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El suelo tarda cientos o miles de años en formarse y se destruye en una generación-UNAM

 
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05 de enero de 2016

El suelo es un soporte fundamental para la vida en el planeta. Es la capa más superficial de la corteza terrestre, tiene complejas y variadas mezclas de componentes orgánicos e inorgánicos y sobre él se desarrolla la vida vegetal y animal de los ecosistemas conocidos. Continue reading El suelo tarda cientos o miles de años en formarse y se destruye en una generación-UNAM

Urge aumentar la investigación nacional en ciencias de la Tierra

 
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En un país con minería, petróleo, volcanes y sismos, es fundamental incrementar el trabajo científico del área y participar de forma más activa en los retos globales, afirmó Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del IGf de la UNAM
En un país con minería, petróleo, volcanes y sismos, es fundamental incrementar el trabajo científico del área y participar de forma más activa en los retos globales, afirmó Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del IGf de la UNAM

22 de abril de 2012

• En un país con minería, petróleo, volcanes y sismos, es fundamental incrementar el trabajo científico del área y participar de forma más activa en los retos globales, afirmó Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del IGf de la UNAM
• Instituido en 1970, el Día de la Tierra se conmemora cada 22 de abril para hacer conciencia de la importancia de cuidar el planeta

Reducir los efectos que en la población tienen desastres naturales como sismos, tsunamis, erupciones volcánicas e inundaciones; aumentar las alternativas verdes para las ciudades mediante la creación de geoparques y la generación de energía solar y eólica, así como mitigar las consecuencias del cambio climático global, son algunos de los grandes retos globales que enfrentan las ciencias de la Tierra.

A ellos se suma, para el caso de México, la necesidad de impulsar desde la educación primaria el estudio de las geociencias, y aumentar la cantidad de científicos en el área, que son competitivos a nivel internacional pero aún son muy pocos, consideró Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

En el Día de la Tierra, que se conmemora el 22 de abril, el especialista en geociencias y Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009, urgió a incrementar la presencia de científicos mexicanos en proyectos globales de estas áreas del conocimiento.

“Podríamos aprovechar mucho más los programas científicos internacionales que abordan temas de geociencias, pues como nación hemos disminuido el impacto científico que teníamos en la región de América Latina y el Caribe, y tenemos el potencial para lograr una mayor presencia en el mundo”, consideró.

Líder mundial del proyecto del Cráter Chicxulub, Urrutia Fucugauchi formó parte del Comité Directivo del programa sobre el Año Internacional del Planeta Tierra, y participa en la Iniciativa Global de Geociencias y el Instituto de Planeta Tierra, dentro de los esfuerzos internacionales que abordan estas problemáticas.

México requiere políticas públicas que aprovechen e incrementen la indagación que se hace en el país, así como mayores esfuerzos para que el conocimiento científico generado aquí repercuta en el ámbito social y en el desarrollo nacional, añadió.

El nuestro es un país rico en recursos naturales explotables, como la minería y el petróleo; tiene una importante actividad sísmica y volcánica, pero en la educación básica la enseñanza sobre estas materias se ha reducido, y a nivel de investigación es relativamente limitada la aportación nacional para contribuir a entender los problemas de la Tierra.

Consumidores tecnológicos

El universitario destacó que, con escasos estudios científicos propios, nos convertimos cada vez más en importadores y consumidores de tecnología.

“En los últimos años, la balanza comercial en el área indica que compramos la mayor parte y vendemos poco. Nos hemos vuelto una economía muy dependiente de servicios y de consumo en estos campos”, señaló.

En los países avanzados trabajan de manera conjunta las universidades, las grandes empresas y el gobierno para generar desarrollos y patentes que se comercializan y van al mercado, pero en México esa tríada requiere reforzarse.

Día de la Tierra, a favor del planeta

El Día de la Tierra, que se conmemora cada 22 de abril, tiene sus antecedentes en 1969, en una Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y en 1970 en Estados Unidos, por iniciativa del senador Gaylord Nelson, para crear conciencia acerca de temas como la contaminación, el agujero en la capa de ozono, el crecimiento poblacional y la conservación de la biodiversidad.

