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MÉXICO PIERDE CADA AÑO 40 MIL HECTÁREAS DE BOSQUES TEMPLADOS

 
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Los bosques templados ocupan la mayor cobertura forestal de México, con alrededor de 32 millones de hectáreas, que equivalen a casi el 18 por ciento del territorio nacional, además, son ecosistemas muy diversos, con 46 especies de pinos y 161 de encinos.
Sin embargo, cada año el país pierde, en promedio, 40 mil hectáreas de ellos debido a la deforestación intensiva, al cambio del uso de suelo por ganadería y agricultura, así como por el manejo forestal no sustentable, afirmó Leopoldo Galicia Sarmiento, investigador del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM.
Variedad de especies
La superficie forestal de los bosques templados duplica lo que queda de los tropicales lluviosos y secos en nuestro territorio. Aunque es menos diverso que las selvas, es el centro de diversificación de los pinos y encinos.
“En el mundo hay 111 especies de pinos, de ellas, México tiene 46 (24 endémicas). En tanto, de las 450 especies de encinos que existen en el planeta, nuestra nación cuenta con 161 (109 endémicas)”, refirió el especialista del Departamento de Geografía Física del IGg.
Pese a lo importante de conservar esa riqueza, del 100 por ciento de la madera que se produce en el país, 90 por ciento proviene de estos ecosistemas (78 por ciento de pinos y 12 de encinos), mientras el resto se obtiene en bosques tropicales. “Muchas economías comunitarias dependen del manejo forestal, fuente de ingresos en varias zonas rurales”, destacó.
Galicia Sarmiento afirmó que mientras la mayoría de los estudios ecológicos se centran en selvas y desiertos, existe escasa investigación científica de los bosques templados y la generalidad está dominada por un enfoque forestal, en donde sólo importa el volumen de madera.
“Es poco esfuerzo por entender otros procesos ecológicos –como las redes tróficas, cómo se regula la fertilización del suelo o cuál es la captura de agua de estas áreas– y a otros grupos de organismos que ahí cohabitan”.
Causas de la deforestación
Para trazar una estrategia que detenga el deterioro de esos ecosistemas, primero se deben entender las causas de la deforestación, planteó Galicia Sarmiento.
Los inventarios realizados en México en 1990 y 2000 estimaron que hubo pérdidas de entre 36 mil y 45 mil hectáreas anuales, debido a la deforestación, con cifras variables según la zona del país.
“Las principales causas de esta pérdida es la tala ilegal, que provoca deforestación y degradación, pues se realiza sin estrategia de manejo”, subrayó.
También, por su transformación en zonas para agricultura, debido a que tienen un clima benigno y húmedo, que genera suelos de buena calidad. Más recientemente, añadió, se ha sumado también la introducción de la ganadería.
El avance de infraestructura para instalar torres de luz y carreteras; los incendios, algunos provocados y otros naturales, así como el desarrollo urbano inmobiliario, que aumenta de manera expansiva hacia zonas boscosas, representan otra fuente de merma.
El problema se acentúa porque las tasas de recuperación son reducidas y a largo plazo. “Deben pasar al menos 30 años para que tenga una cobertura arbórea incipiente, pero para restablecer sus funciones ecológicas y diversidad, con todos sus organismos, trascurre hasta una siglo”. La proporción entre lo que se pierde y lo que se regenera en los bosques templados es de 15 a uno, estimó el investigador.
Proteger y aprovechar otros recursos
Existen varias estrategias para detener la destrucción de los bosques, entre ellas, la creación de Áreas Nacionales Protegidas y Parques Nacionales, que resguardan apenas al uno por ciento de esos ecosistemas en el país. “Hay que ampliar la red de protección y hacerlo de manera más coordinada, con grandes corredores protegidos”, sugirió.
Galicia Sarmiento consideró inevitable que la gente viva en esos entornos y los transforme, como ocurre con el 80 por ciento de la cobertura forestal del país, que está bajo propiedad comunitaria, sin embargo, sólo el 12 por ciento implementa planes de manejo para conservarlos.
“Necesitamos mejores estrategias, una planificación uniforme del manejo forestal y una diversificación de los productos que se obtienen, pues hoy sólo se centran en cortar árboles para obtener madera”, apuntó.
Asimismo, recomendó crear viveros, hacer bancos de germoplasma y transformar la madera en bienes con valor agregado –papel, muebles u objetos de diseño— para generar más recursos económicos a quienes viven en esas áreas y que tengan la posibilidad de reinvertir en planes de preservación.
También, propuso impulsar la innovación tecnológica en el sector ecológico para producir bioenergía, capturar agua, obtener productos químicos naturales y explotar otros recursos no maderables, como hongos silvestres, a fin de darles valor agregado. “Con ello se puede cuidar el bosque y explotar sólo una parte”, reiteró.
Respecto a la explotación de madera, sugirió hacer plantaciones forestales mixtas con especies endémicas, en áreas pequeñas pero intensificadas con fertilización y cuidados, como si se tratara de un cultivo.
Algunos estudios muestran que esas plantaciones, con cuatro o cinco especies de pinos y encinos, son más productivas, ayudan a mantener el suelo en buenas condiciones y capturan más agua, concluyó. Créditos:UNAM-DGCS-757-2013

