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Adecuada dosificación en el concreto retarda deterioro de infraestructura

 
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25 de septiembre del 2013

Con el fin de reducir la corrosión causada por la sal del mar, una investigación de la U.N. perfecciona y estandariza los métodos tradicionales de construcción de la costa sur del Pacífico colombiano.

Es un hecho que en zonas marinas el concreto se deteriora. Los investigadores de la Universidad Nacional de Colombia analizaron la influencia de la sal y observaron que este mineral natural aceleraba este proceso.

“Estas estructuras tienen mucho contacto con el agua del mar que, por lo general, tiene altas concentraciones de sal. En ellas hay iones de cloruro que afectan el concreto en la medida que penetran y producen corrosión”, asegura Juan Manuel Lizarazo, profesor del Departamento de Ingeniería Civil de la U.N.

El estudio, si bien sirve para toda la región, se concentró en Tumaco (Nariño). “En ambientes tan agresivos, como el que encontramos en esta zona, hay que tomar unas medidas relativamente simples pero que ayudan a mantener la infraestructura”, explica Lizarazo.

Los investigadores proponen unas medidas para volver el concreto más impermeable –y, por ende, más resistente a la corrosión por la sal–, entre las que figuran el uso de materiales y una dosificación de la mezcla adecuados.

“Para el concreto se mezclan cemento, arena y agua. Si se usa poca agua en la mezcla, el concreto se vuelve poco permeable y resulta más difícil que el cloruro penetre. Así se garantiza que las estructuras duren un poco más”, resalta el profesor.

Además de Lizarazo, en este proyecto participan Lucio López, Leonardo Fonseca y Javier González. Todos son integrantes del Grupo de Investigación en Análisis Diseño y Materiales  (GIES), de la Facultad de Ingeniería.

Congreso CONPAT 2013 Colombia

Esta investigación se presentará en el XII Congreso Latinoamericano de Patología de la Construcción y el XIV Congreso Latinoamericano de Control de Calidad de la Construcción, que se realizarán entre el 30 de septiembre y el 4 de octubre en Cartagena de Indias.

“Es un evento único en su especialidad, en el cual participarán profesionales de diversos países y disciplinas relacionadas con el control de calidad, patología y recuperación de las construcciones”, explica María Isabel Mayorga, profesora de la Facultad de Artes de la U.N.

El congreso busca actualizar y divulgar el conocimiento académico e independiente de las actividades profesionales vinculadas a la construcción y estrechar lazos comerciales entre sus participantes y asociados, congregados a través de la asociación ALCONPAT.

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Cifras oficiales sobre pobreza parecen poco confiables

 
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25 de septiembre del 2013

Colombia tiene la obsesión de entrar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), pero aún está lejos de alcanzar los estándares de desarrollo de los países que la integran.

¿A qué se debe el afán de los últimos Gobiernos por mejorar los indicadores socioeconómicos del país sin modificar su estructura inequitativa e injusta? La razón de fondo es ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), creada en 1961 y con sede en París.

Allí, se reúnen los 34 países más ricos del mundo, junto con México y Chile, comprometidos con promover la democracia y la economía de mercado. La organización apoya el crecimiento económico sostenible y el aumento del empleo, para que otros países alcancen el desarrollo y aumenten la calidad de vida.

Ingresar ha sido la obsesión de los últimos Gobiernos colombianos. En septiembre del año 2008, la embajada del país en Alemania anunció el interés. Y, en el año 2012, logró que su solicitud fuera evaluada, El presidente Juan Manuel Santos la formalizó y la OCDE contestó que podía iniciar los trámites.

Los requisitos para ingresar son estrictos y suponen tener estadísticas sobre muchos aspectos: agricultura, pesca, demografía, desarrollo de la población, educación, medioambiente, finanzas, globalización, comercio, salud, industria, información, comunicación, trabajo, bienestar, transporte, investigación, gestión pública, poder adquisitivo, precios, ciencia, patentes y tendencias de los principales indicadores.

