a lagos o arroyos a beber agua, pero no nadar.

A estas conclusiones ha llegado Hernández tras analizar, primero en el sitio del hallazgo y luego en su laboratorio de la UNAM, la información guardada en cada pisada, que se suma a datos obtenidos en campañas anteriores, donde huesos localizados en varias zonas del mundo ayudan a atar cabos y completar las piezas de este rompecabezas del pasado.

Con las huellas que tres dinosaurios dejaron a su paso hace 70 millones de años en el suelo que hoy ocupa Sonora, se descifra la ubicación, tamaño y comportamiento de esos emblemáticos animales de la era Mesozoica y del periodo Cretácico Superior.
Con las huellas que tres dinosaurios dejaron a su paso hace 70 millones de años en el suelo que hoy ocupa Sonora, se descifra la ubicación, tamaño y comportamiento de esos emblemáticos animales de la era Mesozoica y del periodo Cretácico Superior.

Primeras huellas en Sonora

Hace un año trabajadores en Sonora encontraron en las lajas de cantera de Esqueda grandes huecos hundidos, dieron aviso al paleontólogo Carlos González León, responsable de la Estación Regional del Noroeste del Instituto de Geología de esta casa de estudios (ubicada en Hermosillo), quien hizo una primera revisión en el sitio.

Para confirmar la autenticidad de las pisadas, las primeras halladas en esa entidad, González León pidió la opinión de René Hernández, quien viajó a Esqueda (municipio de Fronteras) y, desde entonces, trabaja en el descubrimiento.

“Fuimos a Esqueda y comprobamos que sí son huellas de dinosaurio. Continuamos la búsqueda en otras dos partes de la cantera, de ocho metros de alto, y encontramos más huellas, para sumar 20, pertenecientes a tres dinosaurios distintos”, señaló el paleontólogo, con 33 años de experiencia en su especialidad.

Hace 70 millones de años esos dinosaurios pisaron un suelo blando, cercano a un cuerpo de agua, pero con el paso del tiempo, se formó la cantera y quedaron sus pisadas para la posteridad. Por eso es posible encontrar huellas en diferentes estratos, aunque entonces todas estaban en una planicie.

Calca al laboratorio

Como no es posible retirar las huellas de su sitio original, Hernández y sus colaboradores las fotografiaron, luego las cubrieron con plástico, y las copiaron para tener una calca del tamaño, forma y profundidad de cada una de ellas.

Esa calca en plástico es lo que llevan al laboratorio para un análisis más detallado, que permite conocer la profundidad de la pisada, su talla, dirección y separación entre cada una.

“El rastro de 11 huellas delanteras es de un dinosaurio Pico de Pato; lo sabemos porque tiene tres dedos redondeados, característicos de los que comían plantas, mientras que los carnívoros tenían dedos más largos y puntiagudos”.

Cada huella, añadió, mide 43 centímetros de la base a la punta y corresponde a un individuo de 18 metros de longitud.

El especialista de la UNAM también encontró en la cantera algunas pisadas de un carnívoro. “El hallazgo es importante porque es el primero para Sonora. Hay registros en Coahuila y Puebla, donde es precursor el Instituto de Geología”, relató.

Además de las pisadas, el universitario comenzará a trabajar con algunos huesos encontrados en el lugar, para completar su estudio.

Créditos: UNAM-DGCS-060-2011/unam.mx

Investiga la FES Cuautitlán patologías en ovinos y caprinos

 
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Jorge Tórtora Pérez, académico del Programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la FES Cuautitlán.
Jorge Tórtora Pérez, académico del Programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la FES Cuautitlán.

13de junio de 2010

• Jorge Tórtora Pérez, académico del Programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia de esa entidad universitaria, participa en un equipo multidisciplinario que desarrolla soluciones farmacéuticas para enfermedades en estos animales
• La falta de selenio en el suelo de algunas regiones del país, provoca que su leche y carne carezcan de ese elemento

La deficiencia de selenio en el suelo en algunas regiones del país, provoca que la leche y la carne de algunos animales carezcan de ese elemento. Ante ello, el académico del Programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, Jorge Tórtora Pérez, participa en un equipo multidisciplinario que desarrolla soluciones farmacéuticas para enfermedades en ovinos y caprinos.

La falta de selenio, que puede traer consecuencias graves para la población, es un problema serio en prácticamente toda la nación, excepto en entidades como Chihuahua y Coahuila. Desde el punto de vista veterinario, su falta se traduce en menor eficiencia productiva de los animales, aseguró.

La principal fuente de selenio para el humano es la carne; los vegetales no lo contienen, y los pocos que lo poseen suelen ser deficientes. Además, el problema se agrava por tierras pobres en ese elemento y ricas en azufre.
Se ha comprobado que trabaja sobre enzimas, —moduladores metabólicos que actúan en los procesos de oxidación y reducción en células—, tejidos y síntesis de hormonas, relacionados con los cánceres de mama y próstata, agregó.