bosquestempladosLos bosques templados ocupan la mayor cobertura forestal de México, con alrededor de 32 millones de hectáreas, que equivalen a casi el 18 por ciento del territorio nacional, además, son ecosistemas muy diversos, con 46 especies de pinos y 161 de encinos.

Sin embargo, cada año el país pierde, en promedio, 40 mil hectáreas de ellos debido a la deforestación intensiva, al cambio del uso de suelo por ganadería y agricultura, así como por el manejo forestal no sustentable, afirmó Leopoldo Galicia Sarmiento, investigador del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM.

Variedad de especies

La superficie forestal de los bosques templados duplica lo que queda de los tropicales lluviosos y secos en nuestro territorio. Aunque es menos diverso que las selvas, es el centro de diversificación de los pinos y encinos.

“En el mundo hay 111 especies de pinos, de ellas, México tiene 46 (24 endémicas). En tanto, de las 450 especies de encinos que existen en el planeta, nuestra nación cuenta con 161 (109 endémicas)”, refirió el especialista del Departamento de Geografía Física del IGg.

Pese a lo importante de conservar esa riqueza, del 100 por ciento de la madera que se produce en el país, 90 por ciento proviene de estos ecosistemas (78 por ciento de pinos y 12 de encinos), mientras el resto se obtiene en bosques tropicales. “Muchas economías comunitarias dependen del manejo forestal, fuente de ingresos en varias zonas rurales”, destacó.

Galicia Sarmiento afirmó que mientras la mayoría de los estudios ecológicos se centran en selvas y desiertos, existe escasa investigación científica de los bosques templados y la generalidad está dominada por un enfoque forestal, en donde sólo importa el volumen de madera.

“Es poco esfuerzo por entender otros procesos ecológicos –como las redes tróficas, cómo se regula la fertilización del suelo o cuál es la captura de agua de estas áreas– y a otros grupos de organismos que ahí cohabitan”.

Causas de la deforestación

Para trazar una estrategia que detenga el deterioro de esos ecosistemas, primero se deben entender las causas de la deforestación, planteó Galicia Sarmiento.

Los inventarios realizados en México en 1990 y 2000 estimaron que hubo pérdidas de entre 36 mil y 45 mil hectáreas anuales, debido a la deforestación, con cifras variables según la zona del país.

“Las principales causas de esta pérdida es la tala ilegal, que provoca deforestación y degradación, pues se realiza sin estrategia de manejo”, subrayó.

También, por su transformación en zonas para agricultura, debido a que tienen un clima benigno y húmedo, que genera suelos de buena calidad. Más recientemente, añadió, se ha sumado también la introducción de la ganadería.

El avance de infraestructura para instalar torres de luz y carreteras; los incendios, algunos provocados y otros naturales, así como el desarrollo urbano inmobiliario, que aumenta de manera expansiva hacia zonas boscosas, representan otra fuente de merma.

El problema se acentúa porque las tasas de recuperación son reducidas y a largo plazo. “Deben pasar al menos 30 años para que tenga una cobertura arbórea incipiente, pero para restablecer sus funciones ecológicas y diversidad, con todos sus organismos, trascurre hasta una siglo”. La proporción entre lo que se pierde y lo que se regenera en los bosques templados es de 15 a uno, estimó el investigador.

Proteger y aprovechar otros recursos

Existen varias estrategias para detener la destrucción de los bosques, entre ellas, la creación de Áreas Nacionales Protegidas y Parques Nacionales, que resguardan apenas al uno por ciento de esos ecosistemas en el país. “Hay que ampliar la red de protección y hacerlo de manera más coordinada, con grandes corredores protegidos”, sugirió.

