



Bogotá D. C., dic. 03 de 2013 – Agencia de Noticias UN- Los mercados de ciudades como Bogotá, Medellín y Cali son abastecidos por pequeños productores. Sin embargo, dos terceras partes de ellos viven en situación de pobreza. Así lo concluyó un estudio realizado por la U.N.
El Grupo de Investigación en Gestión y Desarrollo Rural (GIGDR), de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Sede Bogotá, se dio a la tarea de encuestar a 400 hogares campesinos de Cundinamarca, Boyacá y la ruralidad de Bogotá, Meta y Tolima como parte del proyecto “Acceso a Mercados y Seguridad Alimentaria en la Región Central de Colombia”.
Las conclusiones de ese trabajo se dieron a conocer durante el Foro Académico que lleva el mismo nombre y en el cual se presentaron los resultados de investigaciones realizadas por más de una decena de estudiantes de pregrado y posgrado de la Facultad.
Dentro de los resultados también encontraron que la mayoría derivan sus ingresos principalmente de la agricultura a pesar de que el acceso a la tierra es limitado (en promedio 3,3 hectáreas y en calidad de propietarios de 2 hectáreas), tienen una alta presencia de menores de edad y adultos mayores, una edad promedio por familia de 47 años y un bajo nivel de escolaridad.
Asimismo, el 39% del ingreso es invertido en alimentación y destinan menos del 20% de la producción al autoconsumo.
“Los cárnicos, las frutas y las verduras son los alimentos menos consumidos por los hogares campesinos encuestados”, añade Omar Gutiérrez, uno de los investigadores principales del proyecto.
En cuanto a los ingresos obtenidos a través de su participación en Mercados Campesinos, la iniciativa que surgió en 2004 desde las organizaciones campesinas y comunales, apoyada por el Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativo (ILSA) y la ONG Oxfam, el 85% de los hogares destinan parte de estos a la compra de alimentos.
“Los mercados campesinos realizan un aporte significativo al garantizar la seguridad alimentaria de las familias campesinas, ya que es la tercera fuente de donde obtienen sus alimentos, ya sea por las vías del intercambio monetario o el trueque”, comenta Gutiérrez.
El investigador también destacó que el 83% de los productores encuestados aseguró haber tenido pérdidas debido a la variabilidad climática. Sin embargo, añade, la mitad de los hombres y mujeres que formaron parte del estudio hacen algo para combatir las adversidades del clima ya sea en época de invierno o de sequía.
Para Gutiérrez, el papel que juegan los pequeños productores en la seguridad alimentaria de los países es fundamental, aunque su trabajo no sea ampliamente valorado y reconocido: “Una sociedad que no pone en valor los aportes que ellos realizan está condenándolos a desaparecer”.
Sin embargo, ellos resisten y por el contrario apuestan por la innovación. El 55% de los encuestados consideran que han realizado cambios significativos en sus procesos productivos, comerciales y organizativos, las cuales corresponden a innovaciones en diseño de empaques y presentación del producto principalmente (45%), además de implementar técnicas de producción orgánica (20%) o transformar el producto (15%).
Créditos: UNAL-748-2013