Víctimas de desplazamiento aportan a la construcción de ciudad

 
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casa2

05 de mayo de 2015

Bogotá D. C., may. 05 de 2015 – Agencia de Noticias UN- El arribo de desplazados a ciudades como Bogotá genera una revigorización a través de la generación de asociaciones de derechos humanos, consecución de vivienda y dinámicas económicas por medio del llamado rebusque.

Así lo muestra Andrés Salcedo, profesor del Departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Humanas de la U.N., en el libro Víctimas y trasegares: forjadores de ciudad en Colombia 2002-2005, en el que aborda el proceso de desplazamiento y recomposición social que emprenden diversos grupos expulsados de sus territorios.

La investigación realizada entre los años 2003 y 2005 se centra en uno de los periodos crueles de la historia de Colombia. Esta época marca una disputa entre paramilitares y guerrillas, responsables del desplazamiento de muchas poblaciones provenientes de la Sierra Nevada de Santa Marta, del Pacífico, del sur del país y del  departamento del Meta.

“Estas personas, al llegar a Bogotá, se instalaron no solo en una gran urbe sino en una nueva realidad, en la que crearon una revigorización importante a través de organismos y asociaciones de derechos humanos, consecución de vivienda, el llamado rebusque y ventas ambulantes”, señaló el investigador, durante la presentación de dicha publicación en el marco de la Feria Internacional del Libro.

La publicación  contiene una cartografía histórica de lo que ha sido el conflicto armado, realiza una crítica al humanitarismo y a la noción de víctimas como personas desvalidas y, además, desarrolla todo un concepto en torno al lugar de antes.

Dicho concepto se refiere a pertenencias como las tierras, los animales, los muebles y los paisajes recordados de manera estratégica, dignificando los momentos en que las personas se encuentran desprovistas de bienes y sitios de sociabilidad.

“Estas personas se dignifican al recordar que fueron propietarios, que tuvieron cargos de líderes comunitarios y que tenían un prestigio social”, aseguró el autor.

Además, agregó que recordar y revivir momentos se convierte en un código, un discurso y una narrativa, elementos que les ayudan a contrarrestar los efectos de la violencia.

En cuanto a las víctimas, el autor considera que se fortalecen a partir de esas experiencias de violencia. “La reflexión les permite crear una solidaridad con las personas que se encuentran en situaciones similares, además de las que se quedaron atrás y se vieron forzadas a abandonar”, aseguró.

Este trabajo de investigación se realizó con un grupo de 25 personas que han pertenecido al Centro de Atención al Migrante de la Arquidiócesis de Bogotá. Con ellas se adelantó un seguimiento por medio de estudio de casos, enfoques biográficos, entrevistas, talleres y charlas sobre proyecciones de vida y reflexiones de sus experiencias. Dicha información sirvió de insumo para la investigación.

Según el profesor Salcedo, cada uno de estos individuos ha creado nuevos espacios de encuentro cultural y político a través de la activación de redes.

Con la relación entre migración y urbanización se entiende mejor el proceso en el que una parte de la población colombiana ha tenido migraciones laborales voluntarias, involuntarias o forzosas, que aportan a la construcción de ciudad.

Por último, el autor afirmó que asociarse para defender los derechos humanos y para compartir los saberes culturales y la elaboración del duelo son los elementos de un proceso colectivo, con el que los desplazados logran recomponer y denunciar las experiencias de violencia vividas.

Este libro hace parte de las publicaciones presentadas por el Centro de Estudios Sociales de la U.N. (CES) de la Facultad de Ciencias Humanas, en la Feria Internacional del Libro.

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