La situación de Colombia se presenta con base en una recopilación de indicadores disponibles en instituciones nacionales e internacionales. Es evidente la escasa confiabilidad y actualización de las estadísticas nacionales tanto de origen estatal (Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas –DANE– y Departamento Nacional de Planeación –DNP–) como independiente.

¿Menos pobres?

Datos oficiales del año 2007 mostraban que la población pobre en Colombia era el 43,28% del total (personas con necesidades básicas insatisfechas más las que estaban bajo la línea de indigencia). Es decir, uno de cada dos colombianos era pobre.

Al actualizar los datos, se encuentra con sorpresa el documento “Pobreza monetaria en Colombia, nueva metodología y cifras 2002-2010”, del DNP y el DANE. Este es el resultado de la segunda fase de la Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad (Mesep)”.

Aquí se observa que con la nueva metodología se pasó del 44% de pobreza en el año 2010, al 37% en el año 2011, lo que corresponde a una caída del 7% que, cuando se convierte en personas, significa que súbitamente 3.200.000 colombianos dejaron de ser pobres.

Es obvio que esta metodología milagrosa para reducir la pobreza no ofrece un sistema objetivo ni justo para evaluarla, por lo cual es conveniente recurrir a otros indicadores que permitan hacer una estimación verídica de la realidad social del país.

Cifras en detalle

La línea de pobreza es el nivel mínimo de ingresos necesarios para poder mantener un estándar de vida adecuado. Según la ONU, la pobreza absoluta es la falta severa de ocho necesidades humanas básicas: ingresos, alimentos, agua potable, instalaciones de saneamiento, salud, albergue, educación e información. Depende no solo de los ingresos, sino también del acceso a servicios.

En Colombia, según la metodología de la Mesep, una persona es pobre cuando sus ingresos mensuales son inferiores a 197.400 pesos mensuales (6.567 diarios). Y está en pobreza extrema o indigencia cuando no recibe 98.500 pesos al mes (3.283 al día).

El coeficiente de Gini se utiliza para medir la desigualdad de ingresos o de riqueza. El número 0 corresponde a la igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y el 1, a la total desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). Este índice es el coeficiente en porcentaje.

En el año 2007, Suecia tenía la mejor distribución (23%), mientras que en Colombia era del 53,8%. Según el Banco Mundial (BM), en los años 2008, 2009 y 2010, el índice del país fue del 57,2%, 56,7% y 55,9%, respectivamente.

En el año 2011, entre 160 países del mundo, Colombia ocupaba el puesto 150 en concentración de la riqueza: superaba a Bolivia, Honduras y Haití en desigualdad e inequidad.

Pobreza y salud

Según el Ministerio de Salud y Protección Social: “Para lograr la afiliación de la población pobre y vulnerable del país al Sistema Integral de Seguridad Social (SISS), el Estado colombiano ha definido al régimen subsidiado en salud como su vía de acceso efectiva al derecho fundamental de la salud, a través de un subsidio”.

En una de las tablas del Ministerio, se observa que el 47,04% de los habitantes está afiliado al SISS en el régimen contributivo. El resto (el 52,96%), al subsidiado, incluido un 8,98% que está por fuera del sistema.  Esto significa que más de la mitad de los colombianos no tiene ingresos suficientes para pagar sus seguros en el régimen contributivo. Es perfectamente clara la relación entre vinculación al régimen subsidiado y pobreza.

En cuanto al producto interno bruto (PIB), en el año 2007 Colombia tenía un total de 171.738 millones de dólares. El per cápita era de 3.614 dólares. Para la misma fuente, el PIB total (estimado) para el año 2012 fue de 470 mil millones de dólares y el per cápita, de 10.100 dólares, lo que equivale a un incremento del 279% que supera a los de Bolivia, Ecuador y Paraguay.

¿Qué ha ocurrido con esa gran cantidad de dinero? ¿Quiénes se lo han apropiado?

