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Escuela de Fútbol UN beneficia a estudiantes de colegios públicos.

 
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La propuesta deportiva cuenta con el apoyo del Programa de Acompañamiento Integral de la UN y de jóvenes vinculados al Grupo Paes (Programa de Admisión Especial).
La propuesta deportiva cuenta con el apoyo del Programa de Acompañamiento Integral de la UN y de jóvenes vinculados al Grupo Paes (Programa de Admisión Especial).

10 de Octubre del 2012

La Escuela de Fútbol UN Manizales es el proyecto deportivo y pedagógico de un estudiante de la sede, que busca forjar valores esenciales –como respeto y honestidad– en los niños de la comuna Tesorito.

A raíz de su formación deportiva en equipos como Real Sociedad (de su natal Itsmina), e incluso en la selección Chocó, Jhon Wayner Bedoya Murillo, volante de marca en la cancha y estudiante de Gestión Cultural y Comunicativa de la Sede Manizales, quiso integrar su talento deportivo con su fuerte vocación comunitaria y el compromiso social que lo caracterizan.

Así nació la Escuela de Fútbol UN Manizales, iniciativa que convoca   niños entre los grados noveno y once de colegios públicos de la comuna Tesorito, la cual comprende barrios como la Ciudadela La Enea, la zona industrial de Malteria y La Florida, entre otros. A través de esta práctica se propone incentivar el espíritu deportivo, así como fomentar valores y disciplina en todos los ámbitos de la vida.

“Mediante charlas y el ejercicio futbolístico vamos a reflexionar y a poner en práctica los valores, porque durante el juego entran en escena la transparencia, la solidaridad, la honestidad y el respeto para alcanzar un buen nivel de competencia; si yo como deportista no poseo estas cualidades es difícil triunfar como equipo”, explicó Bedoya Murillo.

Igualmente, la Escuela de Fútbol proporciona apoyo académico a los chicos que presenten dificultades escolares con ayuda de jóvenes vinculados al Grupo Paes (Programa de Admisión Especial). También hay espacio para realizar actividades lúdicas a través de la Oficina de Divulgación Cultural de la UN en el campus La Nubia –ubicado en la comuna– y de la Casa de la Cultura del sector, quienes ofrecieron sus instalaciones y materiales para esta iniciativa.

Otro de los objetivos establecidos con apoyo del Programa de Acompañamiento Integral de la UN,  es que los chicos puedan tener un acercamiento y mayor contacto con la Institución, dadas las problemáticas de orden social del entorno y el bajo porcentaje de ingreso de los jóvenes de la zona a la educación superior.

“Hasta el momento contamos aproximadamente con 50 niños inscritos. La idea es conformar dos categorías (juvenil y pre-juvenil) para realizar un trabajo arduo que nos conduzca a jugar en torneos de liga de la ciudad, con la asesoría del entrenador deportivo de la UN”, preciso el estudiante de Gestión Cultural y Comunicativa.

Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html

Humanoides mexicanos ganan la copa mundial de robótica 2012.

