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Poca educación agudiza la crisis ambiental.

 
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La falta de educación ambiental es una problemática mundial.
La falta de educación ambiental es una problemática mundial.

14 de Noviembre del 2012

Dos investigadoras de la UN en Palmira afirman que la falta de apropiación de la educación ambiental en el país ha hecho que las políticas queden en el papel y los ecosistemas en el olvido.

Durante el Seminario de Educación Socioambiental, celebrado en la sede, científicos, docentes y estudiantes debatieron sobre la necesidad de esta educación para conservar los recursos naturales y cambiar la mentalidad que debemos tener.

Según la profesora Pilar Cogua, investigadora del grupo de Ecología y Contaminación Acuática de la UN en Palmira: “con respecto a la educación ambiental, más que dejar en claro qué hacer y cómo hacerla, hay que entender por qué es indispensable cuidar el ambiente y dejar de lado la idea de que, si los demás no lo hacen, nosotros no tenemos por qué hacerlo. En el momento en que cambiemos esa idea, comenzaremos a ver un cambio real en los ecosistemas”.

En ese sentido, la investigadora señaló que hay una gran brecha entre la teoría y la práctica en educación ambiental, pues todas las estrategias que se aplican en educación formal e informal “están encaminadas a mejorar las prácticas y el uso adecuado de los recursos; pero no se trata solo de hacer campañas de divulgación, sino también de encontrar en las personas una motivación real que los lleve a actuar”.

Para Diana Marcela Gómez, magíster en Medioambiente y Desarrollo e investigadora de la UN en Manizales, la falta de esta educación es una problemática mundial. Y, aunque ha sido discutida en todas las cumbres mundiales, siempre se mira a la naturaleza como un recurso económico que hay que explotar.

“Los Gobiernos dicen que la educación ambiental tiene que estar enfocada en el desarrollo sostenible, que está de lado del crecimiento económico, y que, para que haya crecimiento, se necesita explotar la naturaleza. En ese sentido, lo que crea el problema es la solución, es una contradicción que va en contra de los recursos”, asegura.

Por esto, como alternativa al desarrollo sostenible, se plantea esta educación como un aditivo al currículo académico, pero no la transformación de este. Un aspecto que, según Gómez, ha puesto el medioambiente en un discurso marginal para favorecer intereses económicos y políticos.

“Hay una política ambiental en Colombia que dice que el que contamina paga. Y, aunque muchas empresas que contaminan han pagado por el daño, esos ecosistemas no se han restaurado y muchos especialistas dicen que es imposible que lo hagan. Las empresas han empleado la educación ambiental para crear estrategias para atraer  clientes, captar proveedores e incluso para ser eximidos de impuestos a nivel nacional”, afirma la magíster.

En el curso de la profesora Pilar Cogua, denominado Estrategias Educativas Ambientales, los estudiantes de la UN en Palmira han usado diferentes estrategias para crear conciencia ambiental a través de actividades lúdicas y recreativas.

“Estamos llevando un mensaje a la comunidad universitaria por medio de la experimentación, para crear conciencia real. Queremos dejar un mural en el que la gente pueda escribir qué les gustaría aportar para el cuidado del medioambiente, así como las soluciones”, concluye la profesora Cogua.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Estado pone en jaque a la investigación científica.

 
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En el mundo se han identificado dos millones de especies como parte del patrimonio de biodiversidad.
En el mundo se han identificado dos millones de especies como parte del patrimonio de biodiversidad.

10 de Octubre del 2012

La reforma al Código de Recursos Naturales, vigente desde 1974, genera fuertes críticas en el ámbito científico nacional.

La Cámara de Representantes inicia el trámite legal requerido para la modificación del Código de Recursos Naturales, decretado por la ley 2811 de 1974, principal herramienta normativa y de orientación de la gestión ambiental en Colombia.

El texto del proyecto de ley propone la conformación de un código agrario, minero, ambiental y de los recursos naturales para Colombia; planteamiento que, para la comunidad científica, llevaría al país a un desbalance ambiental.

Gonzalo Andrade, profesor asociado de la UN y miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Accefyn), señala que la propuesta es un desacierto para la preservación del medioambiente.

“Hablan de la necesidad de hacer un articulado que reúna el tema minero con el agrícola y el de recursos naturales, cuando el tema minero ni siquiera debería existir en Colombia; en el código vigente no se contempla, y es de conocimiento público que la minería está destruyendo la biodiversidad del país”, dice.