Galicia Sarmiento consideró inevitable que la gente viva en esos entornos y los transforme, como ocurre con el 80 por ciento de la cobertura forestal del país, que está bajo propiedad comunitaria, sin embargo, sólo el 12 por ciento implementa planes de manejo para conservarlos.

“Necesitamos mejores estrategias, una planificación uniforme del manejo forestal y una diversificación de los productos que se obtienen, pues hoy sólo se centran en cortar árboles para obtener madera”, apuntó.

Asimismo, recomendó crear viveros, hacer bancos de germoplasma y transformar la madera en bienes con valor agregado –papel, muebles u objetos de diseño— para generar más recursos económicos a quienes viven en esas áreas y que tengan la posibilidad de reinvertir en planes de preservación.

También, propuso impulsar la innovación tecnológica en el sector ecológico para producir bioenergía, capturar agua, obtener productos químicos naturales y explotar otros recursos no maderables, como hongos silvestres, a fin de darles valor agregado. “Con ello se puede cuidar el bosque y explotar sólo una parte”, reiteró.

Respecto a la explotación de madera, sugirió hacer plantaciones forestales mixtas con especies endémicas, en áreas pequeñas pero intensificadas con fertilización y cuidados, como si se tratara de un cultivo.

Algunos estudios muestran que esas plantaciones, con cuatro o cinco especies de pinos y encinos, son más productivas, ayudan a mantener el suelo en buenas condiciones y capturan más agua, concluyó.

Créditos:UNAM-DGCS-757-2013

Exponen en el IPN alimentos innovadores y funcionales

 
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30 de octubre de 2013

Exponen  en el IPN alimentos innovadores y funcionales
Exponen en el IPN alimentos innovadores y funcionales

Son desarrollados por los alumnos del tercer semestre de la Licenciatura en Nutrición del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), Unidad Milpa Alta, del IPN

Desnutrición, sobrepeso y obesidad, problemas de nuestro país, advierte Baldomero Morales Campos, director del CICS

Con el objetivo de proponer alimentos novedosos enfocados a dar solución a distintas problemáticas nutricionales de la población mexicana, el Instituto Politécnico Nacional (IPN), a través del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), Unidad Milpa Alta, realizó su Exposición Alimentos Innovadores y Funcionales 2013.

Durante la inauguración de la muestra, Baldomero Morales Campos, director del CICS Milpa Alta, aseguró que México atraviesa por una situación muy difícil en el campo de la nutrición, porque a la par de que existen problemas de sobrepeso y obesidad, también coexisten la desnutrición y otros desórdenes alimenticios.

Por ello, destacó que la exposición que se realizó como parte de la Unidad de Aprendizaje “Conservación de Alimentos” del CICS, buscó incentivar a los alumnos que  2cursan el tercer semestre de la Licenciatura en Nutrición para desarrollar alimentos innovadores con alto valor nutritivo.

“Se trata de una muestra donde los estudiantes exhibieron los conocimientos que han adquirido en las aulas y en los laboratorios para elaborar y proponer productos novedosos, al tiempo que les permite considerar un camino de emprendimiento comercial”, indicó el directivo politécnico.

El Director del CICS Milpa Alta destacó que esta escuela proporciona una formación de alta calidad para profesionales en ciencias de la salud que sean capaces de brindar atención nutriológica a individuos sanos, en riesgo o enfermos.

También dijo que los egresados del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud cuentan con la capacidad de atender a grupos de los diferentes sectores de la sociedad con herramientas científicas, tecnológicas, ecológicas y humanísticas, así como con un alto sentido de responsabilidad social.

Créditos: IPN-C-279

Cafetos serán resistentes a la broca.