“En su inicio, la efeméride se propuso para el 21 de marzo, fecha que coincidía con el equinoccio de primavera, pero la iniciativa fue cambiada para el 22 de abril. Esto ha permitido que muchos países se sumaran”, recordó.

A fines de la década de 1980, la UNESCO acogió la conmemoración, que desde 2005 es reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y todos sus países integrantes como el Día Internacional de la Madre Tierra, término propuesto por la representación de Bolivia para añadir al concepto ambiental uno cultural que enfatice la importancia armonizar con la naturaleza.

El objetivo es recordar que el planeta y sus ecosistemas son el hogar de los seres humanos y de numerosos organismos, y resaltar que, para alcanzar el equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es primordial armonizar con la naturaleza.

Este 22 de abril, la ONU invita a los estados que la integran, a instituciones regionales, a la sociedad civil y a organizaciones no gubernamentales, a realizar actividades que hagan conciencia sobre la importancia de estudiar y cuidar el planeta.
Créditos: unam.mx/boletin/249/2012

EN MÉXICO, EL ESTUDIO EN CIENCIAS DE LA TIERRA ES MUY REDUCIDO

 
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Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM
Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM

21 de abril de 2011

• En un país ligado a la minería, petróleo, sismos y volcanes, ha disminuido la información sobre geociencias en escuelas y son pocos los científicos del área, advirtió Jaime Urrutia Fucugauchi, del IGf de la UNAM
• El 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra para recordar que el planeta y sus ecosistemas son el hogar de los seres humanos y enfatizar que, para alcanzar un equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales, es necesario promover la armonía con la naturaleza

En México, rico en recursos minerales y energéticos, con una importante actividad volcánica y sísmica, el estudio de las ciencias de la Tierra es muy reducido en escuelas primarias, donde la escasa información que en años anteriores se ofrecía sobre temas de geografía, ha disminuido, advirtió Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

Además, consideró el experto en magnetismo terrestre, la comunidad científica nacional que estudia geociencias, aunque competitiva y de alto nivel, es muy estrecha y requiere mayor presencia internacional.

“Tenemos mucho trabajo por hacer para que se aproveche la investigación que se hace en el país y que los científicos del área tengamos una forma más efectiva de contribuir a entender los problemas de la Tierra”, destacó Urrutia, líder mundial del proyecto del Cráter Chicxulub y premio Nacional de Ciencias y Artes 2009.

A nivel nacional, prosiguió, faltan políticas públicas que impulsen esta ciencia y un mayor interés del gobierno por las respuestas que los académicos pueden ofrecer.

Componente económico

Las geociencias han sido uno de los componentes principales de la actividad económica del país, destacó Urrutia.

Desde la Colonia, la búsqueda de oro y plata en el territorio fue una motivación para la conquista de la Nueva España. Más tarde, en el México independiente, la minería continuó como un motor fundamental, al que se añadió la explotación del petróleo.

“Uno esperaría que aquí todos supieran dónde está el petróleo, cómo se genera, qué problemas tiene su aprovechamiento, que fuéramos versados en cómo es la geología del país”, señaló.

La nación es muy activa en fenómenos naturales; tenemos sismos, volcanes, inundaciones, huracanes y otros tantos, sobre los que deberíamos conocer más, consideró.

Día de la Tierra, conciencia ambiental

El Día de la Tierra, que se celebra el 22 de abril, se organizó por primera vez en 1970, en Estados Unidos, por iniciativa del senador Gaylord Nelson, para crear conciencia acerca de temas como la contaminación, el agujero en la capa de ozono, el crecimiento poblacional y la conservación de la biodiversidad.

A fines de la década de 1980, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) hizo suya la conmemoración, que desde 2005 es reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y todos sus países integrantes suscribieron el Día Internacional de la Madre Tierra, término propuesto por la representación de Bolivia que, al acento ambiental, suma un concepto cultural de armonía con la naturaleza, arraigado en diversas culturas nativas del mundo.

