Con nuevas semillas, productores de maíz y fríjol se hacen más competitivos

 
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BOGOTÁ D. C., 13 de julio de 2018 — Agencia de Noticias UN-

Con la asesoría técnica de la U.N., en nueve fincas de la región de Ubaté se evaluó el desempeño de la variedad de maíz tipo simijaca, sobre el que se registra deficiencias en la producción, asociada a malas prácticas agrícolas dentro del cultivo.

El profesor Gustavo Ligarreto, encargado del proyecto, afirma que “la poca rotación de cultivos e inadecuado manejo de semillas ha generado que se presente un problema de volcamiento ocasionado por la pudrición basal del tallo, debido a la presencia de un complejo de hongos entre los que predomina el Fusarium spp”. Durante la investigación se halló que al comenzar la floración junto con la formación de la mazorca, se comienza a podrir la base del tallo originando su posterior volcamiento y la consecuente pérdida del cultivo.

Tal escenario condujo a que la U.N. formulara una serie de recomendaciones asociadas a la necesidad de rotar los cultivos de maíz con otros productos como papa, fríjol y hortalizas, así como con pasto kikuyo, de tal manera que se pueda garantizar la ausencia de hongos patogénicos en el suelo. Así mismo, se destacó la importancia de sacar los residuos de la cosecha, para evitar que los nuevos cultivos puedan contraer la enfermedad.

Mejores fertilizantes

La estrategia también contempló la implementación de buenas prácticas de fertilización tales como la corrección de algunas deficiencias del terreno causadada por fuerte acidez y la baja disponibilidad de nutrientes, por lo cual se hace necesario el uso de enmiendas como la cal y la aplicación de fertilizantes de origen orgánico, así como también realizar aplicaciones de fertilizantes foliares según lo requiera el cultivo.

Teniendo en cuenta que la nutrición garantiza que la planta se defienda  de los ataques de las plagas, el proceso de fertilización deberá hacerse al momento de la siembra y cuando el maíz se encuentre más alto, transcurrido uno o uno y medio meses.

De igual manera, se contempla evitar condiciones de estrés biótico o abiótico, tratar las semillas con fungicidas específicos y sumergirlas en agua a una temperatura de 55 a 60 °C durante 10 minutos, para controlar el problema.

Nuevas variedades de fríjol

El proyecto también incluyó la implementación de siete variedades de fríjol desarrolladas en la U.N. más resistentes a enfermedades. Estas tienen crecen en menos tiempo y poseen mejores condiciones nutricionales.

“Nos interesa que los materiales que se entreguen a los productores tengan altos contenidos de hierro y zinc, debido a que se trata de elementos importantes en la dieta de la población colombiana”, destaca el profesor Ligarreto. Para el docente, los nuevos desarrollos son una contribución a las deficiencias de estos minerales en la población colombiana.

Chía, Iraca, Hunza, Sutagao, Serranía, Bacatá y Bianca son los nombres de las nuevas variedades que podrán cultivarse de manera asociada con  maíz.

“El beneficio de este tipo de cultivos es contar con una leguminosa que tiene proteína, hierro y zinc, junto con una fuente rica en carbohidratos, como es el maíz, de tal manera que se mejora la dieta doméstica y se diversifica la producción”, subraya el docente.

Otro aporte del proyecto se relaciona con el comportamiento del clima en las regiones de estudio. Se trata de garantizar que los cultivos cuenten con el suficiente suministro de agua y evitar su exposición a bajas temperaturas que pueden reducir el crecimiento, favorecer la pudrición de semillas y plántulas, e incrementar la presencia de enfermedades en raíces y tallos, causadas por patógenos del suelo.

Mientras que Ubaté se encontró una deficiencia hídrica, por lo que se  aconsejaría el establecimiento de nuevos reservorios, en El Guavio se presenta un exceso, motivo por el cual se recomiendan las siembras para los meses de octubre y noviembre, de tal manera que la cosecha se realice en los meses de poca lluvia.

Para Nelson Guerreo, productor de fríjol y maíz en el municipio de Gama, provincia de El Guavio, el acompañamiento y asesoría de la U.N. ha sido tan efectivo que el rendimiento de los cultivos en cuanto a su calidad se mejoró entre un 15 al 20 %.

“Para nosotros esta actividad es de vital importancia porque solo contamos con conocimientos empíricos que se han trasmitido de padres a hijos, de tal manera que la introducción de nuevas tecnologías sumadas a nuestros propios conocimientos hacen que las condiciones mejoren muchísimo”, puntualiza.

El Corredor Tecnológico Agroindustrial Bogotá y Cundinamarca es un proyecto desarrollado en el marco de un convenio especial de cooperación entre la U.N., Corpoica, Gobernación de Cundinamarca y Alcaldía Mayor de Bogotá, para desarrollar iniciativas que permitieran mejorar los sistemas productivos agrícolas y ganaderos, las cuales cuentan con financiación del Sistema General de Regalías.

Fuente:  agenciadenoticias.unal.edu.co

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