El selenio y la tiroides

Como parte de su trabajo, Tórtora Pérez ha encontrado un campo de investigación relativamente inexplorado: la relación de ese elemento con problemas en la glándula tiroides, que le ha permitido establecer un vínculo de estudio con Carlos Valverde, del Instituto de Neurobiología (INb) de la UNAM, campus Juriquilla.

Al interior de la glándula, una enzima se encarga de unir el yodo a la hormona tiroidea, pero si falta selenio la síntesis es defectuosa.

Un segundo nivel de acción, tal vez más importante, consiste en que al salir de la glándula, la hormona es inactiva, llega a los tejidos periféricos donde se activa con la pérdida de yodo; cuatro enzimas son las encargadas de separar el yodo y, de ellas, tres dependen del selenio. Por esta razón la carencia puede afectar la función de la tiroides a nivel central y periférico, explicó.

Esta relación de variables es poco estudiada a nivel mundial, aunque un grupo belga trabaja en África Central, donde se han registrado problemas de tiroides; en China se examina porque han tenido problemas cardiacos derivados, y en Escocia, se ha relacionado la falta del elemento con baja fertilidad en hombres, señaló.

Asimismo, expuso que existen suplementos, pero son poco eficientes. Por ello, en Estados Unidos comenzaron a enriquecer al ganado con selenio, para que su carne tenga niveles superiores a los normales.

De igual forma, personas con VIH que son adicionadas con ese elemento tienen mejor respuesta inmune; no es una cura ni ataca al virus, pero favorece el funcionamiento del sistema inmunológico, al igual que en el resto de los animales.

Otra problemática, continuó, se encuentra en los pacientes hospitalizados que se mantienen con aportes por venoclisis —inyección intravenosa de inserción lenta, que puede contener medicamentos, suero o cualquier otra sustancia que se requiera–, compuestos por glucosa, aminoácidos y otras sustancias para mantener el estatus metabólico; se han registrado decesos porque no hay selenio en el suero.

Patología en ovinos y caprinos

En otra línea de investigación, Tórtora Pérez estudia una enfermedad que afecta la capacidad reproductiva de los carneros, la epididimitis, que consiste en la inflamación del túbulo —que lleva el material seminal desde el testículo—, resultado de la presencia de una bacteria. Un área de trabajo a corto y mediano plazo es la mecánica de acción, es decir, cómo funciona la respuesta inmune.

También, en colaboración con otros científicos, se ha analizado el control del parásito protozoario del género Eimeria, que produce la coccidiosis, propia de cada especie. En particular, se buscan alternativas al problema de productores de cabras que no proporcionan suplementos a los animales, y no pueden utilizar estrategias de medicación en el alimento.
Créditos: UNAM. DGCS -354/unam.mx

Reconocen a universitaria por sus investigaciones en Cuatro Ciénegas

 
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• El jurado del Programa Volkswagen “Por amor al planeta” entregó a Valeria Souza Saldívar, del Instituto de Ecología,

Los genomas de las especies bacterianas presentes en los cuerpos de agua de Cuatro Ciénegas relatan historias de adaptación, dijo Valeria Souza Saldívar, del Instituto de Ecología.
Los genomas de las especies bacterianas presentes en los cuerpos de agua de Cuatro Ciénegas relatan historias de adaptación, dijo Valeria Souza Saldívar, del Instituto de Ecología.

el Premio a la Investigación Científica en Conservación Biológica 2009

• Es esta región, ubicada en Coahuila, se pueden analizar la ecología y evolución de los microorganismos y de la Tierra

• La universitaria ha estudiado y promocionado la conservación de la zona, parecida a Marte, pero sobre todo a nuestra Tierra primitiva

Invitada por la NASA y guiada por el experto en peces Wendell Minckley, Valeria Souza Saldívar visitó, por primera vez, la región de Cuatro Ciénegas, Coahuila, en 1999. La zona, parecida a Marte, pero sobre todo a nuestra Tierra primitiva, provocó en la científica universitaria “amor a primera vista” y, a partir de entonces, un apasionado trabajo de investigación y promoción de la conservación del sitio.

Por ello, el jurado del Programa Volkswagen (VW) “Por amor al planeta”, decidió entregar a esta integrante del Instituto de Ecología el “Premio a la Investigación Científica en Conservación Biológica” 2009.

Ha sido un privilegio encontrar este “Parque Precámbrico” –de la primera etapa de la historia de la Tierra–, aseguró. Ahí se puede contar la historia, “desde las profundidades”, del origen de la diversidad en el planeta.
Rodolfo Dirzo, integrante del jurado del Premio y profesor de la Universidad de Stanford, recordó que hace millones de años existieron comunidades de bacterias que formaban una especie de “tapete” de piedra; se trata de los estromatolitos –equivalentes a los arrecifes de coral– del Precámbrico.