 
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8 de Octubre del 2012
Los equipos que disputan la final de futbol son Inglaterra contra México. La ciudad es Bristol y el público está claramente a favor del equipo de casa. Súbitamente los locales rematan contra el arco de los nuestros y el portero apenas alcanza a desviar el esférico; en respuesta, el delantero nacional toma la pelota, apunta y se queda a unos milímetros de anotar gol. Al final de la justa el desempate es por puntos y éstos favorecen a los tricolores. La BBC de Londres parece coincidir con las reseñas de los demás medios: “Simplemente fue un encuentro emocionante”.
Esta narración, que bien podría ser la del partido por un trofeo cualquiera, en realidad corresponde a uno de características inéditas, la Copa Mundial de Robótica 2012, presidida por la FIRA (Federación Internacional de la Asociación de Robo-Futbol, por sus siglas en inglés), evento en el que los jugadores son máquinas humanoides que juegan al balompié en un rectángulo de cuatro por seis metros, con una pelota amarilla y afelpada, como ésas empleadas por los tenistas.
El éxito en esta aventura —en la que la escuadra nacional se enfrentó a 26 equipos de todo el mundo— es producto de la colaboración inusual entre la UNAM y el Cinvestav-IPN, y reflejo de lo que pasa si dos rivales como Burros y Pumas, antagonistas al menos en lo deportivo, unen sus fuerzas. El torneo tuvo lugar hace unas semanas en la ciudad de Bristol, al sudoeste de Inglaterra.
“Mucho se habla del encono entre la Universidad y el Politécnico, pero pensamos, ¿por qué no aprovechar las fortalezas de cada uno? En cuanto a robots, ellos han destacado a la hora de hacerlos caminar ágilmente, nosotros en lo tocante a inteligencia artificial, así que la mancuerna se antojaba inevitable”, señaló Adalberto Llarena, doctor en Ingeniería de la Computación por la UNAM e integrante del grupo pUNAMoids, del posgrado del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS).
Para el universitario, el encuentro final fue sumamente emotivo, casi de película. “Imagina un lugar lleno de ingleses, prensa británica y nadie que te apoye como mexicano. A medida que corría el reloj, la gente se dio cuenta de nuestro esfuerzo y entusiasmo, y gradualmente comenzó a simpatizar con nosotros. Al final, una vez que nos declararon ganadores, de manera espontánea los británicos comenzaron a corear en español, aunque con acento confuso, ‘¡sí se pudo, sí se pudo!’… Fue la cosa más emocionante”.
El robot Messi
Desde el arranque del torneo, uno de los humanoides mexicanos llamó poderosamente la atención, pues fue el único capaz de vencer a los guardametas y colocar la pelota en el fondo de la red. De entre los que conformaron los 26 equipos participantes, sólo él marcó goles, y no uno, sino 12.
“Con esto francamente apabullamos a los rivales y esta diferencia en el marcador fue la que al final nos dio el título”, añadió Llarena, quien expuso, casi en broma, que aunque esta máquina lleva por nombre oficial Darwin OP, “en realidad es un robot Messi”.
Para el ingeniero, lo que hace especial a este jugador no es la maquinaria, “pues a fin de cuentas es un robot de plataforma abierta que cualquiera puede comprar e inclusive mejorar —de hecho había muchos del mismo modelo en el torneo—. Nuestra arma fue el software, diseñado por el equipo pUNAMoids del IIMAS y que resultó sumamente efectivo, a juzgar por los resultados”.
Casi como si quisiera honrar a su apodo de robot Messi, el Darwin OP hace que jugar parezca fácil, quizá demasiado, ya sea al gambetear para burlar a contrincantes de mayor tamaño o al patear con precisión francotiradora y dejar a los guardametas en el suelo, con el balón a sus espaldas.
“En realidad es un trabajo complicado porque tuvimos que programar a conciencia cada acción, desde la más básica, como localizar la portería enemiga, hasta la más complicada, posicionarse en el lugar exacto y disparar”.
Con miras a lograr tales proezas deportivas, el software debe sincronizarse con los 24 motores que dan al autómata movimientos casi humanos, y no sólo eso, sino entrar en sintonía con las cámaras y sensores que posibilitan a Darwin OP ver dónde está la pelota, a qué adversarios driblar y a cuál arco dirigirse.
Para el entrenador del equipo londinense Arsenal, Arsène Wegner, el mérito de Lionel Messi es que se desempeña en la cancha como lo haría “un jugador de PlayStation”; para Llarena la ventaja de sus robots es justamente lo contrario, pues progresivamente se comportan como lo haría un humano, “claro, aunque hay ciertos límites, pero ya no son predecibles como los personajes de video”.
Más allá de lo humanamente posible
Quienes se dedican al diseño de robots futbolistas esperan con ansiedad la llegada de una fecha, el año 2050, ya que se calcula que a mediados del siglo XXI la tecnología habrá logrado lo hoy impensable, conjuntar un equipo de robots capaz de vencer en un partido a los 11 mejores jugadores del mundo.
“Aunque haya quienes no vean la utilidad detrás del desarrollo de este tipo de autómatas y se pregunten, ¿para qué trabajar tanto en una máquina que patea pelotas?, en realidad hacer esto nos ayuda a reflexionar sobre cómo funciona el hombre”, señaló Llarena, quien actualmente trabaja en el diseño de un cerebro artificial.
Conforme evolucionan estos aparatos lo hace también la complejidad de los retos. “Al principio había pequeñas máquinas parecidas a aspiradoras que sólo requerían dos motores; las actuales, que emulan nuestros cuerpos, usan 24, e incluso en cuanto a poder de procesamiento avanzamos años luz en menos de una década. Aquellos con los que empezamos tenían menos poder que un teléfono celular, ahora tienen la capacidad de una laptop”.
Ya en 1885, Walt Whitman se maravillaba de la perfección del cuerpo humano y la incapacidad tecnológica para diseñar algo medianamente parecido, y escribía: “Creo que una hoja de hierba no es menos que el trabajo de las estrellas (…) y que el menor movimiento de mi mano hace palidecer a todas las maquinarias”.
Eso, tan cierto en el siglo XIX para el viejo Walt, aún es válido en el XXI, pues hoy, para sustituir esta serie de motores y engranes se desarrollan tendones artificiales a base de fibras plásticas, pero pese a su flexibilidad y potencial, resultan lentos y no se acercan a la eficiencia de los orgánicos.
“Sin embargo, contar con un robot futbolista es una excelente oportunidad para comparar cómo funciona la tecnología y qué puede aprender ésta de la naturaleza, y no sólo a nivel físico, sino mental, pues hacer que piense y planee estrategias de juego nos obliga a realizar cálculos y proponer algoritmos que parecerían extraños, pero que resultan sumamente útiles”.
De no haberse embarcado en este proyecto, hoy Llarena ignoraría que para patear un balón, una máquina de estas características necesita una capacidad de procesamiento equivalente al de cuatro neuronas, o que para que ver el esférico requiere 256, y que para saber desde dónde disparar precisa cuatro mil 96. “Éste es el tipo de saberes que nos revela participar en este tipo de torneos, para quien duda de la utilidad de las máquinas futbolistas”, señaló.
“Avanzamos muy rápido en este campo, y a la velocidad que vamos, lo más factible es que para el año 2050 tengamos ya robots capaces de vencer a un humano, y probablemente tan buenos para el balompié que podrán superar al mismísimo Messi”.
Boletín UNAM-DGCS-617
Ciudad Universitaria.
El humanoide universitario fue el único del torneo capaz de anotar goles, y no uno, sino 12.