 
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8 de Enero del 2013
Después de evaluar diferentes extractos vegetales en ensayos in vivo e in vitro, especialistas avanzan en la obtención de plantas de café resistentes a la broca.
El secreto está en Lupinus bogotensis, una planta que tiene un proteína que bloquea las enzimas digestivas del insecto y lo mata.
Por décadas, la broca (Hypothenemus hampei) ha sido uno de los principales enemigos de los cafetales en el mundo. En los años noventa, este coleóptero, de la familia de los escarabajos, llevó a la quiebra a miles de cultivadores colombianos. Se estima que en Antioquia, durante esa década, se vieron afectadas unas 115 mil hectáreas.
En el año 2006, en el país persistían unas 800 mil hectáreas con la plaga, en detrimento del patrimonio de casi medio millón de familias cafeteras, según datos del Centro Nacional de Investigación de Café (Cenicafé). En el año 2010, la infestación bajó a casi el 15% de los cafetales del país y, en el 2011 llegó a sus niveles más reducidos (0,7%), según lo que reportó, en su momento, la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
No obstante estos logros, los científicos siguen buscando alternativas de control para evitar, a toda costa, que este flagelo vuelva a emerger. Así, con el apoyo financiero del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Diana María Molina Vinasco, doctora en Ciencias del Departamento de Química de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, es una de las investigadoras que trabaja en Cenicafé para garantizar la producción cafetera nacional, que para el periodo junio de 2011 – mayo de 2012 alcanzó los 7.113.000 sacos, de 60 kg cada uno.
Alternativa ecológica
El trabajo de la experta consistió en evaluar en tubos de ensayo (in vitro) extractos de semillas de varias especies vegetales, a fin de identificar proteínas que, al entrar en el organismo del pequeño insecto, lo mataran. Las plantas estudiadas fueron Lupinus bogotensis, Brachiaria humidicola, Amaranthus hypochondriacus, Phaseolus acutifolius, Phaseolus coccineus, Hyptis suaveolens, Centrosema pubescens y Trifolium.
Adicionalmente, analizó las enzimas digestivas del escarabajo para determinar cuáles eran las más vulnerables al entrar en contacto con los extractos vegetales. En otras palabras, quería descubrir el talón de Aquiles de la dañina plaga.
La experta explica que actualmente el objetivo es incorporar esas proteínas a la planta de café a través de ingeniería genética, tecnología que permite transferir ADN de un organismo a otro.
“En pruebas in vivo alimentamos larvas de broca con la proteína de Lupinus bogotensis que tienen mayor actividad inhibidora. La sustancia se une a las aspártico proteasas (las enzimas digestivas del animal) e impide que el intestino digiera la proteína que consume del grano de café. Obtuvimos una mortalidad de entre el 50% y el 80%, según la concentración aplicada”, asegura la investigadora de la UN.
El insecto se caracteriza por alimentarse y crecer en la semilla del fruto (endospermo), en donde se concentran los nutrientes que el embrión utiliza en el momento de la germinación. Así, daña este depósito de alimento del grano y echa a perder la producción de café. Pero, si a la estructura genética del cafeto se le incorporan las proteínas inhibidoras de L. bogotensis, el animal muere.
Asimismo, la científica encontró que las proteínas del extracto tienen la capacidad de retardar el crecimiento y desarrollo de este coleóptero, lo que resulta una alternativa para la obtención de plantas de café resistentes.
Una plaga costosa
Según la FNC, el café representa el 12,4% del producto interno bruto agropecuario del país y es el cultivo más importante en setenta países del mundo. Sin embargo, la broca ha causado por décadas pérdidas millonarias, que exigen soluciones ambientales de bajo costo y de manera inmediata.
Asimismo, el control se ha efectuado a través de insecticidas, que no solo causan daños ambientales, sino que, además, incrementan la resistencia del escarabajo. Esto causa una profunda preocupación en el sector caficultor del país.
Para Luis Alirio Ríos Marulanda, caficultor antioqueño que perdió sus cultivos por culpa de esta plaga hace tres años, resulta alentador encontrar una alternativa diferente, pues en la actualidad solo la recolección continua garantiza su control y la productividad de los cultivos de café.
“Al recuperar mis cultivos, comencé a hacer recolección cada quince días, y así logramos controlar la broca hasta en un 80%. Pero los ingenieros agropecuarios siempre nos insisten en el cuidado que hay que tener, por lo que nos recomiendan no usar muchos insecticidas”, afirma.
Por esta razón, Molina y su equipo siguen trabajando en la implementación de estrategias naturales, con diferentes proteínas vegetales con un alto potencial para el control. Ahora cuentan con una nueva opción, en la que la genética es la mejor aliada.
La experta indica que esta es la primera investigación en la que se identificó un inhibidor de L. bogotensis que bloquea la actividad de las aspártico proteasas de la broca, mediante la transferencia del gen que codifica esta proteína a la planta del café. Y precisa que hasta el momento no se conocían estudios de este tipo.
“Ahora tenemos la secuencia completa del gen que codifica esa proteína y comprobamos que, tanto in vitro como en bioensayos, su actividad fue eficiente para el control del coleóptero”, concluye Molina.
Este trabajo complementa estudios anteriores y contribuye al conocimiento de las enzimas digestivas de la broca. Se espera que pronto se puedan emplear estos inhibidores en la obtención de variedades de café resistentes a la broca.
Crédito: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html
El control se ha efectuado a través de insecticidas, que no solo causan daños ambientales, sino que, además, incrementan la resistencia del escarabajo.

