



30 de abril del 2013
El diseño me lo da el universo. Está hecho con el amanecer, los ríos, las montañas, el hombre, el cosmos… Y nos toca asumirlo y hacer algo con él”, expresó Fernando Cely en la tertulia Diseño y Poesía de la UN.
El Observatorio de Diseño Aplicado (ODA) de la UN reunió a un grupo de poetas y diseñadores colombianos e internacionales, para discutir sus impresiones sobre la relación entre poesía y diseño.
El diseñador industrial Rolando Ruiz, profesor de la UN y director del ODA, destacó la relevancia de celebrar la primera tertulia sobre este tema, debido a que en ella los participantes pueden presentar evidencias sobre la interacción de estos dos saberes.
Para él, existe una fusión entre lo que se puede decir y lo que se puede mostrar a través de imágenes. “Hay una visión muy clara que se puede ver reflejada en áreas que la aprovechan de otras maneras, como la publicidad”, afirmó.
Entre los participantes se encontraban los poetas colombianos Fernando Cely y Fernando Vargas, la arquitecta y poeta colombiana Sandra Uribe, el ecuatoriano Augusto Rodríguez, el mexicano Armando Zamora y Andrés Felipe Uribe, poeta y artista plástico colombiano.
Cada uno de ellos intentó encontrar desde su experiencia una relación entre ellas.
Sandra Uribe ve posibles unos puntos de encuentro entre los objetos del diseño industrial, los arquitectónicos y los libros. “Tanto el diseño como la poesía manejan lenguajes diferentes con sus propias particularidades”.
Cada una de estas manifestaciones artísticas involucra imágenes: literarias, visuales, táctiles o sonoras. Igualmente, los saberes relacionados con lo poético y el diseño experimentan y usan la creatividad y el ingenio, aseguró.
Según ella, ambas expresiones buscan descubrir sentidos y esto permite que se forje un vínculo emocional entre el lector y el texto, entre el observador y el objeto, a través de las formas, los símbolos, los colores y las texturas. “La poesía utiliza palabras relacionadas con esas formas y texturas para dar matices”, resaltó.
Y puso como ejemplo el recurso literario conocido como sinestesia (combinación de elementos que corresponden a diferentes sentidos). En la expresión “rojo chillón”, “rojo” se relaciona con lo visual y, “chillón” alude al sentido del oído. Se conjugan en palabras los dos sentidos. Además, con una metáfora de su autoría relaciona ambos saberes: “la silla es un bosque en cautiverio”.
Según la poeta, al hablar de diseño se piensa en usabilidad y en funcionalidad, pero en el caso de la poesía se pregunta: “¿qué tan útil es un poema?”. En ese sentido, recuerda las palabras de Pablo Neruda, para quién los poemas no son del que los escribe, sino del que los necesita.
Asimismo, señaló que el diseño trabaja a partir de las necesidades de las personas, busca su comodidad y satisfacer deseos. Los poemas también pueden satisfacer necesidades, pero estas no son tangibles, como las del diseño.
El colombiano Fernando Cely dijo que la poesía puede establecer relación con cualquier situación o contexto universal, pues es inherente a la vida del hombre.
“La relaciono con la estética, una forma bella de hacer las cosas, así como con la arquitectura o la publicidad o con la forma como el hombre planea su futuro y obedece a ciertas normas de organización para beneficio de la prolongación de la especie, en la cual es necesario involucrar elementos estéticos, técnicos y poéticos”, sostuvo.
Este poeta y cantautor también manifestó que, desde el momento en que un poema se hace público, deja de pertenecer a su autor y se convierte en patrimonio de la humanidad, por los sentimientos que despierta y por la manera como las personas se pueden encontrar en el texto. En este sentido, se pueden encontrar el diseño y la poesía.
Finalmente, indicó: “El poeta es muy primario en lo que respecta a sus percepciones. Después de que ha elaborado su trabajo, tiene que decorarlo, arreglarlo y hacerlo universal. Es ahí cuando diseña y pone elementos estéticos al servicio de su quehacer literario”.
Según él, es importante que cada ser humano, de forma paralela a su trabajo, escoja una dinámica artística que eleve su espíritu y le permita darle sentido a su vida.
Otro de los participantes fue Andrés Felipe Uribe, autor de Poesía skater, un libro en el que escribió sus historias de patineta, todo lo que piensa mientras monta.
Para él, el diseño es sospechoso y pretencioso. Sin embargo, su libro tiene diseño por donde se le mire: portada de lija (el mismo material que hace parte de la patineta) y un fósforo en la última página, cuyo objetivo es que el lector pueda quemar todo lo leído.
“La relación entre poesía y diseño es muy rara, diría que es una forma muy elemental. Componer un juego de palabras, calibrar lo que se dice, hacerlo ver bonito y después pasar eso a diferentes formatos visuales o piezas plásticas hace que en últimas sirva para mi entretenimiento. Un ejemplo es imprimir una palabra de dos metros con algo de diseño. Ya está haciendo algo muy material con el lenguaje y termina siendo una pieza poética, conceptual e ideológica”, afirmó.
Creditos
http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/inicio.html