El humanoide universitario fue el único del torneo capaz de anotar goles, y no uno, sino 12.

8 de Octubre del 2012

Los equipos que disputan la final de futbol son Inglaterra contra México. La ciudad es Bristol y el público está claramente a favor del equipo de casa. Súbitamente los locales rematan contra el arco de los nuestros y el portero apenas alcanza a desviar el esférico; en respuesta, el delantero nacional toma la pelota, apunta y se queda a unos milímetros de anotar gol. Al final de la justa el desempate es por puntos y éstos favorecen a los tricolores. La BBC de Londres parece coincidir con las reseñas de los demás medios: “Simplemente fue un encuentro emocionante”.

Esta narración, que bien podría ser la del partido por un trofeo cualquiera, en realidad corresponde a uno de características inéditas, la Copa Mundial de Robótica 2012, presidida por la FIRA (Federación Internacional de la Asociación de Robo-Futbol, por sus siglas en inglés), evento en el que los jugadores son máquinas humanoides que juegan al balompié en un rectángulo de cuatro por seis metros, con una pelota amarilla y afelpada, como ésas empleadas por los tenistas.

El éxito en esta aventura —en la que la escuadra nacional se enfrentó a 26 equipos de todo el mundo— es producto de la colaboración inusual entre la UNAM y el Cinvestav-IPN, y reflejo de lo que pasa si dos rivales como Burros y Pumas, antagonistas al menos en lo deportivo, unen sus fuerzas. El torneo tuvo lugar hace unas semanas en la ciudad de Bristol, al sudoeste de Inglaterra.

“Mucho se habla del encono entre la Universidad y el Politécnico, pero pensamos, ¿por qué no aprovechar las fortalezas de cada uno? En cuanto a robots, ellos han destacado a la hora de hacerlos caminar ágilmente, nosotros en lo tocante a inteligencia artificial, así que la mancuerna se antojaba inevitable”, señaló Adalberto Llarena, doctor en Ingeniería de la Computación por la UNAM e integrante del grupo pUNAMoids, del posgrado del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS).