La reforma al código vigente, conformado por 340 artículos, contempla incluir 1.930 más. “Es sorprendente que el proyecto de ley convierta el documento en 2.278 artículos, en los que la investigación científica no obtiene los cambios requeridos con urgencia”, añade el profesor.

El 22 de agosto de este año, la comunidad científica y las instituciones que realizan investigación sobre biodiversidad en el país comunicaron al presidente Juan Manuel Santos, a través de una carta respaldada por más de mil firmas, su preocupación ante las trabas que el Estado pone a su labor.

“El Gobierno, nuestro parlamento, no ha querido entender la problemática en la que estamos metidos los investigadores que queremos  hacer proyectos de investigación con fines científicos sobre la biodiversidad en Colombia, pues debemos superar las dificultades de trámite para solicitar un permiso de investigación, una licencia o un contrato de acceso a recursos genéticos, que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) se demora en otorgar 3,5 años”, asegura Andrade. Entre 1997 y 2011, este Ministerio ha otorgado únicamente 46 contratos de acceso a recursos genéticos.

Un análisis realizado por la Universidad Nacional de Colombia diagnostica que 565 proyectos de grupos colombianos categorizados ante Colciencias y que hacen investigación en biodiversidad  requieren el permiso del MADS; y los más de tres años que se tarda el Ministerio en concederlos, dificultan los procesos e incluso violan la Constitución Política de Colombia, que contempla la enseñanza y la investigación como derechos fundamentales, “derechos que no se respetan porque debemos solicitar un permiso, pagar por él, y esperar  tres años para obtenerlo”, puntualizó Andrade.

Según el investigador, las modificaciones al Código de Recursos Naturales, no favorecen la investigación científica y están lejos de solucionar los problemas.

Un grupo de investigación en Colombia debe pagar entre un salario mínimo legal y doce millones de pesos (adicionales al valor del estudio) para solicitar el permiso requerido. “La Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) sacó una resolución, la 0260, en donde a partir de diciembre de 2012 debemos pagar por la evaluación y seguimiento de la solicitud que haga el investigador”.

Puntos a discutir

El investigador Gonzalo Andrade reconoce la necesidad de intervenir el texto del Código de Recursos Naturales, y le pide al Estado que intervenga en tres aspectos específicos: “actualizar el lenguaje; discutir el tema de la no obtención de licencias mineras o títulos mineros en las zonas estratégicas de Conservación en Colombia; y el tema de los permisos para la autorización de investigaciones con fines científicos no comerciales”.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Ingeniería Agrícola ha fortalecido agro en Valle del Cauca.

 
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27 de Septiembre del 2012
Con este programa académico de la UN en Palmira, que tiene más de veinte años de experiencia, el sector agrícola del departamento se ha visto beneficiado.
Gracias a la colaboración de una planta docente de la más alta calidad, este programa ha sobresalido por sus innumerables contribuciones al sector agropecuario de la región y del país.
Es una experiencia de más de setenta años —desde la creación del primer pregrado en Ingeniería Agrícola en Medellín— que demuestra que la UN ha desarrollado proyectos que han contribuido al manejo racional de los recursos naturales al servicio de la producción alimentaria del país.
En Palmira, el programa académico se creó en el año de 1991, luego de haber cooperado de manera conjunta con la Universidad del Valle, en la formulación de una carrera de excelentes calidades. Desde allí, cientos de egresados han ayudado a fortalecer el sector.
El profesor Carlos Alberto Escobar Chalarca, su director, sostiene: “Nuestros profesionales son los ingenieros del campo, aquellas personas encargadas de hacer todas las obras de infraestructura en los cultivos. Son profesionales que manejan todo un territorio para garantizar una producción agropecuaria que sea sustentable y racional con la oferta ambiental”.
En el campo investigativo, la carrera ha contribuido al estudio de suelos y aguas a través de abordajes sobre fertilidad, manejo y almacenamiento de aguas, procesos agrícolas, mejoramiento de maquinaria y producción limpia, entre otras. Así, ha fortalecido el sector agropecuario en el departamento.
“Somos profesionales que, sin duda alguna, hemos aportado al fortalecimiento del agro a nivel departamental y nacional”, señala Escobar.
Actualmente, este programa académico, que tiene cerca de 220 estudiantes activos, se encuentra en proceso de autoevaluación para renovar la acreditación de alta calidad, otorgada por el Consejo Nacional de Acreditación (CNA) del Ministerio de Educación Nacional.
“Este proceso es de vital importancia, pues este nos permitirá identificar nuestras oportunidades, fortalezas y amenazas, para elaborar un plan de mejoramiento continuo”, dice el profesor Escobar.
Para el directivo, la necesidad de acreditarse radica en demostrar que la carrera tiene más fortalezas que debilidades. “Este proceso implica ratificarnos como la mejor universidad del país, y es de suma importancia para darle un perfil laboral a los egresados”.
Semestralmente, recibe entre cuarenta y cincuenta estudiantes y cuenta con reconocidos investigadores cuyas actividades están ligadas al campo de acción de la Ingeniería Agrícola, principalmente en las áreas de suelos y aguas, maquinaria y mecanización, agroindustrias específicas, medioambiente y energía.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
Desde 1991, cientos de egresados han contribuido a fortalecer el sector agropecuario en todo el país.