Son los seres vivos más primitivos que poblaron este mundo y realizaron un proceso de intercambio de gases que, entre otras cosas, liberó mucho oxígeno a la atmosfera primitiva, generando cambios espectaculares.

Una representación destacada de esos ecosistemas precámbricos se halla en México, en Cuatro Ciénegas. Valeria Souza estudia ese “laboratorio viviente”, donde se puede analizar la ecología y evolución de los microorganismos y de la Tierra, dijo el científico.

El Parque Precámbrico

Cuatro Ciénegas es como las aguas del Caribe en el desierto. Es un segmento del mar que se quedó “atorado”; la mitad de sus bacterias son marinas y otra parte se asocia a los volcanes, pues debajo hay una falla geológica activa.
Cuatro Ciénegas es como las aguas del Caribe en el desierto. Es un segmento del mar que se quedó “atorado”; la mitad de sus bacterias son marinas y otra parte se asocia a los volcanes, pues debajo hay una falla geológica activa.

Al recibir el premio y explicar sus investigaciones, Souza mencionó que los genomas de las especies bacterianas presentes en los cuerpos de agua de Cuatro Ciénegas relatan historias de adaptación; ella y sus colaboradores realizan estudios de biología, genómica, metagenómica, entre otros, y han encontrado que el hecho de que no haya fósforo, produce aislamiento reproductivo y geográfico.

Aún sin sexo, “viajes” ni comida, ellas se diversifican y se crean nuevas especies. “Eso explica la historia de la mayor parte de la vida en el planeta”, acotó.

Esa región coahuilense es bellísima, dijo. Por sus colores, es como las aguas del Caribe en el desierto. En realidad se trata de un segmento del mar que se quedó “atorado” hace mucho tiempo; por eso, la mitad de sus bacterias son marinas y otra buena parte, está asociada a los volcanes, pues debajo hay una falla geológica activa.

En esa “máquina del tiempo”, unas especies roban la comida de otras; unas hacen antibióticos; otras crean resistencia a antibióticos para defenderse; otras producen babas; otras comen lo que nadie quiere o lo que sea: petróleo, tolueno, insecticidas. Por ello, el potencial biotecnológico de ese “tapete de piedra” es enorme.
En Cuatro Ciénegas se producen todos los ciclos biogeoquímicos, sin los cuales no hay vida: nitrógeno, carbono, azufre, fósforo. El sitio nos da una lección de sobrevivencia y de autosustentabilidad, añadió.

Pero, aclaró Souza, no queremos estorbar el desarrollo de la zona, sino garantizar un futuro para todas las criaturas, grandes y pequeñas. Ello empezó al ampliarse el área protegida de Cuatro Ciénegas, pero aún falta mucho por hacer para no perder esa riqueza.

Para contribuir a forjar ese futuro, Valeria Souza informó que dedicará los 500 mil pesos del premio a apoyar a los niños de la región que quieran ir a la universidad. “Los chicos ya no se quieren ir del otro lado de la frontera, quieren estudiar, y les pido su ayuda para hacer una fundación y becarlos”.

Otro plan es aplicar en México, por primera vez, uno de los postulados del Protocolo de Río, que establece que los poseedores de los recursos genéticos son también dueños de parte de las ganancias de su comercialización. “El potencial biotecnológico es enorme y lo queremos regresar a la gente para educación, salud y conservación”.

En la ceremonia, Otto Lindner, presidente del Consejo Ejecutivo de VW de México, refirió que el Programa cumple su cuarto año: “hemos tenido una gran aceptación en el medio académico y científico, así como el sostén de las autoridades ambientales federales y estatales. Esto nos motiva a continuar en este camino y seguir agregando nuevos proyectos al programa de responsabilidad social en apoyo al medio ambiente”.

Souza, quien se ha destacado por sus trabajos en el área de ecología evolutiva, también ha hecho una labor extraordinaria para defender y conservar el valle de Cuatro Ciénegas, “y ha contagiado su preocupación y entusiasmo a muchas personas e instituciones”, dijo.

A su vez, Rodolfo Dirzo añadió que la universitaria ha sido defensora de ese sitio. De las 80 mil hectáreas que representaba el área natural protegida de Cuatro Ciénegas, a partir de su trabajo se han ampliado a 800 mil.

En la ceremonia también se otorgó el Apoyo al Proyecto de Investigación en un Área Natural Protegida, al Centro de Educación Ambiental e Investigación de la Sierra de Huautla, de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).

Asimismo, se entregaron reconocimientos especiales a los finalistas al Premio a la Investigación Científica en Conservación Biológica; entre ellos, Víctor Sánchez Cordero Dávila, del Instituto de Biología; en su representación, recibió el reconocimiento la directora Tila María Pérez.

Créditos: UNAM. DGCS -225/ unam.mx