A partir de los hongos que atacan cultivos tropicales como el tomate de árbol se obtienen microorganismos para obtener flavorizantes.
A partir de desechos como la tusa de maíz y el bagazo de caña, así como de hongos fitopatógenos que atacan la papaya, el aguacate y el tomate de árbol, se pueden obtener agentes de aroma y sabor.