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Urge ampliar las redes de detección sísmica nacional

 
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En México, la red sísmica tiene menos de 50 estaciones, mientras que regiones como California, en Estados Unidos, cuenta con más de mil, señaló Shri Krishna Singh, investigador emérito del IGf.
En México, la red sísmica tiene menos de 50 estaciones, mientras que regiones como California, en Estados Unidos, cuenta con más de mil, señaló Shri Krishna Singh, investigador emérito del IGf.

6 de junio de 2010

• Un anillo de sensores a 300 kilómetros de la Ciudad de México sería eficiente y barato para fines de alertamiento a la urbe, dijo Shri Krishna Singh, investigador emérito del Instituto de Geofísica
• En una conferencia magistral, el académico de la UNAM añadió que el Sistema de Alerta Sísmica actual tiene fallas y cobertura limitada

Durante el terremoto de 1985, la Red de Acelerógrafos era una de las más avanzadas del mundo; pero actualmente, México tiene rezagos en la instrumentación sísmica, advirtió Shri Krishna Singh, investigador emérito del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

“Se requiere ampliar la cobertura de detección con sismógrafos, acelerógrafos, más equipos de banda ancha —como los instalados en territorio nacional a partir de 1990—, pero también con Sistemas de Posicionamiento Global (GPS) y aditamentos portátiles que generen datos de forma rápida en cualquier región afectada”, añadió.

La red sísmica nacional tiene menos de 50 estaciones, mientras que regiones como California, en Estados Unidos, cuenta con más de mil, dijo en la conferencia magistral Sismología en México: avances y perspectivas.

En un país de temblores, la instrumentación es fundamental para la detección de los movimientos telúricos grandes, medianos y pequeños, que además de aportar información en tiempo real, útil para la sociedad y organismos de protección civil, permita profundizar estudios sobre el origen, tipo y trayectoria en zonas específicas del planeta, acotó el científico, nacido en la India y nacionalizado mexicano.

En el auditorio Tlayolotl del IGf, lleno a su capacidad máxima por estudiantes y académicos, Singh propuso instalar un anillo de sensores a 300 kilómetros del Distrito Federal, que sería eficiente y barato para fines de alertamiento temprano para la ciudad.

Así se ampliaría la cobertura de detección sísmica para la región más poblada del país, y permitiría la estimación rápida de la intensidad esperada en el Valle de México.

Recordó que en las zonas blandas en esa área, un movimiento telúrico se amplifica entre 100 y 500 veces, mientras en las zonas duras, la amplificación es de 10.

El investigador del Departamento de Sismología del IGf, destacó que por años, en México han habido avances, pero también existen rezagos. “La red de acelerógrafos del Instituto de Ingeniería de la UNAM, ha crecido y aportado información para nutrir cientos de artículos científicos en todo el mundo, pero aquí, la comunidad de sismólogos es todavía muy pequeña, y necesitamos más especialistas para ampliar los estudios y análisis de los datos de la red”, reconoció.

Alerta sísmica deficiente

El ingeniero de minas y doctor en ciencias de la ingeniería, consideró que el sistema de alerta sísmica actual tiene varias deficiencias. “Su cobertura es limitada, utiliza un algoritmo de detección que tiene fallas para registrar la magnitud, y la alerta responde a la magnitud, cuando podría funcionar con base en la aceleración esperada en el Valle de México”, explicó.

También, sugirió utilizar sensores y GPS a lo largo de las costas para desarrollar una alerta de tsunamis, con parámetros deseables, como el tamaño de la falla, su ubicación y la energía radiada.

Sismólogo precursor

Singh ha sido fundamental para acercar a dos áreas de la investigación en México: la sismología y la ingeniería.

Durante su trayectoria de cuatro décadas de trabajo científico, ha estudiado las fuentes de los temblores, propagación, atenuación y amplificación de las ondas por efectos locales, estructura cortical de la Tierra, tsunamis y estimación de movimientos del terreno durante futuros movimientos.