La Mesep muestra que el índice de Gini pasó, en el año 2002, del 59,4% al 57,8% en el año 2010. Es decir, la desigualdad no disminuyó en Colombia en los últimos años, a pesar del incremento del PIB. Por ende, la pobreza real –la de las personas– no disminuyó y la riqueza quedó en manos de pocos.

El desarrollo humano es precario

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) establece que la educación de un país es la base para construir una sociedad justa y sostenible. Así, desde 1990 evalúa el progreso social de una nación en tres dimensiones básicas: vida larga y saludable, educación (conocimientos) e ingresos (nivel de vida digno). Este es el índice de desarrollo humano (IDH).

Noruega lo lidera con un promedio de vida de 81 años, 12,6 de escolaridad y un PIB per cápita de 47.557 dólares. Colombia está por debajo de Brasil y México y del promedio de países de América Latina, con 73,7 años de expectativa de vida, 7,3 de educación y un PIB per cápita de 8.315 dólares. En el año 2011, estaba en el puesto 79 entre 187 países. En el año 2012, pasó al 91.

La situación de la educación en Colombia puede conocerse objetivamente a partir de datos de entidades internacionales, por ejemplo, las pruebas PISA. Esta iniciativa de la OCDE entrega indicadores de calidad educativa al evaluar las competencias en lectura, matemáticas y ciencias en jóvenes quinceañeros de 65 países.

Los ocho países latinoamericanos que participaron en las PISA en 2009 tuvieron promedios inferiores a los de los miembros de la OCDE (que es de 494 puntos). El de Colombia fue de 413: por debajo de Chile, México y Uruguay, similar al de Brasil y superior al de Argentina, Panamá y Perú.

Las pruebas mostraron una leve mejora de los estudiantes colombianos con respecto al año 2006, pero insuficiente para garantizar las metas que el país se ha propuesto en materia de competitividad y equidad.

Los jóvenes colombianos tienen dificultades para comprender textos complejos e información implícita, para comparar y contrastar ideas y para asumir una posición crítica y argumentada sobre estas.

Una informalidad aguda

Según el informe del DANE “Medición del empleo informal y seguridad social, noviembre 2012 – enero 2013”, la población de ocupados informales en las trece áreas metropolitanas es del 51,6% y, de ella, el 52,9% tenía nivel educativo de secundaria.

Para el año 2012, la tasa nacional de desempleo fue del 10,4% y la de subempleo, del 32,6%. Estos valores indican que el 43% de los colombianos son desempleados o tienen formas precarias de trabajo.

Es evidente que Colombia debe acudir a metodologías que produzcan indicadores reales sobre su situación social. Asimismo, debe introducir cambios estructurales, que incluyen reformas inaplazables: agraria, de tierras urbanas, fiscal, del sector financiero y del sistema de salud (pasar de la protección social a la seguridad social), laboral (formalizar la contratación y respetar los derechos de los trabajadores).

En educación, se debe pagar adecuadamente a los profesores de todos los niveles, así como asignar una adecuada financiación para la educación pública como factor fundamental para construir un nuevo país.

Solo después de ejecutar estos cambios, que ayudarían a elevar la calidad de vida de todos los colombianos, el país podría considerar su entrada a la OCDE, al llamado “club de los países ricos”.

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La prohibición no es la salida frente al narcotráfico

 
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25 de septiembre del 2013

Rodrigo Uprimny, profesor de la U.N., aseguró que la solución al problema de las drogas ilícitas requiere políticas más humanas y democráticas que el régimen prohibicionista que actualmente impera.

Uprimny desarrolló esta idea a través de cinco argumentos que presentó en el Foro nacional sobre la solución al problema de las drogas ilícitas, organizado por la Universidad Nacional de Colombia y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el marco de las negociaciones de paz que adelantan el Gobierno y la guerrilla de las Farc en Cuba.