El control se ha efectuado a través de insecticidas, que no solo causan daños ambientales, sino que, además, incrementan la resistencia del escarabajo.

8 de Enero del 2013

Después de evaluar diferentes extractos vegetales en ensayos in vivo e in vitro, especialistas avanzan en la obtención de plantas de café resistentes a la broca.

El secreto está en Lupinus bogotensis, una planta que tiene un proteína que bloquea las enzimas digestivas del insecto y lo mata.

Por décadas, la broca (Hypothenemus hampei) ha sido uno de los principales enemigos de los cafetales en el mundo. En los años noventa, este coleóptero, de la familia de los escarabajos, llevó a la quiebra a miles de cultivadores colombianos. Se estima que en Antioquia, durante esa década, se vieron afectadas unas 115 mil hectáreas.

En el año 2006, en el país persistían unas 800 mil hectáreas con la plaga, en detrimento del patrimonio de casi medio millón de familias cafeteras, según datos del Centro Nacional de Investigación de Café (Cenicafé). En el año 2010, la infestación bajó a casi el 15% de los cafetales del país y, en el 2011 llegó a sus niveles más reducidos (0,7%), según lo que reportó, en su momento, la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).

No obstante estos logros, los científicos siguen buscando alternativas de control para evitar, a toda costa, que este flagelo vuelva a emerger. Así, con el apoyo financiero del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Diana María Molina Vinasco, doctora en Ciencias del Departamento de Química de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, es una de las investigadoras que trabaja en Cenicafé para garantizar la producción cafetera nacional, que para el periodo junio de 2011 – mayo de 2012 alcanzó los 7.113.000 sacos, de 60 kg cada uno.


Alternativa ecológica

El trabajo de la experta consistió en evaluar en tubos de ensayo (in vitro) extractos de semillas de varias especies vegetales, a fin de identificar proteínas que, al entrar en el organismo del pequeño insecto, lo mataran. Las plantas estudiadas fueron Lupinus bogotensis, Brachiaria humidicola, Amaranthus hypochondriacus, Phaseolus acutifolius, Phaseolus coccineus, Hyptis suaveolens, Centrosema pubescens y Trifolium.

Adicionalmente, analizó las enzimas digestivas del escarabajo para determinar cuáles eran las más vulnerables al entrar en contacto con los extractos vegetales. En otras palabras, quería descubrir el talón de Aquiles de la dañina plaga.

La experta explica que actualmente el objetivo es incorporar esas proteínas a la planta de café a través de ingeniería genética, tecnología que permite transferir ADN de un organismo a otro.

“En pruebas in vivo alimentamos larvas de broca con la proteína de Lupinus bogotensis que tienen mayor actividad inhibidora. La sustancia se une a las aspártico proteasas (las enzimas digestivas del animal) e impide que el intestino digiera la proteína que consume del grano de café. Obtuvimos una mortalidad de entre el 50% y el 80%, según la concentración aplicada”, asegura la investigadora de la UN.

El insecto se caracteriza por alimentarse y crecer en la semilla del fruto (endospermo), en donde se concentran los nutrientes que el embrión utiliza en el momento de la germinación. Así, daña este depósito de alimento del grano y echa a perder la producción de café. Pero, si a la estructura genética del cafeto se le incorporan las proteínas inhibidoras de L. bogotensis, el animal muere.

Asimismo, la científica encontró que las proteínas del extracto tienen la capacidad de retardar el crecimiento y desarrollo de este coleóptero, lo que resulta una alternativa para la obtención de plantas de café resistentes.


Una plaga costosa

Según la FNC, el café representa el 12,4% del producto interno bruto agropecuario del país y es el cultivo más importante en setenta países del mundo. Sin embargo, la broca ha causado por décadas pérdidas millonarias, que exigen soluciones ambientales de bajo costo y de manera inmediata.

Asimismo, el control se ha efectuado a través de insecticidas, que no solo causan daños ambientales, sino que, además, incrementan la resistencia del escarabajo. Esto causa una profunda preocupación en el sector caficultor del país.

Para Luis Alirio Ríos Marulanda, caficultor antioqueño que perdió sus cultivos por culpa de esta plaga hace tres años, resulta alentador encontrar una alternativa diferente, pues en la actualidad solo la recolección continua garantiza su control y la productividad de los cultivos de café.

“Al recuperar mis cultivos, comencé a hacer recolección cada quince días, y así logramos controlar la broca hasta en un 80%. Pero los ingenieros agropecuarios siempre nos insisten en el cuidado que hay que tener, por lo que nos recomiendan no usar muchos insecticidas”, afirma.