El objetivo es recordar que el planeta y sus ecosistemas son el hogar de los seres humanos y enfatizar que, para alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es primordial promover la armonía con la naturaleza.

El 22 de abril, la ONU invita a sus Estados miembro, a organizaciones internacionales y regionales, a la sociedad civil y a instancias no gubernamentales a llevar a cabo actividades que hagan conciencia sobre la importancia de estudiar y cuidar la Tierra.

Créditos: UNAM-DGCS-234/2011/unam.mx

Premio Scopus para Baumgardner Gibson

 
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28 de enero de 2011

El investigador texano Darrel Baumgardner Gibson trabaja en México desde 1997.
El investigador texano Darrel Baumgardner Gibson trabaja en México desde 1997.

• El especialista del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM fue el científico que labora en México con más citas a nivel mundial en el rubro Ciencias de la Tierra

“El azar me trajo por estos rumbos y me gusta; a veces hay que dejarle a la suerte un poco de nuestra vida”, opinó el ganador del Premio Scopus 2010 en la categoría Ciencias de la Tierra, Darrel Baumgardner Gibson.

El especialista del Departamento de Interacción Micro y Mesoescala del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA), señaló que este reconocimiento no es sólo para él, sino para sus colegas mexicanos y del mundo.

“Muchas de mis publicaciones las he realizado en conjunto con especialistas de México, Alemania, Francia y Suiza, por mencionar sólo algunos. El ser coautor nos permite aparecer en revistas locales e internacionales”.De ahí, la relevancia del galardón, que se otorga a científicos que laboran en México y cuyas publicaciones reciben el mayor número de citas a nivel mundial, según la base de datos Scopus del grupo editorial Elsevier, que contiene aproximadamente 18 mil artículos de más de cinco mil autores.

“Estudié la licenciatura en Ingeniería Mecánica. Al no encontrar trabajo en esta área decidí realizar la maestría y doctorado en Ciencias Atmosféricas en la Universidad de Wyoming, y ahí fue donde la suerte comenzó a mostrarme el camino” señaló el investigador texano.

“Trabajé casi dos décadas en mi país natal, Estados Unidos, sin imaginar que, en 1997, se me presentaría la oportunidad de venir a México. Un año más tarde, la actual jefa de mi departamento, Graciela Binimelis de Raga, me invitó a colaborar en un proyecto para conocer las propiedades de las partículas atmosféricas del Distrito Federal”.

Al respecto, el investigador expuso que México tiene problemas de contaminación que deben ser tratados con urgencia. “Por ello, en el año 2000, decidí que quería quedarme a trabajar aquí. En Estados Unidos no podía publicar ni realizar investigación propia, porque mi función era apoyar a otros científicos mediante instrumentos de medición de partículas atmosféricas y no tenía tiempo para mi línea de trabajo”.

“La diferencia entre lo que pasaba allá y lo que ocurre aquí es clara. En 1998, tenía publicados 50 artículos, y ahora tengo más de 160. Aquí no hay presión, tenemos más libertad, puedo trabajar más tranquilo y mejor. Además, dar clases a universitarios de posgrado me agrada y satisface. En mi país, si fuera miembro de un centro de investigación como el CCA, no podría hacerlo; aquí, siempre estoy en contacto con estudiantes y eso me agrada”.

“Acabo de regresar de Francia, donde colaboro en un proyecto ambiental, y tenemos otro en la Universidad de Buenos Aires. En verano iré a Puerto Rico a medir la interacción entre las nubes y aerosoles. Suelo estar muy ocupado, siempre busco qué hacer”.

Con el premio Scopus, que se entrega anualmente a ocho investigadores de distintas disciplinas, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el grupo editorial Elsevier buscan impulsar y reconocer la labor científica y de investigación en México, y aunque Baumgardner Gibson sabía que su trabajo era referencia obligada para muchas colegas, para él recibir este reconocimiento fue una sorpresa.

Créditos: UNAM-DGCS-056-2011/unam.mx