Entre sus aportaciones, destacan el descubrimiento de que la pequeña y joven Placa de Rivera es capaz de producir grandes terremotos, como el ocurrido en la interfaz entre esa placa y la de Norteamérica, que produjo un gran temblor en Jalisco, en 1932.

Precursor de la llamada Escuela Mexicana de Sismología, Shri Krishna Singh ha impulsado las redes de detección sísmica nacional, que genera registros de utilidad para sismólogos de todo el mundo.

En la UNAM, ha dirigido el Departamento de Sismología del IGf, y ha sido asesor del Instituto de Ingeniería.

A nivel nacional, ha sido asesor del Centro Nacional de Prevención de Desastres, y de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias, donde participó en estudios de seguridad sísmica de la planta de Laguna Verde. Es integrante del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia, y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.

Distinguido por el gobierno de la República con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, también ha recibido la medalla Manuel Maldonado, de la Unión Geofísica Mexicana; el Premio Universidad Nacional, en el área de Innovación Tecnológica y Diseño; el Reconocimiento Especial de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica, y la Medalla Luis Esteva Maraboto.
Créditos: UNAM. DGCS -338/unam.mx

El sismo de Mexicali superó al de Haití; el respeto al código de construcción evitó un desastre

 
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El sismo en Mexicali se localizó sobre el Sistema de Fallas Cerro Prieto, una prolongación de la Falla de San Andrés, en California, Estados Unidos.
El sismo en Mexicali se localizó sobre el Sistema de Fallas Cerro Prieto, una prolongación de la Falla de San Andrés, en California, Estados Unidos.

• Con una magnitud de 7.2 y una profundidad de 10 kilómetros bajo la capital de Baja California, fue un evento grande, dijo el jefe del Servicio Sismológico Nacional, Carlos Valdés González

El sismo de magnitud 7.2 que se registró ayer domingo a las 17:40 (hora del centro) a 60 kilómetros al sureste de Mexicali, en Baja California, fue un poco mayor que el de Haití, pero el respeto a los códigos de construcción y la educación de la gente en esa región evitaron que se convirtiera en un desastre, afirmó Carlos Valdés González, jefe del Servicio Sismológico Nacional, organismo adscrito al Instituto de Geofísica de la UNAM.

El movimiento fue localizado a una profundidad de 10 kilómetros, sobre una falla casi vertical, con orientación noroeste-sureste, congruente con el sistema de fallas cartografiado en esa zona.

Se sintió con intensidad en Mexicali, Tijuana, Calexico, San Diego y Los Ángeles, zona fronteriza que comparten México y Estados Unidos.

“El de Mexicali fue un sismo muy parecido al de Haití, pues se localizó muy cerca de la superficie y, debido a su escasa profundidad, generó un movimiento intenso que cubrió una zona amplia. Pero los daños dependen mucho de las construcciones, y claramente las repercusiones en Mexicali y Haití fueron muy distintas. Aquí hubo daños materiales y dos víctimas, pero en Haití murieron miles”, agregó Valdés González.

En la generación de un desastre no solamente influye la magnitud del sismo, sino la preparación de la gente, el respeto a los códigos de construcción y saber qué hacer en caso de un terremoto.

Sistema de Fallas Cerro Prieto

El sismo del 4 de abril en Mexicali se localizó sobre el Sistema de Fallas Cerro Prieto, una prolongación de la Falla de San Andrés, en California, Estados Unidos.

Se trata de un lugar sísmico porque es la frontera de las placas tectónicas del Pacífico (en Baja California) y de Norteamérica (en Sonora).

“Hacía muchos años que en esta zona no había un temblor de tal magnitud, pero el Servicio Sismológico Nacional tiene registros de movimientos semejantes en 1915, de magnitud 7.0; en 1934 y 1940, ambos de 7.1, y en 1979, de 7.0”, recordó.