Por esta razón, Molina y su equipo siguen trabajando en la implementación de estrategias naturales, con diferentes proteínas vegetales con un alto potencial para el control. Ahora cuentan con una nueva opción, en la que la genética es la mejor aliada.

La experta indica que esta es la primera investigación en la que se identificó un inhibidor de L. bogotensis que bloquea la actividad de las aspártico proteasas de la broca, mediante la transferencia del gen que codifica esta proteína a la planta del café. Y precisa que hasta el momento no se conocían estudios de este tipo.

“Ahora tenemos la secuencia completa del gen que codifica esa proteína y comprobamos que, tanto in vitro como en bioensayos, su actividad fue eficiente para el control del coleóptero”, concluye Molina.

Este trabajo complementa estudios anteriores y contribuye al conocimiento de las enzimas digestivas de la broca. Se espera que pronto se puedan emplear estos inhibidores en la obtención de variedades de café resistentes a la broca.

Crédito: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Afecta industria petrolera y agropecuaria grupos de anfibios y reptiles

 
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En áreas de alto impacto petrolero, investigadores de la UNAM han encontrado que, en cuanto a anfibios y reptiles, todos los grupos han sido afectados: salamandras, ranas y cecilias, por un lado, y tortugas, cocodrilos, lagartijas y serpientes, por el otro.
En áreas de alto impacto petrolero, investigadores de la UNAM han encontrado que, en cuanto a anfibios y reptiles, todos los grupos han sido afectados: salamandras, ranas y cecilias, por un lado, y tortugas, cocodrilos, lagartijas y serpientes, por el otro.

27 de diciembre de 2012
• Han sido alterados salamandras, ranas y cecilias, por un lado, y tortugas, cocodrilos, lagartijas y serpientes, por el otro
• La industria agropecuaria también contribuye a deteriorar el medio ambiente en distintas zonas del sureste del país

Investigadores del Instituto de Biología (IB) de la UNAM analizan, desde 1998, los efectos de la explotación petrolera en varios puntos del país.

Ese año, un equipo de trabajo comenzó un estudio en las zonas con más conflictos sociales relacionados con esa actividad –desde el sur de Veracruz, hasta el norte de Campeche, antes de la Laguna de Términos–, para establecer los daños en su flora y fauna. En 2002 lo concluyó, y en 2005, hizo público un documento con los resultados sobre biodiversidad.

Meses después de que el análisis fuera concluido, Pemex abrió el parque ecológico Jaguaroundi, en la periferia de las instalaciones de sus complejos petroquímicos Cangrejera, Pajaritos y Morelos, al sur de Veracruz, y en 2011, el Tuzandépetl, en Ixhuatlán del Sureste, en el mismo estado.

A la fecha, los universitarios no han dejado de monitorear esas áreas de alto impacto petrolero y comparar los efectos que han encontrado en ellas con los estudios que llevaron a cabo en Los Tuxtlas, otra región de Veracruz bien conservada, y con gran diversidad de especies.

“En cuanto a los anfibios y reptiles, podemos afirmar que todos los grupos han sido afectados: salamandras, ranas y cecilias, por un lado, y tortugas, cocodrilos, lagartijas y serpientes, por el otro. Ahora bien, en el momento que hicimos la investigación, vimos que las explotaciones petroleras eran responsables de muchos daños, sí, pero que en realidad las afecciones más significativas se debían a la acción combinada de las industrias petrolera y agropecuaria presente en esas zonas”, señaló Víctor Hugo Reynoso Rosales.

Los investigadores detectaron en los cuerpos de agua focos de contaminación originados por los germicidas y acaricidas que aplican a las vacas lecheras, y por los herbicidas que se emplean para eliminar algunas especies de plantas no deseadas.

“En el caso de los anfibios, se ven más impactados por los químicos que lanza la industria agropecuaria, que por los de la petrolera. Por ejemplo, vimos especies de ranas que saltaban tranquilamente en lugares llenos de chapopote”, indicó el herpetólogo.

La industria petrolera ocasiona un grave deterioro ambiental cada vez que excava un pozo, deseca un pantano y/o redistribuye un cuerpo de agua, pero la agropecuaria también, al verter directamente en los cuerpos detritus peligrosos, que tardan mucho tiempo en degradarse.