Desde 1991, cientos de egresados han contribuido a fortalecer el sector agropecuario en todo el país.

27 de Septiembre del 2012

Con este programa académico de la UN en Palmira, que tiene más de veinte años de experiencia, el sector agrícola del departamento se ha visto beneficiado.

Gracias a la colaboración de una planta docente de la más alta calidad, este programa ha sobresalido por sus innumerables contribuciones al sector agropecuario de la región y del país.

Es una experiencia de más de setenta años —desde la creación del primer pregrado en Ingeniería Agrícola en Medellín— que demuestra que la UN ha desarrollado proyectos que han contribuido al manejo racional de los recursos naturales al servicio de la producción alimentaria del país.

En Palmira, el programa académico se creó en el año de 1991, luego de haber cooperado de manera conjunta con la Universidad del Valle, en la formulación de una carrera de excelentes calidades. Desde allí, cientos de egresados han ayudado a fortalecer el sector.

El profesor Carlos Alberto Escobar Chalarca, su director, sostiene: “Nuestros profesionales son los ingenieros del campo, aquellas personas encargadas de hacer todas las obras de infraestructura en los cultivos. Son profesionales que manejan todo un territorio para garantizar una producción agropecuaria que sea sustentable y racional con la oferta ambiental”.

En el campo investigativo, la carrera ha contribuido al estudio de suelos y aguas a través de abordajes sobre fertilidad, manejo y almacenamiento de aguas, procesos agrícolas, mejoramiento de maquinaria y producción limpia, entre otras. Así, ha fortalecido el sector agropecuario en el departamento.

“Somos profesionales que, sin duda alguna, hemos aportado al fortalecimiento del agro a nivel departamental y nacional”, señala Escobar.

Actualmente, este programa académico, que tiene cerca de 220 estudiantes activos, se encuentra en proceso de autoevaluación para renovar la acreditación de alta calidad, otorgada por el Consejo Nacional de Acreditación (CNA) del Ministerio de Educación Nacional.

“Este proceso es de vital importancia, pues este nos permitirá identificar nuestras oportunidades, fortalezas y amenazas, para elaborar un plan de mejoramiento continuo”, dice el profesor Escobar.

Para el directivo, la necesidad de acreditarse radica en demostrar que la carrera tiene más fortalezas que debilidades. “Este proceso implica ratificarnos como la mejor universidad del país, y es de suma importancia para darle un perfil laboral a los egresados”.

Semestralmente, recibe entre cuarenta y cincuenta estudiantes y cuenta con reconocidos investigadores cuyas actividades están ligadas al campo de acción de la Ingeniería Agrícola, principalmente en las áreas de suelos y aguas, maquinaria y mecanización, agroindustrias específicas, medioambiente y energía.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Equilibrar fuentes alternas de energía, opción para competir con los combustibles fósiles.