El primer argumento es que el régimen prohibicionista internacional fracasó estructuralmente. Según el académico, el propósito de esta medida era reducir la oferta por vía de la penalización y, de esta manera, controlar los abusos. Pero eso no ha ocurrido.

“Las cifras muestran que en un mercado como el de la cocaína, desde hace 20 años se mantiene una oferta potencial cercana a las 1.800 toneladas, lo cual es lo requerido”, ejemplificó.

El segundo argumento es que la política de la prohibición produce enormes daños y sufrimientos, así como mafias con gran capacidad de corrupción y violencia, y leyes antidemocráticas que congestionan las cárceles y marginan a los usuarios.

El tercer argumento es que existen políticas alternativas a la prohibición que son más humanas y democráticas. “Si uno se funda en la distinción entre el daño primario que ocasionan las sustancias ilícitas y el daño secundario que ocasionan las políticas de control, se pueden encontrar medidas más adecuadas”, dijo el profesor.

La idea es, por ejemplo, “reducir los daños primarios (como la capacidad del alcohol de producir cirrosis) pero sin incrementar los daños secundarios (como crear las mafias que provocan las políticas de control)”.

El cuarto argumento es que una regularización o legalización de las drogas podría ser una alternativa. “Esa política podría controlar los abusos, no sería un mercado libre sino estrictamente regulado, pero en la medida en que hay una oferta legalizada se reducen notablemente las mafias asociadas a este mercado ilícito”, aseveró Uprimny.

Además, dijo, se crean mejores mecanismos para integrar a los usuarios de estas sustancias y que de esta forma no queden marginados. “Por eso, creo que el actual prohibicionismo es una política injusta y equivocada, y que debemos luchar por alternativas”.

El quinto argumento es que, si bien la prohibición es un régimen internacional, Colombia tiene márgenes de acción frente a ello.

“El primero es que Colombia siga llevando, como ha hecho este Gobierno, el debate para que se flexibilicen las posiciones internacionales. El segundo es flexibilizar las políticas internamente, para lo cual es posible reinterpretar desde los Derechos Humanos las obligaciones internacionales en temas de drogas. Los primeros prevalecen sobre los segundos”, resaltó.

Finalmente, Uprimny dijo que todo esto puede traducirse en medidas concretas, como no criminalizar a los eslabones más débiles de la cadena y reorientar toda la política hacia las organizaciones criminales, teniendo en cuenta que su objetivo es reducir no tanto la oferta sino el daño que ocasionan a la democracia.

El profesor Uprimny fue uno de los invitados al panel “Propuestas para solucionar el fenómeno de producción y comercialización de narcóticos”, que hizo parte de este Foro Nacional.

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Regiones mostraron lo mejor de su gastronomía

 
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25 de septiembre del 2013

La riqueza gastronómica de distintos lugares del país, así como exquisitas recetas internacionales fueron los platos fuertes en el IV Festival de Comidas Típicas y de Regiones de la U.N. en Medellín.

La actividad, que se realiza desde hace cuatro años durante las jornadas universitarias, convocó a estudiantes, docentes, empleados y egresados en torno al intercambio de saberes y sabores tradicionales, y a la vivencia de los valores del compromiso ético.

De acuerdo con Nolverto Terraza, coordinador del Programa de Egresados y líder del Festival, “la idea es integrar a toda la comunidad universitaria, generar un espacio de esparcimiento y que alrededor de la cocina se fortalezcan lazos de unión, cooperación y solidaridad”.

En el festival se hace un reconocimiento especial a los tres mejores platos, en los que el jurado tiene en cuenta aspectos como haber realizado el curso de manipulación de alimentos, presentación y sabor del plato, decoración del toldo y entusiasmo del grupo.

Este año participaron varios equipos que prepararon platos típicos de Santander, Chocó, Meta, Bogotá e Italia, entre otros. “Para esta versión, los participantes hicieron ajiaco, raviolis italianísimos, capón de ahuyama, ternera a la llanera, mute y arepa santandereana, entre otras preparaciones”, señaló Terraza.