Para el universitario, el encuentro final fue sumamente emotivo, casi de película. “Imagina un lugar lleno de ingleses, prensa británica y nadie que te apoye como mexicano. A medida que corría el reloj, la gente se dio cuenta de nuestro esfuerzo y entusiasmo, y gradualmente comenzó a simpatizar con nosotros. Al final, una vez que nos declararon ganadores, de manera espontánea los británicos comenzaron a corear en español, aunque con acento confuso, ‘¡sí se pudo, sí se pudo!’… Fue la cosa más emocionante”.


El robot Messi

Desde el arranque del torneo, uno de los humanoides mexicanos llamó poderosamente la atención, pues fue el único capaz de vencer a los guardametas y colocar la pelota en el fondo de la red. De entre los que conformaron los 26 equipos participantes, sólo él marcó goles, y no uno, sino 12.

“Con esto francamente apabullamos a los rivales y esta diferencia en el marcador fue la que al final nos dio el título”, añadió Llarena, quien expuso, casi en broma, que aunque esta máquina lleva por nombre oficial Darwin OP, “en realidad es un robot Messi”.

Para el ingeniero, lo que hace especial a este jugador no es la maquinaria, “pues a fin de cuentas es un robot de plataforma abierta que cualquiera puede comprar e inclusive mejorar —de hecho había muchos del mismo modelo en el torneo—. Nuestra arma fue el software, diseñado por el equipo pUNAMoids del IIMAS y que resultó sumamente efectivo, a juzgar por los resultados”.

Casi como si quisiera honrar a su apodo de robot Messi, el Darwin OP hace que jugar parezca fácil, quizá demasiado, ya sea al gambetear para burlar a contrincantes de mayor tamaño o al patear con precisión francotiradora y dejar a los guardametas en el suelo, con el balón a sus espaldas.

“En realidad es un trabajo complicado porque tuvimos que programar a conciencia cada acción, desde la más básica, como localizar la portería enemiga, hasta la más complicada, posicionarse en el lugar exacto y disparar”.

Con miras a lograr tales proezas deportivas, el software debe sincronizarse con los 24 motores que dan al autómata movimientos casi humanos, y no sólo eso, sino entrar en sintonía con las cámaras y sensores que posibilitan a Darwin OP ver dónde está la pelota, a qué adversarios driblar y a cuál arco dirigirse.

Para el entrenador del equipo londinense Arsenal, Arsène Wegner, el mérito de Lionel Messi es que se desempeña en la cancha como lo haría “un jugador de PlayStation”; para Llarena la ventaja de sus robots es justamente lo contrario, pues progresivamente se comportan como lo haría un humano, “claro, aunque hay ciertos límites, pero ya no son predecibles como los personajes de video”.


Más allá de lo humanamente posible

Quienes se dedican al diseño de robots futbolistas esperan con ansiedad la llegada de una fecha, el año 2050, ya que se calcula que a mediados del siglo XXI la tecnología habrá logrado lo hoy impensable, conjuntar un equipo de robots capaz de vencer en un partido a los 11 mejores jugadores del mundo.

“Aunque haya quienes no vean la utilidad detrás del desarrollo de este tipo de autómatas y se pregunten, ¿para qué trabajar tanto en una máquina que patea pelotas?, en realidad hacer esto nos ayuda a reflexionar sobre cómo funciona el hombre”, señaló Llarena, quien actualmente trabaja en el diseño de un cerebro artificial.

Conforme evolucionan estos aparatos lo hace también la complejidad de los retos. “Al principio había pequeñas máquinas parecidas a aspiradoras que sólo requerían dos motores; las actuales, que emulan nuestros cuerpos, usan 24, e incluso en cuanto a poder de procesamiento avanzamos años luz en menos de una década. Aquellos con los que empezamos tenían menos poder que un teléfono celular, ahora tienen la capacidad de una laptop”.