 
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27 de Septiembre del 2012
Equilibrar las diferentes fuentes de energía disponibles en el mundo es una opción para competir, a futuro, con los combustibles fósiles y reducir su consumo, plantearon expertos en el Foro Internacional “Dr. Jorge Carpizo” sobre Energía y Renovación de Políticas Públicas para el Desarrollo Sustentable, la Eficiencia y la Transición Energética, que organiza la UNAM.
Ramón Gavela González, director del Departamento de Energía del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas de España, destacó que la energía sostenible depende de tres factores: competitividad (suficiente disponibilidad de recursos y precios competitivos), seguridad del suministro (recursos gestionables, dependencia energética y estabilidad política) y respeto en la canalización (impacto aceptable y riesgos asumibles), con un eje transversal de equidad.
En la sesión Energía nuclear, moderada por José Julio Emilio Herrera Velázquez, del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), de esta casa de estudios, Gavela González señaló que “se requiere un uso óptimo y moderado de todas las opciones, pues ninguna cumple a cabalidad esas características. Por ello, no será fácil prescindir de los fósiles y la energía nuclear se precisará para cubrir el hueco que dejarán los hidrocarburos”.
Para resolver el problema, acotó, se necesita eficiencia, ahorro, captura y almacenamiento de dióxido de carbono, gas natural y energías renovables, entre otras.
“Estas últimas son parte importante de la solución, pues están repartidas en los países menos desarrollados, son muy abundantes, causan poco daño ambiental y un impacto social positivo. Pero sus costos son altos, no son muy eficientes, están dispersas y requieren mucho terreno disponible”. Mientras, la nuclear enfrenta problemas de seguridad, altos costos y rechazo social.
Francia, impulso nuclear
Bertrand Barré, profesor emérito del Instituto Nacional de Ciencias y Técnicas Nucleares de Francia, relató que en ese país la energía se genera de diversas fuentes: 50 por ciento fósil, 40 nuclear y 10 por ciento renovables. “Nuestro modelo equilibra la generación y el uso”.
El éxito francés en el uso de la nuclear se debe a que la produce una empresa nacional, con una estandarización completa. “Existen 58 plantas del mismo tipo, lo que garantiza la especialización de los trabajadores, que van de una a otra con igual modelo. Tenemos experiencia en el cuidado del proceso, vital para garantizar la seguridad”.
En términos económicos y ambientales, prosiguió, la nuclear es una fuente positiva si se sabe manejar. “Desde hace 30 años en Francia no se subsidia, y ya se trabaja en la tercera generación de plantas rediseñadas para que la radiactividad quede contenida en caso de accidente, lo que implica que no se necesitan evacuaciones si hay fallas”, explicó.
Eficiencias y accidentes
La energía obtenida por esta vía es un millón de veces más grande que la lograda por otras fuentes, planteó Juan Eibenschutz Hartman, director general de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardas de México.
“Los combustibles fósiles como gas, carbón y petróleo producen un electrón-volt, y la nuclear genera del orden de un millón de electrón-volts. Por eso hay que usarla”, recomendó.
La crisis ambiental, centrada en el cambio climático, obliga a emplear todas las fuentes. “No hacer uso de las alternativas puede conducir a escasez, guerras y un cataclismo de dimensión planetaria. La nuclear puede sustituir a los combustibles fósiles, pero lo conveniente es hallar una matriz variable y flexible, para garantizar el suministro y encaminarse hacia una solución menos dañina para el ambiente”.
En tanto, Carlos Bravo, biólogo español, planteó que el seis por ciento de la energía primaria mundial proviene de la fuente nuclear, pero disminuye desde hace 10 años. “El declive (que se ha ubicado en 435 plantas, 429 de ellas en funcionamiento) apunta a la falta de seguridad y la liberación de sustancias radiactivas, que han generado accidentes como los de Chernóbil, en Ucrania, y Fukushima, en Japón.
El especialista en energía nuclear argumentó que ésta enfrenta costos enormes para enfrentar riegos, y que el mercado mundial se dirige a opciones limpias como la solar, eólica y geotérmica.
Boletín UNAM-DGCS-596
Antigua Escuela de Medicina.
La crisis ambiental, centrada en el cambio climático, obliga a emplear todas las fuentes energéticas. No hacer uso de las alternativas puede conducir a escasez, guerras y un cataclismo de dimensión planetaria.

La crisis ambiental, centrada en el cambio climático, obliga a emplear todas las fuentes energéticas. No hacer uso de las alternativas puede conducir a escasez, guerras y un cataclismo de dimensión planetaria.

27 de Septiembre del 2012

Equilibrar las diferentes fuentes de energía disponibles en el mundo es una opción para competir, a futuro, con los combustibles fósiles y reducir su consumo, plantearon expertos en el Foro Internacional “Dr. Jorge Carpizo” sobre Energía y Renovación de Políticas Públicas para el Desarrollo Sustentable, la Eficiencia y la Transición Energética, que organiza la UNAM.

Ramón Gavela González, director del Departamento de Energía del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas de España, destacó que la energía sostenible depende de tres factores: competitividad (suficiente disponibilidad de recursos y precios competitivos), seguridad del suministro (recursos gestionables, dependencia energética y estabilidad política) y respeto en la canalización (impacto aceptable y riesgos asumibles), con un eje transversal de equidad.

