



25 de julio del 2011
Capacitar a los especialistas en el uso tecnológico y la conservación del germoplasma microbiano y vegetal mexicano fue uno de los principales objetivos del Curso de Introducción a la Bioinformática, convocado por la Red de Medio Ambiente y Sustentabilidad del CONACYT y el Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas del Instituto de Ciencias (ICUAP) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Así lo señaló Angélica Ruiz Font, integrante de esa Red y académica del Centro de Investigación en Tecnología Aplicada del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quien manifestó que el incipiente uso en México del germoplasma para fines industriales en diversas áreas obligó a las instituciones a organizar dicho curso, con la idea de instruir a los interesados en el empleo de las nuevas herramientas informáticas.
En la actualidad, refirió, es necesario capacitar al personal encargado de resguardar los bancos de germoplasma para aprovechar al máximo la información y encaminarla a la explotación farmacéutica, médica y preservación ambiental, entre otros, y lograr, al mismo tiempo, que sean entidades autosustentables.
El concepto de germoplasma se utiliza para designar el genoma de las especies microbianas y vegetales silvestres, no genéticamente modificadas, de interés para la agricultura y la industria. Con el fin de conservar este material genético en cualquiera de sus fórmulas reproductivas se han creado bancos de germoplasma, cuya misión es la de ubicar, recolectar, conservar y caracterizar el plasma germinal de estas especies.
Ruiz Font expuso que el análisis de las secuencias genéticas de especies microbianas y vegetales permite conocer desde los genes específicos que hacen a una bacteria resistente a los antibióticos hasta la posibilidad de encontrar cura a enfermedades como el cáncer. No obstante, esta información, concentrada en bases de datos, sólo puede ser analizada con la ayuda de herramientas bioinformáticas.
Aunque en el mundo la secuenciación genómica se ha abaratado, comentó la investigadora, en el país pocos laboratorios se dedican a ello, de ahí la necesidad de ampliar la instrucción de los especialistas y la formación de cuadros en esta materia.
En este sentido, la académica puntualizó que existen bancos públicos internacionales de germoplasma, cuyo acceso a los investigadores y tecnólogos nacionales es restringido, debido al desconocimiento de las herramientas bioinformáticas, de ahí, insistió la importancia del curso.
Al considerar que se trató de un curso novedoso que aportó conocimientos básicos sobre bioinformática, la investigadora agregó que fue impartido por Alfonso Méndez Tenorio, especialista con formación en laboratorios norteamericanos, y quien desarrolló un software para el análisis de secuencias de metagenomas.
creditos: cmas.siu.buap.mx/portal/1902