Ya en 1885, Walt Whitman se maravillaba de la perfección del cuerpo humano y la incapacidad tecnológica para diseñar algo medianamente parecido, y escribía: “Creo que una hoja de hierba no es menos que el trabajo de las estrellas (…) y que el menor movimiento de mi mano hace palidecer a todas las maquinarias”.

Eso, tan cierto en el siglo XIX para el viejo Walt, aún es válido en el XXI, pues hoy, para sustituir esta serie de motores y engranes se desarrollan tendones artificiales a base de fibras plásticas, pero pese a su flexibilidad y potencial, resultan lentos y no se acercan a la eficiencia de los orgánicos.

“Sin embargo, contar con un robot futbolista es una excelente oportunidad para comparar cómo funciona la tecnología y qué puede aprender ésta de la naturaleza, y no sólo a nivel físico, sino mental, pues hacer que piense y planee estrategias de juego nos obliga a realizar cálculos y proponer algoritmos que parecerían extraños, pero que resultan sumamente útiles”.

De no haberse embarcado en este proyecto, hoy Llarena ignoraría que para patear un balón, una máquina de estas características necesita una capacidad de procesamiento equivalente al de cuatro neuronas, o que para que ver el esférico requiere 256, y que para saber desde dónde disparar precisa cuatro mil 96. “Éste es el tipo de saberes que nos revela participar en este tipo de torneos, para quien duda de la utilidad de las máquinas futbolistas”, señaló.

“Avanzamos muy rápido en este campo, y a la velocidad que vamos, lo más factible es que para el año 2050 tengamos ya robots capaces de vencer a un humano, y probablemente tan buenos para el balompié que podrán superar al mismísimo Messi”.

Boletín UNAM-DGCS-617

Ciudad Universitaria.

Futbol: deporte que cautiva, apasiona y genera un fenómeno cultural

 
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buap10 de febrero de 2011

El futbol es un deporte que cautiva a millones de personas en todo el mundo, y que se sirve de la imaginación y la pasión colectiva para generar héroes, historias y hasta tribus, por ello el balompié es un fenómeno cultural, sostuvo el escritor, periodista y académico universitario Juan Villoro.

Con su presencia, el Salón Barroco del Edificio Carolino de la BUAP lució “cual estadio de futbol abarrotado de público”, en donde el apasionado del deporte del hombre no jugó ningún partido, ni pateó balón alguno, sino que impartió la conferencia “Balón Dividido: el futbol como fenómeno cultural”.

Balón Dividido explicó, es una situación no resuelta, “donde dos adversarios pueden disputar con los mismos argumentos por hacerse del balón. Llevado al ámbito literario, podríamos decir que no se sabe quién se quedará con el mejor resultado, si el escritor o el lector”.

El autor de Los 11 de la tribu y La cancha de los deseos, afirmó que el futbol “es la forma mejor repartida de la pasión en el planeta. Para conocer nuestro tiempo, este deporte nos puede dar un espejo de lo que somos, lo bueno y lo malo que tenemos”.

Gracias al balompié “se llenan los estadios, se suspenden las conversaciones y a veces hasta los matrimonios en los torneos mundiales; una persona que por lo general es seria, se pinta la cara y es capaz de gritar, y un distraído y olvidadizo, de repente sabe los nombres de jugadores extranjeros difíciles de pronunciar”.

Ante el hecho de que la Federación Internacional de Futbol (FIFA), tenga más asociados que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Villoro cuestionó ¿por qué este deporte nos cautiva tanto?

“Las causas son múltiples: es un juego sencillo en cuanto a reglamento, y simple en equipamiento e infraestructura, ya que sólo se necesita un par de suéteres para construir una portería”.

Es también el único deporte en el que hay una democracia física “porque no importa si son gordos, altos o que hayan padecido poliomielitis, todos pueden jugar; además el futbol va contra la evolución de la especie por tres razones: se regresa a la niñez en lo individual y a la tribu en lo colectivo, y se suprimen las manos que son junto con los ojos, el dominio de la civilización”.

Por si fuera poco el futbol es uno de los únicos deportes en que un partido emocionante puede quedar empatado a ceros, lo que es según el periodista, una enseñanza moral importante, porque e espectador puede quedar con la impresión de que ese es un resultado justo.

