



- Según los investigadores, este tipo de cultivos de cubrimiento denso hace favorables aportes al suelo.
26 de Septiembre del 2012
Palmira Así lo concluyeron investigadores de la UN en Palmira, que mostraron que, pese a las labores de cosecha en húmedo, sus suelos están libres de compactación y tienen altos niveles de materia orgánica.
De las cerca de 400 mil hectáreas que pertenecen al valle geográfico del río Cauca, la mitad se dedican a la producción de caña de azúcar y otros cultivos. De ahí que el suelo sea un recurso básico que debe ser preservado para sostener la producción de fibras demandadas por una población cada día más creciente.
Según científicos del grupo de investigación en Degradación de Suelos de la UN en Palmira, se presumía que los cultivos de caña estaban deteriorando físicamente los mejores suelos del Valle del Cauca, debido a las labores de cosecha en húmedo. Sin embargo, este tipo de cultivos de cubrimiento denso hace favorables aportes al suelo.
“Estos cultivos aportan toneladas anuales de biomasa que protegen significativamente contra la erosión; demandan labranza únicamente cada ocho años en promedio; reciclan subproductos orgánicos como base fertilizante; rediseñan periódicamente los vagones recolectores; y han sido sostenibles por décadas. De modo que tenderían más a conservar que a degradar los suelos”, dice el profesor Edgar Madero, director del grupo.
El estudio
Con el apoyo económico de la Dirección de Investigación de la sede, se desarrolló, entre 2009 y 2010, un proyecto de investigación que se ejecutó en dos fases.
En la primera, se evaluó detalladamente la compactación in situ de aproximadamente 50.000 hectáreas de las mejores tierras, con más de cien años de uso cañero. Así, se hicieron un total de 144 muestreos detallados de densidad y humedad. La cartografía de los suelos clases I y II se efectuó digitalmente, utilizando la herramienta ArcGis, con base en el mapa de suelos de la parte plana del Valle del Cauca producido por el IGAC en 2004.
En la segunda, según explica el profesor Madero: “se comparó la compactabilidad de muestras de dos suelos del Valle del Cauca, de similar capacidad de uso a la de los suelos de la primera fase, pero con más de 50 años seguidos de uso en cultivos y en bosque secundario”.
Esto se hizo siguiendo una metodología que simula esfuerzos del suelo comparables a los que tiene que hacer en condiciones de intenso tráfico de maquinaria; así como contenidos de alta humedad, para evaluar suelos que no han soportado tráfico de maquinaria en invierno.
La caña favorece los suelos
La primera fase mostró que, durante el tiempo en que se han usado los suelos para cultivos de caña (más de un siglo), se han mantenido los mejores suelos libres de compactación, ricos en materia orgánica (del 4% a 6%) y con características adecuadas de retención de humedad y laborabilidad.
“La segunda halló que otros cultivos y manejos los dejan más susceptibles a la compactación, especialmente en condiciones de alta humedad (0,1 bar), no obstante que presentaban un contenido promedio del 4% de materia orgánica”, dice el profesor Madero.
Para el investigador, como los dos estudios se pueden considerar complementarios e independientes, llama la atención el parecido entre los resultados de compactación en caña de azúcar con los de bosque, lo cual concuerda con lo que se esperaba de los suelos sembrados con este cultivo.
“Igual de relevante fue hallar, en la segunda fase, que el manejo de la caña, y no las características del suelo, fue la responsable de los resultados obtenidos”, concluye.
Créditos:http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html