El grupo “Los cimarrones”, conformado por estudiantes de la Sede y quienes deleitaron al jurado con una deliciosa ternera a la llanera, se llevaron el primer puesto; mientras que los funcionarios administrativos de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas obtuvieron el segundo lugar con el mute y arepa santandereana. Finalmente, los integrantes del grupo Patrice Lumummba ocuparon el tercer puesto con un exquisito pusandao de pescado con coco.

En las jornadas, que culminaron con éxito, participaron alrededor de cinco mil personas. Este espacio permitió disfrutar de diversas actividades lúdicas, recreativas, culturales y deportivas.

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Registran nueva especie de flora colombiana

 
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25 de septiembre del 2013

Investigador de la U.N. halla una nueva especie de Andropogon (Andropogon columbiensis) en el departamento de Norte de Santander y contribuye al inventario de la flora en el país, considerado el segundo en el ámbito mundial después de Brasil.

“Con esta nueva especie, el género Andropogon queda representado en la flora de nuestro país por 18 especies”, afirmó el biólogo Diego Giraldo-Cañas investigador del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional de Colombia.

Esta planta constituye un recurso forrajero nativo muy destacado y, según el investigador, también podría servir en la recuperación de suelos degradados por actividad antrópica (hecha por el ser humano).

Durante dos años, Giraldo-Cañas realizó indagaciones morfológicas, taxonómicas y de distribución geográfica para estar seguro al cien por ciento de la existencia de la nueva especie. Las técnicas usadas corresponden a las empleadas clásicamente en taxonomía y sistemática biológica.

Además, el investigador siguió un concepto morfológico de especie, con base en los postulados de varios autores. “Una especie se define como un conjunto de individuos que presentan un espectro continuo de variación fenotípica y separado de otros conjuntos por discontinuidades morfológicas; en otras palabras, las especies son hipótesis acerca de la discontinuidad de la naturaleza”.

Andropogon columbiensis fue localizada en el municipio de Ocaña (Norte de Santander). Giraldo afirma que “esta especie crece en sustratos rocosos y arenosos derivados de material coluvial, en áreas con pendientes pronunciadas y fuerte erosión manifestada principalmente como cárcavas (socavones producidos en rocas y suelos de lugares con pendiente)”.

El experto también señala que “la región tiene una precipitación promedio de 1030 mm/año”, y que “a Andropogon columbiensis se le encuentra en matas dispersas y mezclada con otras gramíneas”.

Especie única

Andropogon columbiensis es única en el género por la combinación de ciertas características: “su tipo de lígula (apéndice membranosa); su aspecto delicado; y sus inflorescencias, constituidas por un único racimo”. Además, de esta especie “solo se conoce una pequeña población de la localidad tipo que no supera las tres hectáreas de extensión”, afirma el investigador.

Entre otras particularidades se destaca su hábito anual y cespitoso, es decir, que la especie lleva a cabo todo su ciclo de vida (germinación de la semilla, establecimiento y desarrollo de la plántula, crecimiento y desarrollo del individuo maduro, floración, polinización y fructificación, y muerte)  en un año e incluso en menos tiempo; y crecen varias plantas juntas, que constituyen una unidad ecológica.

Aunque Giraldo-Cañas ha adelantado varias exploraciones en toda la región andina, así como en el resto de Colombia, no ha encontrado nuevos especímenes.

Después de haber revisado colecciones de diferentes herbarios, nunca se encontraron más muestras de esta especie; lo que permite, según el profesor del ICN, “ubicar a Andropogon columbiensis en la categoría en peligro crítico”.

En el continente americano se encuentran entre 57 y 60 especies donde Brasil es el país con la mayor riqueza específica (28 especies), seguido por Colombia (18 especies incluido este estudio), Bolivia (16 especies) y Venezuela (16 especies).

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