En la sesión Energía nuclear, moderada por José Julio Emilio Herrera Velázquez, del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), de esta casa de estudios, Gavela González señaló que “se requiere un uso óptimo y moderado de todas las opciones, pues ninguna cumple a cabalidad esas características. Por ello, no será fácil prescindir de los fósiles y la energía nuclear se precisará para cubrir el hueco que dejarán los hidrocarburos”.

Para resolver el problema, acotó, se necesita eficiencia, ahorro, captura y almacenamiento de dióxido de carbono, gas natural y energías renovables, entre otras.

“Estas últimas son parte importante de la solución, pues están repartidas en los países menos desarrollados, son muy abundantes, causan poco daño ambiental y un impacto social positivo. Pero sus costos son altos, no son muy eficientes, están dispersas y requieren mucho terreno disponible”. Mientras, la nuclear enfrenta problemas de seguridad, altos costos y rechazo social.

Francia, impulso nuclear

Bertrand Barré, profesor emérito del Instituto Nacional de Ciencias y Técnicas Nucleares de Francia, relató que en ese país la energía se genera de diversas fuentes: 50 por ciento fósil, 40 nuclear y 10 por ciento renovables. “Nuestro modelo equilibra la generación y el uso”.

El éxito francés en el uso de la nuclear se debe a que la produce una empresa nacional, con una estandarización completa. “Existen 58 plantas del mismo tipo, lo que garantiza la especialización de los trabajadores, que van de una a otra con igual modelo. Tenemos experiencia en el cuidado del proceso, vital para garantizar la seguridad”.

En términos económicos y ambientales, prosiguió, la nuclear es una fuente positiva si se sabe manejar. “Desde hace 30 años en Francia no se subsidia, y ya se trabaja en la tercera generación de plantas rediseñadas para que la radiactividad quede contenida en caso de accidente, lo que implica que no se necesitan evacuaciones si hay fallas”, explicó.

Eficiencias y accidentes

La energía obtenida por esta vía es un millón de veces más grande que la lograda por otras fuentes, planteó Juan Eibenschutz Hartman, director general de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardas de México.

“Los combustibles fósiles como gas, carbón y petróleo producen un electrón-volt, y la nuclear genera del orden de un millón de electrón-volts. Por eso hay que usarla”, recomendó.

La crisis ambiental, centrada en el cambio climático, obliga a emplear todas las fuentes. “No hacer uso de las alternativas puede conducir a escasez, guerras y un cataclismo de dimensión planetaria. La nuclear puede sustituir a los combustibles fósiles, pero lo conveniente es hallar una matriz variable y flexible, para garantizar el suministro y encaminarse hacia una solución menos dañina para el ambiente”.

En tanto, Carlos Bravo, biólogo español, planteó que el seis por ciento de la energía primaria mundial proviene de la fuente nuclear, pero disminuye desde hace 10 años. “El declive (que se ha ubicado en 435 plantas, 429 de ellas en funcionamiento) apunta a la falta de seguridad y la liberación de sustancias radiactivas, que han generado accidentes como los de Chernóbil, en Ucrania, y Fukushima, en Japón.

El especialista en energía nuclear argumentó que ésta enfrenta costos enormes para enfrentar riegos, y que el mercado mundial se dirige a opciones limpias como la solar, eólica y geotérmica.

Boletín UNAM-DGCS-596

Antigua Escuela de Medicina.

Sólo 19% de la electricidad en México es limpia y de ésta, 3.5 viene de fuentes nucleares.

 
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La nucleoelectricidad representa una opción económica, segura y con posibilidades de ampliar su potencial en el largo plazo, dijo Juan Luis François Lacouture, académico de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, en el marco del Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos.
La nucleoelectricidad representa una opción económica, segura y con posibilidades de ampliar su potencial en el largo plazo, dijo Juan Luis François Lacouture, académico de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, en el marco del Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos.

2 de Septiembre del 2012

La energía nuclear constituye una alternativa sostenible porque representa una opción económica, limpia y segura con beneficios para la sociedad y posibilidades de ampliar su potencial en el largo plazo, aseguró Juan Luis François Lacouture, académico de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM.

En el marco del Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos, destacó que el impulso a esta fuente responde a la preocupación de no privar a generaciones futuras de satisfacer sus necesidades. “Tal es el caso de los productos petroquímicos, limitados por el agotamiento del petróleo”, ejemplificó.