Sin embargo el deporte del hombre también tiene su lado negativo, la publicidad en exceso, la venta de franquicias, el abanderamiento político de la selección nacional en tiempos de elecciones, la compra de árbitros, el dopaje, la xenofobia y el genocidio.

Esta disciplina tiene asimismo “el peor sistema de jurisprudencia gracias a los errores de los árbitros”, quienes más allá de las figuras heroicas sobre la cancha, muestran el lado humano del juego.

“El árbitro es el mayor aficionado del futbol que ante la imposibilidad de jugar, elige el peor oficio del mundo con tal de estar en el partido, el cual sería aburrido sin su presencia”.

Al decirse aficionado de la afición, el autor concluyó que ante la escuela de la resignación como llamó al futbol, “los mexicanos en especial han dado una muestra de entrega contra toda la evidencia a este deporte: emiten su propio grito de guerra con sí se puede y luego caen de ánimo con ni modo, y cada cuatro años se vuelven a emocionar con la selección, por todo esto si hubiese un mundial de públicos, México seguramente llegaría a la final”.

Créditos: BUAP/Comunicación Institucional/buap.mx

La UNAM abanderó a atletas que participarán en la Universiada y Olimpiada Nacionales

 
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El rector de la UNAM, José Narro Robles, abanderó a los jóvenes universitarios que participarán en la Olimpiada y Universiada nacionales.
El rector de la UNAM, José Narro Robles, abanderó a los jóvenes universitarios que participarán en la Olimpiada y Universiada nacionales.

• El deporte y la vida nos brindan oportunidades de éxito y fracaso, dijo el rector José Narro Robles en la ceremonia
• En ambas justas participarán más de 550 jóvenes universitarios

Las delegaciones que participarán en la Universiada y Olimpiada nacionales, que se realizarán en abril y mayo próximos, respectivamente, fueron abanderadas por el rector de la UNAM, José Narro Robles.

Tras la toma de protesta de los más de 550 atletas auriazules, reunidos en la ceremonia, Narro Robles señaló que el deporte se parece a la vida, porque implica éxito o fracaso, y el aprendizaje de ambas posibilidades no significan el fin del camino, sino la oportunidad de mejorar en lo que se hace.

Narro Robles recomendó a los jóvenes deportistas divertirse y aprender. “Tomen las lecciones de la vida y el deporte. Un profesional está obligado a dar todo lo que puede, no importa que se trate de una alberca, cancha o pista; pongan todo su empeño y esfuerzo, que al final, será recompensado”, añadió.

Elsa Zamarripa Hernández, estudiante de décimo semestre de la Facultad de Derecho (FD), e integrante del equipo de judo, señaló, a nombre de sus compañeros, que ser un atleta universitario constituye un reto, pues se trata de un título que se debe llevar con honor, respeto y dignidad, y que honre los colores, valores y prestigio de la institución.

Los más de 177 atletas que competirán en las 18 ramas deportivas de la Universiada, que se dividen en atletismo, gimnasia artística, baloncesto, tiro al blanco, judo, levantamiento de pesas, tenis y futbol rápido, por citar algunas, competirán en Chihuahua, del 19 de abril al 3 de mayo próximos.

La mayor parte del contingente está integrado por estudiantes de las facultades ubicadas en Ciudad Universitaria, 143; el resto, 34, pertenecen a escuelas y facultades nacionales.

El equipo puma que intervendrá en la Olimpiada se integra por 407 jóvenes, quienes competirán en 26 deportes como los referidos, y ciclismo, natación, clavados, squash y lucha, entre otros. Este torneo se llevará a cabo en Morelos, del 12 de mayo al 3 de junio venideros.

En la ceremonia, el secretario de Servicios a la Comunidad, Ramiro Jesús Sandoval, argumentó que el deporte no sólo contribuye a mejorar la salud física y psicológica, sino que promueve valores y actitudes importantes en la formación de los individuos, como el respeto, lealtad, responsabilidad y el trabajo en equipo.

Finalmente, el director General de Actividades Deportivas y Recreativas, Héctor Hernández Bringas, destacó que el compromiso de las autoridades universitarias con el deporte es un estímulo para los jóvenes.

Créditos: UNAM. DGCS -232/ unam.mx