Valdés González explicó que se trató de un sismo de corrimiento lateral, como el de Haití, a diferencia de los de subducción, como el de 1985 en la Ciudad de México, o el de Chile, en febrero pasado.

Debido a que fue un sismo lateral, no generó un cambio de elevación terrestre y en consecuencia no causó un tsunami, aunque estaba cerca del mar, señaló Valdés González.

Recomienda simulacros mensuales

El titular del Servicio Sismológico Nacional dijo que eventos como el de Mexicali sirven para cuestionar si estamos preparados para enfrentar a un terremoto.

“Creo que este evento es una buena ocasión para plantear hacer simulacros, por lo menos una vez al mes, en zonas sísmicas del país”, recomendó.

En el norte del territorio tiembla con más frecuencia y se sienten sismos de magnitud 4.5, mientras en el centro sólo se perciben cuando son de magnitud 6 a 6.5.

Ante la posibilidad de nuevos temblores en México, Valdés González sugirió respetar los códigos de construcción y aumentar los ejercicios de protección civil.

Créditos: Boletín UNAM-DGCS-208 – dgcs.unam.mx

DIFERENTES, LAS PLACAS TECTÓNICAS QUE SE ENCUENTRAN DEBAJO DE MÉXICO Y CHILE

 
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• La distancia entre las dos costas de ambos países provoca que las ondas sísmicas se atenúen, aseguró Víctor Hugo Espíndola Castro, especialista del Servicio Sismológico Nacional

• El terremoto en Chile es un recordatorio de que México se ubica en una zona altamente sísmica.

El terremoto de 8.8 grados de magnitud que sacudió a Chile, no generará un sismo en el territorio mexicano como consecuencia, explicó Víctor Hugo Espíndola Castro, especialista del Servicio Sismológico Nacional.

Este fenómeno natural, no influye directamente en los procesos sísmicos en México, porque las placas tectónicas de ambas regiones son diferentes; el especialista explicó que el sismo en Chile fue provocado por la penetración de la placa Nazca con la Continental Sudamericana, mientras que en México existe la de Cocos y la Norteamericana.

Y aunque, en ambos casos, explicó, se genera el proceso de subducción -una placa penetra bajo la otra, y con ese contacto se acumula energía, que posteriormente es liberada súbitamente-, la ocurrencia y los efectos de dicho terremoto no se ven ligados directamente en la sismicidad de México; si llegara a presentarse alguno no sería consecuencia del ocurrido en Chile, aclaró.

Además, la distancia entre ambas costas provoca que las ondas sísmicas se atenúen; “una vez ocurrido el fenómeno natural en el país andino, éstas fueron detectadas en nuestro país 11 minutos después de dicho suceso, pero sólo fue perceptible de manera instrumental”, detalló Espíndola Castro.

En territorio mexicano, enfatizó, debemos estar atentos porque los procesos sísmicos continúan acumulándose en nuestras costas. Desde la costa de Jalisco hasta la costa sur del Pacífico de Sudamérica, existe una zona de subducción.

El sismo de Chile, destacó, tan sólo nos ayuda a recordar que México se ubica en una zona altamente sísmica y que las autoridades deben ser estrictas para verificar los códigos de construcción.

Además sugirió que los simulacros se realicen con mayor seriedad. Asimismo, recomendó que en los hogares se revisen bardas e instalaciones eléctricas y de gas, para saber que están en condiciones adecuadas.

Víctor Hugo Espíndola puntualizó que pronosticar implica saber la magnitud, ubicación y el tamaño y la fecha en que ocurrirá este tipo de siniestros, pero hasta la fecha no se han logrado dichos resultados aunque ha habido algunos intentos.

“Estadísticamente, se sabe que dependiendo de la región y cierto periodo de tiempo, se puede esperar que haya un sismo, como en el caso de México, porque se estima que en la llamada Brecha de Guerrero pueda ocurrir uno, pero no se sabe cuando”, concluyó.

Fuente:
Boletín UNAM-DGCS-132
dgcs.unam.mx

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