“Pensamos que lo que causa la pérdida de biodiversidad en la planicie del Golfo de México es la acción combinada de estas dos fuentes contaminantes, y no sólo una, de ahí que propongamos estudiar los efectos de ambas. Debemos abordar el problema en su totalidad, no de manera parcial”, aseveró.

Respecto al parque ecológico Jaguaroundi, aunque está rodeado por complejos petroquímicos contaminantes que emiten ingentes cantidades de humo y olores fuertes, guarda una diversidad de especies muy rica.

“Esperábamos hallar en su interior un intenso deterioro ambiental, sin embargo, todo parece indicar que bastaría que existan fragmentos o remanentes de vegetación suficientemente grandes, para que las poblaciones de anfibios y reptiles se mantengan bien. Es posible que esos espacios absorban de manera eficiente los contaminantes y, por consiguiente, eviten que se alteren los hábitats específicos de anfibios y reptiles. Esto es algo completamente inesperado para nosotros”, admitió.

Reynoso Rosales y sus colaboradores exploran ahora el nuevo parque ecológico Tuzandépetl, donde también han encontrado gran diversidad de especies.

Créditos: UNAM-DGCS-793/2012

Otorgan doctorado honoris causa a gerardo ceballos por labor conservacionista.

 
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11 de Didiembre del 2012
“La misión de mi vida es salvar el mayor número de especies en peligro de extinción. Mi trabajo está sustentado en esta idea”, refirió Gerardo Ceballos González, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, quien a los 11 años descubrió su vocación tras leer El último chorlito, de Fred Bodsworth, que narra la extinción de la especie esquimal que al final del verano migraba del Océano Glacial Ártico a las pampas sudamericanas.
En reconocimiento a su trabajo, dedicado a temas ambientales, y su labor en favor de la conservación de la naturaleza, recibió el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. La distinción fue entregada en el marco de las festividades por los 400 años del establecimiento de ese centro educativo.
El especialista es autor de 35 libros y de más de 350 artículos científicos y de divulgación, publicados en las revistas internacionales más prestigiosas, como Science, Proceedings of the National Academy of Sciences, PlosOne, Ecology, Ecological Applications y Conservation Biology, entre otras.
Recientemente, encabezó uno de los descubrimientos de biodiversidad más importantes de los últimos años, al identificar nuevas especies de mamíferos y anfibios en una región selvática entre Ecuador y Perú.
“La información científica sólida contribuye a la solución de problemas ambientales graves, como la extinción de especies, y promover el establecimiento de áreas para la conservación”, subrayó el también titular del Laboratorio de Ecología y Conservación de la Fauna Silvestre del IE, quien participó en la creación de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP) y es integrante del Consejo Nacional de Áreas Protegidas.
“Es el laboratorio dedicado a temas ambientales con el mayor número de artículos incluidos en las revistas científicas más importantes del mundo. A nivel regional, contamos con el mayor número de libros publicados. Hemos compaginado nuestra actividad con la difusión, e incidimos en la solución de problemas del país”, señaló.
Preservar la naturaleza
En 1991, Ceballos González publicó un artículo que lo ubicó como precursor en la clasificación de especies en peligro de extinción en territorio nacional. Con su trabajo, promovió la Norma Oficial Mexicana expedida en 1994, en favor de la conservación y protección de la biodiversidad amenazada.
Además, realizó la propuesta y creación de la reservas de la Biosfera Chamela-Cuixmala, en Jalisco; de Calakmul, en Campeche, y del área de protección de flora y fauna de Ciénegas de Lerma. La primera, protege alrededor de 13 mil hectáreas de manglares y selvas, ecosistemas muy amenazados. La segunda, comprende 1.3 millones de hectáreas de selvas en la Península de Yucatán. La tercera, preserva los últimos remanentes de humedales —casi tres mil hectáreas— en el centro de México.
También, colaboró en el establecimiento de la Reserva de la Biosfera de Janos, en Chihuahua, con una extensión de más de medio millón de hectáreas y proyectos para recuperar especies en peligro de extinción, como el perrito de las praderas.
En 2001, se realizó la primera reintroducción exitosa del hurón de patas negras, y en 2009, de los primeros bisontes genéticamente puros en México.
En 2005, presentó el primer estudio que sintetizó la distribución de todos los mamíferos en el mundo, unas cinco mil especies. Con el trabajo, estableció las áreas prioritarias para la conservación de todos los mamíferos del mundo.
También, propuso la recategorización del Parque Nacional Nevado de Toluca como área de protección de flora y fauna, para promover actividades como silvicultura y cacería, compatibles con la conservación. Esta zona provee alrededor del 70 por ciento del agua consumida en el Valle de Toluca, y el 30 por ciento del líquido que llega al Valle de México, recurso que puede perderse, advirtió.
A futuro, el reto más importante de la humanidad es armonizar la conservación de la naturaleza con el desarrollo económico. “Podemos superar un colapso financiero, social o político, pero si no solucionamos la catástrofe ambiental actual, será imposible recuperarnos”.
Boletín UNAM-DGCS-763
Ciudad Universitaria.
La Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, reconoció al investigador del Instituto de Ecología de la UNAM por su labor encaminada a evitar la extinción de diversas especies.

La Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, reconoció al investigador del Instituto de Ecología de la UNAM por su labor encaminada a evitar la extinción de diversas especies.

11 de Didiembre del 2012

“La misión de mi vida es salvar el mayor número de especies en peligro de extinción. Mi trabajo está sustentado en esta idea”, refirió Gerardo Ceballos González, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, quien a los 11 años descubrió su vocación tras leer El último chorlito, de Fred Bodsworth, que narra la extinción de la especie esquimal que al final del verano migraba del Océano Glacial Ártico a las pampas sudamericanas.

En reconocimiento a su trabajo, dedicado a temas ambientales, y su labor en favor de la conservación de la naturaleza, recibió el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. La distinción fue entregada en el marco de las festividades por los 400 años del establecimiento de ese centro educativo.

El especialista es autor de 35 libros y de más de 350 artículos científicos y de divulgación, publicados en las revistas internacionales más prestigiosas, como Science, Proceedings of the National Academy of Sciences, PlosOne, Ecology, Ecological Applications y Conservation Biology, entre otras.

Recientemente, encabezó uno de los descubrimientos de biodiversidad más importantes de los últimos años, al identificar nuevas especies de mamíferos y anfibios en una región selvática entre Ecuador y Perú.

“La información científica sólida contribuye a la solución de problemas ambientales graves, como la extinción de especies, y promover el establecimiento de áreas para la conservación”, subrayó el también titular del Laboratorio de Ecología y Conservación de la Fauna Silvestre del IE, quien participó en la creación de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP) y es integrante del Consejo Nacional de Áreas Protegidas.

“Es el laboratorio dedicado a temas ambientales con el mayor número de artículos incluidos en las revistas científicas más importantes del mundo. A nivel regional, contamos con el mayor número de libros publicados. Hemos compaginado nuestra actividad con la difusión, e incidimos en la solución de problemas del país”, señaló.


Preservar la naturaleza

En 1991, Ceballos González publicó un artículo que lo ubicó como precursor en la clasificación de especies en peligro de extinción en territorio nacional. Con su trabajo, promovió la Norma Oficial Mexicana expedida en 1994, en favor de la conservación y protección de la biodiversidad amenazada.

Además, realizó la propuesta y creación de la reservas de la Biosfera Chamela-Cuixmala, en Jalisco; de Calakmul, en Campeche, y del área de protección de flora y fauna de Ciénegas de Lerma. La primera, protege alrededor de 13 mil hectáreas de manglares y selvas, ecosistemas muy amenazados. La segunda, comprende 1.3 millones de hectáreas de selvas en la Península de Yucatán. La tercera, preserva los últimos remanentes de humedales —casi tres mil hectáreas— en el centro de México.

También, colaboró en el establecimiento de la Reserva de la Biosfera de Janos, en Chihuahua, con una extensión de más de medio millón de hectáreas y proyectos para recuperar especies en peligro de extinción, como el perrito de las praderas.

En 2001, se realizó la primera reintroducción exitosa del hurón de patas negras, y en 2009, de los primeros bisontes genéticamente puros en México.

En 2005, presentó el primer estudio que sintetizó la distribución de todos los mamíferos en el mundo, unas cinco mil especies. Con el trabajo, estableció las áreas prioritarias para la conservación de todos los mamíferos del mundo.

También, propuso la recategorización del Parque Nacional Nevado de Toluca como área de protección de flora y fauna, para promover actividades como silvicultura y cacería, compatibles con la conservación. Esta zona provee alrededor del 70 por ciento del agua consumida en el Valle de Toluca, y el 30 por ciento del líquido que llega al Valle de México, recurso que puede perderse, advirtió.

A futuro, el reto más importante de la humanidad es armonizar la conservación de la naturaleza con el desarrollo económico. “Podemos superar un colapso financiero, social o político, pero si no solucionamos la catástrofe ambiental actual, será imposible recuperarnos”.

Boletín UNAM-DGCS-763

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