Al considerar los niveles de utilización actuales, las reservas convencionales reconocidas de uranio durarían hasta 300 años. Por las nuevas tecnologías de reciclaje y reprocesamiento, la nuclear podrá aprovecharse por milenios, subrayó.

Actualmente, sólo el 19 por ciento de la electricidad producida en México proviene de fuentes limpias, de las cuales 3.5 por ciento se genera mediante núcleo electricidad, el resto a partir de combustibles fósiles.

Frente a este escenario, la tecnología nuclear tiene ventajas, como producir menos residuos y aprovechar el recurso al máximo. El potencial energético de una pastilla de uranio, que mide menos de un centímetro de diámetro por uno de altura, equivale a 810 kilogramos de carbón, 565 litros de petróleo y 480 metros cúbicos de gas natural. Al fisionarse, genera un millón de veces más energía que durante el proceso de combustión, precisó.

El integrante del Departamento de Sistemas Energéticos de la FI resaltó que la energía nuclear es una opción competitiva, al comparar el costo de diversas tecnologías utilizadas para generar electricidad, por cada unidad de megawatt hora producida, de acuerdo con estudios de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés). Además, su factor de capacidad es del 90 por ciento.

El conocimiento generado a partir de su utilización representa un “motor de descubrimientos” en áreas como ingeniería, robótica e informática, además de aprovecharse en aplicaciones para beneficio de las personas, por ejemplo, en medicina, con el diagnóstico y tratamiento de enfermedades como el cáncer y el mal funcionamiento de la tiroides.

Energía limpia

Para medir su impacto ambiental, es necesario analizar el ciclo de vida de este tipo de tecnología, desde la extracción de uranio y su conversión para generar electricidad hasta el destino de los residuos radiactivos, explicó el también presidente de la Red Mexicana de Educación, Capacitación e Investigación Nuclear.

Según estudios internacionales, al medir el volumen de emisiones de dióxido de carbono por unidad de energía eléctrica generada, las fuentes alternativas representan una opción menos contaminante que las fósiles, refirió.

Los residuos de la industria nuclear se clasifican en dos categorías: la primera es de baja y media actividad, como los generados por aplicaciones médicas y mantenimiento de centrales nucleares. Éstos tienen poca radiactividad y son confinados en lugares especiales y aislados del medio ambiente, como cualquier desecho tóxico.

La segunda, de alta actividad, atañe al combustible gastado por los reactores. Estos desechos son enterrados a más de 300 metros de profundidad o depositados en albercas de manera temporal. En comparación con el volumen total de los demás tóxicos producidos por la sociedad, los de alta radiactividad constituyen un porcentaje mínimo, detalló.

Una alternativa segura

Desde los bombardeos a Hiroshima y Nagasaki en 1945, la energía nuclear genera temor. Por ejemplo, en su trabajo más reciente, el cineasta Christopher Nolan recrea la amenaza que se cierne sobre una ciudad por un reactor de fisión utilizado como una bomba de tiempo, lo que es totalmente imposible.

Muchas veces la ficción utiliza este miedo como recurso. Para tener una bomba atómica se requieren núcleos de uranio 235 concentrados casi al 100 por ciento, a fin de liberar energía en grandes proporciones en un tiempo muy breve, lo que no es factible en un reactor nuclear, explicó.

El experto subrayó que a nivel global existen mecanismos para vigilar que los materiales nucleares no sean desviados para fabricar armamento. La industria relacionada se ocupa de que todas las salvaguardias —exportaciones e importaciones de materiales y tecnología nuclear— sean vigiladas por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

El futuro

En 1987, una comisión internacional dirigida por Gro Harlem Brundtland presentó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el documento Nuestro futuro común, mejor conocido como Informe Brundtland, primera referencia del término desarrollo sostenible, definido como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones.

En dos décadas, la población mundial será de ocho mil millones de personas. Al ritmo del crecimiento de la demanda y consumo de energía globales —calculado en un dos por ciento anual—, la estructura de la oferta energética actual, sustentada en los combustibles fósiles, será rebasada.

En este contexto, las fuentes de energía solar —en sus vertientes fototérmica y fotovoltaica—, geotérmica, eólica, oceánica, nuclear y biomasa, representan una alternativa en el ámbito social, económico y ambiental, y constituyen una de las respuestas viables para contribuir a la mitigación del cambio climático.

Boletín UNAM-DGCS-540
Ciudad Universitaria.